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“El derecho de no trabajar”


(1Cor: 9: 6)

  
Introducción:

La palabra derecho proviene del término latino directum, que significa “lo que está conforme a la regla”

Y… Trabajar es  realizar una actividad que requiere un esfuerzo físico o mental.    Ocuparse una persona en un oficio o profesión, recibiendo a cambio un salario.

Pero el Apóstol Pablo hablo en (1Cor: 9:6) de algo muy especial dado por el Señor, y fue el derecho de “No trabajar.”

 Cuando hemos sido llamados por Dios a predicar Su palabra (Hech: 9:15), como le sucedió a Saulo de Tarzo, a los discípulos de Jesus y a muchos siervos de Dios hoy en día, “Instrumentos escogidos, para llevar su nombre.”

Por esta causa nunca podremos decir como en ocasiones hemos escuchado; que “Le trabajamos al Señor” cuando es El, mismo quien está desarrollando su obra a través nuestro (Col: 3: 11b).

Por decirlo de algún modo para que se entienda; somos una extensión de Dios mismo. Todos somos parte de su misma esencia, de su cuerpo, de su carne y de sus huesos (Efe: 5:30), pero no todos en el cuerpo de Cristo realizamos la misma función (1Cor: 12:18, 27)… Es el, haciendo y no, nosotros.

El servicio  o “Ministerio” no es un trabajo; es un don, es un regalo, es una bendicion, es una gloria manifestada de Dios mientras estemos en este cuerpo natural, aunque para muchos no lo es.


No le trabajamos al Señor… “Servimos en Dios”

Y para todos es esta bendicion y está honra de “No trabajarle al Señor” sino servir con todo nuestro corazón, conforme al conocimiento en el que cada uno estemos siendo guiados por él; unos llevando todavía circuncisión, otros llevando incircuncisión  (Gál: 2:7) y otros llevando vida por el conocimiento (Juan: 6:63b).

 Y… Esta es nuestra seguridad en Dios;  no que seamos competentes por nosotros mismos, sino que nuestra competencia proviene de Dios. Somos ministros competentes de un nuevo pacto, no de la letra, sino del espíritu; porque la letra mata, mas el espíritu vivifica (2Cor: 3:4-6)

Para nosotros es este derecho  de “No trabajar”  y es dado por Dios…

No como asalariados, sino… En libertad, y no en esclavitud; Pablo escribió, ¿No soy apóstol? ¿No soy libre? (1Cor: 9: 1) podría haber hecho cualquier cosa, pero conocía quien era.

Lo que hizo, lo hizo sin cargas, sin compromisos, sin obligación. “En consciencia y en amor.” Como está escrito… “Todo lo que hagamos, sea de palabra o de hecho, hagámoslo en el Señor Jesús. (Col 3:17).

Todo en Dios tiene su recompensa…

Porque Dios no es injusto para olvidar vuestra obra y el trabajo de amor que habéis mostrado hacia su nombre, habiendo servido a los santos y sirviéndoles aún. Pero deseamos que cada uno de vosotros muestre la misma solicitud hasta el fin… (Heb: 6:10-11) (Mat: 6:30-33).

Dios tiene cuidado de su cuerpo…

Y no está actuando más, sino a través de cada uno de sus miembros; el ser participante de esta bendicion y en libertad, es algo que solo el Señor podrá aclararlo en nuestro corazón, para que cuando lo hagamos… “Lo disfrutemos en él, por él y para él.” (Mat: 6: 26, 28, 30).

¿Quién fue jamás soldado a sus propias expensas? ¿Quién planta viña y no come de su fruto? ¿O quién apacienta el rebaño y no toma de la leche del rebaño?   ¿Digo esto sólo como hombre? ¿No dice esto también la ley? Porque en la ley de Moisés está escrito: No pondrás bozal al buey que trilla.

¿Tiene Dios cuidado de los bueyes, o lo dice enteramente por nosotros? Pues por nosotros se escribió; porque con esperanza debe arar el que ara, y el que trilla, con esperanza de recibir del fruto (1Cor: 9:7-10).

Nada de lo terrenal tiene más valor que lo espiritual…

Si nosotros sembramos entre vosotros lo espiritual, ¿es gran cosa si segáremos de vosotros lo material? Si otros participan de este derecho sobre vosotros, ¿cuánto más nosotros?

Pero no hemos usado de este derecho, sino que lo soportamos todo, por no poner ningún obstáculo al evangelio de Cristo (1Cor: 9:11-12) Porque mejor es la sabiduría que las piedras preciosas; y todo cuanto se puede desear, no es de compararse con ella (Prov: 8:11)  (Prov: 3:13-15).


Para meditar en Dios

¿No sabéis que los que trabajan en las cosas sagradas, comen del templo, y que los que sirven al altar, del altar participan? Así también ordenó el Señor a los que anuncian el evangelio, que vivan del evangelio. Pero yo de nada de esto me he aprovechado, ni tampoco he escrito esto para que se haga así conmigo; porque prefiero morir, antes que nadie desvanezca esta mi gloria.

Pues si anuncio el evangelio, no tengo por qué gloriarme; porque me es impuesta necesidad; y ¡ay de mí si no anunciare el evangelio! Por lo cual, si lo hago de buena voluntad, recompensa tendré; pero si de mala voluntad, la comisión me ha sido encomendada (1Cor: 9:13-17).


Es cuestión de consciencia… 

No de mandamiento, no por ley, no por temor, no por suerte y mucho menos por obligación… Aunque en un tiempo fue así; y hoy en día muchos se aprovechan de este mandato… “Ten cuidado de no desamparar al levita en todos tus días sobre la tierra” (Deut: 12:19) (Mal: 3: 10).

El Apóstol Pablo escribió así: ¿Cuál, pues, es mi galardón? Que predicando el evangelio, presente gratuitamente el evangelio de Cristo, para no abusar de mi derecho en el evangelio (1Cor: 9:18). 

Derecho es “Lo que está conforme a la regla”

Antes de la cruz “Servir” era una norma o mandamiento establecido por Dios, para sustento de los que vivían en el templo y sus familias, pero después de la cruz es una gloria, es una bendicion, es una honra hacerlo de corazón, y ese solo lo conoce el Señor (Jer: 17: 9-10) (Prov: 23: 26).

Predicar es sembrar la palabra con la plena certeza de que “No volverá vacía” cumplirá el propósito y el fin por el cual fue enviada… Para bendicion y crecimiento espiritual a todos.

Y como la consecuencia, retribución o cosecha de saber que solo por la palabra (Cristo) el corazón de los hermanos es movido en agradecimiento y honra para el sostenimiento de la obra del ministerio, del ministro o ministros que estén disfrutando del “Derecho de no trabajar” sino sirviendo en Dios.


Los discípulos de Jesus creyeron a la palabra…

Ej. Jesus envió a predicar a sus doce discípulos, y les dio poder y autoridad sobre todos los demonios, y para sanar enfermedades.

Los envió a predicar el reino de Dios, y a sanar a los enfermos. Y les dijo: No toméis nada para el camino, ni bordón, ni alforja, ni pan, ni dinero; ni llevéis dos túnicas.

Y en cualquier casa donde entréis, quedad allí, y de allí salid.  Y dondequiera que no os recibieren, salid de aquella ciudad, y sacudid el polvo de vuestros pies en testimonio contra ellos.  Y saliendo, pasaban por todas las aldeas, anunciando el evangelio y sanando por todas partes (Luc: 9:1-6). 


Pero esto dijo el Apóstol: El que siembra escasamente, también segará escasamente; y el que siembra generosamente, generosamente también segará. Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre.

Y poderoso es Dios para hacer que abunde en vosotros toda gracia, a fin de que, teniendo siempre en todas las cosas todo lo suficiente, abundéis para toda buena obra; como está escrito: Repartió, dio a los pobres; su justicia permanece para siempre.

Y el Señor, quien es el que da semilla al que siembra, y pan al que come, proveerá y multiplicará vuestra sementera, y aumentará los frutos de vuestra justicia, para que estéis enriquecidos en todo para toda liberalidad, la cual produce por medio de nosotros acción de gracias a Dios.

El que es enseñado en la palabra, haga partícipe de toda cosa buena al que lo instruye. No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará  (Gál 6:6-7). 

Porque la ministración de este servicio no solamente suple lo que a los santos falta, sino que también abunda en muchas acciones de gracias a Dios;  pues por la experiencia de esta ministración glorifican a Dios por la obediencia que profesáis al evangelio de Cristo, y por la liberalidad de vuestra contribución para ellos y para todos; asimismo en la oración de ellos por vosotros, a quienes aman a causa de la superabundante gracia de Dios en vosotros. ¡Gracias a Dios por su don inefable! (2Cor: 9:6-15). 


Conclusión:

Hemos sido llamados a no trabajar, sino a servir conforme nos ha sido dado hacerlo… Cada uno según el don que ha recibido, minístrelo a los otros, como buenos administradores de la multiforme gracia de Dios. Si alguno habla, hable conforme a las palabras de Dios; si alguno ministra, ministre conforme al poder que Dios da, para que en todo sea Dios glorificado por Jesucristo, a quien pertenecen la gloria y el imperio por los siglos de los siglos (1Ped: 4:10-11).


Somos la misma bendicion de Dios Ya manifestada
¡En cada uno de nosotros!

Crecimiento Espiritual Integral


(1Ped: 5:10) (1Tes: 5:23)

Cuando hablamos de crecer Espiritualmente, nos referimos: Al conocimiento de Dios y su palabra; y cuando hablamos de Integralmente: Es la aplicación de ese conocimiento en todas las áreas de nuestra vida. En otras palabras, es el disfrutar consciente de la vida de Cristo a través nuestro; no por temor, ni por obligación y mucho menos por compromiso, sino en Amor, en libertad y gozo del Espíritu.  Ej. Pablo dijo… “Todo me es lícito, pero no todo conviene; todo me es lícito, pero no todo edifica” (1Cor: 10:23).


Y Santiago escribió: “Pero sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos.” Y también dijo: “Mas el que mira atentamente en la perfecta ley, la de la libertad, y persevera en ella, no siendo oidor olvidadizo, sino hacedor de la obra, éste será bienaventurado en lo que hace” (Stgo: 1:22-25). Recordemos… ¡Dios es, a través nuestro; por Su espíritu!

Oracion: Declaramos en Dios que esta palabra de bendicion, dirige nuestra vida y nos permite vivirlo a él, quien es la palabra (Cristo) y que en nosotros habita desde siempre. Que por la manifestación  de Su poder y Su sabiduría, caminamos en este mundo disfrutando de todo Su bien; el cual, fue reservado para nosotros desde antes de los tiempos Como está escrito: “Todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad nos han sido dadas por su divino poder, mediante el conocimiento de aquel que nos llamó por su gloria y excelencia”… (2Ped: 1:3). 

Significado: El crecimiento es la acción y efecto de crecer. Este verbo, a su vez, hace referencia a tomar aumento natural, a producir aumento por añadir una nueva materia, o a adquirir aumento en sentido simbólico por asimilación.

En el caso de los seres vivos, se conoce como crecimiento al aumento irreversible de tamaño que experimenta un organismo por la proliferación celular. Esta proliferación produce estructuras más desarrolladas que se encargan del trabajo biológico.
El crecimiento físico, implica un aumento del número y del tamaño de las células. Y se produce gracias a la asimilación de los nutrientes: donde sin nutrientes, el crecimiento es deforme o nulo.



Introducción:

Tal y como sucede el crecimiento en el cuerpo físico; así mismo sucede con el crecimiento espiritual, o sea (el Conocimiento). Para ello hay varias cosas que forman parte de ese desarrollo;  entre ellas están… “Una buena alimentación, una buena asimilación, una buena digestión, un buen ejercicio, y un buen descanso.  Todo esto nos llevara a tener un crecimiento saludable y acorde a la edad,  y en lo espiritual; Dios cumple su propósito conforme a su buena voluntad.

Es importante tener en cuenta que el crecimiento del ser vivo continúa de manera constante hasta que llega la edad adulta y el organismo alcanza su madurez. No sucede lo mismo con el crecimiento espiritual… empezamos a crecer espiritual e integralmente en el conocimiento de Dios y su palabra, cuando alcanzamos la “Madurez” según Dios.

Recordemos lo que dice la palabra “Hablamos sabiduría, entre los que han alcanzado madurez”. Alcanzar M. A. D. U. R. E. Z,  es entrar en el crecimiento espiritual integral… “Desde la letra M hasta la Z”… Que nos llevara a ¡Vivir al Señor en todo tiempo! … Él, y no nosotros.

Crecemos espiritualmente, cuando nos vemos actuar siempre con sabiduría, en todos y cada uno de los aspectos de nuestra vida; en las dificultades, en los tropiezos, en las dolencias, en los quebrantos de salud, en la quiebra, en el amor, en las relaciones interpersonales, en el éxito, en la escasez, en la abundancia, en  la desidia, en “La sabiduría”, en el ministerio, en la palabra, etc. (Heb: 6: 1-4) para ir adelante a la perfección “del conocimiento”, porque en espíritu… ¡Somos perfectos!

Esto nos llevara a entender que ejercitados por Su mente y conforme al tiempo, seremos plenamente capaces de manifestarlo a él siempre; sea cual fuere la circunstancia que experimentemos, las cosas que hagamos, pensemos o digamos. En cualquier lugar,  no importa… 

Ej.  Pablo le escribió estas palabras a los Filipenses para que se manifestara en ellos la medida de crecimiento que tenían,  por lo que habían recibido de Dios.
Para que se reflejara en sus vidas este conocimiento de  una manera natural, estando presente él, o ausente, y para que ellos se supieran comportar como es digno del evangelio. (Fil: 1:27)… Entendiendo que ¡Cristo es, y no nosotros!.

Ahora meditemos… ¿Por qué el Salmista dijo en este pasaje de: (Sal: 139: 1- 18)… “Tal conocimiento es demasiado maravilloso para mí; alto es, no lo puedo comprender”  ¿Hay algún problema en entenderlo? No hay problema. ¡Según nosotros! ¿Pero lo vivimos?  Es aquí cuando nos damos cuenta, que tanto hemos crecido en él, y si lo entendimos o no. “Él es, la plenitud de Aquel que todo lo llena en todo. (Efe: 1:23b).


¿Cómo crecemos…?

El Señor tiene sus medios o métodos dispuestos para poder crecer espiritual e integralmente.

Todo esto empieza… Cuando son alumbrados los ojos del entendimiento (Efe: 1:18). Cuando somos despertados por el Espíritu, a la vida de Cristo (Efe: 5:14). Cuando conocemos al fin la palabra de verdad (Juan: 8: 32). Cuando morimos día a día, minuto a minuto y segundo a segundo; a la mente natural (1Cor: 15:31) (Gál: 2:20b) y Por el ¡Mantener siempre nuestra buena confesión!

Pablo dijo: Para que lo manifieste como debo hablar (Heb: 13:21)… y también dijo “Andad sabiamente para con los de afuera, redimiendo el tiempo. Sea vuestra palabra siempre con gracia, sazonada con sal, para que sepáis cómo debéis responder a cada uno” (Col: 4:4-6).

 Recordemos es “Cristo en, y a través nuestro…” Es ¡haciendo él y no nosotros!

  
El crecimiento espiritual debe manifestarse “Integralmente”
En palabra, en obra, en pensamiento y en actitud


Meditemos por el Espíritu…

“La vida de Ministerio, no es fácil” Por esto decía el Apóstol Pablo que  lo “Apoyaran”… ¡Y el Señor guiaría como hacerlo!  Le daría de su Gracia cuando  él fuera a predicar; le daría, hacer las cosas como debía hacerlas, para que  con denuedo hablara de él, como debía hablar.” (Efe: 6:18-20).

A los Galacianos dijo… “¿Me he hecho vuestro enemigo por deciros la verdad?”  (Gál: 4:16). Pues, ¿busco ahora el favor de los hombres, o el de Dios? ¿O trato de agradar a los hombres? Pues si todavía agradara a los hombres, no sería siervo de Cristo (Gal: 1: 10).

Igual que en el crecimiento físico; el espiritual por tanto, implica un aumento del conocimiento de Dios y su palabra (Jer: 9: 23-24); y NO de las cosas de Dios y la Biblia; que en muchas ocasiones no es mas, que letra muerta y nada de espíritu o vida; y entenderlo…  “Solo depende de Dios (Rom: 9: 16, Heb: 6: 4)” pero el vivirlo, es una gloria que nos fue dado a experimentar a nosotros; o sea “Reinar en vida” por el conocimiento (Rom: 5: 17)  o “Siembra y Cosecha” (Gál: 6:7).

Este fenómeno se produce gracias al despertar del Espíritu que en nosotros habita, a la limpia consciencia que nos lleva a experimentarlo; y a la buena confesión por La palabra que en nosotros hay.


1) En palabra…
Pues no somos como muchos, que medran falsificando la palabra de Dios, sino que con sinceridad, como de parte de Dios, y delante de Dios, hablamos en Cristo (2Cor: 2:17), para que vuestra fe no esté fundada en la sabiduría de los hombres, sino en el poder de Dios (1Co 2:5-6).

Pablo escribió a los suyos esta verdad conforme a su tiempo… (Col: 3:1-4) “Si, pues, habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios”.  “Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra”.  “Porque habéis muerto, y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios”. 

Pero esta parte, es aplicable a nosotros… “Cuando Cristo, vuestra vida, se manifieste, entonces vosotros también seréis manifestados con él en gloria.

Lo manifestaremos, siempre que la situación se presente y no seamos nosotros los que hagamos; sino el, a través de nosotros… “Esto es CRECER espiritual e integralmente.”


Ejercitémonos con estas palabras y analicemos en Dios…
“Nuestro crecimiento”

¿En cuál de ellas debo vivir ahora?

Pablo escribió: “Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo.” (1Tes: 5:23). 

Pedro escribió: “Mas el Dios de toda gracia, que nos llamó a su gloria eterna en Jesucristo, después que hayáis padecido un poco de tiempo, él mismo os perfeccione, afirme, fortalezca y establezca.” (1Ped: 5:10). 


2) En Obra…
Cualquiera sea el propósito establecido por Dios para cada uno de nosotros; llegaran esos momentos especiales en los que su palabra se cumplirá y seremos ejercitados para que Su medida salga a flote “por el conocimiento” y podamos disfrutarla mientras estemos en este cuerpo.

Ej. (1Sam: 2:26)  Y el joven Samuel iba creciendo, y era acepto delante de Dios y delante de los hombres. (Luc: 1:80)  Y el niño crecía, y se fortalecía en espíritu; y estuvo en lugares desiertos hasta el día de su manifestación a Israel… “Juan el Bautista” (Luc: 2:52) Y Jesús crecía en sabiduría y en estatura, y en gracia para con Dios y los hombres…

Formados en el “desierto... Cada una de ellas con una labor o un ministerio que vivir, para que entendamos mas fácil a lo que nos vamos a referir…  para crecer espiritual e integralmente… Como personas, siervos, y ministros; delante de Dios y de los hombres.

Entendiendo desierto, antes que el físico; aunque estuvieron allí. Nos referimos a  las dificultades, los tropiezos, las dolencias, los quebrantos de salud y porque no decirlo también… “La ignorancia.” o  falta de conocimiento que nos llevara a No crecer y por ende a ser “destruidos”  en cuanto al ejercicio que estemos viviendo. (Ose: 4: 6)…

“Pasamos” por los desiertos…  Y no nos quedamos allí.  ¡Vamos adelante a la perfección! (Heb: 6: 1-4)… Solo “Hasta” que hayamos aprendido…

Meditemos por el Espíritu… Uno de estos personajes fue entregado por su madre para el servicio del Señor en el templo, en manos de el sacerdote Elí; como cumplimiento de una promesa que le hizo a Dios cuando aún era estéril, su nombre es (Samuel).

El otro; escogido desde antes que naciera para ser en Israel, quien preparara el camino del que había de venir a salvar al mundo; así le hubiera costado la cárcel, y por último hasta su propia cabeza (Juan el Bautista).

Y el último de los tres… El mismo Dios del cielo; tomando un cuerpo de carne limitado, se humilló así mismo y cumpliendo a favor de sus hijos, una redención, una salvación, una justificación, una libertad y una vida; que aún hoy en día, muchos no reconocen (Juan: 1: 11), (Jesus de Nazaret).
Así está escrito:


… “Y estuvo en lugares desiertos hasta el día de su manifestación”…

Aquí en este pasaje de la biblia, vale la pena resaltar dos palabras escritas por Lucas; refiriéndose a (La voz) que clamaba en el desierto, a Juan el Bautista; y que son muy importantes en este caminar de Crecimiento en Dios…  Y estas son: “Estuvo y Hasta”

De la misma manera que sucedió con Moisés (Exo: 2: 15), así mismo le sucedió también a Juan y a Jesus; fueron “Formados en el desierto” hasta el momento preciso en el que estuvieron preparados para cumplir el propósito que en Dios estaba establecido.

De la misma manera nosotros lo estamos siendo, en cada situación que se presenta en nuestra vida, y que se nos viene mostrando en cada ejercicio personal desde hace mucho tiempo. Estamos en este proceso de crecimiento espiritual integral, hasta que lo manifestemos...


Miremos entonces esas dos palabras por separado…

Estuvo: implica un tiempo no determinado para… Y hasta: implica un tiempo determinado por, y para.

Pasar por “desiertos”…  Es algo que para nadie, es agradable. Y está claro en Dios que todos y cada uno de nosotros, estamos en un proceso de “Crecimiento en él” y este se activara en cada uno en particular, por el conocimiento de la verdad (Juan: 8: 32) para que valoremos cada experiencia natural que hayamos, o estemos viviendo…  “Estando persuadidos de esto, que el que comenzó en nosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo (Fil: 1:6).

Nada sucede en nuestra vida por casualidad, sino por “Causalidad” y es aquí, donde por el conocimiento del tiempo, posición e identidad que tengamos; actuaremos sabiamente… ¡En madurez!  Todo tiene una causa y un efecto, una acción y una reacción, una siembra y una cosecha. No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará. (Gál: 6:7). 


3) En Pensamiento:
David escribió: ¡Cuán preciosos me son, oh Dios, tus pensamientos! ¡Cuán grande es la suma de ellos!  Si los enumero, se multiplican más que la arena.  (Sal: 139:7-18). Entonces… ¿Por qué pues escribió esto? “Tal conocimiento es demasiado maravilloso para mí; Alto es, no lo puedo comprender” (Sal: 139:6).  Preguntémonos… ¿El Rey David… Entendió? o no entendió.

Isaías escribió en su tiempo lo que el Señor les dijo a su pueblo: “Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos”…  (Isa 55:9).

Y el apóstol Pablo escribió:   “Nosotros tenemos la mente de Cristo” (1Cor: 2:16b) 
Si tenemos la mente de Cristo, tenemos sus pensamientos… Se supone entonces que actuamos y hablamos de acuerdo a lo que pensemos… “Porque cuál es su pensamiento en su corazón, tal es él” (Prov: 23:7). 


4) En Actitud:
Si alguien conoce nuestro corazón, es Dios mismo… Y la actitud con la que recibimos su palabra, es Dios mismo;  si entendemos o no, lo que nos ha dado por el Espíritu para que lo vivamos, es Dios mismo; si estamos o no, dispuestos para servirle en el ministerio, el único que lo sabe, es Dios mismo; si en verdad hemos entendido la bendición de sembrar en buena tierra para que su palabra corra y sea glorificada, es Dios mismo; si lo hacemos o no de corazón, en amor y en libertad, es Dios mismo el único que lo sabe… Solo el Señor conoce si nuestro sí, es sí; y si nuestro no, es no…

¡Dios conoce la actitud con la que hacemos todas las cosas! Aun en medio de nuestra debilidad… Como sucedió con muchos de sus instrumentos a lo largo de la historia.


Moisés era tartamudo, Jeremías era impuro de labios,  y del Rey David dijo el Señor que era “Un varón conforme a su corazón, con todo y que fue el asesino intelectual de la muerte de Urías el esposo de Betsabe, o de la canción que le cantaban los de su pueblo “Saúl mato a mil y David, a sus diez mil” (1Sam: 13:14) como está escrito: “todos los llamados de mi nombre; para gloria mía los he creado, los formé y los hice” (Isa: 43:7).

Aun aquí, en todas estas cosas que no nos gustan, o no nos parecen; tenemos que crecer y entender que Dios es soberano y él hace las cosas como él quiere…

¿Qué, pues, diremos? ¿Que hay injusticia en Dios? (Rom: 9:14)  ¿Dirá el vaso de barro al que lo formó: ¿Por qué me has hecho así?  (Rom: 9: 20b). 


En conclusión:

Desde el mismo momento en que fueron abiertos los ojos de nuestro  entendimiento por el Espíritu, no podemos negar que hemos crecido; y que día a día se cumple su palabra de llevarnos siempre de gloria en gloria, de un conocimiento, aun conocimiento superior (1Cor: 13: 9-10) y que esas inescrutables riquezas de Cristo hoy son nuestro deleite cuando las compartimos y somos en sus manos, instrumentos útiles para que muchos sean despertados a esta gloria y bendición en él.

“Porque de él, y por él, y para él, son todas las cosas. A él sea la gloria por los siglos.” (Rom: 11: 36).
 
Somos su misma bendicion, su imagen, su reflejo, su gloria y su misma vida.

Nota:

Puedes depositar tu ofrenda en cualquiera de las oficinas de Western Unión a nivel nacional, a nombre de William Daniel Muñoz Molano, con CC # 16680415, en Cualquier corresponsal bancario al número de celular 3157786249 por NEKI o haciendo transferencia directamente desde cualquier cuenta bancaria.

El apóstol Pablo escribió en (2Cor: 9:1-15) “Cuanto a la ministración para los santos, es por demás que yo os escriba”; pues conozco vuestra buena voluntad y generosidad, y no como de exigencia nuestra. Pero esto digo:

1) El que siembra escasamente, también segará escasamente; y el que siembra generosamente, generosamente también segará.

2) Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre. Y poderoso es Dios para hacer que abunde en vosotros toda gracia, a fin de que, teniendo siempre en todas las cosas todo lo suficiente, abundéis para toda buena obra;

3) Y el que da semilla al que siembra, y pan al que come, proveerá y multiplicará vuestra sementera, y aumentará los frutos de vuestra justicia, para que estéis enriquecidos en todo para toda liberalidad, la cual produce por medio de nosotros acción de gracias a Dios.

Porque la ministración de este servicio no solamente suple lo que a los santos falta, sino que también abunda en muchas acciones de gracias a Dios; pues por la experiencia de esta ministración glorifican a Dios por la obediencia que profesáis al evangelio de Cristo, y por la liberalidad de vuestra contribución para ellos y para todos; asimismo en la oración de ellos por vosotros, a quienes aman a causa de la superabundante gracia de Dios en vosotros.

¡Gracias a Dios por su don inefable!