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“El Bien de Dios”

(File: 1: 1-6).


Pablo, prisionero de Jesucristo, y el hermano Timoteo, al amado Filemón, colaborador nuestro, y a la amada hermana Apia, y a Arquipo nuestro compañero de milicia, y a la iglesia que está en tu casa: Gracia y paz a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo.

Doy gracias a mi Dios, haciendo siempre memoria de ti en mis oraciones,  porque oigo del amor y de la fe que tienes hacia el Señor Jesús, y para con todos los santos; para que la participación de tu fe sea eficaz en el conocimiento de todo el bien que está en vosotros por Cristo Jesús.

Fue dicho… ¡Todo el bien de Dios está en…! 

¿Qué es el Bien de Dios? ¿Por qué fue dado? ¿Para qué fue dado? ¿Para quién fue dado? 

1)     ¿Qué es el Bien de Dios? El Bien de Dios es esa forma especial como Él se manifiesta, como se hace notar, como se nos presenta para que nuestro obrar o proceder vaya en línea con nuestra esencia, la cual es “El Amor”.

Ejemplo: por eso el Señor dio a conocer el misterio de su voluntad, “Su Bien ya establecido” como fue escrito: y lo hizo “Según su beneplácito, el cual se había propuesto en sí mismo”, de reunir todas las cosas en Cristo, en la dispensación del cumplimiento de los tiempos, así las que están en los cielos, como las que están en la tierra  (Efe: 1:9-10), lo consumó (Juan: 19:30).

Sant@s en Dios, esta es una verdad que debemos tener en cuenta siempre para poder caminar en línea con lo que el Señor ha hecho para bendición del hombre, y para que nuestro gozarnos en este mundo por el conocimiento sea más fácil… “Todo su Bien fue establecido en esa cruz. Nada quedó por hacerse, todo fue consumado”…

El hombre fue trasladado de muerte a Vida eterna, de maldición a bendición, de tinieblas a luz, de enfermedad a salúd, de pobreza a riqueza, del siglo malo al siglo bueno, de la ley a la gracia, de la esclavitud a la libertad, de la sombra a la verdad, de la condición natural de hombre pecador a la posición espiritual de Santo. Así a muchos les suene a herejía, error, blasfemia o anatema. ¡Lo que Dios tuvo hacer en Su soberanía para gloria de Su nombre, lo hizo!

Su palabra fue cumplida:
ü  Fue dicho desde el principio y después de “la caída de Adán” que “La simiente Cristo; heriría en la cabeza, a la serpiente (Gén: 3:15). “En aquel día (La cruz), el Señor castigará con su espada dura, grande y fuerte (Su palabra) al leviatán serpiente veloz, y al leviatán serpiente tortuosa; y matará al dragón que está en el mar.” (Isa: 27:1). El gran dragón, la serpiente antigua, que se llama diablo y Satanás, el cual engaña al mundo entero. (Apoc: 12:9). 

ü  “Dios mismo  participó de carne, para destruir por medio de la muerte al que tenía el imperio de la muerte, esto es, al diablo, y librar a todos los que por el temor de la muerte estaban durante toda la vida sujetos a servidumbre. (Heb: 2:14-15). “Fue echado fuera” (Juan 12:31).  ¡Su bien fue establecido en la tierra!

Pablo si entendió esta palabra “Consumado es”, dicha por Jesús en la cruz. El sí recibió ese Bien de Dios en él, y empezó a predicarlo. (Rom: 1:1-32). “Así fuera  locura para muchos y lo sea aún.” pues está escrito:

Destruiré la sabiduría de los sabios,  desecharé el entendimiento de los entendidos. ¿Dónde está el sabio? ¿Dónde está el escriba? ¿Dónde está el disputador de este siglo? “Destruido” ¿No ha enloquecido Dios la sabiduría del mundo? Sant@s en Dios… Es salvando a los creyentes de tanta ignorancia, de tanta religiosidad, de tantos temores, miedos y de tanta mentira (Ose: 4: 6), por la locura de la predicación (1Cor: 1: 18-21).

El Bien de Dios es lo perfecto, es Su perfección conforme a lo establecido por Él, es Su voluntad, es Su soberanía, y hoy en este tiempo (D-C), el Bien de Dios es él mismo obrando a través nuestro. ¡¡¡Es haciendo Él en nosotros lo que es agradable delante de Él!!! (Heb: 13:21), por ese motivo… Sométanse unos a otros en el temor de Dios. (Efe: 5:21). 

El Bien de Dios es TODO el engranaje universal que está unido en perfección y que obra bajo leyes irrefutables, ¡En todo y en todos! (Col: 3:11). 

2)     ¿Por qué fue dado el Bien de Dios? porque en ese tiempo (A-C), la maldad de los hombres era mucha en la tierra, y todo el designio de sus pensamientos era de continuo al mal…

Todo esto empezó en el huerto del Edén, donde le fue dado por Dios al hombre un mandato en especial, y que el hombre desobedeció, diciendo: “De todo árbol del huerto podrás comer; mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás” (Gén: 2:16-17). 

La transgresión a esta palabra trajo como consecuencia al hombre que fueran separados o destituidos de la gloria de Dios; perdiendo así su comunión con Él. Lo que se conoce como “Muerte espiritual” (Rom: 3:23). Esta transgresión o desobediencia también un conocimiento especial… “Sus ojos fueron abiertos y alcanzaron el conocimiento de la sabiduría. “Ser como Dios” sabiendo el bien y el mal. (Gén: 3:5). De ahí en adelante por causa del pecado, la maldad de los hombres fue mucha en la tierra, y todo el designio de los pensamientos del corazón de ellos fue de continuo solamente el mal (Gén: 6:5).

Dios dijo por medio del profeta Isaías que Sus pensamientos no eran los pensamientos del hombre, ni Sus caminos sus caminos. Que como eran más altos los cielos que la tierra, así son Sus caminos eran más altos que los caminos del hombre, y Sus pensamientos más que los pensamientos del hombre. (Isa: 55:8-9). Y dijo: “Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de Uds, dice el Señor, pensamientos de paz, y no de mal, para darles el fin que esperan (Jer: 29:11), por eso “A lo suyo vino”, así los suyos no le hubieran recibido. (Juan: 1:11).

Dios estableció en el hombre “Todo Su bien”, lo salvó y lo llamó con llamamiento santo, no conforme a sus obras, sino según el propósito suyo y la gracia que le fue dada en Cristo Jesús desde antes de los tiempos de los siglos.

Le quitó la muerte que lo separaba de Él, dándole Vida Eterna (Juan: 10: 10b).  Sacó a luz la vida y la inmortalidad por medio del evangelio (2Tim: 1:9-10), para que el hombre viviera en libertad por la verdad establecida (Juan: 8:32) (Gál: 5:1). 

3)     ¿Para qué fue dado el Bien de Dios? para que lo manifestemos; y para que lo que se vea de Dios en este mundo a través nuestro sea “Solo Él.” Que solo Él sea quien se note por nuestro obrar y proceder… Que todo lo que pensemos, digamos y hagamos vaya en línea con nuestra verdadera esencia, “El Amor”. (1Cor: 13: 4-8). ¡En todo y en todos! (Col: 3:11).

Ejemplos:
En (Col: 3:13-24) encontramos un buen ejemplo para que nos ejercitemos y podamos manifestar ese Bien de Dios, diciendo: “Sopórtense y perdónense unos a otros, si alguno tuviere queja contra otro. De la manera que Cristo perdonó, así también deben hacerlo. Y sobre todas estas cosas vístanse de amor, que es el vínculo perfecto. Y que la paz de Dios gobierne en su corazón, a la que asimismo fueron llamados en un solo cuerpo; y sean agradecidos”

La palabra de Cristo mora en abundancia en Uds, enséñense y exhórtense entre Uds mismos, en toda sabiduría, canten con gracia en su corazón al Señor, con salmos e himnos y cánticos espirituales. Y todo lo que hagan, sea de palabra o de hecho, háganlo todo en el Señor Jesús, y dando gracias.

Casadas, estén sujetas a sus maridos, como conviene en el Señor. Maridos, amen a su mujer, y no sean ásperos con ella. Hijos, obedezcan a sus padres en todo, porque esto agrada al Señor. Padre, no exasperes a tus hijos, para que no se desalienten. Obedezcan a sus amos terrenales, no sirvan al ojo, como los que quieren agradar a los hombres, sino con corazón sincero, temiendo a Dios. Y todo lo que hagan, háganlo de corazón para el Señor y no para los hombres; sabiendo que del Señor recibirán la recompensa, porque a Cristo el Señor servimos.

Y en (Filemón: 1:1-25) también hay otro ejercicio de vida que nos ayudará a manifestar ese Bien de Dios “Su amor”. En este caso Pablo le escribe una carta a su hermano Filemón, quien es un colaborador suyo en la obra del ministerio, y le hace una petición diciendo, que para que la participación de su fe o creer fuera eficaz en el conocimiento de todo el bien que está en él por Cristo Jesús. Y como sabe que por su amor, han sido confortados los corazones de los santos.

Y además como tiene mucha libertad en Cristo para mandarle lo que le conviene, más bien le ruega por amor, por Onésimo, un hermano a quien llama su hijo, por haberle engendrado en la prisión, el cual en otro tiempo le fue inútil a Filemón de carga, pero que en ese momento a él y a Pablo les era útil en el ministerio; por eso se lo volvió a enviar, diciéndole, recíbele como a mí mismo, pues nada quise hacer sin tu consentimiento, para que tu favor no fuese como de necesidad, sino voluntario.

Porque quizás para esto se apartó de ti por algún tiempo, para que le recibieses para siempre; no ya como esclavo, sino como más que esclavo, como hermano amado, mayormente para mí, pero cuánto más para ti, tanto en la carne como en el Señor. Así que, si me tienes por compañero, recíbele como a mí mismo. Y si en algo te dañó, o te debe, ponlo a mi cuenta. Yo Pablo lo escribo de mi mano, yo lo pagaré; por no decirte que aun tú mismo te me debes también. Sí, hermano, tenga yo algún provecho de ti en el Señor; conforta mi corazón en el Señor. Te he escrito confiando en tu obediencia, sabiendo que harás aun más de lo que te digo. 

4)     ¿Para quién fue dado? Esta declaración escrita por el apóstol Pablo a su discípulo Filemón, hoy es para nosotros y es verdad en nosotros… pero Su bien no está en… (Nosotros) porque estaríamos haciendo división, entre Dios y Su manifestación hoy en muchos cuerpos (Col:3: 11), sino que “TODO EL BIEN DE DIOS, ES” en nosotros, pues el único que vive es Cristo y todos Somos UNO (Gál: 3:28).

Nosotros Somos Su bien  manifestado. Y es Aquí donde la mente natural empieza a cuestionar, a razonar, y nuestro falso yo o (EGO), empieza a sugerir cosas, porque no puede aceptar lo perfecto y nos pregunta… ¿Por qué si nosotros somos Su bien, no actuamos como somos? ¿Por qué nuestras obras no están yendo en línea con todo su Bien? ¿Por qué si tenemos un conocimiento especial no hacemos como se espera? Porque creemos solo lo razonal, creemos todo lo que esté conforme y vaya en línea con las enseñanzas recibidas, creemos solo lo que nos hace sentir bien y lo que nos parece… ¡Solo lo que no nos haga caer en ridículo!

Ejemplo: Jesús le dijo al padre de un muchacho que decía que su hijo estaba poseído: “Si puedes creer, al que cree todo le es posible.” E inmediatamente el padre del muchacho clamó y dijo: Creo; ayuda mi incredulidad. (Mar: 9:23-24).  Jesús le dijo a Martha la hermana de Lázaro después de haber muerto y haber sido enterrado después de cuatro días: ¿No te he dicho que si crees, verás la gloria de Dios? y Lázaro se levantó (Juan: 11:40).

El Ego nos sugiere ver lo que se ve, oír lo que se oye, sentir lo que se siente, etc. Lo temporal, lo efímero… “Lo que no es” y no lo eterno. (2Cor: 4:18). Fuimos mentalizados a morir a lo que NUNCA hemos sido (Zarx – Carne – Mal), por eso nos ha sido tan difícil VIVIR lo que Somos… ¡Su bien, Su gloria, Su esencia, Su vida misma! (1Juan: 4:17b).
Todo el bien de Dios es “Su justicia” manifestada en unicidad con lo preestablecido por Él… (No es bueno ni malo, correcto o incorrecto, no es derecho ni izquierdo)… El Centro Universal del Amor en Cristo es lo perfecto… Su perfección… Es que manifestemos ¡Su Bien!

El apóstol Pedro en su primer discurso a sus hermanos los Judíos, después de muerto y resucitado Jesús, en el día de pentecostés, y aclarándoles que era lo que había sucedido en ese momento donde todos fueron llenos del Espíritu Santo, y donde fueron convertidos a Jesús en un solo día como tres mil personas, también les expuso la razón, el cómo y el cuándo debía de manifestarse Su Bien, para bendición de los hijos, diciendo:

ü  Varones israelitas, oíd estas palabras: Jesús nazareno, varón aprobado por Dios entre vosotros con las maravillas, prodigios y señales que Dios hizo entre vosotros por medio de él, como vosotros mismos sabéis; a éste, entregado por el determinado consejo y anticipado conocimiento de Dios, prendisteis y matasteis por manos de inicuos, crucificándole; al cual Dios levantó, sueltos los dolores de la muerte, por cuanto era imposible que fuese retenido por ella. (Hech: 2:22-24). 

En conclusión…
Es aquí donde surgen varias preguntas; pero vamos a tener en cuenta solo estas: 

1)     ¿Cuál es el bien de Dios?
Es él mismo, él como el Amor manifestado cumpliendo en sí, su propósito establecido para su gloria. “Él fue inmolado desde el principio del mundo.” Y se hizo efectivo en la cruz. ¡Si alguno tiene oído, oiga! (Apoc: 13: 8b-9).  A Dios nadie le podía quitar la vida… “Nadie me la quita, sino que yo de mí mismo la pongo. Tengo poder para ponerla, y tengo poder para volverla a tomar.” (Juan: 10:18). 

2)     ¿En todos ese bien se manifiesta?
Recordemos, después de la cruz… TODOS somos UNO (Él) (Gál: 3:28) y Él es el todo y en TODOS Col: 3:11). 

3)     ¿Todos somos el bien de Dios?
Solo uno vive en este mundo y ese es Cristo… Nosotros en cuerpo somos solo “Un espejismo del Espíritu” porque: Toda carne es como hierba, y toda la gloria del hombre como flor de la hierba. La hierba se seca, y la flor se cae; Mas la palabra del Señor permanece para siempre. Y esta es la palabra que por el evangelio os ha sido anunciada. (1Ped: 1:24-25). 

4)     ¿Cómo podemos vivir ese bien de Dios?
Muriendo al engaño de creer que nosotros vivimos…
A Dios mismo antes de la cruz, vestido de una carne llamada Jesús le tocó vivir esa experiencia y dijo: Ha llegado la hora para que el Hijo del Hombre sea glorificado. ¡Le llegó la hora de vivir Su Bien, ser levantado en gloria! … De cierto, de cierto os digo, que si el grano de trigo no cae en la tierra y muere, queda solo; pero si muere, lleva mucho fruto. El que ama su vida, la perderá; y el que aborrece su vida en este mundo, para vida eterna la guardará. (Juan: 12:23-25). 

Somos Su bien  manifestado. Su gloria, Su imagen, Su plenitud, Su esencia y Su vida en esta tierra de bendición.







¡Viviendo lo que Somos 2!

 Y Somos, lo que el Señor dice que Somos… “El Amor de Dios manifestado” (Col: 3:11).



Recordemos que el propósito por el cual estamos compartiendo esta palabra, no es otro más, que generar en cada uno de nuestros hermanos un cambio de actitúd y un despertar de conciencia, ante la verdad establecida por nuestro Señor…  Es decir, generar un despertar a la verdad que Somos en el mundo, todos sin excepción (en Él). Pues todos Somos ¡Su Amor YA manifestado!

Recordemos apartes del tema anterior...

A.- Debemos entender ya lo que Somos en Dios…

Recordemos lo que fue escrito:
Solo conocemos en parte (1Cor: 13:9-10), pues aún no sabemos nada como debemos saberlo (1Cor: 8:2) y por esa ignorancia, como fue en el principio, muchos han sido extraviados (Ose: 4:6). *No pasemos por alto el Amor de Dios que Somos y que debemos manifestar siempre… (Rom: 1:20).

En el Amor “Vivimos, nos movemos y Somos”… (Hech: 17: 28ª)(1Jn: 4:7-8). 
  • El Amor que es Dios mismo, se sigue mostrando y hoy “En todo y en todos” (Col: 3:11) (Rom: 9: 16), pero… 
  • Debemos entender a Dios como se debe… ¡No de oídas! (Job: 42:3-6). 
  • Debemos trascender el concepto meramente humano de la religión y la forma… Y darnos el “valor” que tenemos en Dios… 
¿Qué gloria y que honra es la que decimos que le damos a Dios? ¿Qué conocimiento es el que decimos que tenemos? Si en todo momento, en toda situación, en toda circunstancia y en toda persona, no vemos actuando a Cristo sino al hombre… (2Cor: 4:18). “Todo lo que es nacido de Dios vence al mundo”, este es nuestro creer (fe) (1Jn: 5:4). 
  • ¡Cuidado! Lo que  hagamos o no, es a Dios a quien lo hacemos, y no al hombre. (Mat: 25: 35-40). 
  • Vivir lo que Somos, ¡Su Amor! es el propósito por el cual vinimos al mundo… Vivir el tiempo que nos resta ¡Viviendo lo que Somos! es  el fin de nuestro peregrinaje en esta tierra. 
  • En Dios es: “Acomodando lo espiritual a lo espiritual”  pues Somos… “Como él es”… ¡Santos, perfectos, justos, buenos, poderosos, fieles, inconmovibles! Así la mente nos diga lo contrario (1Cor: 2:13) (Col: 3:13-14).
Sant@s en Dios… No tenemos excusa para decir o pensar lo contrario porque “El amor de Dios fue perfeccionado en nosotros” (1Jn: 4:16b-17) (Mar: 9:23). 

  • Cristo es la Roca… Vinimos de la roca, del Amor (Isa: 51:1). Somos Su manifestación aquí en la tierra, y “Cual el celestial, tales también los celestiales” (1Cor: 15:47-48).
  • Preguntémonos entonces: ¿Cómo estamos viviendo? Solo asistiendo, oyendo, hablando y no viviendo su vida? (Stgo: 1:22). Sant@s en Dios “No suceda pues, que la luz que en ti hay, sea tinieblas.” (Luc: 11:35).

B.- Nosotros Somos, lo que Dios dice que Somos...  ¡El Amor! (Rom: 2:11) (1Cor: 2:5-16) (Juan: 8: 32) (Fil: 1:6). 


Recordemos esta verdad siempre… El Espíritu es el que está “Recordando” en este vestido de barro o cuerpo natural, quienes Somos... Y es este cuerpo quien está “Aprendiendo” a someterse a esta verdad de Dios, que es en nosotros, para vivirlo a Él… y vivirlo a Él en conciencia, solo nos será posible cuando nosotros “Dejemos de Ser.” Cuando el ego ya no sea más. (Mar: 14:38) (Jn: 12:24-25). 

NO somos alma viviente” sino, ¡Espíritu Vivificante! (1Cor: 15:45) ¡Esta es nuestra gloria! 
  • ¡ESTO ES CREERLE A DIOS! … Entender, Conocer y Vivir” lo que Somos. Esta es la verdad en la que nos movemos… Pablo la entendió y cuando la entendió, dijo: “Ya no vivo yo”… ¡Cristo vive en mí! … 
  • Vivamos  en este mundo ¡Siendo Él!, pues “Como él es, así somos nosotros en este mundo” (1 Juan: 4: 17b).

1.- ¿Quiénes somos?

Somos ¡El Amor! … “La manifestación de Su todo”… en formación. 

Ya tenemos el conocimiento, el logos o la “In- formación” de lo que somos; y es aquí donde empieza la “Formación” (La forma en acción). Para que lo que se vea en, y a través nuestro, de ahora en adelante, sea solo Dios, ¡El Amor que somos!

HOY es Dios mismo, el (UNO), quien se está experimentando “En todos.”  Ya no en un solo cuerpo Jesús como fue antes, sino en muchos cuerpos naturales, pues hoy Dios es, el todo y en todos (Col: 3:11) y ¡Todos somos UNO!… “El” (Gál: 3:28).

Ahora… Conceptualmente es “fácil” de entender que Somos el Amor de Dios YA manifestado, que Somos Él… pero vivencialmente, éste va a ser nuestro ejercicio de gloria y de vida de ahora en adelante, y durante todo el tiempo de nuestro peregrinaje en este mundo terrenal.

Y será mucho más glorioso, cuando podamos gozarnos conscientemente en esta verdad. “Que en todo lo que veamos, sintamos y vivamos, podamos disfrutar”, porque no es más que la manifestación de Dios mismo en Amor mostrándose delante nuestro, en todos  y en todas las cosas, pues todas ellas nos ayudan para bien (Rom: 8:28).

Este es el sentir que debemos tener siempre entre nuestros hermanos… ¡Sin orgullos, sin falsedad, sin interés, sin envidias, sin celos, sin pleitos, sin iras, sin contiendas, sin rencores, sin venganzas, etc.! (Fil: 2:5-11). Esta verdad alumbrada por Su espíritu, nos lleva a convertir en vivencia, nuestra creencia”… ¡En Vida lo que Creemos!

2.- Somos Su voluntad perfecta manifestándose…  

Recordemos las verdades que el apóstol Pablo aclaró y escribió con temor y temblor, a sus parientes de Israel en su tiempo; pues era lo que Dios desde el principio había sido establecido que sucediera, y es la verdad en la que HOY nosotros debemos gozarnos, diciendo: “De entre el ejército del cielo que son sus ángeles, estableció para ellos un propósito especial” 
  • (A-C) Unos fueron llamados a ser ovejas y otros lobos; unos trigo y otros cizaña; unos vasos de honra y otros vasos de ira; unos hijos de perdición y otros hijos de salvación; unos hijos de Dios y otros hijos del diablo; unos pueblo de Dios (Judíos) y otros perros (Gentiles); unos la novia de Cristo y otros la esposa de Cristo (Rom: 9: 1-26). 
  • Pero para este tiempo (D-C) otros fuimos llamados a manifestarlo y a vivirlo a Él, pues en este mundo de bendición el ÚNICO que vive es Cristo. (1Cor: 1:26-31). El Amor de Dios… Todo lo sufre, todo lo espera, todo lo soporta y NUNCA deja de Ser (1Cor: 13: 4-8). 
Ya vimos algunos ejemplos de ese amor en la vida de Noé, Lot, Moisés, David, Salomón, Judas, Saulo de Tarso quien después fue llamado Pablo, etc. para que desde YA cambiemos de actitúd y veamos más el Amor de Dios manifestado que los errores del hombre (Hech: 17:30). 

Tengamos presente siempre que… Cada uno en Su tiempo, y conforme a Su perfecta voluntad manifestaremos lo que verdaderamente somos en Él… ¡Según Su propósito eterno! … Somos Su gloria, Su bendición, Su reflejo, Su esencia y Su misma vida en este mundo. 

3.- Somos Reyes y Sacerdotes… (En este cuerpo natural).
Tengamos presente que, la “y” une, la “o” separa… (No somos Reyes o Sacerdotes), sino ¡Reyes y Sacerdotes” 
  • Un Rey: es un Soberano de una monarquía o un reino… ¡Tiene y ejerce autoridad! 
  • Un Sacerdote: no es un líder religioso que se apoya en sus cualidades humanas; ni un orador convincente que se apoya en su sabiduría; ni un buen celebrador de ritos en virtud de su sensibilidad religiosa, no. Es un hombre que, por la fuerza de la ordenación – es decir, por iniciativa y acción de Cristo mismo, ha sido convertido en su cuerpo viviente, en Cabeza, Pastor y Esposo. “Cabeza y no cola; y estarás encima solamente, y no estarás debajo” (Deut: 28:13) (Col: 3:11). No tiene autoridad… ¡Es la autoridad!
Para que entendamos mucho mejor esto tomemos como referencia la vida de tres personas en especial: “Saúl, David y Absalón” en el libro “El Perfil de Tres Monarcas” de Gene Edwards, y dejemos que sea Dios mismo por Su espíritu, sea quien nos guíe y nos permita entender como debe ser nuestra forma de reaccionar ante las circunstancias que se nos presentan, y cuanto más hoy desde el conocimiento adquirido, poder disfrutar de su voluntad perfecta manifestándose en cada uno en particular.

Así empieza este escrito:
Dice que el Dios vivo y omnipotente se dirigió a Gabriel y le dijo: - Toma estas dos partes de mi ser. Dos porciones de la naturaleza de Dios. Hay dos hombres que esperan su destino. Ve y entrega a cada uno de ellos una porción de mí mismo.

La primera es del mismo género de su naturaleza. Tendrá el poder del Altísimo como un don, para dominar ejércitos, avergonzar a los enemigos de Dios y realizar en la tierra su obra. Aquí está la inmersión en el Espíritu. Un hombre dio un paso adelante. —Esta porción de Dios es para mí… ¡SAÚL!

- Muy bien - respondió el ángel - Recuerda que quien recibe una porción tan grandiosa como ésta será, sin duda, conocido por muchos.  Antes que tu peregrinaje terrenal termine, será conocido tu carácter por medio de este poder. Tal es el destino de todos los que están investidos de esta porción y ejercen su poder, porque ella afecta únicamente al hombre exterior, sin afectar un ápice su espíritu. El poder exterior revelará siempre los recursos íntimos del ser o la carencia de ellos.

El primer hombre recibió su porción y dio un paso atrás.

Gabriel habló otra vez. - Tengo aquí la segunda de las dos porciones del Dios viviente.
La segunda parte no es un don sino una herencia. Se lleva un don en el hombre exterior; se siembra una herencia - como una semilla - en lo más íntimo del corazón. Sin embargo, aun cuando es una siembra tan insignificante, crece hasta llenar, andando el tiempo, todo el hombre interior.

Otro hombre dio un paso adelante y exclamó: - Creo que esta porción ha de ser mía durante mi peregrinaje terrenal… ¡DAVID!

- Muy bien - respondió otra vez el ángel - Debo decirte que se te ha dado algo glorioso. Es lo único - en todo el universo de Dios y de los ángeles - que puede cambiar el corazón humano. Sin embargo, ni siquiera este elemento de Dios puede llevar a cabo su tarea ni crecer hasta llenar todo tu ser interior a menos que esté bien combinado. Tiene que ser pródigamente mezclado con quebrantamiento, tristeza y aflicción.

El segundo hombre recibió su porción y dio un paso atrás.

Junto a Gabriel se sentó el ángel Archivero. Debidamente asentó en su libro el registro de los dos hombres. — ¿Qué llegarán a ser estos dos hombres después que hayan pasado la puerta hacia el mundo visible? — preguntó Archivero.

En voz baja respondió Gabriel: — Cada uno, en su tiempo, será rey… (Leer el libro completo).


4.- Somos el Amor de Dios manifestado…


El Amor es... "Dejar Ser”… es la otra cara de la moneda, “Ser  y Dejar Ser”; pero no conforme a nuestro parecer, no conforme a nuestro sentir, no conforme a nuestro obrar; porque para el hombre siempre habrá algo que falte, algo por perfeccionar, algo que corregir, algo que cambiar, algo para criticar, porque mira siempre desde lo natural, terrenal  y temporero… pero debemos recordar que en Dios, “Cada uno de nosotros en particular cumple una función especial en el cuerpo, y es solo Él quien la conoce; igual que  nuestro corazón.”

Como fue escrito: No es por obras, para que nadie se gloríe… “Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas.” (Efe: 2: 9-10). Por eso “Ninguno no tenga más alto concepto de sí que el que debe tener, sino que piense de sí con cordura, conforme a la medida de fe que Dios repartió a cada uno.” Porque de la manera que en un cuerpo tenemos muchos miembros, pero no todos los miembros tienen la misma función, así nosotros, siendo muchos, somos un cuerpo en Cristo, y todos miembros los unos de los otros. (Rom: 12: 3-5). 

Cuando el ser humano tiene un cierto grado de Presencia, de atención y alerta en sus percepciones, puede sentir la esencia divina de la vida, la conciencia interior o el espíritu de todas las criaturas  y de todas las formas de vida, y reconocer que es uno con esa esencia y amarla como a sí mismo (Mat:  22:36-40). Sin embargo, hasta tanto eso sucede, la mayoría de los seres humanos perciben solamente las formas exteriores sin tomar conciencia de su esencia interior, de la misma manera que no reconocen su propia esencia y se limitan a identificarse solamente con su forma física y psicológica. Eckhart Tolle.

ü  ¡Cada uno esté plenamente convencido en su propia mente! 

Cualquiera sea el nivel de gloria o de conocimiento en el que el Señor lo lleve, este plenamente  convencido de lo que es en Dios. “No juzgue, no critique, no condene, no hable más de la cuenta porque entiende o no lo que el Señor le permite.”

El que come, no menosprecie al que no come, y el que no come, no juzgue al que come; porque Dios le ha recibido.  ¿Tú quién eres, que juzgas al criado ajeno? Para su propio señor está en pie, o cae; pero estará firme, porque poderoso es el Señor para hacerle estar firme. ¡En Dios estamos firmes y en pie eternamente!

Uno hace diferencia entre día y día; otro juzga iguales todos los días. Cada uno esté plenamente convencido en su propia mente.  El que hace caso del día, lo hace para el Señor; y el que no hace caso del día, para el Señor no lo hace. El que come, para el Señor come, porque da gracias a Dios; y el que no come, para el Señor no come, y da gracias a Dios. Porque ninguno de nosotros vive para sí, y ninguno muere para sí. 
  • “Si vivimos, para el Señor vivimos; y si morimos, para el Señor morimos. Así pues, sea que vivamos, o que muramos, del Señor somos.” (Rom: 14:3-8). 

B.- El Amor… ¡Nunca deja de Ser!

El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece;  no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor; no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad. Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. El amor nunca deja de ser (1Cor: 13:4-8). 

En la versión Dios Habla Hoy dice: Tener amor es saber soportar; es ser bondadoso; es no tener envidia, ni ser presumido, ni orgulloso, ni grosero, ni egoísta; es no enojarse ni guardar rencor;  es no alegrarse de las injusticias, sino de la verdad. Tener amor es sufrirlo todo, creerlo todo, esperarlo todo, soportarlo todo. El amor jamás dejará de existir.

Entender que somos el “Amor de Dios YA manifestado” es fácil de asimilarlo cuando al concepto nos referimos, pero vivirlo en carne propia, dejar que eso que entendemos sea a través nuestro hecho vida; que saber soportar; ser bondadoso; no tener envidia, ni ser presumido, ni orgulloso, ni grosero, ni egoísta; no enojarse ni guardar rencor; no alegrarse de las injusticias, sino de la verdad. Sufrirlo todo, creerlo todo, esperarlo todo, soportarlo todo, es lo que a muchos nos es difícil poner en práctica… “Nos parece imposible poder vivirlo.” Con todo y los errores u horrores que podamos tener, el Amor que es Dios a través nuestro, ¡Nunca dejará de Ser! pues todavía pensamos que somos nosotros los que vivimos, cuando el único que vive es Cristo.

Nuestro falso yo o (Ego) siempre se dolerá y creará conflicto en nuestra manera de pensar, hasta condicionarnos y anularnos.

Hay tres formas como el ego actúa y trata el momento presente: como un medio para un fin, como un obstáculo o como un enemigo.
  • Cuando reaccionamos a la forma que toma vida en ese momento, cuando tratamos al ahora como un medio, un obstáculo o un enemigo, se refuerza la identidad de la forma, el ego. De ahí la reactividad del ego.
¿Qué es reactividad? Volverse adicto a la reacción.

Cuanto más reactivos seamos, mas enredados estaremos en la forma. Cuanto más identificados estemos con la forma, mas fuerte será el ego y ya no brillaremos a través de la forma, y si lo hacemos, lo haremos muy intermitentemente.
  • “Mira pues, no suceda que la luz que en ti hay, sea tinieblas.” Así que, si todo tu cuerpo está lleno de luz, no teniendo parte alguna de tinieblas, será todo luminoso, como cuando una lámpara te alumbra con su resplandor. (Luc: 11:35-36). 
El apóstol Pablo le llamaba en su tiempo al Ego, “La carne” y decía: Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne; y éstos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisiereis (Gál: 5:17).  

En nuestra verdadera identidad (Espíritu) siempre queremos hacer lo que se debe. Jesús dijo: A la verdad ¡El Espíritu siempre está dispuesto! Pero… (Mar: 14:38). Y Pablo dio su consejo diciendo: “Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne.” (Gál: 5:16). Por tanto, amados míos, como siempre habéis obedecido, no como en mi presencia solamente, sino mucho más ahora en mi ausencia, ocupaos en vuestra salvación con temor y temblor, porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad.
  • Haced todo sin murmuraciones y contiendas, para que seáis irreprensibles y sencillos, hijos de Dios sin mancha en medio de una generación maligna y perversa, en medio de la cual resplandecéis como luminares en el mundo;  asidos de la palabra de vida… (Fil: 2:12-16). 
Somos lo que Dios dice que Somos. ¡Su amor! Es lo que debe brillar en y a través de nosotros. Estar en línea con esta verdad es estar en relación de no oposición interior con lo que ocurre fuera. (Eckhart Tolle). Es manifestar, vivir en todo momento, el Dios que es, a través nuestro. “Que se vea afuera lo que Somos interiormente.”

Cuando la base de nuestra acción o proceder es la alineación interior con el momento presente, nuestros pensamientos, nuestro hablar y nuestros actos se fortalecerán por Su mente. 

El apóstol Pablo fue ejercitado en esta verdad y dijo: “Y para que la grandeza de las revelaciones no me exaltase desmedidamente, me fue dado un aguijón en mi carne, un mensajero de Satanás que me abofetee, para que no me enaltezca sobremanera; respecto a lo cual tres veces he rogado al Señor, que lo quite de mí. Y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo. Por lo cual, por amor a Cristo me gozo en las debilidades, en afrentas, en necesidades, en persecuciones, en angustias; porque cuando soy débil, entonces soy fuerte.” (2Cor: 12:7-10). 

Siempre que nos desesperamos, nos angustiamos, nos irritamos, nos estresamos, etc. ha tomado el control un propósito externo y hemos perdido de vista nuestro verdadero propósito, el interno, el que no se ve, el eterno. Por eso “No miremos más las cosas que se ven, sino las que no se ven; pues las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas.” Todas las cosas que nos suceden no son más que “Leves tribulaciones momentáneas” producto de habernos apartado de nuestro kairos o eterno presente. Hemos caído de nuestra posición en Dios, para vivir en la condición natural del hombre, pero cuando las entendemos en Dios, producirán en nosotros un cada vez más excelente y eterno peso de gloria. (2Cor: 4:17-18). 

Solo cuando aceptamos el momento presente con todo lo que sucede descubriremos que la perfección de Dios “Espíritu”, es más profunda que cualquier forma o cualquier situación que se presente; y permanece intacta no importando el tiempo. 

Jesús dijo: “Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace, le compararé a un hombre prudente, que edificó su casa sobre la roca.”  Descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y golpearon contra aquella casa; y no cayó, porque estaba fundada sobre la roca. Pero cualquiera que oye estas palabras y no las hace, le compararé a un hombre insensato, que edificó su casa sobre la arena; y descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y dieron con ímpetu contra aquella casa; y cayó, y fue grande su ruina. Y cuando terminó Jesús estas palabras, la gente se admiraba de su doctrina; porque les enseñaba como quien tiene autoridad, y no como los escribas. (Mat: 7:24-29). 

Sant@s en Dios…
En conclusión Somos Su amor, Su gloria, Su esencia y Su misma vida en este mundo. “Todo lo podemos en Cristo” (Fil: 4: 13). Y “Nada nos será imposible” (Mat: 17: 20).


Nota:

Puedes depositar tu ofrenda en cualquiera de las oficinas de Western Unión a nivel nacional, a nombre de William Daniel Muñoz Molano, con CC # 16680415, en Cualquier corresponsal bancario al número de celular 3157786249 por NEKI o haciendo transferencia directamente desde cualquier cuenta bancaria.

El apóstol Pablo escribió en (2Cor: 9:1-15) “Cuanto a la ministración para los santos, es por demás que yo os escriba”; pues conozco vuestra buena voluntad y generosidad, y no como de exigencia nuestra. Pero esto digo:

1) El que siembra escasamente, también segará escasamente; y el que siembra generosamente, generosamente también segará.

2) Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre. Y poderoso es Dios para hacer que abunde en vosotros toda gracia, a fin de que, teniendo siempre en todas las cosas todo lo suficiente, abundéis para toda buena obra;

3) Y el que da semilla al que siembra, y pan al que come, proveerá y multiplicará vuestra sementera, y aumentará los frutos de vuestra justicia, para que estéis enriquecidos en todo para toda liberalidad, la cual produce por medio de nosotros acción de gracias a Dios.

Porque la ministración de este servicio no solamente suple lo que a los santos falta, sino que también abunda en muchas acciones de gracias a Dios; pues por la experiencia de esta ministración glorifican a Dios por la obediencia que profesáis al evangelio de Cristo, y por la liberalidad de vuestra contribución para ellos y para todos; asimismo en la oración de ellos por vosotros, a quienes aman a causa de la superabundante gracia de Dios en vosotros.

¡Gracias a Dios por su don inefable!