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El UNO (Parte 2)


Dios, el Yo Soy, el Eterno, el SER sin límites, el todo y en todos… ¡Es el Amor!
  
Y el AMOR, es lo único que en este tiempo se debe estar manifestando en todos y en cada uno de nosotros; y cuanto más, cuando el conocimiento de nuestra verdadera identidad ha sido alumbrado en nuestro Espíritu... 

Santos y Eternos en Dios, recordemos que ¡Somos Su esencia!

Por tal motivo nuestros ojos deben “Mirar” siempre, que:

·         Ninguno paguemos a otro mal por mal; antes bien, que sigamos siempre lo bueno unos para con otros, y para con todos.” (1Tes: 5:17). Que siempre procuremos lo bueno delante de todos los hombres; y que si es posible, en cuanto dependa de nosotros, estemos en paz con todos… (Rom: 12:17-18), pues todos somos UNO… ¡ÉL!

·         Todos somos el AMOR – DIOS manifestado… “Todos somos por decirlo de alguna manera, Su extensión aquí en la tierra.” Y esto es lo único que debemos vernos, los unos a los otros...

Pues estas fueron las palabras de Jesús a sus discípulos  antes de terminar su ministerio terrenal, diciendo: “Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis unos a otros.” (Juan: 13:34-35).

En (1Jn: 2:5-11) el apóstol escribió así: “El que guarda su palabra, en éste verdaderamente el amor de Dios se ha perfeccionado; por esto sabemos que estamos en él.”

·   Guardar Su palabra y ponerla por obra, es no pasar por alto su dirección; esto nos permitirá gozarnos al ver como Su amor perfecto se va reflejando en, y a través nuestro, y va fluyendo cada vez más de esa misma manera en la vida de nuestro hermano; pues él también es Su bendición, plenitud, esencia y vida en este mundo. “Amados, amémonos unos a otros; porque “Dios es amor.” (1Jn: 4:7-8). 


Jesús dijo: “Estas cosas os he hablado, para que mi gozo esté en vosotros, y vuestro gozo sea cumplido.” Este es mi mandamiento: Que os améis unos a otros, como yo os he amado. “Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos.” Y dijo también… Esto os mando: ¡Que os améis unos a otros! (Juan: 15:11-13, 16-17).

Y como bien sabemos la manifestación de Su amor se hizo visible y palpable delante de todos en la cruz, cuando puso su vida en rescate por muchos (Mat: 20:28) (Juan: 10:18). “Dios no es hombre, para que mienta, ni hijo de hombre para que se arrepienta. Él dijo, he hizo; Habló, y ejecutó” (Núm: 23:19).

Recordemos:
En el tema anterior dijimos que si algo debíamos tener siempre en cuenta, era que “No debíamos amar de palabra ni de lengua, sino de hecho y en verdad.” (1Jn: 3:18), porque “No hay más (AMOR = DIOS), que EL UNO… ÉL es quien después de la cruz vive en TODOS, y a través de TODOS se manifiesta sin distingos de ninguna clase (Col: 3: 11). 

Por ese motivo debemos tener siempre presente, que si algo hacemos o no por nuestro prójimo (Próximo), o por nuestro hermano, es a “Dios mismo” a quien lo hacemos (Mat: 25:35-40). “Porque en  Dios, no hay acepción de personas.” (Rom: 2:11). En Él todos somos UNO.

Sant@s en Dios, es a esta verdad a la que debemos despertar para no contender mas con nadie, ni criticar, ni juzgar, ni condenar, ni ser infieles, y mucho menos maltratar a nadie; ya sea de palabra o de hecho, pues mientras existamos aquí en la tierra, en este lugar de bendición que es el Reino de Dios, ¡El UNO – EL AMOR! este será nuestro ejercicio de vida a manifestar, pero despertemos ya, porque… No somos nosotros los que vivimos, sino Él…

Así veamos que nuestro cuerpo se mueve, siente, piensa y habla; el que vive es Él y no nosotros. “No atendamos más a esa voz que se levanta y sugiere a nuestra mente, que nosotros somos el centro de todas las cosas”, para no reconocer en nuestro hermano, la misma esencia, plenitud y vida de Dios.

·   Como dijo el apóstol Juan… ¡Armémonos unos a otros; porque el amor es de Dios, es nacido de Dios, y conoce a Dios; porque Dios es amor! (1Jn: 4:7-8). “Dios es amor; y el que permanece en amor, permanece en Dios, y Dios en él.” (1Jn: 4:16b).

Preguntémonos entonces… ¿Quién puede estar y permanecer en este tiempo fuera del amor de Dios? ¡Nadie! “Porque en él vivimos, y nos movemos, y somos” (Hech: 17:28). “¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada?” ¡NADA NI NADIE! Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores…  

Pablo dijo: por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro. (Rom: 8:35-39). ¿Por qué?

Porque… Todo fue reunido en Él - en el “UNO” – en Cristo – en Dios – En el Yo Soy – En ese que todo lo llena, en todo. Es por esto que entendemos ahora sí, que Dios ES el todo y es en todos. Él no fue excluyente con nadie, sino incluyente. Ese fue el misterio de su voluntad, “Reunir todo y a todos en Su AMOR, en El UNO, en Dios, en Él mismo según su beneplácito”, ese que se Él se había propuesto en sí mismo cumplir en esa cruz, y en ella lo hizo todo; reunió todas las cosas en Cristo, así las que estaban en los cielos, como las que estaban en la tierra y todo esto, en la dispensación del cumplimiento de los tiempos… (Efe: 1:9-10).

Cuando el apóstol Pablo lo entendió, dijo totalmente convencido: “Porque el amor de Cristo nos constriñe, pensando esto: que si uno murió por todos, luego todos murieron; y por todos murió, para que los que viven, ya no vivan para sí, sino para aquel UNO que murió y resucitó por ellos. De manera que nosotros de aquí en adelante A NADIE conocemos según la carne”; pues en ella solo lograremos ver el error, la falta, la debilidad, la flaqueza, lo negativo, el punto negro y nada más; y no AL UNO, que es el Espíritu (2Cor: 5:14-16ª). 

Todos los que vivieron antes de la cruz fueron encerrados en Su amor y nosotros los que vivimos después de ella, SOMOS la manifestación del AMOR – de DIOS – del SER – del UNO... 

Esta verdad está bien clara en nuestro Espíritu, no así cuando la tratamos de entender humana y religiosamente con una mente egotista, porque no hay forma de entenderla, o más bien de aceptarla. Porque… “El hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente.” (1Cor: 2:14).

Al Espíritu no hay necesidad de convencerlo de nada, y nosotros somos Espíritu; pero la mente del hombre manipulada siempre por el ego o falso dios, estará esperando como de costumbre razones lógicas que la convenzan de lo espiritual, pero eso no es posible. ¡NO podemos entender y aceptar lo espiritual, con una mente natural!

Recordemos que no somos seres naturales teniendo experiencias espirituales, sino al contrario. Somos Espíritu teniendo experiencias terrenales… 

En cierta ocasión compartiendo con una hermana muy especial de la Ciudad de Culiacán - Sinaloa en México, me llamaron mucho la atención las palabras que me dijo cuándo al compartirle apartes de la palabra que hoy estamos tratando, dijo: “hay cosas que no se pueden explicar porque solo se sienten y se creen; porque al quererlas explicar se pierden...”

Veamos y Oigamos más allá de lo natural, para que vivamos conforme al UNO – Espíritu

“No miremos las cosas que se ven, sino las que no se ven; pues las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas” (2Cor: 4:18).

Santos y Eternos en Dios…

·         “Nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que proviene de Dios, para que sepamos lo que Dios nos ha concedido.

·         Lo que hablamos, no lo hacemos con palabras enseñadas por sabiduría humana, sino con las que enseña el Espíritu. Él es quien acomoda lo espiritual a lo espiritual…” por encima de la tinta y del papel, por encima del tiempo, por encima de toda religión, por encima de todo estrato social, por encima de lo que llamamos bueno o malo, de lo que nos parece o no nos parece, por encima de los llamados pactos, por encima de todo texto y contesto, etc. (1Cor: 2:12-14).  

·      Entender esta verdad, no es del que quiera, ni del que corra, sino de Dios… (Rom: 9:16).
El UNO – EL SER sin límites, el YO SOY - Cristo – Dios; sin nombre, sin nacionalidad, sin cultura, sin religión y sin sexo, es UNO solo, no hay más; es el todo y EN TODOS. Y esta verdad, es la que el Espíritu está alumbrando en el corazón de muchos en el mundo entero para que no haya más división, para que ya no haya más razonamientos, ni malos entendidos, ni guerras, sino que Su paz, esa que sobrepasa todo entendimiento sea la que guarde nuestro corazón y nuestros pensamientos en Él…

Tal y como fue dicho al pueblo de Israel hace ya mucho tiempo por medio de Moisés, diciendo: “Oye, Israel: el Señor nuestro Dios, solo uno es.” Así mismo lo decimos hoy (Deut: 6:4). El Señor nuestro Dios es “EL AMOR”, el cual debemos reflejar en todo tiempo, sin importar la persona y la situación que vivamos, porque “Todas las cosas nos muestran Su gloria y todas las circunstancias cual quiera sean nos ayudan para bien” (Rom: 8: 28), y todas las personas no somos más que el reflejo, la imagen, la bendición, la plenitud, la esencia y la vida de Dios mismo en este mundo.

Nuestro mirar debe estar siempre en lo alto… ¡En el UNO!

En su tiempo el apóstol Pablo dijo a los llamados gentiles que trascendieron la cruz, así…

·         “Si han resucitado con Cristo, busquen las cosas de arriba…”  
·         “Pongan la mira en las cosas de arriba, y no en las de la tierra.”
·         “Su vida está escondida con Cristo en Dios”
·         “Cuando Cristo, Su vida, se manifieste, entonces Uds también serán manifestados con él     en gloria.” (Col: 3:1-4).

El engaño y la incredulidad, endurecen…

Quienes no logran ver más allá de lo natural las verdades de Dios, así les suene a locura, blasfemia y apostasía y se encierran todavía más en sus creencias religiosas y no renuevan su mente (Efe: 4: 23), seguirán viviendo hoy lo mismo que vivieron los hijos de Israel en su tiempo cuando les fue dicho en (Heb: 3:12-19).

·   “Miren, hermanos, que no haya en ninguno de Uds corazón malo de incredulidad para apartarse del Dios vivo; antes exhórtense los unos a los otros cada día, entre tanto que se dice: Hoy; para que ninguno de Uds se endurezca por el engaño...

·   “Uds fueron hechos participantes de Cristo, con tal que retengan firme hasta el fin la confianza del principio, entre tanto que se dice: “Si oyeren hoy su voz, no endurezcan su corazón, como en la provocación”

¿Quiénes fueron los que, habiendo oído, le provocaron? ¿No fueron todos los que salieron de Egipto por mano de Moisés? ¿Y con quiénes estuvo él disgustado cuarenta años? ¿No fue con los que pecaron, cuyos cuerpos cayeron en el desierto? ¿Y a quiénes juró que no entrarían en su reposo, sino a aquellos que desobedecieron? Y vemos que no pudieron entrar a causa de incredulidad…

Mi herman@ si Ud está siendo ministrado en Dios con esta palabra… ¡Despierte! Conozca la verdad porque ella lo hace libre. (Jn: 8: 32).

El UNO es Dios – el Amor - el Yo Soy – el SER sin límites - Cristo – el todo y en TODOS; y es Él el que se está mostrando hoy en todos y en cada uno de nosotros.

Recordemos las palabras del apóstol Pablo cuando dijo que: “Todas las cosas, cuando son puestas en evidencia por la luz, son hechas manifiestas; porque la luz es lo que manifiesta todo. Por lo cual dice: “Despiértate, tú que duermes, y levántate de los muertos, y te alumbrará Cristo.” Mirad, pues, con diligencia cómo andéis, no como necios sino como sabios, aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos. Por tanto, no seáis insensatos, sino entendidos de cuál sea la voluntad del Señor” (Efe: 5:13-17) (Rom: 12: 2).

El UNO es en todos y cada uno de nosotros. NO hay más Dios que UNO = El AMOR. Y TODOS somos Su manifestación real, Su bendición, Su reflejo, Su imagen, Su gloria, Su olor fragante, Su plenitud, Su esencia y Su misma vida en este mundo.


Continúa…


Nota:

Puedes depositar tu ofrenda en cualquiera de las oficinas de Western Unión a nivel nacional, a nombre de William Daniel Muñoz Molano, con CC # 16680415, en Cualquier corresponsal bancario al número de celular 3157786249 por NEKI o haciendo transferencia directamente desde cualquier cuenta bancaria.

El apóstol Pablo escribió en (2Cor: 9:1-15) “Cuanto a la ministración para los santos, es por demás que yo os escriba”; pues conozco vuestra buena voluntad y generosidad, y no como de exigencia nuestra. Pero esto digo:

1) El que siembra escasamente, también segará escasamente; y el que siembra generosamente, generosamente también segará.

2) Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre. Y poderoso es Dios para hacer que abunde en vosotros toda gracia, a fin de que, teniendo siempre en todas las cosas todo lo suficiente, abundéis para toda buena obra;

3) Y el que da semilla al que siembra, y pan al que come, proveerá y multiplicará vuestra sementera, y aumentará los frutos de vuestra justicia, para que estéis enriquecidos en todo para toda liberalidad, la cual produce por medio de nosotros acción de gracias a Dios.

Porque la ministración de este servicio no solamente suple lo que a los santos falta, sino que también abunda en muchas acciones de gracias a Dios; pues por la experiencia de esta ministración glorifican a Dios por la obediencia que profesáis al evangelio de Cristo, y por la liberalidad de vuestra contribución para ellos y para todos; asimismo en la oración de ellos por vosotros, a quienes aman a causa de la superabundante gracia de Dios en vosotros.

¡Gracias a Dios por su don inefable!