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El Dios UNO = “Uno ---> Dios”


Leamos algunos puntos claves que el apóstol Pablo escribió a sus discípulos en (1Cor: 2:1-16), para que podamos discernir por el Espíritu lo que estamos diciendo: 

1)     “Así que, hermanos, cuando fui a vosotros para anunciaros el testimonio de Dios, no fui con excelencia de palabras o de sabiduría. Pues me propuse no saber entre vosotros cosa alguna sino a Jesucristo…” 

2)     “Estuve entre vosotros con debilidad, y mucho temor y temblor; y ni mi palabra ni mi predicación fué con palabras persuasivas de humana sabiduría, sino con demostración del Espíritu y de poder, para que vuestra fe o creer no esté fundada en la sabiduría de los hombres, sino en el poder de Dios.” 

3)     “Sin embargo, hablamos sabiduría entre los que han alcanzado madurez; y sabiduría, no de este siglo, ni de los príncipes de este siglo, que perecen. Mas hablamos sabiduría de Dios en misterio, la sabiduría oculta, la cual Dios predestinó antes de los siglos para nuestra gloria…” 

4)     “Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, ni han subido en corazón de hombre, son las que Dios ha preparado para los que le aman. Pero Dios nos las reveló a nosotros por el Espíritu; porque el Espíritu todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios. Porque ¿quién de los hombres sabe las cosas del hombre, sino el espíritu del hombre que está en él? Así tampoco nadie conoció las cosas de Dios, sino el Espíritu de Dios.” 

5)     Y… “Nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que proviene de Dios, para que sepamos lo que Dios nos ha concedido, lo cual también hablamos, no con palabras enseñadas por sabiduría humana, sino con las que enseña el Espíritu, acomodando lo espiritual a lo espiritual.” 

6)     “El hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente. En cambio el espiritual juzga todas las cosas; pero él no es juzgado de nadie.” 

7)     “¿Quién conoció la mente del Señor? ¿Quién le instruirá? Mas nosotros tenemos la mente de Cristo.”

Como bien pudimos darnos cuenta leyendo el pasaje anterior, la idea o más bien la certeza con la que se comparte hoy esta Palabra, es la de que todos entendamos que cada uno de nosotros, en este cuerpo natural, somos solo el parlante o medio del cual Dios se vale para comunicar Su verdad. Y lo hacemos teniendo esta convicción y certeza y mucho más cuando lo hacemos en humildad, pues el que obra es solo Él y no nosotros humanamente...

No es la de tratar de convencer a algunos de ciertas cosas, ni es el tratar de cambiarles en su manera de pensar respecto de Dios, sino simplemente hacer referencia aquí y ahora de lo que verdaderamente somos en este mundo según el propósito YA establecido por el creador de todas las cosas. Eso sí, entendiendo y descansando en el Señor cualquiera sea la reacción de los que lean, porque algunos apenas van a estár despertando a estas verdades escritas desde mucho tiempo atrás.

Verdades estas que para muchos no van a ser fáciles de digerir y muchos ni siquiera lograrán vislumbrar, pero son cosas de Dios y Su soberanía. Otros más, que aun sabiéndolas no lograrán disfrutarlas al máximo, y otros definitivamente no están o no fueron diseñados para poderlas entender; y eso no quiere decir que Dios no sea a través de ellos… por eso confieso en el Señor que no en vano Ud está leyendo hoy esta palabra, porque en Dios está todo y todos. las casualidades pero también las “causalidades.” Pues como fue escrito: “En él vivimos, y nos movemos, y somos” y todo en Él puede suceder… (Hech: 17:28).

Cuando leemos que ¡Dios es Uno ---> y uno Dios!  de seguro que en ese mismo instante nuestra mente empieza a recibir un bombardeo de pensamientos religiosos, culturales y egotistas para llevarnos de alguna manera a malentender y a refutar lo que queremos decir, por causa de la enseñanza recibida y los conceptos aprendidos. Lo cierto es que lo hacemos, lo hacemos con el único deseo o fin de que en la medida que sea posible TODOS entendamos la tremenda dimensión de las palabras que estamos diciendo y de lo que SOMOS, porque como dijo el apóstol: “El hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente”, no así el espiritual… (1Cor: 2:12).

¿Por qué decimos entonces que Dios es (1) y que uno es Dios?

Y es precisamente aquí donde debemos recordar las palabras que en alguna ocasión entendió el apóstol Pablo cuando expresó: “Ya no vivo yo”… porque “El que vive es Él y no nosotros. Nosotros solo existimos. Esta verdad de que nosotros solo existimos, es algo que debemos tener YA muy presente en nuestra vida, porque lo que llamamos existencia, se cuenta desde el día en que nacimos, hasta el día en que partimos de este mundo o salimos de este cuerpo natural. En cambio (La Vida – Dios, es ETERNA). Él – Cristo - Dios es la vida manifestándose a través nuestro, a través de cada uno de nosotros… “El todo y en todos como UNO solo, mostrándose en muchos cuerpos…”  (Gál: 3: 28) (Col: 3: 10-11).”
                                                                                                                                       
Y cuando decimos, “la vida”, no me estoy refiriendo al aliento de vida o soplo de vida natural que le fue dado al primer hombre sobre la tierra (Adán), sino a la nueva creación – Cristo Espíritu, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad. (Efe: 4:24).

Sant@s y etern@s en Dios, bien lo dijo el apóstol Pablo: “Nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que proviene de Dios, para que sepamos lo que Dios nos ha concedido.” Por ese motivo compartimos lo que desde mucho tiempo atrás entendió Pablo. Lo cual también hablamos, no con palabras enseñadas por sabiduría humana, sino con las que enseña el Espíritu, acomodando lo espiritual a lo espiritual (1Cor: 2:14).

Sant@s y etern@s en Dios… Usando las mismas palabras del apóstol Pablo: Confío y creo en Dios que estamos compartiendo estas palabras entre los que hemos alcanzado “madurez”… pero si quiero hacer claridad de que cuando digo (Alcanzado maduréz), solo me refiero a alcanzar la M, porque en Dios nuestra formación en este cuerpo natural, es hasta la Z. “Para que entendamos que nuestro CREER no debe estar fundado en la sabiduría de los hombres, sino en el poder de Dios.” 

Ese poder que YA FUE establecido en la cruz conforme a Su perfecta voluntad; y de esto también  debemos estar completamente seguros en nuestro corazón, porque… “TODAS las cosas YA fueron reunidas en Cristo, tanto las celestiales como las terrenales” (Efe: 1:9-10). Esto, para que al que nosotros veamos, quien quiera que sea, y cualquiera sea la circunstancia en la que se encuentre dicha persona; lo único que veamos en él, sea solo a Él, a Cristo… ¡Lo celestial y no lo terrenal, lo eterno y no lo temporal! (2Cor: 4: 18).

A.- ¡Dios es (1) = Dios es uno…!

Ahora bien, meditemos en estas palabras  y ejercitemos nuestros sentidos espirituales, porque como bien podemos leer, ¡Dios es (1) = Dios es uno…! Estas palabras se oyen igual cuando las estamos leyendo, pero en su manera de escribirlas son totalmente diferentes, aunque su verdadera esencia está detrás de la letra que vemos con nuestros ojos naturales, porque “La letra mata, mas el espíritu vivifica.” (2Cor: 3:6).

Estoy seguro de que YA es tiempo de crecer en el conocimiento de Dios, de Su palabra y de nuestra verdadera esencia, tal y como fue establecido por Dios mismo desde antes de los tiempos de los siglos, por el alimento sólido con el que HOY nos estemos nutriendo. Por eso entendemos que cuando decimos que Dios es (1), sabemos que no son tres, ni dos, sino (1 solo), y cuando decimos que ¡Dios es uno! Es porque tenemos muy claro que… “El que vive es Él y no nosotros, que nosotros solo existimos y que la vida es Él.

Y no como le sucedió en cierta ocasión al apóstol Pablo con sus discípulos a los que quería compartirles las verdades reveladas de su tiempo y no pudo, por lo cual tuvo exhortarlos fuertemente por seguir siendo niños en la palabra, diciéndoles: 

1) De manera que yo, hermanos, no pude hablaros como a espirituales, sino como a carnales, como a niños en Cristo... (1Cor: 3: 1). “Porque debiendo ser ya maestros, después de tanto tiempo, tenéis necesidad de que se os vuelva a enseñar cuáles son los primeros rudimentos de las palabras de Dios; y habéis llegado a ser tales que tenéis necesidad de leche, y no de alimento sólido. Porque todo aquel que participa de la leche es inexperto en la palabra de justicia, porque es niño; pero el alimento sólido es para los que han alcanzado madurez, para los que por el uso tienen los sentidos ejercitados en el discernimiento del bien y del mal.”  (Heb: 5:12-14). 

2)  Por eso… “Nadie se engañe a sí mismo; si alguno entre vosotros se cree sabio en este siglo, hágase ignorante, para que llegue a ser sabio...” (1Cor: 3: 18-20). Así como fue escrito: hablamos sabiduría entre los que han alcanzado madurez; y sabiduría, no de este siglo, ni de los príncipes de este siglo, que perecen. Mas hablamos sabiduría de Dios, pero YA NO en misterio, la sabiduría oculta, la cual Dios predestinó antes de los siglos para nuestra gloria, está siendo hoy alumbrada en nuestro corazón, y muchos están siendo despertados de ese letargo religioso en el que se encontraban, y en el que muchos se encuentran hoy en día. Por eso es que estas cosas que “Ojo no vio, ni oído oyó, ni han subido en corazón de hombre, estas que Dios preparó de antemano para los que le aman, están saliendo a luz, pero alumbradas por el Espíritu; porque el Espíritu todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios (1Cor: 2: 5-10).

Y eso que él solamente les compartía lo que a él le fue revelado para su tiempo, lo cual fue “la gracia como favor de Dios y como el conocimiento de los misterios que estuvieron ocultos” para luz de aquellos que “vivían o más bien existían” sin una ley mosaica, o sea, a los llamados gentiles, los cuales se encontraban en la total ignorancia del (Dios – Amor) que creo todas las cosas para bendición; y para libertad de todos los que habían vivido hasta ese momentos antes de la cruz sumidos a una ley imposible de cumplir, o sea los judíos.

B.- Jesús mismo aclaró esta  verdad de que “Dios es (1) y uno ---> Dios” delante de los judíos, diciéndoles así:

“Yo y el Padre uno somos. Entonces los judíos volvieron a tomar piedras para apedrearle, a lo que  Jesús les respondió, diciendo: Muchas buenas obras os he mostrado de mi Padre; ¿por cuál de ellas me apedreáis? y ellos le respondieron diciendo: Por buena obra no te apedreamos, sino por la blasfemia; porque tú, siendo hombre, te haces Dios. Jesús les respondió: ¿No está escrito en vuestra ley: Yo dije, dioses sois?" (Juan: 10:30-34).

Esto debe estar claro que estas palabras fueron dichas antes de la cruz y se tenía razón al respecto, pero hoy “NI es dioses, sois”, porque da a entender que son muchos dioses; sino, (DIOS ES) a través nuestro, el todo y en todos, en muchos cuerpos, como ¡UNO SOLO!

Yo sé que estas palabras al ser leídas en conciencia, harán surgir en nuestra mente pensamientos... Pero no son pensamientos repetitivos, ruidosos, narcisistas, que reclaman atención. Ni son pensamientos que digan «mírame», sino «mira más allá» de la letra, para poder entender y disfrutar del Espíritu detrás de las palabras leídas, porque la letra mata, más el Espíritu vivifica dijo el apóstol Pablo (2Cor: 3:6). Y sé que esos pensamientos como han surgido de la quietud al leer estas palabras en conciencia, tienen poder: el poder de llevarnos de nuevo a la misma quietud de la que surgieron, porque nuestra mente natural siempre pondrá otros pensamientos para sacarnos de esta verdad ya dicha, de nuestra verdadera esencia… «Dios UNO = Uno --> Dios»

Esa quietud de la que surgieron las palabras leídas también son paz interior, y esa quietud y esa paz son la esencia o plenitud de nuestro Ser... «Dios UNO = Uno --> Dios». Es la quietud, la verdad dicha la que salvará y transformará el mundo religioso» como fue escrito “Y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres” (Jn: 8: 32), pues todos SOMOS la quietud, la verdad, la palabra. Todos somos UNO Dios, sin acepción de personas, y sin diferencia de ninguna clase… (Gál: 3: 28).

Entendamos lo siguiente:

“Todo aquel que participa de la leche es inexperto en la palabra de justicia, dijo el apóstol Pablo, porque es niño;  pero el alimento sólido es para los que han alcanzado madurez, para los que por el uso tienen los sentidos ejercitados en el discernimiento del bien y del mal.” (Heb 5:13-14).

De ahí la oración que hacía Pablo por sus discípulos para que el Padre de gloria, les diera “espíritu de sabiduría y de revelación en el conocimiento de él, que alumbrara los ojos de su entendimiento, para que supieran la verdad a la cuál habían sido llamados, y cuáles eran las riquezas de la gloria de su herencia en los santos…” (Efe: 1:17-18).

Por eso les dijo también que “No se conformaran a ese siglo, a esa forma de vida que tenían, sino que se transformaran por medio de la renovación de su entendimiento, para que pudieran comprobar cuál era la buena voluntad de Dios, «Dios UNO = Uno --> Dios»  agradable y perfecta.” (Rom: 12:2).

Ahora, para poder sacar el mayor provecho posible a la palabra que hoy estamos compartiendo «Dios UNO = Uno --> Dios », debemos entender muy bien estas tres referencias bíblicas (1Cor: 15: 27-28) (Col: 3: 11) (Gál: 3: 28), porque ellas nos dejarán ver la luz de la verdad ahí escrita para que la disfrutemos, y de seguro encontraremos respuesta a esa pregunta que vaga por nuestra mente en este momento. ¿Porque dice que Dios es uno, y porque uno es Dios?

En (1Cor: 15: 27 - 28) dice que era necesario que Dios en su naturaleza humana Jesús, terminara cumpliendo de alguna manera su ministerio, “entregando” a Su esencia Espíritu o Padre, todo el poder, o más bien volviendo a tomar todo el poder de su naturaleza terrenal para ser así el TODO Y EN TODOS. Y esta es la palabra clave, ¡Él es HOY en TODOS!

Como fue dicho: “Porque todas las cosas las sujetó (DIOS) debajo de sus pies. Y cuando dice que todas las cosas han sido sujetadas a él (Jesús – Dios), claramente se exceptúa aquel (Dios – Espíritu) que sujetó a él todas las cosas. Pero luego que todas las cosas le estén sujetas, entonces también (Jesús - Dios), COMO el Hijo mismo se sujetará al que le sujetó a él (Dios – Espíritu) todas las cosas, para que Dios sea todo en todos. Por eso decimos que «Dios es UNO = Uno --> Dios»

Cumpliéndose así las palabras dichas por (Jesús – Dios) en su ministerio terrenal, cuando les dijo: “para que todos sean uno; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros; para que el mundo crea… La gloria que me diste, yo les he dado, para que sean uno, así como nosotros somos uno. Yo en ellos, y tú en mí, para que sean perfectos en unidad, para que el mundo crea… (Jn: 17:21-23ª).

En (Col: 3: 10-11) Pablo les dijo: “Revístanse del nuevo hombre (Cristo), el cual conforme a la imagen del que lo creó se va renovando hasta el conocimiento pleno, donde NO HAY griego ni judío, circuncisión ni incircuncisión, bárbaro ni escita, siervo ni libre, sino que (Cristo es el todo, y en todos).” Aquí nos volvemos a encontrar de nuevo la palabra clave, ¡Él es HOY en TODOS!

Y en (Gál: 3: 28) lo confirma diciendo: “YA NO HAY judío ni griego; NO HAY esclavo ni libre; NO HAY varón ni mujer; porque TODOS vosotros sois UNO en Cristo Jesús. Eh aquí de nuevo la palabra clave TODOS SOMOS UNO… ÉL = Cristo = En quien están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento.” (Col: 2:3). Para que podamos entender que… «Dios es UNO = Uno --> Dios».

Ahora bien… Ya leímos estas tres referencias que nos permitirán ser guiados en esta verdad del porqué «Dios es UNO = Uno --> Dios»; pero volvamos de nuevo a retomar la primera parte donde dice que “Dios es UNO” para que nos afirmemos mucho más en ella… En (Deut: 32: 39) dice así: “Ved ahora que yo, yo soy, y NO HAY dioses conmigo.” ¿Por qué dice que no hay dioses conmigo? ¿Por qué uno y no (3) como fuimos enseñados? Esto es algo que YA debe quedar bien claro en cada uno de nosotros...

* ¡No son tres, ni dos, solo UNO es…!

Pero es precisamente el desconocimiento de este misterio YA DEVELADO hace más de 2000 años el que tiene al llamado mundo “Cristiano” enredado en una religiosidad tan grande, llena de críticas, cuestionamientos y juicios que en nada están ayudando al crecimiento de los herman@s en el mundo entero.

** Hermanos que según Dios son las riquezas de la gloria de su herencia…

Gloria y herencia que se manifiestan en cada uno de los Sant@s... Pero que por estar viviendo en esa religiosidad que los lleva en ceguera, no pueden ver la luz de esta tremenda verdad y los mantiene todavía sumidos en una niñez espiritual que con el paso del tiempo se va volviendo más y más  dañina, e insana por falta de ejercitar el discernimiento que todos tenemos (1Cor: 2: 10). Y se cumple de nuevo hoy en día lo que fue dicho por el Señor a Israel por medio del profeta: “Mi pueblo fue destruido, porque le faltó conocimiento.” (Ose: 4: 6). Recordemos que el alimento sólido es para los que han alcanzado madurez, para los que por el uso tienen los sentidos ejercitados en el discernimiento… (Heb: 5:14).

Dios mismo fue quien aclaró éste llamado misterio por medio del  apóstol Pablo, quien habiendo recibido la revelación después de la cruz, la predicó a judíos y a gentiles para que la pudieran entender, pues solo a él le fue dado, y les dijo así: “Conozco a un hombre en Cristo, que hace catorce años (si en el cuerpo, no lo sé; si fuera del cuerpo, no lo sé; Dios lo sabe) fue arrebatado hasta el tercer cielo. Y conozco al tal hombre (si en el cuerpo, o fuera del cuerpo, no lo sé; Dios lo sabe), que fue arrebatado al paraíso, donde oyó palabras inefables que no le es dado al hombre expresar (2Cor: 12:1-4). Dándoles a entender también con esto a ellos, que fue Dios mismo quién habitó realmente en ese cuerpo Jesús, cuando Saulo de Tarso reconoció al Señor diciendo: “¿Quién eres, Señor? Y el Señor dijo: Yo soy Jesús - Dios, a quien tú persigues.”(Hech: 26:15).

C.- El llamado misterio YA DEVELADO de que “El Señor es UNO”, desde hace mucho tiempo atrás dejó de ser un misterio, pues fue aclarado por el mismo apóstol Pablo cuando le dijo a Timoteo:

“E indiscutiblemente, grande es el misterio de la piedad: Dios fue manifestado en carne, justificado en el Espíritu, visto de los ángeles, predicado a los gentiles, creído en el mundo, recibido arriba en gloria.” (1Tim: 3:16).  Obviamente que habrá muchos que ni aun leyendo estas verdades en la misma biblia que tienen como referencia de la “palabra de Dios” lo aceptarán y querrán discutir… pero bueno, el que quiera discutir, que discuta, pero esto es INDISCUTIBLE… Y de la misma manera fue dicho por el apóstol Juan, así: “Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad. (Juan: 1:14). Vino “ como hijo” pero no era el hijo… Era Dios mismo en un cuerpo de hombre… Como fue dicho: “De quienes son los patriarcas, y de los cuales, según la carne, vino Cristo, el cual es Dios sobre todas las cosas, bendito por los siglos. Amén.” (Rom: 9:5).

Sant@s y Etern@s en Dios, el Señor solo UNO es… (Antes, en la cruz y después de la cruz).
Antes de la cruz en un solo cuerpo llamado Jesús, y hoy, en muchos cuerpos para ser “el todo y en todos.” Claro está que siempre que estemos compartiendo verdades como estas, habrá alguien que por no entender en el momento esa verdad, no lo quiera aceptar, y por ende quiera discutir defendiendo su posición, gloria o conocimiento según haya recibido, así mismo discutirá, refutará, razonará, etc… Así que el que quiera discutir, que discuta; está en toda libertad de hacerlo, pues SOMOS LIBRES, pero la luz y claridad de este llamado misterio “Dios es (1), uno ---> Dios”, no se puede negar. Juan escribió: “Si alguno tiene oído, oiga” (Apoc: 13:8-9). De igual manera lo dijo Jesús en su tiempo a los discípulos, así: “Bienaventurados vuestros ojos, porque ven; y vuestros oídos, porque oyen. Porque de cierto os digo, que muchos profetas y justos desearon ver lo que veis, y no lo vieron; y oír lo que oís, y no lo oyeron (Mat: 13:16-17). Hoy esta verdad ha sido puesta delante de tus ojos para que te deleites en ella; y te goces en la libertad con la que viniste al mundo, porque recuerda que solo la verdad del conocimiento te hace libre (Juan: 8: 32).

C1.- DIOS desde siempre ha sido UNO…

Dios desde antes de los tiempos de los siglos en la eternidad siempre ha sido Dios – El Ser – El Yo Soy – El Señor- y hoy es “El que todo lo llena en todo.”

Entonces te preguntarás, si hoy Él ES en todos y a través de todos se manifiesta... ¿Qué fue lo que pasó? ¿Por qué no vivimos como lo que somos? Y aquí vale la pena que nos respondamos a nosotros mismos lo siguiente: ¿Con qué nos estamos identificando, con Dios o con el falso dios; con el Espíritu o con el ego?

D.- EL OLVIDO DEL SER

Recordemos que el ego es el (falso Dios)… Es el que manipula los pensamientos, las emociones y la voluntad del hombre. Identificarnos con el ego es identificarnos con la forma, es buscarnos a nosotros mismos y perdernos en algún tipo de forma. Es movernos por lo natural y temporero del mundo. Las formas no son solamente objetos materiales o cuerpos físicos. Más fundamentales que las formas externas, que las cosas y los cuerpos, son las formas de pensamiento que brotan constantemente en el campo de la conciencia. Son formaciones de energía más finas y menos densas que la materia física, pero formas en todo caso. Aquella voz que oímos incesantemente en la cabeza es el torrente de pensamientos incansables y compulsivos.

Cuando cada pensamiento absorbe nuestra atención completamente, cuando nos identificamos hasta tal punto con la voz de la mente y las emociones que la acompañan que nos perdemos en cada pensamiento y cada emoción, nos identificamos totalmente con la forma y, por lo tanto, permanecemos en las garras del ego. El ego es un conglomerado de pensamientos repetitivos y patrones mentales y emocionales condicionados dotados de una sensación de "yo", una sensación de ser. El ego emerge cuando el sentido del Ser, del "Yo soy", el cual es conciencia informe, (Espíritu), se confunde con la forma. Ese es el significado de la identificación. Es el olvido del Ser, el error primario, la ilusión de la separación absoluta, la cual convierte la verdad de Dios en una realidad, y esa realidad en muchas ocasiones en una pesadilla.

En conclusión:


La Verdad Absoluta es que “Dios es (1), uno ---> Dios.” – EL YO SOY… Entendiendo eso sí, que si  “Dios es (1), y uno ---> Dios”, lo que YO SOY lo son ustedes junto conmigo también. YO SOY la Verdad Absoluta, inmutable y eterna manifestándose... ¡Eso es lo que YO SOY!

YO SOY Absoluto en Mi Mismo y nada es aparte de lo que YO SOY. YO SOY el Uno y Único. Eso es lo que YO SOY. Más allá de lo mutable y de lo inmutable, YO SOY. Lo mutable o externo es la parte dinámica de Mi Mismo, de lo que YO SOY. Lo inmutable o interno es la parte estática de Mi Mismo, de lo que YO SOY. Pero YO SOY por encima y más allá de esta aparente dualidad: YO SOY Absoluto, Uno y Único en Sí y en Mi Mismo.

YO SOY Conciencia Pura, la Conciencia de Ser Absoluto. En la pura Conciencia del Ser Absoluto que YO SOY, en realidad no hay existencia ni tampoco percepción. (YO SOY ETERNO – TODOS SOMOS ETERNOS). Por decirlo de alguna manera y confiando en que se entiendan estas palabras… La existencia es la toma de consciencia de algo natural que se encuentra colocado ahí afuera, ajeno a uno mismo. Hablando desde lo natural, desde el cuerpo; cuando hablamos de percepción, entendemos que esto, lo único que implica es la presencia de un sujeto que percibe un objeto, ajeno a él mismo.

En el estado puro de Mi Conciencia absoluta no hay nada afuera de Mi Mismo, no hay existencia, no hay algo colocado Afuera y ajeno a Mi Mismo: YO SOY Todo, el Uno y Único. YO SOY inmutable, eterno, infinito, Uno y Único tanto en el aspecto estático de Mi Mismo como en el aspecto dinámico de Mi Mismo, los cuales son para Mí, esencialmente Uno. Conforme a la palabra de verdad YO SOY INCONMOVIBLE.

Ejemplo:
                                                                                                                                        La muerte no es nada para Mí pues en verdad, no hay nadie aparte de Mi Mismo. No hay nadie que muera, pues solo YO SOY. En Mi aspecto dinámico todo cambia constantemente, pero ninguno de estos cambios, incluido el cambio llamado muerte, alteran en lo más mínimo lo que YO SOY. YO SOY y permanezco inmutable eternamente, sin importar cualquier cambio en el aspecto dinámico de Mí propio Ser: YO SOY y solo YO SOY y nada ni nadie es aparte de lo que YO SOY. (Eckhart Tollé).

Somos Él mismo manifestándose en todo momento. La bendición, la gloria, la plenitud, la esencia y la misma vida de Dios en este mundo, pues como Él es, así mismo somos nosotros en este mundo (1Juan: 4: 17b).

Nota:

Puedes depositar tu ofrenda en cualquiera de las oficinas de Western Unión a nivel nacional, a nombre de William Daniel Muñoz Molano, con CC # 16680415, en Cualquier corresponsal bancario al número de celular 3157786249 por NEKI o haciendo transferencia directamente desde cualquier cuenta bancaria.

El apóstol Pablo escribió en (2Cor: 9:1-15) “Cuanto a la ministración para los santos, es por demás que yo os escriba”; pues conozco vuestra buena voluntad y generosidad, y no como de exigencia nuestra. Pero esto digo:

1) El que siembra escasamente, también segará escasamente; y el que siembra generosamente, generosamente también segará.

2) Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre. Y poderoso es Dios para hacer que abunde en vosotros toda gracia, a fin de que, teniendo siempre en todas las cosas todo lo suficiente, abundéis para toda buena obra;

3) Y el que da semilla al que siembra, y pan al que come, proveerá y multiplicará vuestra sementera, y aumentará los frutos de vuestra justicia, para que estéis enriquecidos en todo para toda liberalidad, la cual produce por medio de nosotros acción de gracias a Dios.

Porque la ministración de este servicio no solamente suple lo que a los santos falta, sino que también abunda en muchas acciones de gracias a Dios; pues por la experiencia de esta ministración glorifican a Dios por la obediencia que profesáis al evangelio de Cristo, y por la liberalidad de vuestra contribución para ellos y para todos; asimismo en la oración de ellos por vosotros, a quienes aman a causa de la superabundante gracia de Dios en vosotros.

¡Gracias a Dios por su don inefable!