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Reinando en Vida… Desde nuestra verdadera esencia… ¡Yo Soy! (3ª parte).


Recordemos siempre que… ¡Sin conocimiento NO se puede reinar!

Existe un refrán popular que dice que: “el que no sabe, es como el que no ve...”

Meditemos por el Espíritu en esta palabra que dice que: “Para recordar quien eres, necesitas olvidar lo que los otros dijeron que eras…” Estas palabras tienen mucho peso y nos pueden ayudar para que podamos despertar a estas verdades que solo están dispuestos para unas personas, y en un tiempo especial. ¡No es para todos! por eso confieso en Dios que tú eres uno de ellos, y que tus sentidos espirituales despiertan para ser ejercitados, conforme a Su perfecta voluntad (Rom: 9:16).

El apóstol Pablo respecto del desconocimiento de las cosas, y como ellas afectan a las personas que las ignoran, dijo a sus discípulos en su tiempo que: “Entre tanto que el heredero es niño, en nada difiere del esclavo, aunque ES señor de todo; sino que está bajo tutores y curadores HASTA el tiempo señalado por el padre. Y les hizo la aclaración diciéndoles, así… “Cuando éramos niños, hablábamos como niños, pensábamos como niños, CREÍAMOS como niños y actuábamos como niños; esto lo dijo dándoles a entender que en esa edad, eran dependientes de muchas cosas y personas.

Nota: 

Cuando el apóstol Pablo les habla a ellos, y les dijo niños, se refería a la inmadurez que todavía tenían, tanto en el plano físico, como en el espiritual, pues por el desconocimiento de la verdad de las cosas, estaban todavía en esclavitud bajo los rudimentos del mundo. Y les dijo: “Pero, cuando vino el cumplimiento del tiempo…” (Gál: 4:1-4ª).

¿Qué sucede cuando viene el cumplimiento del tiempo?

Se deja de ser niño para entrar en la MADUREZ DEL CONOCIMIENTO. Por eso les dijo también… “Hablamos sabiduría entre los que han alcanzado madurez; y sabiduría, no de este siglo, ni de los príncipes de este siglo, que perecen. Mas hablamos sabiduría de Dios en misterio, la sabiduría oculta, la cual Dios predestinó antes de los siglos para nuestra gloria.” (1Cor: 2:6-7).

Rescatemos de este texto que acabamos de compartir de (Gál: 4:1-4ª), las siguientes palabras,  para que las tengamos en cuenta, pues ellas nos van a permitir ser despertados al conocimiento del Reinar en vida, desde nuestra verdadera Yo Soy…. (Heredero – Niño – Es Señor  – Hasta – Tiempo señalado y Padre). Con esto lo único que quiero dar a entender es que: 

1)     Había un plan establecido por Dios. ¿Para qué?  para poder ¡Conocerse en la posición de Señor! 

2)     Había un tiempo en el que debía cumplirse dicho plan… todo esto conforme a ¡Su soberanía! 

3)     Solo unas personas lo entenderían, no todas… pues no es de todos el CREER, y 

4)     Hay un tiempo para poder verse como… ¡Dueños de TODO!

Hoy en día sucede lo mismo con todos nosotros cuando llega el cumplimiento del propósito establecido por Dios, para ser despertados al conocimiento Suyo, de Su palabra, y de todos aquellos misterios que estuvieron escondidos en Él. Porque por decirlo de alguna manera… “estamos siendo renovados en nuestra manera de pensar”, y todo esto… ¡Hasta el conocimiento pleno!

¿Para qué fueron establecidas las cosas en este orden?

Para entender… 

1.       ¿Quién somos? y 

2.       Cuál es el propósito de esta manifestación en un cuerpo de carne.

Hubo un tiempo en el que fue dicho de parte de Dios al pueblo de Israel así: “Mi pueblo fue destruido porque le faltó conocimiento.” (Ose: 4: 6), esto, con el fin de que ellos entendieran la importancia de salir de la ignorancia que lleva al hombre a pensar, a razonar, a hablar, a hacer y vivir muchas cosas fuera del diseño establecido por Él. Y de la misma manera Jesús en su tiempo dijo a sus discípulos unas palabras que hoy valen la pena recordar; porque éstas nos darán el piso necesario para seguir despertando en esta verdad. Les dijo: “Un ciego no puede guiar a otro ciego, porque los dos se irán al hoyo.”

Ahora… debemos tener en cuenta que cuando se ha despertado al conocimiento de Dios y de Su palabra; está luz se debe Anunciar y Aclarar a todos aquellos que conforme a lo establecido por Dios en Su propósito eterno, van saliendo al paso en nuestra vida; pues como fue dicho también: es ¡Dios mismo quien va añadiendo a este despertar de vida, los que son. Tal y como le sucedió al apóstol Pablo cuando compartía el evangelio de la gracia, donde fue escrito que los gentiles al oírlo, se regocijaban y glorificaban la palabra del Señor, y que “Creyeron todos los que estaban ordenados para vida eterna.”, pues no todos lo podían entender (Hech: 13:48).

Y es precisamente lo que nosotros hoy estamos haciendo a través de nuestro Ministerio de Gracia y Revelación, “Anunciar y Aclarar”; y de seguro despertarán los que estén ordenados para esta gloria, conforme a Su tiempo y Su voluntad. (Efe: 3: 8-10).

¿A que debían despertar ellos en su tiempo y nosotros en el nuestro? (1Cor: 2:12-14). 

A que ellos entendieran que NO habían recibido cualquier espíritu, sino el Espíritu que provenía de Dios, y que supieran lo que él les había concedido para señorear y reinar en vida.

Nosotros hoy estamos despertando a esta tremenda verdad de entender, que lo que nos fue concedido, no es nada más, ni nada menos, que ser “La manifestación visible de Dios en este mundo”, pues el único que vive y reina es Él mismo a través nuestro. ¡Es su Espíritu el que nos habita!!!

Por eso hablamos de esta manera, no con palabras enseñadas por sabiduría humana, sino con las que enseña el Espíritu, acomodando lo espiritual a lo espiritual. Pero cuando estas palabras se reciben desde “el hombre natural” no se perciben en su verdadera dimensión, porque son cosas  del Espíritu de Dios, y obviamente van a ser locura para él, y no las va poder entender, porque se han de discernir espiritualmente.

A los romanos les dijo que podrían “Reinar en vida” todos aquellos que recibieran la abundancia de la gracia y el don de la justicia. (Rom: 5:17).  Esto se los dijo para que despertaran al conocimiento de la posición “Señor” que YA tenían en Dios.

Ahora, entendamos lo siguiente…

  • La gracia y la justicia fueron dones o regalos dados por Dios al hombre del primer siglo, “El siglo malo”, pues así se lo conocía antes de la cruz. Nosotros en la voluntad de Dios y en Su propósito eterno vinimos al mundo en “El siglo bueno”, el que ellos llamaban en su tiempo, (El siglo venidero).
Ahora bien, si nosotros queremos reinar en vida por el conocimiento, debemos ser despertados en conciencia y conocer de igual manera todas las cosas en línea con la Palabra en este, “El siglo bueno” para no entrar en contienda, ni con nosotros mismos pensando que “No somos lo que Dios dice que somos”; y mucho menos con nuestros hermanos, juzgándoles conforme a nuestra manera de ver y pensar las cosas, siendo que ellos también “Son la misma gloria, bendición, plenitud, esencia y vida Suya en este mundo.” (1Juan: 4: 17b). y también debemos entender que en Dios hay diferentes formas de sabiduría, pasos, clases o niveles de gloria o conocimientos, o como quieras llamarlos… ¿Cuáles?

Niveles de Gloria. 

a) La ignorancia o desconocimiento de las cosas, es una gloria. Esto de alguna manera es una bendición porque se vive sin preocupaciones, y el mejor ejemplo lo tenemos en los niños. ¡Ellos solamente viven y disfrutan de todo lo que tienen a mano!

b) El conocimiento de La ley de Moisés, es otra gloria. Y esta fue reservada solo para el pueblo de Israel, pero hoy casi el mundo entero ha sido mentalizado con esta clase de doctrina, esclavista, religiosa, de maldición, terror y de muerte; tal y como escrito en (2Cor: 3:7).
c)      El conocimiento de La gracia como favor de Dios dada en la cruz para todos los que vivieron (A-C), es otra gloria; pues ellos habían sido separados de la Gloria de Dios por el pecado de adán (Rom: 3: 23). 

d)     El conocimiento de La gracia como evangelio o revelación dada al apóstol Pablo a los gentiles, es otra gloria; pues de alguna manera ellos que vivían sin Ley, por querer formar parte del pueblo de Israel debían aceptar como suya  la Ley de Moisés, y obviamente también debían ser rescatados de esa manera de pensar, renovando su entendimiento, y… 

e)     El conocimiento de La Gracia sobre la gracia; esa de la cual tomamos todos, que no es nada más que el conocimiento de “Dios – del Espíritu – del Yo Soy – del Amor – de la Esencia – de la Plenitud que nos habita.” ¡De Nuestra verdadera identidad! es otra gloria; pues ésta no es nada más que Él mismo obrando a través nuestro… es Su Vida manifestándose en todo y en todos como UNO solo (Gál: 3: 28) (1Cor: 15: 28). 

Esta verdad de despertar al conocimiento de lo que verdaderamente SOMOS, nos lleva a mantener el control, la paz, la armonía y la manifestación del Amor de Dios, aún por encima de todo desacuerdo espiritual, porque… “Cuando nos bajamos a responder una crítica, lo que realmente estamos haciendo es, bajarnos al mismo nivel del necio” ¡El Rey no contiende – La autoridad y soberanía no se defiende!
Ahora, el don de la justicia, no es nada más que lo ya establecido por Dios en la cruz, como Su perfecta voluntad. Por esto el apóstol les dijo: que YA habían sido “Justificados pues por la fe; y que por ese acto en la cruz, tenían paz para con Dios” (Rom: 5:1). 
Esta palabra de verdad del “Reinar en Vida” ya fue establecida en la cruz para bendición de todos; y mucho más, para los que hemos venido siendo despertados en ella; pues todos veníamos caminando en cualquiera de estas glorias antes escritas. En ignorancia, o de un conocimiento de ley, o de la gracia como favor de Dios, o máximo de un conocimiento de la gracia revelación dada al apóstol Pablo.

¿Por qué entonces hoy después de 21 siglos, esta tremenda verdad que debemos, o más bien, que tenemos que estar experimentando todos acerca del “Reinar en vida” en  todas y en cada una de las áreas de nuestra vida, todavía se ve muy lejos? 

La respuesta es “Porque hemos sido levantados con un conocimiento aprendido, religioso, caduco y antiguo testamentario, que tenemos que renovar para poder confirmar por nosotros mismos, cual fue esa buena voluntad de Dios, agradable y perfecta”

Nota:

Tengamos presente que cuando esta verdad esté bien clara en nosotros, podremos sin temor a equivocarnos, empezar este caminar de gloria y de bendición para el cuál fuimos creados, el cual es… ¡Reinar!, sin juzgarnos, ni juzgar; sin señalamientos de ningún tipo, sin mirar al ojo; sino, viendo lo que no se vé…. EL ESPÍRITU… ¡Lo eterno – La esencia! (2Cor: 4: 18).

Y cuando decimos “Reinar”, lo decimos con la plena certeza y convicción, de que ese reinar debe ser aquí en esta tierra de bendición. Es aquí donde debemos tener el control de todas las cosas, incluidas la (mente, emociones y voluntad). No es esperar como muchos dicen, que esto será después de nuestra partida de este mundo; porque en la eternidad NO necesitamos reinar para nada… pues habremos sido “vueltos” a nuestra verdadera esencia celestial.

Reinar es salir adelante en todas y cada una de las circunstancias que se presentan en nuestro diario vivir. Sea cual sea la forma como se presenten. Es tomar el control y no dejar que NADA NI NADIE nos afecte. Ser… ¡INCONMOVIBLES!

Entender y Conocer = es… ¡DESPERTAR!

1.- ¿Qué es entender? es “Percibir y tener una idea clara de lo que se dice, se hace o sucede; o descubrir el sentido profundo de algo.”

2.- ¿Qué es conocer? es tener idea o captar por medio de las facultades intelectuales la naturaleza, cualidades y circunstancias de las personas o las cosas. Es reconocer, percibir una cosa o una persona como distinta de todo lo demás. Por eso fue dicho: ¡Conócete y Conocerás la Verdad que hay en ti!

“Despiértate tú que duermes, y levántate… y te alumbrará Cristo (Efe: 5:14).”

Despertemos y entendamos que “Todas las cosas” ya fueron dadas al hombre para reinar. Tanto las cosas que pertenecen a la vida, como las que pertenecen a la piedad. Todo lo terrenal, y todo lo espiritual (2Ped: 1: 3), por eso es que de alguna manera podemos decir que “Tenemos que ordenar, u obligar a la razón a que haga realidad nuestros sueños y anhelos.”

Así dijo el Señor: “Al sabio, al valiente, al rico, al que se alaba… ENTIENDAME Y CONOZCANME, que yo soy el Señor” (Jer: 9: 23-24). Y aquí sí quiero usar las mismas palabras que en cierta ocasión dijo Felipe al etíope cuando leía al profeta Isaías, así… le dijo: pero ¿entiendes lo que lees? A lo que el etíope le contestó: cómo podré, si alguno no me enseñare? Y rogó a Felipe que subiese y se sentara con él (Hech: 8:30-31).

Este es nuestro ministerio… “Anunciar y Aclarar a todos” dijo el apóstol (Efe: 3: 8-10).

Hay muchas cosas todavía a las que debemos despertar en Dios, y de igual manera que en ese tiempo, el Señor hoy se manifiesta a través de las personas para encaminar el conocimiento… Él mismo está obrando en cada uno de nosotros para alumbrar como faro, a todos aquellos que deban despertar al conocimiento de la verdad, y salir de las tinieblas. Pero debe estar claro en cada uno de nosotros que… Hoy en día es Dios mismo por Su espíritu quien nos guía a toda verdad. Porque así fue dicho: “Y ninguno enseñará a su prójimo, ni ninguno a su hermano, diciendo: Conoce al Señor; porque todos me conocerán, desde el menor hasta el mayor de ellos.” (Heb: 8:11).

Podríamos pensar que de alguna manera NO entendemos la palabra Reinar, por desconocimiento, o por un conocimiento errado de la misma, o porque en verdad en la soberanía de Dios no hemos sido puestos por él para entenderla, porque no es de todos el CREER.

Ahora… Si tratamos de entenderla naturalmente nos sería imposible, porque el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu, porque para él son locura y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente… y es más, entenderla, no es del que quiera, ni del que corra, sino de Dios… y lo mejor es que hoy entendemos que, nosotros NO somos naturales. ¡Somos Espíritu viviendo en un cuerpo, experiencias terrenales!

Con todo y las reflexiones naturales que nos podamos hacer en este mismo momento, y para que nos demos cuenta que sí se puede reinar sobre todas las cosas, y de igual manera sobre las circunstancias adversas. Dios mismo nos ha permitido ser testigos de que hay muchas personas en el mundo, que si están disfrutando de esta bendición del Reinar en vida. Que sin conocimiento alguno de la palabra que para ellos pueda ser verdad, cualquiera sea la que tengan, (Biblia, Toráh, Bhagavad gita, Tao te King, etc), obviamente dependiendo del sitio en el que hayan nacido; viven mejor que muchos de los que decimos que entendemos esa palabra… 

¿Por qué?  “Porque no son los oidores de la palabra, sino los hacedores de ella…” ¡Los que viven la guía del Espíritu! son los que están reinando en todas estas áreas de su vida. Así lo expresó el apóstol Pablo en su tiempo, diciendo: “Porque cuando los gentiles que no tienen ley, hacen por naturaleza lo que es de la ley, éstos, aunque no tengan ley, son ley para sí mismos, mostrando la obra de la ley escrita en sus corazones, dando testimonio su conciencia, y acusándoles o defendiéndoles sus razonamientos”  (Rom: 2:13-15).

Meditemos…

Si  fuimos puestos en este mundo dotados de todo el bien de Dios, del poder, del amor y del dominio propio (2Tim: 1:7). Si “La abundancia de la gracia y el don de la justicia” es precisamente con lo que vinimos al mundo, y todo esto para RE – Crearnos; que no es más que CREAR todo lo mejor para nosotros por lo que creemos, confesamos y hacemos. Ya sea en lo personal, familiar, académica, económica, laboral, social, emocionalmente, etc. pues todo nos fue dado ya, por Su divino poder… Y fuera de eso estamos convencidos que entendemos por el Espíritu esta palabra en cada uno de sus puntos.

De seguro estos nos permitirán caminar y gozarnos en este conocimiento del propósito establecido por Dios, el cual es… que “Reinemos en vida” mientras estemos en este mundo. Por eso como la esencia, plenitud y vida que somos de Dios; tenemos que manifestarlo SIEMPRE.

¿Por qué entonces no reinamos?

Recordemos… 

1)     Para poder reinar, se necesita un reino, un rey, y una vida. 
2)     Cuál es el reino? ¿Cuál es el Rey? y Cual es la vida?

Un Reino: que no es más que esta tierra de bendición donde vivimos; porque…  Aquí fue establecido el Reino de los cielos; o sea ¡Su voluntad perfecta! tal y como lo dijo Jesús: “Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra.” Y lo estableció cuando dijo: ¡Consumado es!  (Mat: 6:10). Una cosa es el Reino de los Cielos, donde Su voluntad perfecta ERA desde la eternidad; y otra cosa muy diferente es el Reino de Dios, donde Su voluntad perfecta FUE ESTABLECIDA.

Un Rey… no puede haber más “reyes” porque solo hay un reino para poder reinar… y el Rey es Él. Dios mismo. El Yo Soy, pero se está manifestando en “todos” y cada uno en particular; y lo hace, como UNO solo, sin acepción de personas. ¡Sin diferencias de ningún tipo! (Gál: 3: 28) (1Cor: 15: 28) (Col: 3: 11).

Una vida… Integral – Incluyente = (Lo natural y el Espíritu). En lo natural tenemos de Dios un cuerpo de carne, donde el (Yo Soy – Espíritu – Vida) despierta, y se reconoce en Su esencia. Por eso decimos que somos Espíritu teniendo experiencias terrenales, y no que somos un cuerpo teniendo experiencias espirituales. Y en lo Espiritual, empezamos a ser ejercitados en todo el “bien de Dios” que fue puesto en cada uno de nosotros, porque el Yo, de mi Yo Soy es eterno, es el gran ¡YO SOY! (1Cor: 15: 28).

En conclusión:


Somos el REY… Confío en Dios que hemos sido alumbrados en esta verdad para reinar en este mundo conforme a Su propósito eterno, de vernos como SEÑOR; y señorear sobre todas las cosas, y de saber que el tiempo de ser despertados  a entender que en este mundo todo es nuestro, y que podemos hacer realidad cualquiera sea el sueño, anhelo, deseo o propósito que queramos conseguir… pues reinamos en vida desde nuestra verdadera esencia, Yo Soy.

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Nota:

Puedes depositar tu ofrenda en cualquiera de las oficinas de Western Unión a nivel nacional, a nombre de William Daniel Muñoz Molano, con CC # 16680415, en Cualquier corresponsal bancario al número de celular 3157786249 por NEKI o haciendo transferencia directamente desde cualquier cuenta bancaria.

El apóstol Pablo escribió en (2Cor: 9:1-15) “Cuanto a la ministración para los santos, es por demás que yo os escriba”; pues conozco vuestra buena voluntad y generosidad, y no como de exigencia nuestra. Pero esto digo:

1) El que siembra escasamente, también segará escasamente; y el que siembra generosamente, generosamente también segará.

2) Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre. Y poderoso es Dios para hacer que abunde en vosotros toda gracia, a fin de que, teniendo siempre en todas las cosas todo lo suficiente, abundéis para toda buena obra;

3) Y el que da semilla al que siembra, y pan al que come, proveerá y multiplicará vuestra sementera, y aumentará los frutos de vuestra justicia, para que estéis enriquecidos en todo para toda liberalidad, la cual produce por medio de nosotros acción de gracias a Dios.

Porque la ministración de este servicio no solamente suple lo que a los santos falta, sino que también abunda en muchas acciones de gracias a Dios; pues por la experiencia de esta ministración glorifican a Dios por la obediencia que profesáis al evangelio de Cristo, y por la liberalidad de vuestra contribución para ellos y para todos; asimismo en la oración de ellos por vosotros, a quienes aman a causa de la superabundante gracia de Dios en vosotros.

¡Gracias a Dios por su don inefable!