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Despiertate tu que Duermes

Despiértate tú que duermes

(Efe: 5:14)


(Efe: 5:13-17) Mas todas las cosas, cuando son puestas en evidencia por la Luz, son hechas manifiestas; porque la Luz es lo que manifiesta todo.

Por lo cual dice:

Despiértate, tú que duermes, Y levántate de los muertos, Y te alumbrará Cristo.

Mirad, pues, con diligencia cómo andéis, no como necios sino como sabios,

aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos.

Por tanto, no seáis insensatos, sino entendidos de cuál sea la voluntad del Señor.

Cuantas veces hemos escuchado estas fraces:

¡Ojos que no ven, Corazon que no siente!

¡Un ciego no puede guiar a otro ciego! (Luc:6:39)

¡Pero cuando se conviertan al Señor… (Cristo), el velo se les quitara! (2Cor:3:17)

Ahora entendamos esto por el Espiritu de Dios…


Porque el Espiritu TODO lo escudriña, aun lo profundo de Dios…

“No seáis insensatos, sino entendidos de cuál sea la voluntad del Señor”.

¡No hay peor ciego que el que NO quiere ver!

(Jer: 29:11) Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice el Señor, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis.

El problema de la ceguera espiritual radica en la mente, en nuestra manera de pensar y ver las cosas, sino cambiamos en la vida NUNCA conoceremos la buena voluntad de Dios (Agradable y Perfecta)

(Rom: 12:2) No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.

(Juan: 8:12) Otra vez Jesús les habló, diciendo: Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida.

(Mat: 5:14) Vosotros sois la luz del mundo…

(Sal: 119:18) El Rey David oraba así…

Abre mis ojos, y miraré… Las maravillas de tu ley.

A todos y a cada uno de nosotros sus hijos, nos ha sucedido

Que tengamos que ser despertados por el Espíritu de Dios,

Pues por ignorancia hemos caído de la gracia en muchas ocasiones para vivir como muertos y con los muertos.

Veamos estos tres ejemplos de hijos de Dios

que estaban dormidos en su manera de pensar…

Saulo de Tarzo

(Hech: 22:12-15) Ananías, vino a mí, y acercándose, me dijo: Hermano Saulo, recibe la vista. Y yo en aquella misma hora recobré la vista y lo miré.

Y él dijo: El Dios de nuestros padres te ha escogido para que conozcas su voluntad, y veas al Justo, y oigas la voz de su boca.

Porque serás testigo suyo a todos los hombres, de lo que has visto y oído.


Apolos

(Hech: 18:24- 26) Llegó entonces a Éfeso un judío llamado Apolos, natural de Alejandría, varón elocuente, poderoso en las Escrituras.

Y comenzó a hablar con denuedo en la sinagoga; pero cuando le oyeron Priscila y Aquila, le tomaron aparte y le expusieron más exactamente el camino de Dios.


Pedro

(Juan: 21:18) De cierto, de cierto te digo: Cuando eras más joven, te ceñías, e ibas a donde querías; mas cuando ya seas viejo, extenderás tus manos, y te ceñirá otro, y te llevará a donde no quieras.


Oración

(Efe 1:17-19) para que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de gloria, os dé espíritu de sabiduría y de revelación en el conocimiento de él, alumbrando los ojos de vuestro entendimiento, para que sepáis cuál es la esperanza a que él os ha llamado, y cuáles las riquezas de la gloria de su herencia en los santos, y cuál la supereminente grandeza de su poder para con nosotros los que creemos…

¡Abre los ojos!


“La Ley era un ministerio de muerte y condenacion”

(2Cor: 3:7-9) Y si el ministerio de muerte grabado con letras en piedras fue con gloria, ¿cómo no será más bien con gloria el ministerio del espíritu?

Porque si el ministerio de condenación fue con gloria, mucho más abundará en gloria el ministerio de justificación.


“Los sacrificios, rudimentos, costumbres y tradiciones llegaron a su fin”

(Heb: 6:1-2) Por tanto, dejando ya los rudimentos de la doctrina de Cristo, vamos adelante a la perfección; no echando otra vez el fundamento del arrepentimiento de obras muertas, de la fe en Dios, de la doctrina de bautismos, de la imposición de manos, de la resurrección de los muertos y del juicio eterno.

(Isa: 1:10-20) Oíd la palabra del Señor; escuchad la ley de nuestro Dios, ¿Para qué me sirve, dice Jehová, la multitud de vuestros sacrificios? Hastiado estoy de holocaustos de carneros y de sebo de animales gordos; no quiero sangre de bueyes, ni de ovejas, ni de machos cabríos.

¿Quién demanda esto de vuestras manos, cuando venís a presentaros delante de mí para hollar mis atrios?

No me traigáis más vana ofrenda; el incienso me es abominación; luna nueva y día de reposo, el convocar asambleas, no lo puedo sufrir; son iniquidad vuestras fiestas solemnes.

Vuestras lunas nuevas y vuestras fiestas solemnes las tiene aborrecidas mi alma; me son gravosas; cansado estoy de soportarlas.

Cuando extendáis vuestras manos, yo esconderé de vosotros mis ojos; asimismo cuando multipliquéis la oración, yo no oiré; llenas están de sangre vuestras manos.

Lavaos y limpiaos; quitad la iniquidad de vuestras obras de delante de mis ojos; dejad de hacer lo malo; aprended a hacer el bien; buscad el juicio, restituid al agraviado, haced justicia al huérfano, amparad a la viuda.

Venid luego, dice Jehová, y estemos a cuenta: si vuestros pecados fueren como la grana, como la nieve serán emblanquecidos; si fueren rojos como el carmesí, vendrán a ser como blanca lana.

Si quisiereis y oyereis, comeréis el bien de la tierra;

Si no quisiereis y fuereis rebeldes, seréis consumidos a espada; porque la boca de Jehová lo ha dicho.


La Ley de los mandamientos… ¡Fue abolida!

(Efe: 2:15) Aboliendo en su carne las enemistades, la ley de los mandamientos expresados en ordenanzas, para crear en sí mismo de los dos un solo y nuevo hombre, haciendo la paz…

El pecado fue quitado de en medio (Heb: 9:26)

El diablo fue destruido (Heb: 2:14)

Los demonios fueron vencidos (Col: 2:15)

Dios es el Padre de todos y en todos (Efe: 4:6)

Somos perfectos (Heb: 10:14)

Somos Santos (Heb: 3:1)

Somos Justos (Heb: 12:23) (Rom: 5:1)

Somos bendecidos (Efe: 1: 3b)

Somos dioses (Sal: 82: 6) (Juan: 10:34)

Somos su cuerpo (Efe: 5:30)

Somos El mismo (La Nueva creación) (Efe: 4:24)

Pero el hombre natural NO percibe las cosas que son del Espíritu

Y para el son locura, pues no las puede entender… (1Cor: 2:14)


Veamos este ejemplo:

(Mat: 13:10-17) Entonces, acercándose los discípulos, le dijeron: ¿Por qué les hablas por parábolas?

El respondiendo, les dijo: Porque a vosotros os es dado saber los misterios del reino de los cielos; mas a ellos no les es dado.

Por eso les hablo por parábolas: porque viendo no ven, y oyendo no oyen, ni entienden.

De manera que se cumple en ellos la profecía de Isaías, que dijo:

De oído oiréis, y no entenderéis;

Y viendo veréis, y no percibiréis.

Porque el corazón de este pueblo se ha engrosado,

Y con los oídos oyen pesadamente,

Y han cerrado sus ojos;

Para que no vean con los ojos,

Y oigan con los oídos,

Y con el corazón entiendan,

Y se conviertan,

Y yo los sane.

Pero bienaventurados vuestros ojos, porque ven; y vuestros oídos,

Porque oyen.

Porque de cierto os digo, que muchos profetas y justos desearon ver lo que veis, y no lo vieron; y oír lo que oís, y no lo oyeron.

(2Ped: 1:9) “Pero el que no tiene estas cosas tiene la vista muy corta”


Oración

Que el Dios y padre nuestro… El Señor Jesucristo, el Padre de gloria, os dé espíritu de sabiduría y de revelación en el conocimiento de él, alumbrando los ojos de vuestro entendimiento…

Despiértate, tú que duermes, Y levántate de los muertos, Y te alumbrará Cristo.

Bendecidos con toda bendicion

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Nota:

Puedes depositar tu ofrenda en cualquiera de las oficinas de Western Unión a nivel nacional, a nombre de William Daniel Muñoz Molano, con CC # 16680415, en Cualquier corresponsal bancario al número de celular 3157786249 por NEKI o haciendo transferencia directamente desde cualquier cuenta bancaria.

El apóstol Pablo escribió en (2Cor: 9:1-15) “Cuanto a la ministración para los santos, es por demás que yo os escriba”; pues conozco vuestra buena voluntad y generosidad, y no como de exigencia nuestra. Pero esto digo:

1) El que siembra escasamente, también segará escasamente; y el que siembra generosamente, generosamente también segará.

2) Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre. Y poderoso es Dios para hacer que abunde en vosotros toda gracia, a fin de que, teniendo siempre en todas las cosas todo lo suficiente, abundéis para toda buena obra;

3) Y el que da semilla al que siembra, y pan al que come, proveerá y multiplicará vuestra sementera, y aumentará los frutos de vuestra justicia, para que estéis enriquecidos en todo para toda liberalidad, la cual produce por medio de nosotros acción de gracias a Dios.

Porque la ministración de este servicio no solamente suple lo que a los santos falta, sino que también abunda en muchas acciones de gracias a Dios; pues por la experiencia de esta ministración glorifican a Dios por la obediencia que profesáis al evangelio de Cristo, y por la liberalidad de vuestra contribución para ellos y para todos; asimismo en la oración de ellos por vosotros, a quienes aman a causa de la superabundante gracia de Dios en vosotros.

¡Gracias a Dios por su don inefable!