En cierto tiempo de la historia bíblica, Salomón el
hombre más sabio que existió antes de
Jesús sobre la tierra, escribió en una ocasión al respecto: Vanidad de
vanidades, dijo el Predicador; vanidad de vanidades, ¡Todo es vanidad! (Ecle:
1:2).
¿Qué es la vanidad?
En Wikipedia uno de los diccionarios de consulta
por Internet más conocidos dice que “La vanidad” se define como un tipo de
arrogancia, engreimiento o una expresión exagerada de la soberbia...
1) De
acuerdo a la teología cristiana clásica la vanidad consiste en depositar la
confianza en forma excluyente en las cosas mundanas, naturales, terrenales, visibles,
palpables; lo que hace que el hombre “no necesite de Dios.” y como bien sabemos
ya conocemos el consejo del apóstol Pablo, el cual dice que “no miremos lo que
se ve sino lo que no se ve” (2Cor:
4:18); Por este motivo… “La vanidad es considerada muy a menudo como el «vicio
maestro»”
Y un vicio es un mal hábito, es una mala práctica,
es una falta, un defecto, un exceso, una
mala costumbre, una afición, una desviación que se considera inmoral, depravado
o degradante en una sociedad…
2) En
el catolicismo es considerado como uno de los siete pecados capitales, los
cuales son (lujuria, pereza, gula, ira, envidia, avaricia, soberbia o
vanagloria = vanidad) y la vanidad es el antónimo o (el opuesto) de la
virtud, por eso recordemos es llamada el
«vicio maestro»”
Ahora veamos lo que dice el diccionario respecto
a lo que es un maestro… Viene (del lat. magister), es alguien capacitado en alguna
labor o profesión específica. Es aquél que se ocupa generalmente de “la
educación”, pero “un ciego no puede guiar a otro ciego” (Luc: 6: 39-40).
3) En el
cristianismo, un maestro es la persona que tiene facilidad, genio, carisma y
paciencia para la enseñanza… Es UNO que ha recibido de Dios el don del servicio
para desempeñar ese ministerio (Efe: 4:11) y compartir de una manera
convincente todo lo que ha recibido y experimentado… Claro está que en muchas
ocasiones este servicio de bendición se
sale de las manos de muchos que han sido llamados al ministerio, cuando no se sigue
en la línea espiritual de Dios entendiendo
que es un “don” y no nuestra sabiduría o nuestras capacidades; cayendo así en
la necedad, la arrogancia, el engreimiento o la soberbia que se conoce como
“Vanidad”; a lo que Pablo dijo: “Nadie se engañe a sí mismo” (1Cor:
3: 18-21ª).
Recordemos que después de la cruz el Señor dijo
por medio de su siervo que “Ninguno enseñaría más a su prójimo, ni ninguno a su
hermano…” (Heb:
8:11) solo Él mismo, por medio de Su espíritu el cual está en todos, nos guía a
toda verdad (Juan: 16:13).
4) En algunas enseñanzas religiosas, a la vanidad se
la considera como una forma de idolatría, en que la persona en función de sus
deseos y actos mundanos rechaza, relega y no reconoce el lugar que tiene Dios en su vida... ¿Te imaginas que será del
hombre que atiende a los requerimientos de semejante vicio maestro, como es la
vanidad y no a los de Dios?
Ejemplo:
a) Ya
le sucedió al rey Salomón quien tuvo en poco la dirección de Dios, con todo y
la sabiduría que se le había dado para dirigir a su pueblo, ¡falló cayendo en
vanidad! y siguiendo la dirección de la reina de Sabá y las muchas mujeres que
tenía, las cuales lo llevaron a la idolatría, desobedeciendo el mandato del
Señor, (1Rey:
11:1-6).
Pero en el libro de Eclesiastés término dando el
mejor de los consejos, pues ya había experimentado en carne propia el control
de la vanidad en su vida, diciendo: El fin de todo el discurso oído es este: ¡Teme a Dios, y guarda sus mandamientos; porque esto es el
todo del hombre! (Ecle: 12:13); y respecto de todas las obras que se hacen debajo del sol
dijo: ¡He aquí, todo ello es vanidad y aflicción de espíritu! (Ecle: 1:14).
b) En
el libro de (Ezeq: 28:13-19) religiosamente se nos ha contado este pasaje
bíblico como la tipología de Lucifer en su exaltación, soberbia y vanidad, pero
esto es otro tema que tocaremos mas adelante…
c) Sabemos
también la historia de Narciso (de donde se ha sacado el término
"narcisismo"). ejemplo:
esto se ve mucho en los gimnasios deportivos, en las escuelas de
modelos, etc.
d) Y conocemos
la historia de cómo a Nabucodonosor el
rey de Babilonia le fue quitada su consciencia para vivir como una bestia, por
no reconocer al Señor por encima de su reinado; y como Dios y Señor en los
cielos y en la tierra (Dan: 3: 1 hasta 4:37). Estos son solo unos ejemplos demostrativos de
lo que puede llegar a ser un completo vanidoso.
Todo lo terrenal, visible, natural y palpable es
vanidad, en diferencia con lo espiritual; lo que nos da a entender, que la
vanidad es terrenal y no celestial, la vanidad es natural y no sobre natural…
¡La vanidad es temporal y no eterna!... “Haced
morir, pues, lo terrenal en vosotros…” (Col:
3:5-6).
Ahora miremos unas palabras dichas por algunos
pensadores del siglo pasado y otras escritas en la biblia para que podamos
sacar nuestras “propias” conclusiones pues… (Prov:
14:12).
1. Friedrich
Nietzsche escribió lo siguiente: "La vanidad es la ciega propensión a
considerarse como individuo no siéndolo", asimismo, Mason Cooley dijo
"la vanidad bien alimentada es benévola, una vanidad hambrienta es
déspota." (¿?).
2. Salomón
escribió: que ¡Todo es vanidad…! “Porque lo que sucede a los hombres, y lo que
sucede a las bestias, un mismo suceso es: como mueren los unos, así mueren los
otros, y una misma respiración tienen todos; ni tiene más el hombre que la
bestia… (Ecle: 3:19).
Dijo también que ¡Hay
vanidad que se hace sobre la tierra! (Ecle:
8:14). Pregúntate, ¿Es vanidad seguir la dirección de Dios dada por Su espíritu
en nuestra vida?... Recordemos: ¡En todo momento y en todo lugar el Señor es,
en nosotros!... ¿A quién vamos a atender?
3. Jesús
dijo: “el que ama a cualquier persona, cosa, labor, profesión, etc. por encima de mí, ¡No es digno de mí! (Mat:
10:37-39). ¿Crees que estas palabras son vanas? ¿Crees que no merecen tu
interés? ¡Siembra y Cosecha – Acción y Reacción – Causa y efecto!
Con qué sabiduría estamos viviendo… ¿Con la
natural que es vanidad y temporal? o con la espiritual que es Él, en todo y en
todos; y es eterna?
Ahora pregúntate, “Qué es lo que te imposibilita para
seguir, servir, congregarte y obedecer a Dios…” ¿Tu empleo, tus hijos, tu
estudio, tu empresa, tu pareja, tu finca, el tiempo, tu manera de creer las
cosas, tu manera de vivir, tú mismo, etc.? Salomón escribió, TODO esto es
vanidad… Y por encima de todo esto… ¡Dios cumple Su propósito y nada le
estorbará!
Está escrito en (Job: 28:28) He aquí que el temor
del Señor es la sabiduría, y el apartarse del mal, la inteligencia…
a) Temor
= Honra y Reverencia delante de Dios…
b) Inteligencia
= Es la capacidad de entender, asimilar, elaborar información y utilizarla para
resolver problemas… “Apartarse del mal, es de inteligentes” no de necios… “De
ellos es la vanidad.”
Meditemos en estas palabras de sabiduría y que el
Señor sea quien nos guíe…
Dijo Salomón: Miré
todas las obras que se hacen debajo del sol; y he aquí, todo ello es vanidad y
aflicción de espíritu (Ecle: 1:14) y Dijo en su corazón: Ven ahora, te probaré
con alegría, y gozarás de bienes. Mas he aquí esto también era vanidad (Ecle: 2:1)
Miró luego todas las obras que había hecho con sus manos, y el trabajo que tomó
para hacerlas; y he aquí, todo era vanidad y aflicción de espíritu, y sin
provecho debajo del sol. (Ecle: 2:11).
Dijo también en
su corazón: Como sucederá al necio, me sucederá también a mí. ¿Para qué, pues,
he trabajado hasta ahora por hacerme más sabio? Y dije en mi corazón, que
también esto era vanidad. (Ecle: 2:15) Aborreció, por tanto, la vida, porque la
obra que se hace debajo del sol le era fastidiosa; por cuanto todo es vanidad y
aflicción de espíritu (Ecle: 2:17). Pensó y dijo: ¿Quién sabe si será sabio o
necio el que se enseñoreará de todo mi trabajo en que yo me afané y en que
ocupé debajo del sol mi sabiduría? Esto también es vanidad (Ecle: 2:19) ¡Que el
hombre trabaje con sabiduría, y con ciencia y con rectitud, y que haya de dar
su hacienda a hombre que nunca trabajó en ello! También es esto vanidad y mal
grande (Ecle: 2:21).
Dijo: todos los
días del hombre no son sino dolores, y sus trabajos molestias; aun de noche su
corazón no reposa. Esto también es vanidad (Ecle: 2:23). Porque al hombre que
le agrada, Dios le da sabiduría, ciencia y gozo; mas al pecador da el trabajo
de recoger y amontonar, para darlo al que agrada a Dios. También esto es vanidad
y aflicción de espíritu (Ecle: 2:26).
He visto
asimismo que todo trabajo y toda excelencia de obras despierta la envidia del
hombre contra su prójimo. También esto es vanidad y aflicción de espíritu (Ecle:
4:4). Yo me volví otra vez, y vi vanidad debajo del sol, está un hombre solo y sin sucesor, que no
tiene hijo ni hermano; pero nunca cesa de trabajar, ni sus ojos se sacian de
sus riquezas, ni se pregunta: ¿Para quién trabajo yo, y defraudo mi alma del
bien? También esto es vanidad, y duro trabajo. (Ecle: 4:7-8).
No tenía fin la
muchedumbre del pueblo que le seguía; sin embargo, los que vengan después
tampoco estarán contentos de él. Y esto es también vanidad y aflicción de
espíritu (Ecle: 4:16). El que ama el dinero, no se saciará de dinero; y el que
ama el mucho tener, no sacará fruto. También esto es vanidad (Ecle: 5:10). El
del hombre a quien Dios da riquezas y bienes y honra, y nada le falta de todo
lo que su alma desea; pero Dios no le da facultad de disfrutar de ello, sino
que lo disfrutan los extraños. Esto es vanidad, y mal doloroso (Ecle: 6:2).
Más vale vista
de ojos que deseo que pasa. Y también esto es vanidad y aflicción de espíritu. (Ecle:
6:9)… ¡Ciertamente las muchas palabras multiplican la vanidad...!
¿Qué más tiene el hombre? (Ecle: 6:11) Porque ¿quién sabe cuál es el
bien del hombre en la vida, todos los días de la vida de su vanidad, los cuales
él pasa como sombra? Porque ¿quién enseñará al hombre qué será después de él
debajo del sol? (Ecle: 6:12).
La risa del
necio es como el estrépito de los espinos debajo de la olla. Y también esto es vanidad (Ecle: 7:6). Todo esto he visto en los días de
mi vanidad. Justo hay que perece por su justicia, y hay impío que por su maldad
alarga sus días (Ecle: 7:15) Asimismo he visto a los inicuos sepultados con
honra; mas los que frecuentaban el lugar santo fueron luego puestos en olvido
en la ciudad donde habían actuado con rectitud. Esto también es vanidad (Ecle:
8:10). Hay vanidad que se hace sobre la tierra: que hay justos a quienes sucede
como si hicieran obras de impíos, y hay impíos a quienes acontece como si
hicieran obras de justos. Digo que esto también es vanidad (Ecle: 8:14).
Goza de la vida
con la mujer que amas, todos los días de la vida de tu vanidad que te son dados
debajo del sol, todos los días de tu vanidad; porque esta es tu parte en la
vida, y en tu trabajo con que te afanas debajo del sol (Ecle: 9:9). Aunque un
hombre viva muchos años, y en todos ellos tenga gozo, acuérdese sin embargo que
los días de las tinieblas serán muchos. Todo cuanto viene es vanidad (Ecle: 11:8)
Quita, pues, de tu corazón el enojo, y aparta de tu carne el mal; porque la
adolescencia y la juventud son vanidad… (Ecle: 11:10) ¡Vanidad de vanidades,
dijo el Predicador, todo es vanidad! (Ecle: 12:8).
En conclusión:
Todo lo que
tengamos, pensemos y hagamos humanamente es vanidad… Desnudos llegamos al mundo
y sin nada saldremos de él (Job 1:21). La memoria del hombre será puesta en
olvido. También su amor y su odio y su
envidia; y nunca más tendrán parte en todo lo que se hace debajo del sol (Ecle:
9:5-6) Porque los que viven saben que han de morir; pero los muertos nada
saben, ni tienen más paga; porque su memoria será puesta en olvido…
Pero no podemos
hablar de vanidad cuando nos referimos al Espíritu, Su espíritu; ese que hoy después
de la cruz se manifiesta en todos sin diferencia alguna, como está escrito: “donde
no hay griego ni judío, circuncisión ni incircuncisión, bárbaro ni escita,
siervo ni libre, sino que Cristo es el todo, y en todos (Col: 3:11).
¡Somos Su
gloria, Su imagen, Su reflejo, Su bendición, Su esencia y Su misma vida! Somos
él manifestado en muchos cuerpos…
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