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¡La Palabra del Señor es… mi palabra!!!

“Él ES, el todo… y en todos”


Entender esta gloria y ser despertado a esta verdad de que “La palabra del Señor es mí palabra”, y que es tan poderosa y efectiva que “Lo que yo diga va a ser hecho”…

Todo esto no es más que lo que ojo no vió, ni oído oyó, ni ha subido en corazón de hombre (1Cor: 2: 9-10ª). Y estuvo oculto a nuestros ojos durante mucho tiempo.

Poder entender esta verdad y dimensionarla para este tiempo, es casi como traer a memoria lo que dijo el apóstol Pablo a sus discípulos en Corinto respecto del “quién era el que se manifestaba a través de ellos en ese tiempo en dones, ministerios y operaciones”, indicándoles que el que hacía todas esas cosas era el Espíritu… ¡Dios mismo!

¿Por qué? Porque de la misma manera que sucedió en ese tiempo,  está sucediendo Aquí y Ahora en todo el mundo… el Espíritu que actuó en ellos y a través de ellos es el mismo, o dicho de otra manera, el Espíritu que hoy se manifiesta en el mundo entero, es “Él mismo” ...

Él mismo era quien hacía todas esas cosas.

Ejemplo: "Solo Dios pudo cerrar los ojos de Isaac para poder impartir la bendición a Jacob antes que a Esaú el primogénito"

Yo sé que leer una verdad tan grande como estas, a la mente egótica no le es muy fácil recibir, porque siempre ella estará haciendo una separación, entre lo que “Nosotros decimos y Dios”; pero cuando se ha venido despertando en el conocimiento de nuestra verdadera identidad “Yo Soy”, ella, nuestra verdadera identidad - Dios, va tomando el lugar que siempre han tenido… De ahí que desde esa posición Dios, nunca podrá ser locura decir que “Mi palabra es la del Señor, o que la palabra del Señor es mi palabra”, porque aquí en esta tierra de bendición, el único que vive ES Dios.

Recordemos las palabras escritas por el Dr. Eckhart Tollé. Donde dice que “El reino de Dios, el reino del Espíritu, o de la conciencia es mucho más vasto de lo que el pensamiento puede entender”… por eso abre tu mente y deja que esa mente renovada o despierta, sea… y no tú.

Leamos lo que fue escrito en (Mar: 11:20-23). Aquí dice que en cierta ocasión Jesús cumpliendo su ministerio terrenal dijo a sus discípulos así: “Cualquiera que dijere a este monte quítate y échate en el mar… y no dudare en su corazón, sino creyere que será hecho lo que dice, “lo que diga le será hecho” pero también dijo en ese mismo tiempo: “De oído oiréis, y no entenderéis; y viendo veréis, y no percibiréis.” (Mat: 13: 14).

Es por esto que nos preguntamos…

¿Cómo poder entender hoy esta verdad? ¿Debo tomar lo escrito en la biblia como si fuera mío y aplicarlo? … Si es así, se estaría de alguna manera pasando por encima del plan de Dios. Del cumplimiento total de los tiempos, y de Su propósito ya establecido, haciendo separación entre el Espíritu Dios y lo natural hombre; cuando precisamente por lo escrito ya sabemos que “No habíamos nacido aún a este mundo”, y ya TODO había sido unido en Dios, tanto lo celestial como lo terrenal. A esto fue lo que se conoció como el “Misterio de Su voluntad” (Efe: 1:9-10).

Lo que quiere decir entonces es que hoy nuestra buena confesión, debe conjugarse en línea con lo ya establecido por el Señor, lo cual no es más que su perfecta voluntad. 


¿Ahora si podemos entender por qué es que decimos con tanta seguridad que la Palabra del Señor es… mi palabra? 

Esta verdad ya es muy clara para nosotros los que entendemos “Quien somos”, cual es nuestra verdadera identidad; y quien ES el SER que nos habita... es más, por el Espíritu que nos habita, podemos discernir que el único que vive, reina, habla, acciona, siente y se manifiesta a través nuestro en este mundo es él mismo, pues por Su buena voluntad ya fue establecido. 
  1. Dios ES el todo y en todos (1Cor: 15: 28) (Col: 3: 11) (Gál: 3: 28). 
  2. No hay nada ni nadie más que llene este mundo, tanto en lo celestial, como en lo terrenal. 
  3. Esta es la verdad que está en nuestro Espíritu. 
Es la verdad Dios la que se hace palpable en cada circunstancia y ejercicio que tenemos en esta vida.

A.- ¡Nosotros somos Espíritu, la plenitud de aquel que todo lo llena en todo!

Si de verdad estás claro y totalmente convencido de esta tremenda gloria, y puedes entender que es Dios mismo el que vive y se manifiesta a través nuestro… Tu palabra y la mía deben llevar el detonante de poder y seguridad que solo sale de la boca de Dios. NO debe estar apoyada en una confesión del pasado, ni mucho menos en una ubicación del futuro, pues el pasado No existe, y el futuro es una ilusión solamente; una proyección de la mente, nada más…

ü  “Enfócate y ubica tu mente en el Aquí y en el Ahora.”

Enfócate en quién ERES, en tu esencia, en tu verdadera identidad para que en el mismo momento en el que la palabra sea dicha, puedas vivirla y experimentarla tal y como es dicha; porque no eres tú el que la dice, ni somos nosotros los que la confesamos sino que es Dios mismo el que lo hace, pero… a través nuestro.

Despertar a estas verdades es despertar en conciencia… este el ingrediente necesario que nos permite adentrarnos en esta gloria de autoridad y poder de la palabra, pues este reino en el que nacimos es mucho más vasto de lo que el pensamiento puede entender. Cuando dejamos de creernos todo lo que pensamos, salimos del pensamiento religioso caduco, y vemos con claridad que el pensador no somos nosotros en este cuerpo natural, como desde siempre hemos creído, no; sino que en este velo de carne estamos experimentando soberanamente, lo que fue pensamiento del Yo Soy, del creador de todas las cosas.

B.- Dios el Señor… ES la palabra.

Entendamos esta verdad en secuencia… 


1. En la eternidad, Cristo fue la imagen del Dios invisible, el creador de todas las cosas (Col: 1:15). 
2. Cristo fue el verbo hecho carne (Juan: 1: 14), la palabra viva en ese tiempo, (AC). 
3. Cristo fue el “Poder y la Sabiduría de Dios.” El que se levantó de entre los muertos (1Cor: 1:24) (DC). 
4. Cristo volvió de nuevo a su verdadera esencia Dios (1Cor: 15: 28). 
5. Hoy nosotros somos la manifestación viviente o vivificada de (La palabra), la cual es Dios mismo en acción, pues solo UNO vive, y es Él.

¡La palabra Dios ES poder y autoridad!

Un buen ejemplo de esta palabra de autoridad en acción la podemos observar cuando el Señor Jesús saliendo de Jerusalén con sus  discípulos, y yendo de camino a Betania tuvo hambre, y al querer comer de una higuera, no halló fruto en ella; y en ese mismo momento la maldijo.

Al día siguiente cuando pasaron por el mismo lugar donde estaba la higuera, la hallaron seca. Y el apóstol Pedro al ver la higuera seca, se lo dijo al Señor. Entonces el Señor les aclaró lo que había sucedido, y el por qué había sucedido, diciendo: “De cierto os digo que cualquiera que dijere a este monte: Quítate y échate en el mar, y no dudare en su corazón, sino creyere que será hecho lo que dice, lo que diga le será hecho (Mar: 11:20-23).

Reflexionemos un momento en varias cosas que según el Señor Jesús les dijo que se deben tener en cuenta para que se hiciera realidad lo que se confesaba. 

1) Jesús dijo… Cualquiera= con esto se refiere a una persona indeterminada, porque es irrelevante cuál sea. 
2) Dijo… No dudar=  la duda es inseguridad, es no estar convencido, es desconfiar… 
3)Dijo también… Que diga= esto viene del verbo decir, que significa: expresar audiblemente los pensamientos o sentimientos con palabras. Ej: “Y dijo Dios: hágase la luz, y…” 
4) Por último dijo… Que crea… esto viene del verbo creer como primer paso… y significa: tener algo por cierto o verás… esto dará como resultado el segundo paso, el cual es, Crear= que quiere decir: establecer, fundar, hacer realidad, o en sentido figurado… “hacer nacer o dar vida.” Es ver hecho delante de nuestros ojos la palabra que se dijo, porque para el que Cree… ¡Todo le es posible!!!

C.- ¡El que cree, crea!
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¡Porque nada hay imposible para Dios! (Luc: 1:37).

  •  ¿Quién es el que vive y se manifiesta hoy a través nuestro? ¡Dios!  
  • ¿Quién es el que dice la palabra? ¡Dios! 
Yo pienso que con esto que se ha compartido hasta este momento, la mente de muchos ha empezado a reñir con la palabra, por causa de la religiosidad aprendida durante todo el tiempo. 

Si hay “alguien” a quien le disgusta sobre manera aceptar la VERDAD de estas palabras es al “falso dios ego”, y de todas las maneras y formas posibles tratará de sugerir pensamientos y emociones por segundo para no soltar el control, aun en estos momentos en que la verdad lo pone al descubierto y tira por el piso su estantería mentirosa. Ejemplo: “Jesús le dijo: ¿No te he dicho que si crees, verás la gloria de Dios?” (Juan: 11:40).

Solo cuando enfocamos la mente desde nuestra verdadera identidad, pues el pensador es él… y sale a  luz nuestra verdadera naturaleza, los razonamientos, temores, miedos, incapacidades, dudas, y religiosidades culturales, etc, no serán más; pues ya hemos sido alumbrados, despertados, y nos hemos hecho conscientes de quien somos, y quien ES el que dice las cosas por medio nuestro.

Ahora…para que podamos gozarnos en verdades tan grandes como ésta que hoy estamos compartiendo, me quiero apoyar en este escrito del Dr. Eckhart Tollé, donde dice que “cuando conectamos con la quietud interna, y vamos más allá de nuestras ajetreadas mentes y emociones, descubriremos en esa quietud grandes profundidades de paz duradera, alegría y serenidad… que no es otra cosa más que descubrir el Ser inconmovible que  somos, y por ende, la autoridad y el poder que se manifiesta en cada una de nuestras palabras."

¡Vamos más allá de nuestra mente y emociones!

¿Por qué es que decimos que para poder gozarnos en estas verdades, y disfrutar de la paz que ellas traen, debemos ir más allá de nuestras ajetreadas mentes y emociones? Porque es precisamente en la mente donde estaremos siendo condicionados y sugeridos de manera continua, con palabras,  pensamientos y emociones egotistas levantadas por el falso dios ego, para que no creamos que es Dios mismo, a través nuestro el que dice todas las cosas; y que por ende se deben manifestar, tal y como salen de nuestra boca… ¡Su boca!

Este ataque mental seguirá sucediendo mientras existamos en esta tierra de bendición y en este cuerpo natural con el que nos movemos. Y de seguro que no parará, porque de una o de otra manera caeremos siempre en este ejercicio de ser condicionados para dudar de la verdad. 

Dudar de la verdad fue uno de los ejercicios de vida que tuvieron que pasar algunos discípulos del apóstol Pablo, por eso les dijo: “¡Oh gálatas insensatos! ¿Quién os fascinó para no obedecer a la verdad, a vosotros ante cuyos ojos Jesucristo fue ya presentado claramente entre vosotros como crucificado? (Gál: 3: 1).

¿Y a cuál verdad nosotros seremos confrontados?

A la verdad que entendemos hoy por Su amor establecido, de que Su palabra es mí palabra, ya sea por lo que se ve, se  oye o se cree. ¡Yo Soy Él – Tu eres Él – Todos somos Él!
… este condicionamiento egotista se vuelve como un tutor en nuestra vida, estableciéndonos reglas que  limitan nuestro accionar, creando miedos infundados, nos dice lo que es correcto y lo que no es, todo esto obviamente dentro del encierro de ese condicionamiento ególatra.

Por eso debemos entender que Dios soberanamente hizo todas las cosas mucho más abundantemente de lo que podemos entender; pero solo podremos gozarnos hoy de esta verdad, de acuerdo al poder que actúa en nosotros, el cual es el (Amor - Dios – Espíritu), quien excede a todo conocimiento.  

TODOS somos… la misma esencia, plenitud y vida de Dios en plena manifestación (Efe: 3:17-20).

Nota:

Puedes depositar tu ofrenda en cualquiera de las oficinas de Western Unión a nivel nacional, a nombre de William Daniel Muñoz Molano, con CC # 16680415, en Cualquier corresponsal bancario al número de celular 3157786249 por NEKI o haciendo transferencia directamente desde cualquier cuenta bancaria.

El apóstol Pablo escribió en (2Cor: 9:1-15) “Cuanto a la ministración para los santos, es por demás que yo os escriba”; pues conozco vuestra buena voluntad y generosidad, y no como de exigencia nuestra. Pero esto digo:

1) El que siembra escasamente, también segará escasamente; y el que siembra generosamente, generosamente también segará.

2) Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre. Y poderoso es Dios para hacer que abunde en vosotros toda gracia, a fin de que, teniendo siempre en todas las cosas todo lo suficiente, abundéis para toda buena obra;

3) Y el que da semilla al que siembra, y pan al que come, proveerá y multiplicará vuestra sementera, y aumentará los frutos de vuestra justicia, para que estéis enriquecidos en todo para toda liberalidad, la cual produce por medio de nosotros acción de gracias a Dios.

Porque la ministración de este servicio no solamente suple lo que a los santos falta, sino que también abunda en muchas acciones de gracias a Dios; pues por la experiencia de esta ministración glorifican a Dios por la obediencia que profesáis al evangelio de Cristo, y por la liberalidad de vuestra contribución para ellos y para todos; asimismo en la oración de ellos por vosotros, a quienes aman a causa de la superabundante gracia de Dios en vosotros.

¡Gracias a Dios por su don inefable!