No os
hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y donde
ladrones minan y hurtan; sino haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla
ni el orín corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan. Porque donde esté
vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón… (Mat: 6:19-21).
Dónde está
tu corazón… ¡Ese es tu tesoro!
¿Qué es un tesoro?
Es una
concentración de riqueza inmovilizada… Y su finalidad es tener un depósito
de valor económico para un momento especial… “Piedras preciosas, monedas,
joyas, obras de arte, dinero, títulos valor, acciones,
etc.
Tomemos como
ejemplo el dinero: es verdad que en este mundo todo se mueve por medio del dinero;
y que sin contar con él, de alguna manera muchas de las cosas que hoy tenemos habría
sido imposible conseguirlas.
Entendemos entonces que el dinero es necesario para
desenvolvernos en la vida, pero no es lo más importante… Ahora, de ahí a empezar
a atesorarlo, no es que no se pueda, ni que no se quiera, pero… ¡Muchos son los
riesgos! “El orín corrompe, los ladrones lo pueden robar, la misma naturaleza
puede acabar con él en un momento, etc” Por eso las palabras del Señor de NO hacerse
tesoros en la tierra, no por el dinero y menos por el tesoro… Pero si, por el corazón,
porque de él mana la vida (1Tim:
6:10).
Recordemos:
Nuestra vida es Cristo, nuestra vida es él, y… NADA NI NADIE debe ocupar su
lugar. ¿Dónde está tu corazón? ¿Quién o cuál es tu tesoro?… Para muchos, un tesoro
puede ser un montón de chatarra o de cartón, pueden ser unos muebles viejos
(antiguos), una camiseta del equipo favorito, la carta del ser amado que ya no
está, nuestra pareja, etc… El valor o el concepto de tesoro, pueden variar
dependiendo de cada persona, de la región donde viva y de la cultura que se
tenga.
¿Qué es el cielo?
Es conocido
en latín como (Caeli), es un concepto de mas allá, presente
en muchas religiones y filosofías espirituales. También es definido en religión
como el lugar de la morada de los dioses, de los ángeles y de las almas humanas
(terrenales). Quienes creen en él, afirman que el Cielo (o el infierno)
es el destino final en el más allá, para muchos o todos los humanos…
Recordemos
lo que el Señor Jesús dijo a sus discípulos:
I.- No os hagáis tesoros en
la tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y donde ladrones minan y
hurtan…
La tierra
es nuestro lugar de habitación, es el sitio de bendicion donde hemos venido a
experimentar el Dios que es, a traves nuestro; pero aquí estamos de paso… Si nuestra
confianza está en lo que se acaba y en lo temporal, es porque hemos cambiado el
valor y el sentido de las cosas. “Todo lo terrenal es
temporal, todo lo que se ve, se acabara…” (2Cor:
4:18).
- Las riquezas materiales no deben ser nuestra seguridad… Salomón escribió: No te afanes por hacerte rico; sé prudente, y desiste. ¿Has de poner tus ojos en las riquezas, siendo ningunas? porque se harán alas como alas de águila, y volarán al cielo (Prov: 23:4).
- Amontonar “Cualquier cosa” tampoco… Y confiar en el hombre menos… David escribió: “Ciertamente como una sombra es el hombre; ciertamente en vano se afana; amontona riquezas, y no sabe quién las recogerá… El Rey tenía claro el concepto de tesoro y dijo: Mi esperanza está en ti… (Sal: 39:6-7).
- Jeremías escribió: Maldito el varón que confía en el hombre, y pone carne por su brazo, y su corazón se aparta del Señor. Será como la retama en el desierto, y no verá cuando viene el bien, sino que morará en los sequedales en el desierto, en tierra despoblada y deshabitada (Jer: 17:5-6).
- El Rey Salomón, el hombre más rico
de su tiempo, después de haber comprobado por el mismo, el hacer tesoros
en la tierra dijo: “Vanidad de vanidades, todo es vanidad.” Y dejo por
escrito cada una de sus experiencias al respecto.
Di mi corazón a
inquirir y a buscar con sabiduría sobre todo lo que se hace debajo del cielo,
dediqué mi corazón a conocer la sabiduría, y también a entender las locuras y
los desvaríos; dije a mi corazón: ven ahora, te probaré con alegría, y gozarás
de bienes y de placer, propuse en mi corazón agasajar mi carne con vino,
engrandecí mis obras, edifiqué para mí casas, planté para mí viñas; me hice
huertos y jardines, y planté en ellos árboles de todo fruto. Me hice estanques
de aguas, para regar de ellos el bosque donde crecían los árboles. Compré
siervos y siervas, y tuve siervos nacidos en casa; también tuve posesión grande
de vacas y de ovejas, más que todos los que fueron antes de mí en Jerusalén…
Me amontoné también
plata y oro, y tesoros preciados de reyes y de provincias; me hice de cantores
y cantoras, de los deleites de los hijos de los hombres, y de toda clase de
instrumentos de música. Y fui engrandecido y aumentado más que todos los que
fueron antes de mí en Jerusalén; a más de esto, conservé conmigo mi sabiduría.
No negué a mis ojos
ninguna cosa que desearan, ni aparté mi corazón de placer alguno, porque mi
corazón gozó de todo mi trabajo; y esta fue mi parte de toda mi faena. Miré yo
luego todas las obras que habían hecho mis manos, y el trabajo que tomé para
hacerlas; y he aquí, todo era vanidad y aflicción de espíritu, y sin provecho
debajo del sol. Vanidad de vanidades, dijo el Predicador, todo es vanidad.
Y termino su discurso diciendo…
Ahora, a más de esto, sé amonestado. No hay fin de hacer muchos libros; y el
mucho estudio es fatiga de la carne. El fin de todo el discurso oído es este:
Teme a Dios, y guarda sus mandamientos; porque esto es el todo del hombre (Ecle:
12:8,12-13). ¡Entendió cuál, y quien era su tesoro!
- Y Jesús dijo a sus discípulos en (Mat:
6: 1-21) lo que para ellos valdría más, que todos los tesoros materiales que
humanamente pudieran conseguir:
a)
Guárdense de hacer su propia justicia delante de los hombres…
El hombre juzga y da
valor a las cosas por vista, solo por lo que tiene delante. Ejemplo: el profeta
Samuel cuando fue enviado por Dios a ungir por Rey a uno de los hijos de Isaí. Y
aconteció que cuando ellos vinieron, él vio a Eliab, y dijo: De cierto delante
de Jehová está su ungido. Y Jehová respondió a Samuel: “No mires a su parecer,
ni a lo grande de su estatura, porque yo lo desecho; porque Jehová no mira lo
que mira el hombre; pues el hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero
Jehová mira el corazón” (1Sam: 16:6-7).
El apóstol Pablo dijo:
“No teniendo nuestra propia justicia” (A fin de conocerle) esta palabra debe
ser tomada y puesta en práctica… TESORO
EN EL CIELO (Fil: 3:9-10ª). Por esto, todo hombre debe ser pronto para oír,
tardo para hablar y tardo para airarse; TESOROS EN EL CIELO. “porque la ira del
hombre no obra la justicia de Dios.” (Stgo: 1: 19-20).
b) Cuando den limosna, no hagas tocar trompeta en las calles… “Que no sepa
su mano izquierda lo que hace su derecha” La limosna era considerado el más
pequeño de los mandatos que debía cumplir el pueblo de Israel delante de Dios,
después de las primicias, del diezmo y de la ofrenda. “Dar limosna, es dar las
sobras”
> En la biblia católica dice: Hijo mío, no prives al pobre de su sustento
ni hagas languidecer los ojos del indigente. No hagas sufrir al que tiene
hambre ni irrites al que está en la miseria. (Eclesiástico: 4: 1-2) Biblia
versión DHH.
> Y en (Prov: 3: 27-28) dice “No te niegues a hacer el bien a quien es
debido, cuando tuvieres poder para hacerlo. No digas a tu prójimo: Anda, y
vuelve, y mañana te daré, cuando tienes contigo qué darle.
> Jesús
les dijo: dad a César lo que es de César, y a Dios lo que es de Dios (Luc
20:25).
> (Hech:
20:35) En todo os he enseñado que, trabajando así, se debe ayudar a los
necesitados, y recordar las palabras del Señor Jesús, que dijo: Más
bienaventurado es dar que recibir. TESOROS EN EL CIELO. (Luc: 6:38) Dad, y se
os dará; medida buena, apretada, remecida y rebosando darán en vuestro regazo;
porque con la misma medida con que medís, os volverán a medir…
Para meditar por el
Espíritu:
¿Cómo es tu ofrenda, tu dar, tu tesoro delante de
Dios?
El profeta Malaquías escribió de parte de Dios una exhortación
para el pueblo de Israel, que trayéndola a nuestros días, en nada difiere con
el hombre de este tiempo; y no porque vayan a venir maldiciones, pues vivimos
en el tiempo donde la bendicion YA FUE DADA; “Nosotros somos la misma bendicion
de Dios YA manifestada” pero si, porque todavía tenemos el corazón o nuestro
tesoro en la tierra… El profeta dijo en su tiempo:
Dios es TODO, es lo más grande
que tenemos; y en todo lugar se ofrece a al Señor ofrenda limpia, porque grande
es Su nombre entre las naciones… Y el Señor reprendió al pueblo diciendo: Uds profanan
mi nombre cuando dicen que el alimento que les doy es despreciable e inmundo;
eso dicen Uds de la mesa de su Señor… Además han dicho: ¡Oh, qué fastidio es
esto! y me desprecian trayendo lo hurtado, lo cojo, lo enfermo, y lo presentan
como ofrenda. ¿Aceptaré yo eso de vuestra mano? es maldito el que engaña, el
que teniendo machos en su rebaño, promete, y sacrifica al Señor lo dañado.
Porque yo soy Gran Rey, dice Jehová de los ejércitos, y mi nombre es temible
entre las naciones (Mal: 1:11-14) (Gal: 6: 7).
Pregúntate… ¿Qué es lo que le queda en poder al
hombre después de haber recibido el 100%
su salario?
Según la
enseñanza tradicional, al hombre le queda el 90% en su poder, pues ha devuelto
a Dios el 10% o sea (el diezmo según la ley)… Pero la verdad de todo esto es que el 90% de
su salario se le va en sus gastos y obligaciones personales, en el pago de sus
deudas y demás; lo que quiere decir que al hombre lo único que le queda es lo
que sembró en Dios (TESORO EN EL CIELO), sea mucho o sea poco y recibirá
conforme haya sembrado o mucho más porque Dios es bueno…
Pablo exhortó a sus discípulos diciendo: El que
siembra escasamente, también segará escasamente; y el que siembra
generosamente, generosamente también segará. Cada uno dé como propuso en su
corazón: no con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre
(2Cor: 9:6-8).
Muchos todavía están mirando para arriba, pensando en cómo se
hacen los tesoros en el cielo… “El que al viento observa, no sembrará; y el que
mira a las nubes, no segará (Ecle: 11:4).
c) Cuando oren, no sean como los hipócritas que piensan que por ser oídos,
recibirán mayor recompensa… Y les indico como hacer los tesoros en el Cielo, diciéndoles:
- Reconozcan al Señor por encima de todo… ¡Él es, el todo y en todos!
- Que su voluntad, sea hecha en la tierra… ¡Ya TODO fue consumado!
- Perdonen a sus hermanos sus ofensas… TODOS somos uno… ¡ Él !
- Y Reconozcan su reino, su poder, y su gloria, por todos los siglos… ¡Temor de Dios!
Todas y
cada una de estas recomendaciones que el Señor hizo a sus discípulos, serían
las que se convertirían en ese valor o TESORO en los cielos, que nadie podría
robar… Es ¡Un tesoro especial! cuando se pone
por obra…
¿Cómo es un tesoro?
Naturalmente
pensamos que es, ese cofre enterrado en la tierra, lleno de joyas, de piedras
preciosas, de dinero por montones, etc. Pero lo que si podemos tomar en verdad,
es que nosotros somos esa buena tierra donde fue puesto o enterrado el mejor
tesoro… dios mismo “Su espíritu, Su palabra y Su mente” ¡el Reino de los cielos
a nuestro favor! (Mat: 13:44).
Un tesoro
es, “Como menos no lo imaginamos”… ¡Está en nuestras manos! ha sido puesto
delante de nuestros ojos, ha estado desde siempre; entramos al mundo con él, está
guardado en cuerpos de carne o (vasos de barro). El Señor dijo por medio del
profeta “Entresaca lo precioso de lo vil” (conocimiento, gracia, poder,
sabiduría, verdad, etc) y serás como mi boca… (Jer: 15:19b)” Recordemos: somos
la vida misma de Dios, su imagen, Su gloria, su reflejo, su bendición, etc (Col:
3: 11b). Veamos solo el tesoro que tenemos delante, ¡veamos a Dios! en todas
las cosas… (Rom: 1: 19-20) (Col: 3: 11b).
II.- Haceos tesoros en el
cielo, donde ni la polilla ni el orín corrompen, y donde ladrones no minan ni
hurtan…
Espiritualmente, el Cielo es la mente de Dios y el tesoro es su
pensamiento, ese que va siendo alumbrado en cada de uno de nosotros, para que
lo pongamos en práctica… Lo que creemos confesamos y lo que confesamos vivimos… (Hech:
10:4).
El Señor dijo: “porque yo apresuro mi palabra para ponerla por obra” “Como digas, lo que dices te será hecho” Ej: a Jeremías el Señor le permitió ver por un momento lo que debía suceder, hasta que su confesión fuera la correcta; y le pregunto diciendo: ¿Qué ves tú, Jeremías? Y dije: Veo una vara de almendro. (Jer: 1:11-12) Y me dijo Jehová: Bien has visto; porque yo apresuro mi palabra para ponerla por obra.
El Señor dijo: “porque yo apresuro mi palabra para ponerla por obra” “Como digas, lo que dices te será hecho” Ej: a Jeremías el Señor le permitió ver por un momento lo que debía suceder, hasta que su confesión fuera la correcta; y le pregunto diciendo: ¿Qué ves tú, Jeremías? Y dije: Veo una vara de almendro. (Jer: 1:11-12) Y me dijo Jehová: Bien has visto; porque yo apresuro mi palabra para ponerla por obra.
Si vemos una vara, “nuestra
confesión debe llevarnos a la acción”… ¿Por qué no vemos un árbol y no una
vara? ¿Por qué no vemos un bosque y no un árbol? ¿Por qué no vemos el mundo
lleno de bosques y no tan solo un bosque? … ¡La palabra es el tesoro que nos
fue dado para usar! Y ¡Dios se apresurará a cumplirla a nuestro favor! Ej: el
centurión dijo… Señor, solamente dí la palabra, y mi criado sanará… ¡Y fue sano
en aquella misma hora! (Mat: 8:8).
¿Cuándo algo es un tesoro?
Cuando es
valioso, digno de estimación y de mucho precio… Antes de lo material, en un
sentido similar, suele decirse de las personas estimadas. Ejemplo: “Nos podemos
referir a nuestra espos@ o hij@s como nuestro tesoro”
¿Para qué es un tesoro?
Para que
su gloria se manifieste, para que su nombre sea engrandecido, para descubrirlo,
para valorarlo… “y para hacer notorias las riquezas de su gloria, las mostró
para con los vasos de misericordia que él preparó de antemano para gloria” (Rom:
9:23).
III.- Donde esté vuestro
tesoro, allí estará también vuestro corazón…
¿Cuál es
tu tesoro? Esta es una pregunta que debemos hacernos siempre, pues su respuesta
nos llevará a entender como estamos viviendo delante de Dios…
Son tus
bienes materiales, tus estudios, tu apellido, tu sexo, tu empleo, tu cargo en
la empresa, tu profesión, tus padres, tus hermano, tus hijos, tu talento, tu
inteligencia, tus pensamientos o el pensamiento de Dios…? “El temor a Dios”
debe ser nuestro tesoro. Ejemplo:
En (2Cron:
19:5-9) dice que Josafat puso jueces en todas las ciudades fortificadas de
Judá, y dijo a los jueces: Mirad lo que hacéis; porque no juzgáis en lugar de
hombre, sino en lugar de Jehová, el cual está con vosotros cuando juzgáis. Sea,
pues, con vosotros el temor de Jehová; mirad lo que hacéis, porque con Jehová
nuestro Dios no hay injusticia, ni acepción de personas, ni admisión de
cohecho. Y a los levitas y sacerdotes que puso para hacer justicia les mandó
diciendo: Procederéis asimismo con temor de Jehová, con verdad, y con corazón
íntegro. TESOROS EN EL CIELO “Someteos unos a otros en el temor de Dios” (Efe:
5:21).
En conclusión:
La sabiduría de Dios y
su justicia superan toda capacidad humana; es más humilde, y ha sido puesta al
alcance de todos… Esta sabiduría se adquiere en el temor del Señor. Así fue
dicho desde antes… “Cuídate de no olvidarte del Señor tu Dios. Al Señor tu Dios
temerás, y a él solo servirás… (Deut: 6:12-13). Ejemplo: (Job: 1:1) era perfecto
y recto, temeroso de Dios y apartado del mal.
El piso, el
principio, la base sólida de la sabiduría que fue puesta en nosotros, y es… EL
TEMOR DE DIOS… Pero los insensatos desprecian la sabiduría y la enseñanza (Prov:
1:7). El principio de la sabiduría es el temor de Jehová; y el conocimiento del
Santísimo es la inteligencia (Prov: 9:10) por eso, a la honra precede la
humildad (Prov: 15:33).
Mientras
estemos en este cuerpo natural… Este es nuestro mayor tesoro “el Temor a
Dios”… Y David dijo: buen entendimiento
tienen todos los que lo practican… (Sal: 111:10). El conocimiento de Dios, la
honra, la justicia, el perdón, el servicio, el amor, la confesión, la paz, la sabiduría,
el reposo, etc” TESOROS EN EL CIELO…
Entremos
pues en este TESORO del reposo de Dios en sabiduría y disfrutemos al máximo y
con entendimiento de todo lo que fue puesto a nuestro favor… Pablo escribió: porque
también a nosotros se nos ha anunciado la buena nueva como a ellos; pero no les
aprovechó el oír la palabra, por no ir acompañada de fe en los que la oyeron (Heb:
4: 1).
Recordemos entonces que “Donde este nuestro corazón, ese es nuestro
tesoro”
Somos en Dios, el mejor tesoro… Su
gloria, Su bendicion y su misma vida.