¿Qué
es un hombre sabio de corazón?
Respondamos
esta pregunta conforme al tema anterior; por lo que podemos decir entonces, que un
hombre sabio de corazón es el que honra y reverencia a Dios… ¡En todo y en
todos! … Es el que viene, oye, atiende, entiende y pone por obra… ¡Su
palabra!
El
profeta Jeremías escribió a este respecto, que el hombre sabio de corazón es aquel
que “Entiende y Conoce a Dios” (Jer: 9: 23-24) conforme a Su pensamiento
(Jer: 29: 11), a Su voluntad (Rom: 12:
2), a Su soberanía (Judas: 1:4) y a Su proceder (Juan: 1: 11)… Lo Conoce y lo
Entiende en Su justicia, en Su amor y en
Su palabra, para ponerla por obra (Stgo: 1:25)”
Ejemplo:
¡Es el
“rey” quien está hablando!
Leamos lo que dice (Jer: 9:
23-24) en la versión (Dios habla hoy).
Así dijo el Señor: “Que no se enorgullezca el sabio de ser sabio, ni el
poderoso de su poder, ni el rico de su riqueza.” Si alguien se quiere enorgullecer, que se
enorgullezca de ¡Conocerme, de Saber! que yo soy el Señor, que actúo en la
tierra con amor, justicia y rectitud, pues eso es lo que a mí me agrada. Yo, el
Señor, lo afirmo.”
Ahora…
Sepamos,
entendamos y conozcamos que después de la cruz es el Señor el que vive; y si es
Él el que vive, es Él quien actúa en la tierra y si es Él el que actúa
en la tierra, lo hace en todo y en todos…
Por eso debemos estar tranquilos, pues todo lo que suceda en nuestra vida, nos ayudará para bien (Rom: 8: 28-29), y “Sin diferencia alguna”, Él actúa con amor, justicia y rectitud (Col: 3: 11).
Por eso debemos estar tranquilos, pues todo lo que suceda en nuestra vida, nos ayudará para bien (Rom: 8: 28-29), y “Sin diferencia alguna”, Él actúa con amor, justicia y rectitud (Col: 3: 11).
Pero
aún muchos creen que lo que los hace sabios es: “el dinero, la posición, la
cultura, la belleza física, la fuerza, el poder, la inteligencia, la religión,
las posesiones, etc”… Cuando en realidad es precisamente eso, lo que de alguna
manera los ha cegado, adormecido y no los ha dejado actuar como se debe…
¡Sabiamente!
Por
lo cual dice la palabra:
- Despiértate,
tú que duermes, y levántate de los muertos, y te alumbrará Cristo…
- Miren,
pues, con diligencia cómo andan, no como necios sino como sabios, aprovechando
bien el tiempo, porque los días son malos (Efe: 5:14-16).
Como sabios de
corazón, disfrutemos de las palabras dichas por Jesús a sus discípulos en (Mat:
13:16-17) y apliquémoslas en nuestra vida, diciendo: “Bienaventurados
vuestros ojos, porque ven; y vuestros oídos, porque oyen." Porque de
cierto os digo, que muchos profetas y justos desearon ver lo que veis, y no lo
vieron; y oír lo que oís, y no lo oyeron.
¿Quién es el hombre
sabio de corazón?...
Leamos varias
definiciones que nos pueden aclarar un poco más acerca de este concepto…
A) El hombre sabio es: el que conoce
que Dios mismo es la Sabiduría… (Prov: 8:1-37) y entiende
que… “Escuchamos su voz todo lugar”, pues Él es, en nuestro “Corazón”, Mas
¿qué dice? Cerca de ti está la palabra, en tu boca y en tu corazón (Rom: 10:8a).
- Oh hombres, a vosotros calmo; dirijo mi voz a los hijos de los hombres. Entended, oh simples discreción; y vosotros, necios, entrad en cordura...
- Oíd,
porque hablaré cosas excelentes, y abriré mis labios para cosas rectas… Porque
mi boca hablará verdad, y la impiedad abominan mis labios.
- Justas
son todas las razones de mi boca; no hay en ellas cosa perversa ni torcida.
Todas ellas son rectas al que entiende,
y razonables a los que han hallado sabiduría…
- Bienaventurado
el hombre que me escucha, velando a mis puertas cada día, aguardando a los
postes de mis puertas. Porque el que me halle, hallará la vida, y alcanzará el
favor del Señor. Mas el que peca contra mí, defrauda su alma…
Leamos
el siguiente ejemplo y miremos en nuestro corazón si realmente estamos obrando
como sabios de corazón. En
la carta a los (Heb: 6:1-2) dice el Señor por medio de su siervo el escritor a
los hebreos, lo siguiente:
* “Por
tanto, dejando
ya los rudimentos de la doctrina de Cristo”, vamos
adelante a la perfección; no echando otra vez el fundamento del arrepentimiento
de obras muertas, de la fe en Dios, de la doctrina de bautismos, de la
imposición de manos, de la resurrección de los muertos y del juicio eterno…
Pregúntate… ¿Dejaste ya los rudimentos? o todavía sigues practicándolos.
En
muchas ocasiones de nuestra vida, las circunstancias que hemos experimentado, la
religión, las amistades, el estudio, la familia, la cultura, etc, han dirigido
nuestro proceder en este mundo, llevándonos a tomar decisiones sin sabiduría…
* “Por
tanto, es necesario que con más diligencia atendamos a las cosas que hemos
oído, no sea que nos deslicemos”. Porque si la palabra dicha por medio de los
ángeles fue firme, y toda transgresión y desobediencia recibió justa
retribución, ¿cómo escaparemos nosotros, si descuidamos una salvación tan
grande? (Heb: 2:1-3).
Pablo
escribió: porque si pecáremos voluntariamente después de haber recibido el
conocimiento de la verdad, ya no queda más sacrificio por los pecados, sino una
horrenda expectación de juicio, y de hervor de fuego que ha de devorar a los
adversarios… El Señor juzgará a su pueblo. ¡Horrenda cosa es caer en manos del
Dios vivo! (Heb: 10:26-31).
Es
verdad que el desconocimiento o el poco entendimiento que tenemos de Dios y de
Su voluntad, la cual es agradable y perfecta, nos ¡Destruye! (Ose: 4: 6), y nos
lleva a afectar con ello, y para mal, a nuestro hermano; siendo él la misma
imagen, gloria, reflejo, bendición, esencia, plenitud y vida de Dios en este
mundo (Col: 3: 11b).
B) El hombre sabio es: el que Conoce y Entiende que Dios es
la Fuente de toda sabiduría… Y
¡Obedece! Por encima de todo parecer razonal, sentimental, familiar,
religioso, etc.
Veamos los
siguientes ejemplos a través de la vida de instrumentos que:
Aconteció
después de estas cosas, que probó Dios a Abraham, y le dijo: Abraham. Y él
respondió: Heme aquí. Y dijo: Toma ahora
tu hijo, tu único, Isaác a quien amas, y vete a tierra de Moriah, y ofrécelo
allí en holocausto sobre uno de los montes que yo te diré. Y Abraham se levantó
muy de mañana, y enalbardó su asno, y tomó consigo dos siervos suyos, y a Isaác su hijo; y cortó leña para el holocausto, y se levantó, y fue al lugar que Dios
le dijo. Y tomó Abraham la leña del holocausto, y la puso sobre Isaác su hijo,
y él tomó en su mano el fuego y el cuchillo; y fueron ambos juntos.
Entonces
habló Isaác a Abraham su padre, y dijo: Padre mío. Y él respondió: Heme aquí,
mi hijo. Y él dijo: He aquí el fuego y la leña; mas ¿dónde está el cordero para
el holocausto? Y respondió Abraham: Dios se proveerá de cordero para el
holocausto, hijo mío. E iban juntos. Y cuando llegaron al lugar que Dios le
había dicho, edificó allí Abraham un altar, y compuso la leña, y ató a Isaác su
hijo, y lo puso en el altar sobre la leña. Y extendió Abraham su mano y tomó el
cuchillo para degollar a su hijo.
Entonces
el ángel de Jehová le dio voces desde el cielo, y dijo: Abraham, Abraham. Y él
respondió: Heme aquí. Y dijo: No extiendas tu mano sobre el muchacho, ni le
hagas nada; porque ya conozco que temes a Dios, por cuanto no me rehusaste tu
hijo, tu único. Entonces alzó Abraham sus ojos y miró, y he aquí a sus espaldas
un carnero trabado en un zarzal por sus cuernos; y fue Abraham y tomó el
carnero, y lo ofreció en holocausto en lugar de su hijo.
- Salomón: (1Rey:
3:5-13) Honró y Reverenció a Dios, reconociendo que a Dios es quien pertenece
TODO y que sin Él, sin su dirección y sabiduría NADA podría hacer…
Dice
que el Señor se le apareció a Salomón en
Gabaón una noche en sueños, y le dijo Dios: Pide lo que quieras que yo te dé. Y
Salomón le dijo: Tú me has puesto a mí tu siervo por rey en lugar de David mi
padre; y yo soy joven, y no sé cómo entrar ni salir. Y tu siervo está en medio
de tu pueblo al cual tú escogiste; un pueblo grande, que no se puede contar ni
numerar por su multitud… Da, pues, a tu siervo corazón entendido para juzgar a
tu pueblo, y para discernir entre lo bueno y lo malo; porque ¿quién podrá
gobernar este tu pueblo tan grande?
Dios siempre
recompensa la obediencia…
Y agradó
delante del Señor que Salomón pidiese esto. Y le dijo Dios: Porque has demandado esto, y no pediste para ti muchos
días, ni pediste para ti riquezas, ni pediste la vida de tus enemigos, sino que
demandaste para ti inteligencia para oír juicio, he aquí lo he hecho conforme a
tus palabras; he aquí que te he dado corazón sabio y entendido, tanto que no ha
habido antes de ti otro como tú, ni después de ti se levantará otro como tú. Y aun también te he dado las cosas que no
pediste, riquezas y gloria, de tal manera que entre los reyes ninguno haya como
tú en todos tus días.
- María: (Luc: 1:26-38)
Confió en la palabra de Dios, por encima de su propia vida, de su relación con
sus padres, con el pueblo y con José, su prometido...
Entonces
María dijo: He aquí la sierva del Señor; hágase conmigo conforme a tu palabra.
Y el ángel se fue de su presencia.
- José: (Mat: 1:19-20.24-25)
Le creyó a Dios…Y en sus sueños entendió su voluntad.
José su
marido, como era justo, y no quería infamarla, quiso dejarla secretamente. Y pensando él en esto, he aquí un ángel del
Señor le apareció en sueños y le dijo: José, hijo de David, no temas recibir a
María tu mujer, porque lo que en ella es engendrado, del Espíritu Santo es. Y
despertando José del sueño, hizo como el ángel del Señor le había mandado, y
recibió a su mujer. Pero no la conoció hasta que dio a luz a su hijo
primogénito; y le puso por nombre JESÚS.
- Ananías: (Hech: 9:10-17) Siguió al pie de la letra la dirección de
Dios, pasando por encima del temor…
Había
entonces en Damasco un discípulo llamado Ananías, a quien el Señor dijo en
visión: Ananías. Y él respondió: Heme aquí, Señor. Y el Señor le dijo:
Levántate, y vé a la calle que se llama Derecha, y busca en casa de Judas a uno
llamado Saulo, de Tarso; porque he aquí, él ora, y ha visto en visión a un
varón llamado Ananías, que entra y le pone las manos encima para que recobre la
vista. Entonces Ananías respondió: Señor, he oído de muchos acerca de este
hombre, cuántos males ha hecho a tus santos en Jerusalén; y aun aquí tiene
autoridad de los principales sacerdotes para prender a todos los que invocan tu
nombre.
El Señor le
dijo: Vé, porque instrumento escogido me es éste, para llevar mi nombre en
presencia de los gentiles, y de reyes, y de los hijos de Israel; porque yo le
mostraré cuánto le es necesario padecer por mi nombre. Fue entonces Ananías y
entró en la casa, y poniendo sobre él las manos, dijo: Hermano Saulo, el Señor
Jesús, que se te apareció en el camino por donde venías, me ha enviado para que
recibas la vista y seas lleno del Espíritu Santo.
- Pablo: (Hech: 9:3-9)
entendió quién era Jesús y el propósito por el cual había sido llamado… ¡Todo
lo que tenía antes lo dejó como basura, por seguir a Cristo!
Mas yendo por
el camino, aconteció que al llegar cerca de Damasco, repentinamente le rodeó un
resplandor de luz del cielo; y cayendo
en tierra, oyó una voz que le decía: Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues? Él dijo: ¿Quién eres, Señor? Y le dijo: Yo
soy Jesús, a quien tú persigues; dura cosa te es dar coces contra el aguijón.
El, temblando
y temeroso, dijo: Señor, ¿qué quieres que yo haga? Y el Señor le dijo:
Levántate y entra en la ciudad, y se te dirá lo que debes hacer. Y los hombres que iban con Saulo se pararon
atónitos, oyendo a la verdad la voz, mas sin ver a nadie. Entonces Saulo se
levantó de tierra, y abriendo los ojos, no veía a nadie; así que, llevándole
por la mano, le metieron en Damasco,
donde estuvo tres días sin ver, y no comió ni bebió.
C) El hombre sabio es aquel que ¡Obra
conforme a la palabra! … “No se guía por su razón, ni
por sus emociones, ni por su dinero, ni por su religión, ni por su mucho
conocimiento, etc.” solo por su voz…
Como está
escrito:
“Mis ovejas
oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen” (Juan: 10:27).
Hijo mío,
está atento a mi sabiduría, y a mí inteligencia inclina tu oído (Prov: 5:1). Para
que tu creer no esté fundado en la sabiduría de los hombres sinó en el poder de
Dios (1Cor: 2: 5).
Meditemos en
estas tres preguntas: ¿Qué es un guía, un sabio y que es la razón?
- Un guía: Es la margen, la forma, el molde o
el límite que se usa para no salirnos del camino. Es la persona que se dedica, comparte,
informa y dirige a otra en su conducta o actitud para hacer o lograr alguna
cosa en especial…
- Un sabio: Es el que demuestra o contiene sabiduría…
El que “Oye y hace”, el que ¡No pregunta nada cuando sabe a quién está
oyendo!
- La razón: Es la facultad que tiene el ser humano para conocer y pensar. La razón es
la que le permite al hombre formarse ideas, juicios y representaciones de la
realidad en la mente, relacionándolas entre sí; y con frecuencia la razón es
contraria a los sentimientos… Es el motivo o la causa de algo… Es la verdad o acierto en lo que una persona
dice o hace algo. Son las palabras con
que se expresa una idea o pensamiento.
D) El hombre sabio es un bienaventurado… (Sal: 1:1-3).
- “No
sigue malos consejos”
- Sabe
escoger con quien comparte su tiempo.
- No
se sienta a burlarse de nadie.
- Se
deleita en Dios y medita siempre en su palabra...
- Es
como un árbol plantado junto a corrientes de aguas, que da su fruto en su
tiempo, y su hoja no cae… Y… ¡Todo lo que hace, prospera!
E) El hombre sabio es la misma vida y manifestación
de Dios en un cuerpo natural… “Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del
Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se
han de discernir espiritualmente” (1Cor: 2:14).
Ejemplos:
a) Jesús dijo: “No se haga mi voluntad sino la
tuya” (Luc: 22:42).
b) Pablo dijo: “Sed imitadores de mí, así como yo
de Cristo” (1Cor: 11: 1).
c) Y en Filipos dijo: “Pero cuantas
cosas eran para mí ganancia, las he estimado como pérdida por amor de Cristo.”
Y ciertamente, aun estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del
conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por amor del cual lo he perdido todo, y
lo tengo por basura, para ganar a Cristo, y ser hallado en él, no teniendo mi
propia justicia, que es por la ley, sino la que es por la fe de Cristo, la
justicia que es de Dios por la fe; a fin de conocerle, y el poder de su
resurrección, y la participación de sus padecimientos, llegando a ser semejante
a él en su muerte (Fil: 3:7-10).
Ejemplo:
Después de
que el apóstol Pablo fue llamado por Dios a cumplir Su buena voluntad; y siendo
llevado preso en un barco rumbo a la ciudad de Roma; por encima de
todas aquellas situaciones que estaba viviendo, alentaba a sus compañeros de
prisión en ese viaje en el que iban, y antes de encallar les dijo lo siguiente:
d) “Esta noche ha estado conmigo el ángel del Dios de quien soy y a quien
sirvo, diciendo: Pablo, no temas; es necesario que comparezcas ante César; y he
aquí, Dios te ha concedido todos los que navegan contigo. Por tanto, oh
varones, tened buen ánimo; porque “yo confío en Dios que será así como se me ha
dicho” (Hech: 27:23-25) (Fil: 2: 5-8).
Y vale la
pena despertar en consciencia por la experiencia que vivió en (Hech: 28:1-6) donde
dice que: “Estando ya a salvo” Pablo con todos sus compañeros en la isla de
Malta y encendiendo un fuego para
calentarse por causa del frío y de la lluvia que caía; Pablo, habiendo recogido
algunas ramas secas, las echó al fuego; y una víbora, huyendo del calor, se le
prendió en la mano…
Cuando los
naturales de la isla vieron la víbora colgando de su mano, se decían unos a
otros: Ciertamente este hombre es homicida, a quien, escapado del mar, la
justicia no deja vivir. Pero él, sacudiendo la víbora en el fuego, ningún daño
padeció. Ellos estaban esperando que él se hinchase, o cayese muerto de
repente; más habiendo esperado mucho, y viendo que ningún mal le venía,
cambiaron de parecer y dijeron que era un dios. “Muchos sugieren que la que
mordió al apóstol fue una “Mamba Negra”,
una de las serpientes mas venenosas del mundo.”
El apóstol como
un hombre sabio de corazón, creyó a la palabra dicha por el Señor y no tomó en
cuenta ninguna de las adversidades que sufrió en el camino, así su misma vida hubiera
estado en peligro… ¡Le creyó a Dios!
¿Cuál podría
haber sido tu pensamiento en ese caso? o ¿Cuáles son los
pensamientos que te llegan cuando, no has salido de una dificultad y al momento
ya caes en otra? Si tenemos de ante mano la palabra dicha por el Señor de que
¡TODAS! las cosas nos ayudan a bien… ¡Actuemos como sabios de corazón!
Preguntémonos:
- ¿Tenían razón sus compañeros al estar
temerosos por la tormenta que los llevó a encallar? Sí.
- ¿Tenían razón ellos al arrojar por la borda
todo el grano que estaba almacenado para su alimentación, para quedar con menos
peso? Sí.
- ¿Tenían razón los soldados que querían
matarlos cuando naufragaron para que ninguno de sus presos se fugara en la isla,
porque tendrían que pagar con su vida? Sí.
- ¿Tenían razón los habitantes de la isla al
pensar que Pablo era un homicida y que la justicia le estaba cobrando todo el
mal que según ellos, él había hecho? Sí.
- ¿Tenía razón el apóstol Pablo al alentar a sus
compañeros y de declarar delante de ellos en la isla, cuando fue mordido por la
serpiente que ¡TODO! lo que Dios le había dicho, sería así, porque confiaba en
Él?... No solamente tenía la razón, sino que como un hombre sabio actuó
en sabiduría… ¡Obrando conforme a la palabra! Y la palabra es Cristo…
En conclusión:
Como sabios de corazón…
Recordemos que fuimos
enseñados por Él antes de tomar cuerpo en este mundo natural y que todos
estamos cumpliendo en Dios, un propósito establecido conforme a su buena
voluntad...
Jesús lo dijo en su
tiempo a sus discípulos: “Todo aquel que oyó al Padre, y aprendió de él, viene
a mí…” ¡Oye, atiende, entiende y pone por obra… (Juan: 6:45c).
- “El hombre sabio de corazón”… No es el que se guía por su razón, ni por
sus emociones sino el que obra conforme a la palabra, o sea… ¡Conforme a
“Cristo!
- El hombre sabio es el que conoce y entiende a Dios en Sus razones, en Sus
planes, en Su voluntad y en Su obrar; por encima de toda lógica razonal,
emocional, profesional, cultural y humana, porque… Después de la cruz, “no
somos nosotros los que vivimos y hacemos en este mundo”, sino que es, ¡Él, en
todo y en todos (Col: 3: 11), haciendo en nosotros lo que a Él, le es
agradable! (Heb: 13:21b).
Leamos lo que fué escrito
en el libro de “Los proverbios de
Salomón”, para que actuemos como lo que somos en Dios, “Hombres y Mujeres
sabios de corazón! Pues fueron escritos con un buen propósito (Prov: 1:1-33).
Dar a conocer al hombre… El
Consejo de Dios por su palabra:
- Para entender sabiduría y doctrina… “Pensamientos de Dios y su forma de
aplicarlos”
- para conocer razones prudentes…
- para recibir el consejo de prudencia, justicia, juicio y equidad.
- para dar sagacidad a los simples, y a los jóvenes inteligencia y cordura…
Oirá el sabio, y aumentará el saber, y el entendido adquirirá consejo…
- para entender proverbio y declaración, palabras de sabios, y sus dichos
profundos.
El principio de la
sabiduría es el temor de Jehová; los insensatos
desprecian la sabiduría y la enseñanza… Oye, hijo mío, la instrucción de tu
padre, y no desprecies la dirección de tu madre; porque adorno de gracia serán
a tu cabeza, y collares a tu cuello (Efe: 6: 1).
- Hijo mío, si los pecadores te quisieren engañar, no consientas… ¡Hijo
mío, no andes en camino con ellos!
a) Aparta tu pie de sus
veredas, porque sus pies corren hacia el mal, y van presurosos a derramar
sangre… “Porque en vano se tenderá la red ante los ojos de toda ave”… ¡El avisado
ve el mal y se esconde, mas los simples pasan y reciben el daño! (Prov: 22:3),
pero ellos a su propia sangre ponen asechanzas, y a sus almas tienden lazo… (Sal
73: 1-28).
- La sabiduría está en
todas partes, en todo lugar… Clama en las calles, alza su voz en las plazas; clama
en los principales lugares de reunión; en las entradas de las puertas de la
ciudad dice sus razones.
- Consecuencias
de no obrar como sabios, conforme a la palabra: ¡No os engañéis; Dios no puede ser burlado:
pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará! Porque el que siembra
para su carne, de la carne segará corrupción; mas el que siembra para el
Espíritu, del Espíritu segará vida eterna (Gál: 6:7-8).
Para meditar:
Dios siempre
está presente para que obremos en sabiduría…
¿Hasta
cuándo, oh simples, amaréis la simpleza, y los burladores desearán el burlar, y
los insensatos aborrecerán la ciencia? Volveos a mi reprensión; he aquí yo
derramaré mi espíritu sobre vosotros, y os haré saber mis palabras. ¿Cuidado!
- Te llamé, y no quisisteis oír…
- Extendí mi mano, y no hubo quien atendiese…
- Desechasteis todo consejo mío… Y…
- Mi reprensión no quisisteis…
a) También yo me reiré en vuestra calamidad, y me burlaré cuando os viniere
lo que teméis; cuando viniere como una destrucción lo que teméis, y vuestra
calamidad llegare como un torbellino; cuando sobre vosotros viniere tribulación
y angustia.
b) Entonces me llamarán, y no responderé…
c) Me buscarán de mañana, y no me hallarán. Por cuanto aborrecieron la
sabiduría, y no escogieron el temor de Jehová, ni quisieron mi consejo, y
menospreciaron toda reprensión mía,
d) Comerán del fruto de su camino, y serán hastiados de sus propios
consejos. Porque el desvío de los ignorantes los matará, y la prosperidad de
los necios los echará a perder; Mas el que me oyere, habitará confiadamente y
vivirá tranquilo, sin temor del mal.
Declaramos en
Dios que ésta palabra nos mueve por Su espíritu a vivir como somos, “Sabios y
entendidos en Dios” perfectos, santos, limpios y completos en Él, pues somos la
misma bendición de Dios ya manifestada, su gloria y Su misma vida.