(Rom: 5:17)
El apóstol Pablo dijo a sus discípulos en
roma así: “Pues si por la transgresión de uno solo, adán, reinó la muerte, mucho más reinarán en vida
por uno solo, Jesucristo, los que reciben la abundancia de la gracia y del don
de la justicia”
Esta abundancia de gracia y
justicia ya fue impartida...
Por tal motivo, el objetivo principal de la
palabra que hoy compartimos es que podamos ser despertados, y alumbrados en
conciencia para entender que Reinar fue el diseño
celestial para el que el hombre fue creado. Fue el plan establecido por Dios desde
el comienzo de los tiempos, pues así fue escrito: “Fructificad y multiplicaos;
llenad la tierra, y sojuzgadla, y señoread en los peces del mar, en las aves de
los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra.” (Gen:
1:27-28).
Pero este buen deseo del Señor, de que el hombre
reinara y fuera cabeza en todas las cosas de este mundo, “se perdió en un tiempo” por causa de la caída de adán;
por lo cual fue necesario que Él mismo, vestido de un cuerpo de carne llamado
Jesús, pudiera cumplir ese propósito especial aquí en la tierra, estableciendo Su
perfecta voluntad, para que nada ni nadie en este mundo pudiera volver a
impedirlo.
Como fue escrito así: “Y sabiendo Jesús que
ya todo estaba hecho para restaurar al hombre en su propósito celestial, ¡Rey!,
dijo… ¡Consumado es! Y habiendo inclinado la cabeza, entregó el espíritu (Juan:
19:28-30). Recordemos… “A lo suyo vino…” y lo cumplió (Juan: 1: 11).
Pero te has preguntado… ¿Por qué se dijo que
Jesús ya sabía que “todo había sido consumado”? ¿Cómo se podía decir eso, si Jesús
(el cordero) en ese momento, todavía no había entregado Su espíritu? … y es el
apóstol Juan quien dió respuesta y claridad a esta pregunta que nos hacemos hoy,
diciendo lo que en verdad sucedió desde antes; y fue que “El Cordero de Dios fue inmolado desde el principio del mundo.”
tal y como quedó registrado en (Apoc: 13:8b-9).
Por esta causa fue que Jesús dijo lo que
dijo. ¡Si alguno tiene oído, oiga! … A esto se le llama pre-existencia = o sea conocimiento
anticipado, o conocimiento previo.
Para poder reinar, es necesario
tener un reino.
Y esto fue precisamente lo que el Señor estableció y selló en esa cruz ¡Su reino celestial aquí en la tierra! (Mat: 6:10). Lo que nos indica que el “reino de los cielos” no es más que Su voluntad perfecta.
Este lugar donde habitamos naturalmente
llamado tierra, ahora es el Reino de Dios, y de igual manera podemos decirlo de
éste, nuestro cuerpo, velo o vaso de barro.
Nosotros somos el Reino de Dios… la tierra
entera también lo es; la plenitud que nos habita es la que desde siempre lo llena
todo y en todo. Solo UNO es quien reina… ¡El Rey!… y lo hace, a través nuestro,
porque solo uno vive… ¡El Rey! Confío en Dios que está palabra está clara en
todos y cada uno de nosotros.
Lograr entender esta sabiduría o iluminación,
no es más que ser conscientes de la unidad en que se mueve toda la existencia.
Y en el plano Espíritu, tan sabio e iluminado eres tú y yo, como cualquiera de
los grandes maestros que han pasado por este mundo, y que han sido registrados
en la historia; la única diferencia es que muchos todavía no han sido
despertados a esta gloria de conciencia en Dios.
El reino de Dios YA fue
establecido… ¡Todo fue consumado!
El apóstol Pablo se lo explicó a los romanos en
su tiempo y les dijo cómo fue hecho todo esto, diciéndoles: “Y nos dió a
conocer el misterio de su voluntad, según su beneplácito, el cual se había
propuesto en sí mismo, de reunir todas las cosas en Cristo, en la dispensación
del cumplimiento de los tiempos, así las que están en los cielos, como las que
están en la tierra.” (Efe: 1: 9-10). Todo fue hecho con un solo y único propósito…
¡Establecer Su reino, para reinar!
¡El reino del REY… es donde el REY
reina!
Entendamos… TODO fue puesto de nuevo en Dios…
¡Su buena y perfecta voluntad fue hecha ya! Esta es parte de la revelación de
Dios que recibió el apóstol Pablo, el cual les dijo:
“Porque todas las cosas las sujetó… ¿Quién las sujetó? (el Espíritu – Dios – Yo Soy) debajo de sus pies. Y cuando dice que todas las cosas han sido sujetadas a él… ¿A quién se refiere? (a Cristo), claramente se exceptúa aquel que sujetó a él (Espíritu – Dios – Yo Soy) todas las cosas.
“Porque todas las cosas las sujetó… ¿Quién las sujetó? (el Espíritu – Dios – Yo Soy) debajo de sus pies. Y cuando dice que todas las cosas han sido sujetadas a él… ¿A quién se refiere? (a Cristo), claramente se exceptúa aquel que sujetó a él (Espíritu – Dios – Yo Soy) todas las cosas.
- Pero luego que todas las cosas le estén sujetas (a Cristo), entonces también “el Hijo mismo” (porque así se dio a conocer en ese cuerpo Jesús), se sujetará… ¿A quién se debía sujetar? (al Espíritu – Cristo – Dios – Yo Soy) que le sujetó a él todas las cosas. Para que (Dios – el Espíritu – Cristo – el Yo Soy) sea todo, y en todos” (1Cor: 15:27-28). Pero esta palabra de verdad, no se podrá disfrutar sino se renueva la manera de pensar.
Santos y eternos…“No nos conformemos a este modo
de vivir religioso e ignorante de hoy en día, sino transformemonos, renovando nuestro
entendimiento, para que comprobemos esa buena voluntad de Dios, que es agradable
y perfecta. (Rom: 12: 2).
¡TODO está en Dios!
Y ya vimos que cuando decimos todo, es todo;
tanto lo celestial, como lo terrenal; visible e invisible; sean tronos, sean,
potestades, sean principados; todo tipo de autoridad. Todo en general. “Él es
quien sustenta TODAS las cosas con la palabra de su poder…” (Heb: 1:3).
El REY es el TODO Y en TODOS (1Cor: 15:
28) (Gál: 3: 28) (Col: 3: 11).
Pero ser despertados en esta conciencia, es
un proceso que se va desarrollando en nosotros para poder ver las cosas CON LOS
OJOS de Dios; para ver y llamar las cosas, no como se ven, sino cómo son… solo así
tendremos en este mundo esa experiencia de esa visión correcta, del propósito y buen deseo que Dios estableció para con nosotros, el cual no es más que manifestar Su
bendición, Su gloria, Su esencia, Su plenitud y Su misma vida en este mundo…
¡Reinando en vida! como fue dicho en un tiempo por el profeta, así: “Porque Yo
sé los pensamientos que tengo acerca de Uds, pensamientos de paz, y no de mal,
para darles el fin que Uds esperan” (Jer: 29:11). ¡Nuestra vida es, sólo el
lugar donde se desborda EL REINAR DE DIOS!
Meditemos por el Espíritu…
- “¿Y si todo lo que consideramos malo, incorrecto u oscuro fuera un reflejo de la inmensa luz y las infinitas posibilidades que aún no hemos elegido? ¿Si pudiéramos amar y permitir nuestra “oscuridad” de la misma manera en que amas y permites la presencia de Dios?, tal vez aprenderíamos a amar como Él ama… ¡SIN CONDICIONES! De seguro que también entenderíamos que es reinar, pero ya no como un concepto, sino más bien como vida; porque de Su plenitud tomamos todos…”
- “Mira la obra de Dios; porque ¿quién podrá enderezar lo que él torció? En el día del bien goza del bien; y en el día de la adversidad considera. Dios hizo tanto lo uno como lo otro, a fin de que el hombre nada halle después de él… (Ecle: 7:13-14).
Recordemos: Él es quien sustenta todas las
cosas con la palabra de Su poder. A esto se le llama ¡Soberanía!!!
El REY es soberano…
- “Yo el Señor, y ninguno más que yo, que formo la luz y creo las tinieblas, que hago la paz y creo la adversidad. Yo el Señor soy el que hago todo esto” (Isa: 45: 6b-7).
- “Ved ahora que yo, yo soy, y no hay dioses conmigo; Yo hago morir, y yo hago vivir; Yo hiero, y yo sano; y no hay quien pueda librar de mi mano”. (Deut: 32:39).
- “Con Dios está la sabiduría y el poder; Suyo es el consejo y la inteligencia. Si él derriba, no hay quien edifique; encerrará al hombre, y no habrá quien le abra. Si él detiene las aguas, todo se seca; si las envía, destruyen la tierra. Con él está el poder y la sabiduría; suyo es el que yerra, y el que hace errar. El hace andar despojados de consejo a los consejeros, y entontece a los jueces. El rompe las cadenas de los tiranos, y les ata una soga a sus lomos.
- El lleva despojados a los príncipes, y trastorna a los poderosos. Priva del habla a los que dicen verdad, y quita a los ancianos el consejo. El derrama menosprecio sobre los príncipes, y desata el cinto de los fuertes. El descubre las profundidades de las tinieblas, y saca a luz la sombra de muerte. El multiplica las naciones, y él las destruye; esparce a las naciones, y las vuelve a reunir. El quita el entendimiento a los jefes del pueblo de la tierra, y los hace vagar como por un yermo sin camino. Van a tientas, como en tinieblas y sin luz, y los hace errar como borrachos. (Job: 12:13-25).
Todo está bajo Su control y
Señorío.
“Él es quien hace la llaga, y él la vendará; Él hiere, y sus manos
curan.” (Job: 5:18). ¡Él es el REY – El soberano! Pero… “¡Ay del que pleitea
con su Hacedor! ¡El tiesto con los tiestos de la tierra!
¿Dirá el barro al que lo labra: ¿Qué haces?;
o tu obra: No tiene manos? ¡Ay del que dice al padre: ¿Por qué me engendraste?
y a la mujer: ¿Por qué me diste a luz? Así dice el Señor: Yo hice la tierra, y
creé sobre ella al hombre. Yo, mis manos, extendieron los cielos, y a todo su
ejército mandé. Yo lo desperté en justicia, y enderezaré todos sus caminos…”
(Isa: 45:9-13).
Estas palabras ya fueron cumplidas al pie de
la letra para que “Reinemos en vida” hoy por el conocimiento, por eso… ¡Entiende
y Conoce al Señor!!! Este fue el deseo
de Dios desde siempre… (Jer: 9:24a).
¿Por qué decimos entonces que hoy podemos
reinar?
¡Porque el que vive es Él, el REY y no
nosotros…! Nosotros solo existimos en este mundo por un tiempo ya establecido,
hasta volver de nuevo a la tierra de donde fuimos tomados.
Después de la cruz todos nosotros nacimos en
Vida y no en muerte; en libertad y no en esclavitud; en luz y no en tinieblas;
en bendición y no en maldición, para entender esta tremenda gloria.
I.- ¿Qué es Reinar?
Reinar es regir, gobernar, tener dominio, control,
ejercer soberanía, prevalecer o persistir sobre personas o cosas. En otras
palabras, reinar es estar por encima de… o ¡Ser cabeza! … Tal y como fue dicho
en un tiempo a todos aquellos, que según Dios obedecieran al mandamiento, los
cuales serían puestos por Él para reinar en todas las circunstancias de la
vida, y estár frente a ellas “por cabeza, y no por cola; encima solamente, y no
estar debajo, delante y no detrás; prestar, y no pedir prestado…” (Deut: 28:
2-13); si prevalecían, gobernaban, tenían dominio sobre todo aquello que los pudiera
llevar a desobedecer los mandamientos del Señor.
Pero el Reinar en vida al que nosotros nos
referimos hoy, es al “hacerlo desde el Espíritu sobre todo lo natural”;
entendiendo que es… “haciendo Él y no nosotros, lo que a Él le es agradable”, ejerciendo,
teniendo dominio y control sobre “la mente y sus pensamientos; las emociones y
sus sentimientos; la voluntad y el llamado libre albedrío”, quienes en últimas son
las cosas con lo que tenemos lucha.
Es la resistencia a la verdad la que no nos
“permite” gozarnos en esta tremenda bendición del saber que podemos, debemos y
tenemos que reinar en vida en este mundo. En pocas palabras. Reinar, es
establecer Él un estilo de pensamiento, palabra y proceder en conciencia y
libertad, en (Todas las áreas de nuestra vida).
El punto de partida para entender en Dios el
objetivo de esta palabra del poder Reinar en vida aquí
en la tierra, o más bien, ser participantes del propósito que el Señor mismo estableció
en Su soberanía antes de los tiempos de los siglos para nuestra bendición; es
haber DESPERTADO al conocimiento de nuestra verdadera esencia celestial… porque
si no sabemos quiénes somos… ¡La ignorancia destruye!
Así fue dicho: “Mi pueblo fue destruido
porque le faltó conocimiento…” (Ose: 4: 6),
por eso es que hay que renovar la manera de pensar, porque si no el
hombre no se podrá gozar de esa perfecta voluntad del reinar en Dios, que es
agradable (Rom: 12: 2).
¿Qué es Soberanía?
El término soberanía proviene del latín y está formado por varias
partes: Sober, que
significa encima; el
sufijo - anus, que se
traduce como procedencia; y
el sufijo -ia. Así, podemos decir que la soberanía es la
calidad de soberano, es el derecho, la cualidad o el poder que tiene el soberano,
siendo este la excelencia, la máxima autoridad o la alteza suprema y absoluta
que tiene autoridad sobre todo lo demás, es el que está por encima del resto.
La soberanía también es la superioridad no superada en cualquier orden
inmaterial; este es DIOS… y Él ES, a través nuestro.
En conclusión:
Sé que ésta palabra que hoy compartimos, a
muchos les va a ser difícil entender; pero también sé que fue escrito que “El
alimento sólido es para los que han alcanzado maduréz, para los que por el uso,
tienen los sentidos espirituales ejercitados en el conocimiento del “bien y del
mal…”
Otra cosa es que por esta palabra y en este
momento, también despertamos a entender que todavía hay muchas personas con conocimiento, que debiendo
ser ya maestros por el tiempo en que han venido siendo ejercitados, tienen
necesidad de seguir siendo alimentados con leche y no con alimento sólido. (Heb:
5:14, 12, 13). Pero tú, eres especial… ¡Haz alcanzado la maduréz! Y ahora debes
conocerte en esencia, como fuiste conocido en Dios, como Yo Soy = Eterno… esta
es nuestra verdadera identidad celestial. ¡REY para poder reinar en vida!
Ahora sí, ya con este piso espiritual, confío
que somos alumbrados en esta bendición.
¡Somos la manifestación viva y en acción de Su esencia, gloria, plenitud y vida en este mundo.
¡Somos la manifestación viva y en acción de Su esencia, gloria, plenitud y vida en este mundo.