Esta verdad que hoy vamos a compartir, para todos aquellos que necesitan confirmarla tradicionalmente escrita, se encuentra en (1Cor: 15:27-28) (Gál: 3: 28)
(Col: 3: 11) y (Efe: 6:9b).
También vale la pena tener muy presente, que así como nos hemos tomado el tiempo de
leer cada uno de estos pasajes bíblicos, y por el Espíritu hemos entendido en
conciencia, que él ES el todo, en todos y sin hacer acepción de personas, debemos
gozarnos en esta tremenda verdad que no a todos se les dará entender, que “Todo
lo que se ve y lo que no se ve, en él ES...” y que ¡Nada ni nadie en este mundo está por
fuera de Él!
En esta palabra estudiaremos 3 puntos esenciales:
A) Dios ES, el todo.
B) Dios ES en todos.
C) Dios, lo ES… sin hacer acepción de personas.
Y para dar más piso a esta aclaración del porqué decimos que “Dios el
todo, lo es… en todos, y sin hacer acepción de personas”, es el apóstol de la
gracia el que despierta nuestro limpio entendimiento en Dios, por su palabra
escrita, diciendo:
1) “Porque lo que de Dios se conoce les es manifiesto, pues Dios se lo
manifestó. Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se
hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por
medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa.” (Rom: 1: 19-20).
2) “Porque en él vivimos, y nos movemos, y somos…” (Hech: 17:28). Y
respalda mucho más esta palabra diciendo: Porque… “En él fueron creadas todas
las cosas. En él, por él y para él.” (Col: 1:16).
Y para terminar esta afirmación, el escritor a los hebreos dijo lo
siguiente, esto para afirmar mucho más esta aclaración hecha por el apóstol
Pablo. Les dijo así:
3) “Dios, el creador de todo el universo ES
quien sustenta todas las cosas con la palabra de su poder…” (Heb: 1:1-3ª).
Leamos entonces el primer punto.
A.- ¡Dios el todo ES el Espíritu, y por eso entendemos que ES el que todo lo llena en todo!
Ahora bien, como esta verdad que hoy estamos compartiendo respecto de
que ¡Dios el todo, lo ES en todos, y sin hacer
acepción de personas!, de seguro nos encontraremos con muchos que no estarán de
acuerdo con esto que compartimos. Y pues la verdad es que no estamos buscando
ni agradar, ni desagradar a nadie en particular cuando compartimos la palabra,
pero si queremos ser muy claros con ella; porque con respecto de esta verdad
quiero decirles que aquí en estas palabras, NO hay ni siquiera derecho a pensar,
porque lo que ya fue establecido soberanamente, nada ni nadie lo podrá cambiar.
B.- ¡Dios ES en
todos!
No decimos que Dios “está con nosotros,
ni que Dios está en nosotros”, sino que DIOS ES; porque cuando le dijo el Señor a los
discípulos que ya no estaría más con ellos, era porque estaba físicamente en
ese tiempo cumpliendo un ministerio terrenal; compartía con ellos, caminaba con
ellos, comía con ellos y dormía con ellos, etc. (Juan: 16: 4-33), pero cuando
les hizo esa promesa de que estaría en ellos,
esa promesa tuvo su cumplimiento después de la resurrección, cuando en el
pentecostés hizo Su habitación en ellos espiritualmente, así se manifestara a
ellos con un cuerpo que ellos podían ver y palpar.
Hoy podemos decir confiadamente que Dios ES en todos, porque el que vive y se manifiesta a través
nuestro es Él mismo… nosotros solo existimos a este plano físico y natural,
hasta que el Espíritu que nos habita entregue el cuerpo al polvo de donde fue
tomado.
Ahora bien, para que podamos entender más fácilmente a que se refiere
este escrito de (1Cor: 15:27-28) el cual nos lleva en secuencia a conocer el
por qué compartimos esta verdad de que después del cumplimiento de éste… de ahí
en adelante el que se manifestaría en este mundo sería “El todo, y en todos” el
cual no es más que Dios mismo, lo dijo así:
“Porque todas las cosas las sujetó debajo de sus pies. Y cuando dice
que todas las cosas han sido sujetadas a él, claramente se exceptúa aquel que
sujetó a él todas las cosas. Pero luego que todas las cosas le estén sujetas,
entonces también el Hijo mismo se sujetará al que le sujetó a él todas las cosas,
para que Dios sea todo en todos.”
Lo que quiere decir es que… “Todas estas cosas” a las que se refiere
este pasaje, no eran más que las cosas negativas que mantuvieron en esclavitud,
miseria, muerte y separación al hombre antes de la cruz, y por causa del pecado.
Estas fueron las que DIOS sujetó debajo de sus pies en ese cuerpo llamado “HIJO”
o Jesús, y luego que todas estas cosas quedaron sujetas a ese llamado “HIJO”, él
mismo sería sujetó de nuevo a su verdadera esencia celestial PADRE o Dios, para
ser de ahí en delante de nuevo, DIOS… pero en todo, y en todos, sin hacer
acepción de personas. “Ya no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no
hay varón ni mujer; etc; porque todos SOMOS UNO… ¡ÉL! Somos…
¡Su gloria, bendición, imagen, reflejo, presencia, plenitud, esencia y vida Suya
en este mundo!
Ser despertado en conciencia a estas verdades establecidas
por el Espíritu, solo es cuestión de Dios; pues no todos podrán despertar a ellas
por más que quieran esforzarse para entenderlas.
Tomemos como ejemplo las palabras que en cierta
ocasión le dijo el Señor Jesús a sus discípulos, respecto del porqué les
hablaba a ellos con parábolas, y se los aclaró, porque había a un cierto grupo
de personas en ese momento, que Él no quería que entendieran lo que a ellos les
estaba comunicando, y les dijo: “porque viendo no ven, y oyendo no oyen, ni
entienden.”
De manera que se cumple en ellos la profecía de
Isaías, que dijo: De oído oiréis, y no entenderéis; Y viendo veréis, y no
percibiréis. Porque el corazón de este pueblo se ha engrosado, Y con los oídos
oyen pesadamente, Y han cerrado sus ojos; para que no vean con los ojos, y
oigan con los oídos, y con el corazón entiendan, y se conviertan, y yo los
sane…
Pero también en ese mismo momento hizo una salvedad
en esas palabras diciendo: “Pero bienaventurados vuestros ojos, porque ven; y
vuestros oídos, porque oyen. Porque de cierto os digo, que muchos profetas y
justos desearon ver lo que veis, y no lo vieron; y oír lo que oís, y no lo
oyeron” (Mat: 13:13-17).
Ahora, yo creo y confío en el Señor, que hoy Ud que
está leyendo estas palabras, es alumbrado en sus sentidos espirituales para ver
y oír en línea con la verdad que está en su Espíritu, y conforme a nuestro
tiempo, porque hoy YA NO HAY esos dos grupos de personas… Aunque hoy, aun esas
palabras dichas por el Señor Jesús en ese
tiempo a muchos todavía no les son, ni les serán claras el poderlas entender, sin
decir que no las entienden, pues ellos siempre estarán buscando unas respuestas
lógicas según su parecer para poder
aceptarlas, y de seguro que esas respuestas no les serán dadas, porque a simple
vista cuando se están leyendo, se puede notar que esas palabras estaban
dirigidas específicamente a esas dos clases de personas que había en su tiempo,
y que obviamente, solo entenderían… “los entendidos”… y eso, conforme a lo que ya
había sido ordenado que sucediera.
Lo que sí nos debe quedar bien claro es que… Todo
en este mundo sucede conforme a lo YA ordenado por Dios.
Ejemplo:
Ejemplo:
- Cuando Pablo y Bernabé compartían la palabra en cierto lugar, un grupo de religiosos judíos como siempre buscando razones para aceptarla, no la recibieron; pero cuenta la historia que… Los gentiles que allí se encontraban, oyéndolas se regocijaban y glorificaban la palabra del Señor, “y creyeron todos los que estaban ordenados para vida eterna.” (Hech: 13:48).
Que despertar a las verdades que estuvieron ocultas en Dios, no es
cuestión de quererlas entender, ni del mucho estudio, ni de la capacidad
intelectual que se tenga, ni mucho menos del tiempo que se lleve estudiando
cualquier libro sagrado, o el tiempo que llevemos en cualquier congregación
religiosa, no… es que solo las entenderán, los que hayan sido ordenados en Dios
para entenderlas y despertar a este conocimiento especial, porque… así fue
establecido. Es sencillo de entender.
Preguntémonos respecto de lo que Pablo y Bernabé compartían…
- ¿Cuántos oyeron la palabra que compartían ellos? R// Todos los que estaban reunidos, pero… ¿Cuántos creyeron a la palabra? R// Solo los que habían sido ordenados para oírla y creerla.
Y es aquí donde se hace la diferencia en Dios. ¡No es del que quiere,
ni del que corre, sino de Dios el poderla entender! (Rom: 9: 14).
¡Entendamos lo establecido!
1) Dios ES el todo.
2) Dios ES en todos… y
3) Dios lo ES, sin hacer diferencia de personas…
¡Como puede ser esto?
- Recordemos que TODAS las cosas FUERON reunidas en Cristo.
A esto de reunir todas las cosas en Cristo se conoció como “El
misterio de su voluntad”, tal como fue escrito en (Efe: 1:9-10), donde dice: “Dándonos
a conocer el misterio de su voluntad, según su beneplácito, el cual se había propuesto en sí mismo, de reunir todas las
cosas en Cristo, en la dispensación del cumplimiento de los tiempos, así las
que están en los cielos, como las que están en la tierra.”
¿Para que fueron reunidas TODAS las cosas en él?
· Para que cuando
veamos a nuestro prójimo, solo lo veamos a Él, quien ES el que vive y se
manifiesta. YA TODO ALCANZÓ LA PLENITUD en Dios. Esto lo único que quiere decir
es que si así fue establecido por Él, también así mismo tuvo su cumplimiento…
Yo sé que por el Espíritu todos nosotros entendemos la palabra plenitud,
pero aclaremos un poco más acerca de ella, para que la entendamos mejor.
La palabra plenitud viene del griego pleroma: que quiere decir que
todas las cosas YA llegaron a un término, a un cierre, a un total, a una
culminación, a un final, o como lo dijo el Señor Jesús en la cruz, a que todo
fuera consumado. ¡En Dios EL TODO! … NO HAY NADA MAS
QUE ESPERAR para que sea cumplido. “Todo fue hecho ya.”
“Todo fue reunido en Dios, y NADA está por fuera de él…
Pero en este mundo en lo que sí debemos estar totalmente claros, es
que todo, absolutamente todo lo que percibimos con nuestros sentidos naturales,
es Su plena manifestación, por eso es que decimos que ÉL
ES EL TODO.
Recordemos que lo que de Dios se conoce nos ES
manifiesto, pues Dios mismo ES quien se muestra
en todas las cosas. Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y
deidad, se hicieron claramente visibles desde la creación del mundo, siendo
entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tenemos excusa.” (Rom: 1: 19-20), Pues… “Lo que se ve, fue
hecho de lo que no se veía.” (Heb: 11:3.)
Santos y eternos en Dios, tengamos presente que para poder entender
estas verdades que estuvieron ocultas en Él, siempre debemos ubicarnos conforme
al tiempo en el que vivimos; saber qué persona escribió lo que dijo, para quien
lo dijo, y que propósito había con lo que decía, para que no terminemos
enredados en escritos que NO son para nosotros.
2) Nacimos después de que todo fue hecho ya.
3) Nacimos después de lo YA establecido por Dios; o sea, que lo que
decimos que YA fue establecido, no es más que Su perfecta voluntad… y esta fue…
¡SER ÉL, EL TODO Y EN TODOS!
Todo esto que hemos recibido, este conocimiento, no es más que
entender la perfección de Dios y la maduréz que en Dios cada día debemos
manifestar. Ahora sí podemos reconocer que todo este conocimiento al que hemos
despertado era el ingrediente necesario al que debíamos despertar para deleitarnos
en este alimento sólido, o vianda que estaba preparado para nosotros, y que se
debía manifestar en Su tiempo.
Hoy podemos gozarnos del SER ÉL. EL TODO Y EN TODOS… porque todos somos parte
de todos. Todos somos el espejo donde todos nos miramos. Cada uno de nosotros somos
el reflejo mismo de la esencia de Dios.
Ahora entendamos que, si Dios ES el todo, y el todo ES Dios mismo manifestándose
a través nuestro sin hacer acepción de personas…
ü
Todos los
efectos del reino de los cielos (santidad, perfección, vida eterna, sabiduría,
poder y amor) SON YA una realidad a nuestro favor. Y nuestro descanso respecto
de esta verdad, será gozarnos y disfrutar lo que en Dios vaya siendo alumbrado
a nuestros ojos, sin darle paso a la mente natural para razonar, aún, hasta en la pregunta que nos hacemos siempre
del por qué otros no entienden la palabra, y uno sí…
Santo y eternos en Dios…
Si tú lo entiendes… no pienses ni razones, solo camina porque tu
ejercicio de vida apenas empieza a tener peso en este mundo, para que eso que
se te ha permitido entender sea tu vida de ahora en adelante. Dios es bueno… ¡Él
ES el todo y en todos!
Ahora sí podemos tener más clara la pregunta que de seguro muchos nos
hemos hecho en algún momento respecto del que vive y reina en este mundo
después de la cruz como Señor y Rey por encima de todo. Y es el apóstol de la
revelación el que se encarga de aclarar esta tremenda verdad, para que dejemos
de juzgar y condenar a priori a nuestro prójimo sin haber sido despertados en
conciencia a este conocimiento de Dios, porque en Él todos somos UNO SOLO.
“En esto se ha perfeccionado el amor en nosotros, para que tengamos
confianza; pues como él es, así somos nosotros en este mundo. (1Jn: 4:17b).
¿Cómo podemos entender que hoy Dios ES el todo, y en todos para no
contender?
- El asunto no es de “creer” sino de entender, de ser alumbrados, de despertar.
- No es de creer porque somos Espíritu, y el Espíritu no cree, solo ES.
Tengamos presente que es el Espíritu el que recuerda en este cuerpo
natural su verdadera identidad. El apóstol Pablo lo decía en ese tiempo de esta
manera: “para que nos conozcamos como fuimos conocidos”, y en otra ocasión
dijo: “recibimos el Espíritu, para que sepamos lo que Dios nos ha concedido.”
- Ahora entendamos, al Creer, fue como se le llamó en un tiempo a la fé. Y así se sigue llamando aún entre los que no han sido despertados a esta verdad que la llamada fe, ya fue consumada en la cruz.
- Jesús fue la fe que había de manifestarse, y lo hizo en su nacimiento, pero también debía consumarse… y esto sucedió ya en la cruz, por eso se decía de Jesús que él era el principio y el fin de la fe, o del creer (Gál: 3:23).
Todas las cosas en Dios tienen un proceso que paso a paso debe ir
quedando en el camino, para que conforme al tiempo solo se le dé valor a lo
vigente. Ej: de la misma manera como la semana tiene siete días; pero yo no
puede vivir mi vida hoy como si fuera ayer o mañana, debo vivirla solo por lo
que es hoy… por lo vigente.
Así mismo sucede en Dios. Hubo un tiempo en el plano celestial que fue
necesario que Dios mismo reflejara Su imagen la cual fue Cristo, y Cristo como
la palabra fue el creador de todas las cosas; pero llegó un momento en el que
La palabra Cristo debió tomar cuerpo en el mundo terrenal antes de la cruz para
cumplir una tarea específica, pero después de la cruz regresó a Su esencia
Cristo Espíritu, y desde ese plano Cristo o palabra se diera cumplimiento total
a lo dicho y establecido por él mismo en (Mateo 24), para ser de ahí en
adelante lo que siempre ha sido… ¡Dios el todo y en todos!
Ser solo
Dios el que se viviera después de la cruz, y siendo confirmado en el año 70 viviera
eternamente y para siempre, ya estaba profetizado desde el antiguo testamento que
debía suceder, donde fue escrito que DIOS sería REY sobre toda la tierra, y que
en aquel día DIOS sería UNO, y UNO en todos sin acepción de personas. (Col: 3:
11).
Todo esto debía ser así, de la misma forma como cientos de profecías debieron
ser cumplidas en su tiempo porque así había sido dicho por Su palabra. Profecías
respecto de Su nacimiento (Isa: 9:6), de la forma como él mismo entraría a este
mundo (Luc: 1:35) (Gál: 4:4), la obra que haría mientras cumplía su ministerio
terrenal (Jn: 1: 11), su muerte, resurrección (Mat: 16:21) y vida por siempre
en, y a través de todos en este mundo (Gál: 3: 28).
Solo que los judíos en ese tiempo no entendieron que JESÚS era la misma
manifestación de DIOS, que fue DIOS mismo quien se hizo hombre y se encarnó en
el vientre de María. Y que habiendo entregado ese cuerpo en la cruz, se hizo Espíritu
vivificante por medio de la resurrección, y esto no era para nada más que dar
cumplimiento a lo YA establecido por Él mismo… llegar a ser DIOS el todo, y todo
en todos… sin acepción de personas.
Reconocer estas verdades en este tiempo, no es que a los llamados “pastores,
profetas, maestros, evangelistas y apóstoles” lo puedan entender por el mucho
estudio que tengan, o por el cartón de teología que hayan obtenido al estudiar
la carrera, no; porque solo depende de Dios el poder despertar.
La mayoría de los miembros de los sistemas religiosos existentes en el
mundo entero, no han comprendido, igual que aquellos antiguos judíos, el
propósito establecido por Dios, desarrollado en la tierra en un velo de carne,
cumplido en la cruz, y hecho vigente para nuestro tiempo, de ser Él mismo el
que vive y se manifiesta en todo y en todos.
En conclusión:
Los judíos en ese tiempo, igual que todo el sistema religioso de nuestro tiempo, no entendieron, ni entienden hoy los llamados cristianos, por más letra que reciten desde los púlpitos, que en Dios TODO TENÍA UN PROPÓSITO ESPECIAL, que no era más que en Su tiempo, ser de nuevo EL TODO Y EN TODOS.
Que para esto necesitó salvar a los que habían perdido Su gloria,
redimir a los que él mismo reconcilió en Cristo, que necesitó tomar un cuerpo
natural como todos y hacerse hombre, morir para redimir y limpiar todo el
universo, de esas cosas negativas que hubo entre el cielo y la tierra; porque si
no hubiera sido así, no hubiera podido realizar la redención, y tampoco hubiera
podido hacerse Espíritu vivificante para que al resucitar, poder entrar en el
espíritu de cada uno de los hombres que reconcilió.
No entendieron que cuando JESÚS nació, Él se hizo carne, pero cuando
resucitó, se hizo el Espíritu vivificante, y que hoy, aquí y ahora solo UNO
vive, el Espíritu eterno. El todo, y en todos… sin acepción de personas.
Somos Su gloria, Su manifestación, Su bendición, Su plenitud, esencia
y vida Suya eternamente y para siempre, porque el que vive ES Dios mismo en todos y cada uno de nosotros, sin hacer acepción de personas.