Entendamos lo siguiente para que podamos disfrutar
al máximo por el Espíritu, el fundamento
que tiene la palabra… “Fuimos puestos por Dios en este mundo, para Señorear y
Reinar en Vida, por la Palabra” (Gén: 1:26)… Pero ¿Lo estamos haciendo? o ¡Se nos salió de las manos el mundo!
Meditar en este vídeo: http://www.youtube.com/watch?v=t3aolG32wv4&feature=feedf
Para poder darnos en Dios a cada de nosotros, el
lugar que merecemos
“Honrando Su palabra”
Ya sabemos que después de la Cruz, es Cristo el que
se manifiesta en todo y en todos (Col: 3: 11) y como tal debemos vernos; en
Espíritu y no encarne (2Cor: 5: 16) pues
así como es Dios, así somos nosotros en este mundo (1Jn: 4:17b).
Esta es una verdad que solo por el Espíritu, la podremos
entender y la podremos aceptar para que haya paz y gozo en nuestro corazón, y
descansamos (Jer: 9: 23-24), pero…
¿Porque entonces seguimos viendo en carne a los
hermanos en Cristo, y a todos aquellos que nos rodean? Por esta causa fue que:
Jesús dijo “Hipócrita, saca primero la viga de tu propio ojo, y entonces verás
bien para sacar la paja que está en el ojo de tu hermano (Luc: 6:42b).
¿Por qué esperamos siempre que cuando empezamos
nuestro camino en la palabra, nunca más se presenten errores y que todo lo que
hagamos sea perfecto cuando todavía estamos en el cuerpo?
Ahora esto no quiere decir que no tengamos que crecer con el conocimiento, y superar cada día más
esos errores, debilidades y flaquezas que nos llevan a ser relegados en el
mundo y a no disfrutar al máximo del propósito de bendicion establecido para
nosotros (Jer: 29: 11) (3Jn: 1:2); honrando al que todo se lo merece. “Haced
morir, pues, lo terrenal en vosotros” (Col: 3:5).
Mi hermano… ¡Solo Créelo! Dios es, en ti...
Estas son las palabras que escuchamos cuando nos
exhortan a vivir lo que hemos aprendido… ¡Honra a Dios! “Seamos hacedores de la
palabra, y no tan solamente oidores, porque lo único que conseguiremos es
engañarnos a nosotros mismos (Stgo: 1:22-25)”
Para honrar al Dios que somos en El; vivamos en
consciencia, atentamente en la perfecta ley, la de la libertad, la del Espíritu
y perseveremos en ella. No seamos oidores olvidadizos, sino hacedores de la palabra.
“Así viviremos bienaventurados en todo lo que hagamos”.
Pero ¿Qué es honrar?
Honrar es reconocer, es respetar, es reverenciar,
es inclinarse, es valorar, es exaltar, es dar el justo lugar, es demostrar el
verdadero amor, es vivir conforme al tiempo, conforme a nuestra posición y conforme
a nuestra Verdadera Identidad la cual es “Cristo”…
Muchos decimos que sabemos de Dios, pero el saber no
basta; tampoco basta el que conozcamos las cosas de Dios… Solo nos basta “Cuando
lo vivimos a Él, cuando el que vive es él y no nosotros (Gal: 2: 20b).
Leamos estos dos ejemplos: Dice el Señor de los
ejércitos… “A los sacerdotes, que menosprecian su nombre” (Mal: 1:1-8) El hijo honra al padre, y el
siervo a su señor. Si, pues, soy yo padre, ¿dónde está mi honra? y si soy
señor, ¿dónde está mi temor?
El Rey David dijo al pueblo de Israel, ese mismo
pueblo del que el Profeta Oseas dijo que fue destruido por falta de
conocimiento (Ose: 4: 6) a ellos dijo el Rey… “Dad al Señor la honra debida a
su nombre; traed ofrenda, y venid delante de él; y póstrense delante del Señor
en la hermosura de la santidad. (1Cron: 16:29)”
Ahora… Preguntémonos:
Con todo el tiempo que llevamos conociendo la
palabra; en las pocas o muchas congregaciones donde el Señor nos haya permitido
estar, y el nivel de gloria y de crecimiento que tengamos respecto al conocimiento
de Él y su palabra…
¿Le estamos dando al Señor la honra que merece su
nombre? ¿Estamos presentando al Señor como ofrenda, nuestra vida? lo que sale
de nuestro corazón, nuestros pensamientos? ¿Nos presentamos a Dios, en la
hermosura de la santidad que tenemos?
Recordemos bien estas palabras…
Por encima de Dios… “No hay nadie”
Lo que él ya hizo, nadie lo puede dañar; y lo él ya
dijo, nadie lo puede abolir. Ya TODO fue consumado así para unos sea una locura (Juan: 19:30b) (1Cor:
1: 18) (Deut: 32:39).
Honramos al Señor, cuando vivimos conforme a lo que
él, dijo e hizo en la cruz; vivir fuera de esta verdad se llama “Apostasía” y
esto no es otra cosa, sino negar su obra y su palabra, “Lo que dijo e hizo” es
deshonrar a Dios.
Ejemplo: Esta palabra fue escrita hace ya mucho tiempo y todavía
en muchas congregaciones en el mundo entero se hace caso omiso a ella,
deshonrando al Señor y como muchos dicen “Pisoteando la sangre de Jesus”
El Apóstol Pablo escribió:
Que era necesario DEJAR YA los
rudimentos de la doctrina de Cristo, para poder ir adelante a la perfección del
conocimiento, pues lo que se venía practicando, no eran más que símbolos, o la sombra
de lo que había de venir; pero se siguen practicando en el mundo entero hoy en día,
deshonrando a Dios.
¿Qué se debía dejar de practicar para
honrar a Dios? El arrepentimiento de obras muertas, la
doctrina de bautismos, la imposición de manos, la predicación de la resurrección
de los muertos, la predicación sobre el juicio eterno, Etc (Heb: 6: 1-3).
A esto se refería Pablo cuando dijo… “Hablamos sabiduría entre los que
han alcanzado madurez” (1Cor: 2: 6-10).
Meditemos por el Espíritu…
Todas las cosas ha puesto el Señor, en Sabiduría y
Poder en cada uno de nosotros, en su esencia Cristo (1Cor: 1:24b); para que
todos los que vamos siendo alumbrados en este conocimiento, lo vivamos a él…
“honrando su nombre” conforme fue escrito: pues Dios tiene un nombre que es, sobre
todo nombre, “Jesus el Señor” (Fil:
2:9-11).
Entonces… Demos al Señor, LA HONRA debida a su nombre… “Pensemos
como él, confesemos la palabra como él, actuemos como él, y sintamos como él”
En pocas palabras… ¡Vivámoslo a Él! “Que no haya nada de nosotros, para exaltar.
NADA”… ¡Solo El! Tal y Como lo pudo declarar el Apóstol Pablo… “Ya no vivo yo, es Cristo el que vive” (Gál:
2:20).
Meditemos en esta verdad… Honramos
de labios; pero NO de corazón…
Decimos que honramos, pero según nuestro bien y mal,
según nuestro propio criterio, según nuestro pensamiento, honramos conforme a
nuestra sabiduría...
Dice el Señor: Porque este pueblo se acerca a mí con su boca, y
con sus labios me honra, pero su corazón está lejos de mí, y su temor de mí no
es más que un mandamiento de hombres que les ha sido enseñado (Isa: 29:13).
No nos engañemos; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el
hombre siembra, eso también segará (Gal: 6: 7) Ejemplo:
En cierta ocasión Jesus tuvo que aclarar esta
verdad a los judíos que buscaban siempre razones para hacerle caer, cuando le
preguntaron diciendo… ¿Por qué tus discípulos quebrantan la tradición de los
ancianos? Porque no se lavan las manos cuando comen pan. Respondiendo él, les
dijo:
¿Por qué también vosotros quebrantáis el
mandamiento de Dios por vuestra tradición? Porque Dios mandó diciendo: Honra a
tu padre y a tu madre; y: El que maldiga al padre o a la madre, muera
irremisiblemente. Pero vosotros decís:
Cualquiera que diga a su padre o a su madre: Es mi ofrenda a Dios todo aquello
con que pudiera ayudarte, ya no ha de honrar a su padre o a su madre. Así
habéis invalidado el mandamiento de Dios por vuestra tradición (Deut: 5:16) (Éxo:
20:12) (Efe: 6:2-3). "Al Cesar lo que es del Cesar, a Dios lo
que es de Dios y a los padres la honra que se merecen"
No podemos decir que honramos a Dios, según nuestro
parecer, o nuestra cultura, o nuestros argumentos, o nuestro modo de pensar, o nuestra
religión, o nuestros estudios teológicos; honremos a Dios conforme Su palabra,
eso fue lo les dijo: “El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior
correrán ríos de agua viva.” (Juan: 7:38-39).
Hipócritas, bien profetizó de vosotros Isaías,
cuando dijo: “Este pueblo de labios me honra; mas su corazón está lejos de mí”
Pues en vano me honran, enseñando como doctrinas, mandamientos de hombres (Mat:
15: 2- 9) (Sal: 4:2). ¡Guías ciegos, que coláis el mosquito, y tragáis el
camello! (Mat: 23:24).
"Dad a César lo que es de César, y a Dios lo que es
de Dios" (Luc: 20:25).
Jesús lo dijo a sus discípulos…
“El que a vosotros recibe, a mí me
recibe…”
En esto honramos a Dios… Cuando recibimos al siervo
conforme a su verdadera identidad; el Apóstol
dijo: como a un ángel de Dios, “como a Cristo Jesús” honrando Su palabra (Gál: 4:14).
Honremos a Dios mediante su vaso, honremos a Dios
mediante su instrumento, mediante su ministro (Col: 11b); por eso…“Ten cuidado
de no desamparar al levita en todos tus días sobre la tierra (Deut: 12:19)” y
Pablo lo aclaró a sus hermanos diciendo: “Si nosotros sembramos entre vosotros
lo espiritual, ¿es gran cosa si segáremos de vosotros lo material? (1Cor: 9:11)”
¡Valdria la pena meditar si lo estamos haciendo o no!
“El que a
vosotros recibe, a mí me recibe dijo el Señor Jesus; y el que me recibe a mí,
recibe al que me envió. El que recibe a un profeta por cuanto es profeta,
recompensa de profeta recibirá; y el que recibe a un justo por cuanto es justo,
recompensa de justo recibirá. Y cualquiera que dé a uno de estos pequeñitos un
vaso de agua fría solamente, por cuanto es discípulo, de cierto os digo que no
perderá su recompensa (Mat: 10:40-42)”
El Profeta Jeremías escribió… “Y os daré pastores según mi corazón, que os apacienten con ciencia y con
inteligencia” (Jer: 3:15). ¡Esto es Sabiduría!
Fue por esta causa que el Apóstol Pablo escribió:
“Obedeced a vuestros pastores, y sujetaos a ellos;
porque ellos velan por vuestras almas, como quienes han de dar cuenta; para que
lo hagan con alegría, y no quejándose, porque esto no os es provechoso” (Heb:
13:17)” Y también lo hizo en Éfeso
cuando oraba a Dios por ellos, diciendo “Que le fueran alumbrados los ojos del
entendimiento, para que ellos supieran cuál era la esperanza a que él, los había
llamado; y cuáles eran las riquezas de la gloria de su herencia “En los santos”
Y honraran a Dios desde ese mismo momento
y en adelante, con todo su ser (Efe 1:18).
Valorando la honra…
En cierta ocasión después de la resurrección del
Señor Jesus, el apóstol pablo escribió que Dios mismo para desarrollar Su
ministerio; constituyó a unos, apóstoles, a otros profetas, a otros
evangelistas, a otros pastores y maestros; para una obra especial…
¿Cuál era?
“Perfeccionar a los santos para la obra del
ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo” hasta que todos llegaran
a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto,
a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo (Efe: 4:11-13).
Pablo, haciendo lo que debía hacer y viviendo como
debía vivir, así esa forma de vida lo llevara hasta la misma muerte, “honro su
ministerio” (Rom 11:13) y les dijo claramente, para que había sido llamado.
(Efe: 3:8-10)
A mí, que soy menos que el más pequeño de todos los santos, me fue dada
esta gracia de anunciar entre los gentiles el evangelio de las inescrutables
riquezas de Cristo, y de aclarar a todos cuál sea la dispensación del misterio
escondido desde los siglos en Dios, que creó todas las cosas; para que la
multiforme sabiduría de Dios sea ahora dada a conocer por medio de la iglesia a
los principados y potestades en los lugares celestiales, conforme al propósito
eterno que hizo en Cristo Jesús nuestro Señor… (2Cor: 4:10-11).
Pablo honro su ministerio y por ende honro al Señor
Jesus quien lo había llamado.
Recordemos: (Hech: 9:6)
El, temblando y temeroso, dijo: Señor, ¿qué quieres que yo haga? Y el
Señor le dijo: Levántate y entra en la ciudad, y se te dirá lo que debes hacer…
A Saulo le fue necesario ser tumbado a tierra de su
caballo (Mental, tradicional, costumbrista y de Ley) para que aprendiera en
Dios que, “Honrar” es reconocer, es respetar, es reverenciar, es inclinarse, es
valorar, es exaltar, es dar el justo lugar, es demostrar el verdadero amor, es
vivir conforme a la Verdadera Identidad y de igual forma debe sucedernos a nosotros...
Cuando se tiene claro que es la honra y que es honrar,
no se cae de la posición espiritual en la hemos nacido; somos “Espíritu y no
carne”
Ejemplo:
Jotan hijo de Jerobaal, hermano de Abimelec,
exhorto a los habitantes de Siquem, quienes uniéndose con su hermano y
coronándole Rey, dio muerte a setenta varones de su casa y usurpando el trono
que a él, le pertenecía. Les hablo desde un monte para que entendieran que la
honra, (El Trono) tiene una línea dada por Dios y que no debe ser violada.
(Jue: 9: 1-57) Para esto les dio
este ejemplo indicándoles que ni
aun los “arboles” tomarían un lugar que no les hubiera sido dado por Dios (Jue:
9:8-15).
Y se los aclaro diciendo: “Si con verdad y con integridad habéis procedido
hoy con Jerobaal y con su casa, que gocéis de Abimelec, y él goce de vosotros. Y
si no, fuego salga de Abimelec, que consuma a los de Siquem y a la casa de
Milo, y fuego salga de los de Siquem y de la casa de Milo, que consuma a
Abimelec. Y escapó Jotam y huyó, y se fue a Beer, y allí se estuvo por miedo de
Abimelec su hermano. “Dios no puede ser burlado”
Solo Dios reconoce la honra, al que se la
ha dado.
(Juan: 17:22) Jesús dijo: La gloria que me diste,
yo les he dado, para que sean uno, así como nosotros somos uno, que sean uno
como tú y yo. Pero también el mismo dio testimonio de que el
profeta no tiene honra en su propia tierra (Juan: 4:44).
No hay
profeta sin honra sino en su propia tierra, y entre sus parientes, y en su casa
(Mar: 6:4) el mejor ejemplo es que “Ni
aun sus hermanos creían en él (Juan: 7:5)” y de los mismos Judíos decían unos
decían: Es bueno; pero otros decían: No, sino que engaña al pueblo (Juan: 7:12)
Para que se cumpliera lo que ya había sido dicho de él, que no lo recibirían (Juan: 1: 11).
Nosotros nacimos después de la cruz, donde la honra
y la gloria esta en cada uno (Col: 3:11), y que ´por el conocimiento de Su
palabra, está siendo despertada en nuestro Espíritu. Para que con lo que
hagamos honremos su nombre, le demos el lugar que merece, le reconozcamos en
todos y en cada uno de los hermanos, y para que no se levante NADA NI NADIE en
nuestra mente que nos impida deleitarnos en El, en su presencia, en todo
momento y lugar; y para que lo que hagamos no sea por mandamiento, temor y
mucho menos por obligación, sino en libertad y en amor.
“Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como
para el Señor y no para los hombres; sabiendo que del Señor recibiréis la
recompensa de la herencia, porque a Cristo el Señor servís” (Col: 3:23-24).
El Rey David escribió:
El hombre que está en honra y no entiende, semejante
es a las bestias que perecen (Sal: 49:20) Y Salomón dijo: Pobreza y vergüenza
tendrá el que menosprecia el consejo; mas el que guarda la corrección recibirá
honra (Prov: 13:18).
Consejos de honra para meditar:
(Prov: 14:31) (Prov: 15:33)
(Prov: 16:31) (Prov: 17:6) (Prov: 18:12) (Prov: 19:11) (Prov: 20:3) (Prov: 21:21)
(Prov: 22:4) (Prov: 25:2) (Prov: 26:1) (Prov: 27:18)
En conclusion:
Y cuanto más sabio fue el Predicador, tanto más
enseñó sabiduría al pueblo; e hizo escuchar, e hizo escudriñar, y compuso
muchos proverbios. Procuró el Predicador hallar palabras agradables, y escribir
rectamente palabras de verdad.
Las palabras de los sabios son como aguijones; y
como clavos hincados son las de los maestros de las congregaciones, dadas por
un Pastor. Ahora, hijo mío, a más de esto, sé amonestado. No hay fin de hacer
muchos libros; y el mucho estudio es fatiga de la carne.
El fin de todo el discurso oído es este: Teme a
Dios, y guarda sus mandamientos; porque esto es el todo del hombre. Porque Dios
traerá toda obra a juicio, juntamente con toda cosa encubierta, sea buena o sea
mal (Ecle: 12:9-14).
Honremos a Dios en todo lo que hagamos, Anunciemos y
Aclaremos el evangelio, y que nadie desvanezca esta nuestra gloria de HONRAR A
DIOS (1Cor: 9:15-17).
Somos la misma bendicion de Dios, Su reflejo,
gloria,
Imagen y Su misma vida
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