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Viviendo la Gloria de Dios (1 Parte)

¿Qué nos está impidiendo hoy vivir esa gloria para la que fuimos escogidos?

¿Qué podemos decir acerca de La Gloria de Dios? 

1.       La Gloria de Dios es el principio y el fin de toda la creación. La misma encarnación del Verbo y la redención del género humano no tienen otra finalidad que la manifestación de la gloria de Dios… ¡Su poder y Su amor! 

2.       La Gloria de Dios es ver la regeneración de un pueblo separado de Dios y vuelto a su verdadera esencia, la cual había perdido por causa del pecado, pues todos aquellos que vivieron antes de la cruz habían sido destituidos de ella  (Rom: 3: 23). 

3.       La Gloria de Dios es la misma identidad perdida del hombre… (La identidad celestial) el “Ángel - Espíritu”… Esa identidad que fue generada en los cielos en Cristo por el aliento de su boca (Sal: 33: 6), que fue degenerada en la tierra por el pecado de un hombre “Adán” (Rom: 5: 12), y regenerada en la cruz por Dios mismo en un cuerpo llamado Jesús. De ahí el por qué se escribió que “El Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido” (Luc: 19:10).

Ya con estas verdades a la vista, preguntémonos entonces…

 ¿Qué había perdido el hombre?

¡La Gloria de Dios! … “Su identidad celestial”, su comunión con su verdadera esencia, pues el hombre es imagen y gloria de Dios… Es su reflejo, es su olor fragante, es su bendición manifestada, es Su misma vida aquí en la tierra (1Cor: 11:7).  

¿Cómo se perdió esa Gloria?

Antes de la cruz por causa del pecado de un hombre  y se acentuó mucho mas  en ese tiempo, por la ignorancia que ellos tenían (Ose: 4: 6); pero después de la cruz,  por causa de un sistema insensato, corrupto, rebelde,  extraviado y religioso; lleno de normas, costumbres, mandamientos, preceptos  y leyes  que  fueron abolidas en la cruz… (Efe: 2: 15).  

¡Cuidado! Aún hoy en pleno siglo 21 estas leyes siguen siendo impuestas por la mayoría de algunos grupos llamados cristianos. Por conveniencia religiosa o por estar dormidos a esta verdad, o sencillamente por el cumplimiento de un propósito eterno ya establecido por Dios mismo, porque a unos se les dió predicar circuncisión, mientras que a otros incircuncisión (Gál: 2:7-8).

Y aunque estas enseñanzas son de un ministerio de muerte y de condenación dado a “Moisés”, el dios de ese siglo para un pueblo llamado Israel; que no podemos desconocer que fue con gloria… Y que cumplió su propósito en ese tiempo, para que “No les resplandeciera la luz del evangelio de la gloria de Cristo” así como fue escrito (2Cor: 4: 3-4).

El entendimiento de ellos se embotó; e igual sucede hasta el día de hoy, con muchos hermanos, que cuando se lee a Moisés, se lee el antiguo pacto, les queda el mismo velo no descubierto, puesto sobre el corazón de ellos, el cual por Cristo es quitado.  pero… “Cuando se conviertan al Señor”… ¡El velo se les quitará! (2Cor: 3:7-18) y podrán ver en libertad, ¡La Gloria de Dios!...

Convertirse al Señor es despertar a esas verdades que para el mundo son locura, blasfemia, anatema y herejía, esas cosas que ojo no vió ni oído oyó, ni han subido en corazón de hombre (1Cor: 2: 9-10)… ¡Estas fueron esas cosas grandes y ocultas de las que habló el profeta! y que estaban reservadas para nosotros (Jer: 33: 3).  

ES CREYENDOLE A DIOS y no tan solo creyendo en él…

Como le fue dicho a Marta… ¿No te he dicho que si crees, verás la gloria de Dios? (Juan: 11: 40). Esta es la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta (Rom: 12: 2)

Por eso la exhortación del apóstol Pablo a sus discípulos, después de haber sido partícipe de esa LEY de Moisés, que para él fue ganancia en un tiempo, pero que después tuvo como perdida y estimó como basura por ganar a Cristo (Fil: 3: 8). Los animó a no dar un paso en la vida que no estuviera encaminado a la gloria de Dios, diciéndoles: "Si, pues, coméis o bebéis, o hacéis otra cosa, hacedlo todo para la gloria de Dios." (1Cor: 10: 31).

O cuando les aclaró a los Efesios, la mejor de las verdades diciéndoles, que habían sido "Escogidos en Dios, antes de la fundación del mundo, para ser  santos y sin mancha delante de él, en amor”; pues fueron “Predestinados por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad, para alabanza de la gloria de su gracia…" ¡Para alabanza de la Gloria de Dios!  (Efe: 1: 4-6).

Tú y Yo fuimos puestos por Dios para alabar la Gloria de Su Gracia, viviéndolo a Él en todas las cosas que pensemos, digamos y hagamos. Dicho de otro modo, la gloria intrínseca de Dios es su vida misma, su perfección, es nuestro respirar, es su circulación de amor y conocimiento, es su belleza absoluta, que es infinita; y esa gloria es, en nosotros hoy, pues como Él es, así somos nosotros en este mundo (1Juan: 4: 17b).

*  Esta gloria de vida, de perfección y de conocimiento, es la que debemos vivir hoy; y gozar hoy para reinar en vida por la abundancia de la gracia que en nosotros hay… No es sabiendo, ni conociendo sino experimentando Su vida en cada momento. “El conocimiento envanece, pero el amor edifica” (1Cor: 8:1). 

Tú y Yo somos el amor de Dios hecho carne, manifestado para bendición de Dios a nuestro prójimo “espos@, hijos, padres, hermanos, jefes, compañeros, amigos, familiares, vecinos, etc”… Sinó es así, nuestra vida no será más que un solo existir, o un sobre vivir en este mundo.

Pablo dijo en (Rom: 12:3-5) lo siguiente: “Digo, pues, por la gracia que me es dada, a cada cual que está entre vosotros, que no tenga más alto concepto de sí que el que debe tener, sino que piense de sí con cordura, conforme a la medida de fe que Dios repartió a cada uno.” Porque de la manera que en un cuerpo tenemos muchos miembros, pero no todos los miembros tienen la misma función, así nosotros, siendo muchos, somos un cuerpo en Cristo, y todos miembros los unos de los otros. ¡Cristo es en todos! (Col: 3: 11b).

**  Nada externo y nada natural se necesita para que el esplendor de la gloria de Dios sea máximo; ni sabiduría, ni riqueza, ni valentía, ni nada… (Jer: 9: 23-24). ¡Dios es! … y esta es la verdad que debe mover nuestro caminar en Él. “No mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven; pues las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas (2Cor: 4:18). ¡Es viendo la esencia, el Espíritu, la Gloria de Dios!

*** Dios comunica su infinita perfección a las criaturas que le comunican o que predican una gloria intrínseca  “La vida de Dios”; no la ley, ni la gracia, esa que sobre abundó cuando el pecado existía (Rom: 5:20), pues ya fue quitado de en medio en la cruz (Heb: 9:26), no, sino la VIDA DE DIOS EN MI, que es el fin o propósito de la creación... A eso vinimos al mundo, a ¡Vivirlo a Él, a manifestarlo a Él! ... Hoy Él se está experimentando en todo y en todos, sin acepción de personas  (Col: 3: 11).

El bien de las criaturas y de la creación es dar a Dios esa gloria, porque en Él está la vida y la perfección… “Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa.” (Rom: 1: 19-20). Ej: El mar obedeció a Jesús… “Calla, enmudece” y se hizo gran bonanza. ¡Se vió la Gloria de Dios! (Mar: 4:35-39), La higuera también “Nunca jamás coma nadie fruto de ti.”  Y lo vieron sus discípulos (Mar: 11: 12-23). Porque no hará nada el Señor, sin que revele su secreto a sus siervos los profetas. Si el león ruge, ¿quién no temerá? Si habla el Señor, ¿quién no profetizará? (Amó: 3:7-8).

Los cielos cuentan la gloria de Dios, y el firmamento anuncia la obra de sus manos. Un día emite palabra a otro día, y una noche a otra noche declara sabiduría. No hay lenguaje, ni palabras, ni es oída su voz. Por toda la tierra salió su voz, y hasta el extremo del mundo sus palabras (Sal: 19: 1-4). ¡Toda la creación de Dios glorifica su nombre! … ¿Tú y Yo lo estamos haciendo para ver la Gloria de Dios reflejada en nuestra vida?

Meditemos:

1.-  ¿Estamos viviendo la Gloria de Dios? ¿Es su vida la que se ve en nosotros?

El mejor ejemplo que tenemos para que entendamos que sí se puede vivir la vida de Dios en este mundo, es el testimonio de Jesús… Aunque algunos dirán, “pero Jesús no tenía pecado”… Y ¿Tú? … ¡Tampoco!, por eso eres su templo y su habitación. Sant@, limpio, puro, sin mancha, sin arruga, sin cosa semejante, por eso estás completo en Él, o si no, no lo serías... ¡Tú eres la Gloria de Dios manifestada en el mundo! 

    2.- ¿En verdad conoces a Dios?...

(Juan: 14:6-10) Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.  Si me conocieseis, también a mi Padre conoceríais; y desde ahora le conocéis, y le habéis visto. Felipe le dijo: Señor, muéstranos el Padre, y nos basta. Jesús le dijo: ¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros, y no me has conocido, Felipe? El que me ha visto a mí, ha visto al Padre; ¿cómo, pues, dices tú: Muéstranos el Padre? ¿No crees que yo soy en el Padre, y el Padre en mí? Las palabras que yo os hablo, no las hablo por mi propia cuenta, sino que el Padre que mora en mí, él hace las obras… 

    3.- Nosotros hoy… ¿Podemos decir lo mismo?

a)  Podemos decirle al mundo que nosotros ¿Somos el camino, la verdad y la vida?
b) Que el que nos ve a nosotros, ha visto al Padre? … 
c) ¿Estamos hablando por nuestra propia cuenta? o en realidad es Él quien hace las obras…

Jesús dijo: “Y yo, si fuere levantado de la tierra, a todos atraeré a mí mismo. Y decía esto dando a entender de qué muerte iba a morir… (Juan: 12:32-33). “Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis” (Juan: 14:3). ¡Y lo cumplió! … Manifestó la gloria de Dios.

Pero antes de eso les explicó como el cómo se podía vivir La Gloria de Dios, diciéndoles: “De cierto, de cierto os digo, que si el grano de trigo no cae en la tierra y muere, queda solo; pero si muere, lleva mucho fruto. El que ama su vida, la perderá; y el que aborrece su vida en este mundo, para vida eterna la guardará (Juan: 12:24-25).

Para poder ser levantados a esta Gloria… “Tenemos que caer de nuestro modo de vida, de la comodidad, de nuestro modo de pensar, de la religiosidad, del sismatismo, del legalismo, de los agüeros, de los vicios, de la grosería, de la terquedad, de la pereza, de las malas palabras, de los vicios, de la sobrades, de la idolatría cualquiera que sea, etc” y morir a ellas definitivamente; para poder manifestar el fruto de Dios, que es Su Gloria, Su bendición y Su misma vida.

Continua…



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Nota:

Puedes depositar tu ofrenda en cualquiera de las oficinas de Western Unión a nivel nacional, a nombre de William Daniel Muñoz Molano, con CC # 16680415, en Cualquier corresponsal bancario al número de celular 3157786249 por NEKI o haciendo transferencia directamente desde cualquier cuenta bancaria.

El apóstol Pablo escribió en (2Cor: 9:1-15) “Cuanto a la ministración para los santos, es por demás que yo os escriba”; pues conozco vuestra buena voluntad y generosidad, y no como de exigencia nuestra. Pero esto digo:

1) El que siembra escasamente, también segará escasamente; y el que siembra generosamente, generosamente también segará.

2) Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre. Y poderoso es Dios para hacer que abunde en vosotros toda gracia, a fin de que, teniendo siempre en todas las cosas todo lo suficiente, abundéis para toda buena obra;

3) Y el que da semilla al que siembra, y pan al que come, proveerá y multiplicará vuestra sementera, y aumentará los frutos de vuestra justicia, para que estéis enriquecidos en todo para toda liberalidad, la cual produce por medio de nosotros acción de gracias a Dios.

Porque la ministración de este servicio no solamente suple lo que a los santos falta, sino que también abunda en muchas acciones de gracias a Dios; pues por la experiencia de esta ministración glorifican a Dios por la obediencia que profesáis al evangelio de Cristo, y por la liberalidad de vuestra contribución para ellos y para todos; asimismo en la oración de ellos por vosotros, a quienes aman a causa de la superabundante gracia de Dios en vosotros.

¡Gracias a Dios por su don inefable!