(1Ped: 5:10) (1Tes: 5:23)
Cuando hablamos de
crecer Espiritualmente, nos referimos: Al conocimiento de Dios y su palabra; y
cuando hablamos de Integralmente: Es la aplicación de ese conocimiento en todas
las áreas de nuestra vida. En otras palabras, es el disfrutar consciente de la
vida de Cristo a través nuestro; no por temor, ni por obligación y mucho menos
por compromiso, sino en Amor, en libertad y gozo del Espíritu. Ej. Pablo dijo… “Todo me es lícito, pero no
todo conviene; todo me es lícito, pero no todo edifica” (1Cor: 10:23).
Y Santiago
escribió: “Pero sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores,
engañándoos a vosotros mismos.” Y también dijo: “Mas el que mira atentamente en
la perfecta ley, la de la libertad, y persevera en ella, no siendo oidor
olvidadizo, sino hacedor de la obra, éste será bienaventurado en lo que hace” (Stgo:
1:22-25). Recordemos… ¡Dios es, a través nuestro; por Su espíritu!
Oracion: Declaramos en Dios
que esta palabra de bendicion, dirige nuestra vida y nos permite vivirlo a él,
quien es la palabra (Cristo) y que en nosotros habita desde siempre. Que por
la manifestación de Su poder y Su
sabiduría, caminamos en este mundo disfrutando de todo Su bien; el cual, fue
reservado para nosotros desde antes de los tiempos Como está escrito: “Todas
las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad nos han sido dadas por su
divino poder, mediante el conocimiento de aquel que nos llamó por su gloria y
excelencia”… (2Ped: 1:3).
Significado: El crecimiento es
la acción y efecto de crecer. Este verbo, a su vez, hace referencia a
tomar aumento natural, a producir aumento por añadir una nueva materia, o a
adquirir aumento en sentido simbólico por asimilación.
En el caso de los seres
vivos, se conoce como crecimiento al aumento irreversible de tamaño que
experimenta un organismo por la proliferación celular.
Esta proliferación produce estructuras más desarrolladas que se encargan del
trabajo biológico.
El crecimiento físico, implica
un aumento del número y del tamaño de las células. Y se produce gracias a la
asimilación de los nutrientes: donde sin nutrientes, el crecimiento es deforme
o nulo.
Introducción:
Tal
y como sucede el crecimiento en el cuerpo físico; así mismo sucede con el crecimiento
espiritual, o sea (el Conocimiento). Para ello hay varias cosas que forman
parte de ese desarrollo; entre ellas están…
“Una buena alimentación, una buena asimilación, una buena digestión, un buen
ejercicio, y un buen descanso. Todo esto
nos llevara a tener un crecimiento saludable y acorde a la edad, y en lo espiritual; Dios cumple su propósito
conforme a su buena voluntad.
Es importante tener
en cuenta que el crecimiento del ser vivo continúa de manera constante hasta
que llega la edad adulta y el organismo alcanza su madurez. No sucede lo
mismo con el crecimiento espiritual… empezamos a crecer espiritual e integralmente
en el conocimiento de Dios y su palabra, cuando alcanzamos la “Madurez” según
Dios.
Recordemos lo que
dice la palabra “Hablamos sabiduría, entre los que han alcanzado madurez”.
Alcanzar M. A. D. U. R. E. Z, es entrar
en el crecimiento espiritual integral… “Desde la letra M hasta la Z”… Que nos
llevara a ¡Vivir al Señor en todo tiempo! … Él, y no nosotros.
Crecemos
espiritualmente, cuando nos vemos actuar siempre con sabiduría, en todos y cada
uno de los aspectos de nuestra vida; en las dificultades, en los tropiezos, en
las dolencias, en los quebrantos de salud, en la quiebra, en el amor, en las
relaciones interpersonales, en el éxito, en la escasez, en la abundancia,
en la desidia, en “La sabiduría”, en el ministerio,
en la palabra, etc. (Heb: 6: 1-4) para ir adelante a la perfección “del
conocimiento”, porque en espíritu… ¡Somos perfectos!
Esto
nos llevara a entender que ejercitados por Su mente y conforme al tiempo,
seremos plenamente capaces de manifestarlo a él siempre; sea cual fuere la circunstancia
que experimentemos, las cosas que hagamos, pensemos o digamos. En cualquier
lugar, no importa…
Ej. Pablo le escribió estas palabras a los
Filipenses para que se manifestara en ellos la medida de crecimiento que
tenían, por lo que habían recibido de
Dios.
Para
que se reflejara en sus vidas este conocimiento de una manera natural, estando presente él, o
ausente, y para que ellos se supieran comportar como es digno del evangelio. (Fil:
1:27)… Entendiendo que ¡Cristo es, y no nosotros!.
Ahora
meditemos… ¿Por qué el Salmista dijo en este pasaje de: (Sal: 139: 1- 18)… “Tal
conocimiento es demasiado maravilloso para mí; alto es, no lo puedo comprender”
¿Hay algún problema en entenderlo? No
hay problema. ¡Según nosotros! ¿Pero lo vivimos? Es aquí cuando nos damos cuenta, que tanto
hemos crecido en él, y si lo entendimos o no. “Él es, la plenitud de Aquel que
todo lo llena en todo. (Efe: 1:23b).
¿Cómo crecemos…?
El Señor tiene sus medios o métodos dispuestos
para poder crecer espiritual e integralmente.
Todo esto empieza… Cuando son alumbrados los
ojos del entendimiento (Efe: 1:18). Cuando somos despertados por el Espíritu, a
la vida de Cristo (Efe: 5:14). Cuando conocemos al fin la palabra de verdad
(Juan: 8: 32). Cuando morimos día a día, minuto a minuto y segundo a segundo; a
la mente natural (1Cor: 15:31) (Gál: 2:20b) y Por el ¡Mantener siempre nuestra
buena confesión!
Pablo
dijo: Para que lo manifieste como debo hablar (Heb: 13:21)… y también dijo “Andad
sabiamente para con los de afuera, redimiendo el tiempo. Sea vuestra palabra
siempre con gracia, sazonada con sal, para que sepáis cómo debéis responder a
cada uno” (Col: 4:4-6).
Recordemos es “Cristo en, y a través nuestro…”
Es ¡haciendo él y no nosotros!
El crecimiento espiritual debe manifestarse
“Integralmente”
En palabra, en obra, en pensamiento y en actitud
Meditemos por el Espíritu…
“La vida de
Ministerio, no es fácil” Por esto decía el Apóstol Pablo que lo “Apoyaran”… ¡Y el Señor guiaría como
hacerlo! Le daría de su Gracia cuando él fuera a predicar; le daría, hacer las cosas
como debía hacerlas, para que con
denuedo hablara de él, como debía hablar.” (Efe: 6:18-20).
A los Galacianos
dijo… “¿Me he hecho vuestro enemigo por deciros la verdad?” (Gál: 4:16). Pues, ¿busco ahora el favor de
los hombres, o el de Dios? ¿O trato de agradar a los hombres? Pues si todavía
agradara a los hombres, no sería siervo de Cristo (Gal: 1: 10).
Igual que en el
crecimiento físico; el espiritual por tanto, implica un aumento del conocimiento
de Dios y su palabra (Jer: 9: 23-24); y NO de las cosas de Dios y la Biblia;
que en muchas ocasiones no es mas, que letra muerta y nada de espíritu o vida;
y entenderlo… “Solo depende de Dios
(Rom: 9: 16, Heb: 6: 4)” pero el vivirlo, es una gloria que nos fue dado a
experimentar a nosotros; o sea “Reinar en vida” por el conocimiento (Rom: 5:
17) o “Siembra y Cosecha” (Gál: 6:7).
Este fenómeno se produce
gracias al despertar del Espíritu que en nosotros habita, a la limpia
consciencia que nos lleva a experimentarlo; y a la buena confesión por La
palabra que en nosotros hay.
1) En palabra…
Pues no somos como
muchos, que medran falsificando la palabra de Dios, sino que con sinceridad,
como de parte de Dios, y delante de Dios, hablamos en Cristo (2Cor: 2:17), para
que vuestra fe no esté fundada en la sabiduría de los hombres, sino en el poder
de Dios (1Co 2:5-6).
Pablo
escribió a los suyos esta verdad conforme a su tiempo… (Col: 3:1-4) “Si, pues,
habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo
sentado a la diestra de Dios”. “Poned la
mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra”. “Porque habéis muerto, y vuestra vida está
escondida con Cristo en Dios”.
Pero
esta parte, es aplicable a nosotros… “Cuando Cristo, vuestra vida, se
manifieste, entonces vosotros también seréis manifestados con él en gloria.
Lo
manifestaremos, siempre que la situación se presente y no seamos nosotros los
que hagamos; sino el, a través de nosotros… “Esto es CRECER espiritual e
integralmente.”
Ejercitémonos con estas palabras y analicemos
en Dios…
“Nuestro crecimiento”
¿En cuál de ellas debo vivir ahora?
Pablo
escribió: “Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo vuestro
ser, espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de
nuestro Señor Jesucristo.” (1Tes: 5:23).
Pedro
escribió: “Mas el Dios de toda gracia, que nos llamó a su gloria eterna en
Jesucristo, después que hayáis padecido un poco de tiempo, él mismo os
perfeccione, afirme, fortalezca y establezca.” (1Ped: 5:10).
2) En Obra…
Cualquiera
sea el propósito establecido por Dios para cada uno de nosotros; llegaran esos
momentos especiales en los que su palabra se cumplirá y seremos ejercitados
para que Su medida salga a flote “por el conocimiento” y podamos disfrutarla
mientras estemos en este cuerpo.
Ej.
(1Sam: 2:26) Y el joven Samuel iba
creciendo, y era acepto delante de Dios y delante de los hombres. (Luc:
1:80) Y el niño crecía, y se fortalecía
en espíritu; y estuvo en lugares desiertos hasta el día de su manifestación a
Israel… “Juan el Bautista” (Luc: 2:52) Y Jesús crecía en sabiduría y en
estatura, y en gracia para con Dios y los hombres…
Formados en el “desierto... Cada una de ellas con una labor o un ministerio
que vivir, para que entendamos mas fácil a lo que nos vamos a referir… para crecer espiritual e integralmente… Como
personas, siervos, y ministros; delante de Dios y de los hombres.
Entendiendo
desierto, antes que el físico; aunque estuvieron allí. Nos referimos a las dificultades, los tropiezos, las
dolencias, los quebrantos de salud y porque no decirlo también… “La ignorancia.”
o falta de conocimiento que nos llevara
a No crecer y por ende a ser “destruidos” en cuanto al ejercicio que estemos viviendo. (Ose: 4: 6)…
“Pasamos” por los desiertos… Y no nos quedamos allí. ¡Vamos adelante a la perfección! (Heb: 6:
1-4)… Solo “Hasta” que hayamos aprendido…
Meditemos por el Espíritu… Uno de estos personajes fue entregado por su
madre para el servicio del Señor en el templo, en manos de el sacerdote Elí; como
cumplimiento de una promesa que le hizo a Dios cuando aún era estéril, su
nombre es (Samuel).
El
otro; escogido desde antes que naciera para ser en Israel, quien preparara el
camino del que había de venir a salvar al mundo; así le hubiera costado la
cárcel, y por último hasta su propia cabeza (Juan el Bautista).
Y
el último de los tres… El mismo Dios del cielo; tomando un cuerpo de carne limitado,
se humilló así mismo y cumpliendo a favor de sus hijos, una redención, una
salvación, una justificación, una libertad y una vida; que aún hoy en día, muchos
no reconocen (Juan: 1: 11), (Jesus de Nazaret).
Así
está escrito:
… “Y estuvo en lugares desiertos hasta el día
de su manifestación”…
Aquí
en este pasaje de la biblia, vale la pena resaltar dos palabras escritas por
Lucas; refiriéndose a (La voz) que clamaba en el desierto, a Juan el Bautista; y
que son muy importantes en este caminar de Crecimiento en Dios… Y estas son: “Estuvo y Hasta”
De
la misma manera que sucedió con Moisés (Exo: 2: 15), así mismo le sucedió
también a Juan y a Jesus; fueron “Formados en el desierto” hasta el momento
preciso en el que estuvieron preparados para cumplir el propósito que en Dios estaba
establecido.
De
la misma manera nosotros lo estamos siendo, en cada situación que se presenta en
nuestra vida, y que se nos viene mostrando en cada ejercicio personal desde
hace mucho tiempo. Estamos en este proceso de crecimiento espiritual integral,
hasta que lo manifestemos...
Miremos
entonces esas dos palabras por separado…
Estuvo: implica un tiempo no determinado para… Y hasta: implica un tiempo determinado por, y para.
Pasar
por “desiertos”… Es algo que para nadie,
es agradable. Y está claro en Dios que todos y cada uno de nosotros, estamos en
un proceso de “Crecimiento en él” y este se activara en cada uno en particular,
por el conocimiento de la verdad (Juan: 8: 32) para que valoremos cada
experiencia natural que hayamos, o estemos viviendo… “Estando persuadidos de esto, que el que
comenzó en nosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo
(Fil: 1:6).
Nada
sucede en nuestra vida por casualidad, sino por “Causalidad” y es aquí, donde
por el conocimiento del tiempo, posición e identidad que tengamos; actuaremos
sabiamente… ¡En madurez! Todo tiene una
causa y un efecto, una acción y una reacción, una siembra y una cosecha. No os
engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso
también segará. (Gál: 6:7).
3) En Pensamiento:
David
escribió: ¡Cuán preciosos me son, oh Dios, tus pensamientos! ¡Cuán grande es la
suma de ellos! Si los enumero, se
multiplican más que la arena. (Sal:
139:7-18). Entonces… ¿Por qué pues escribió esto? “Tal conocimiento es
demasiado maravilloso para mí; Alto es, no lo puedo comprender” (Sal:
139:6). Preguntémonos… ¿El Rey David…
Entendió? o no entendió.
Isaías
escribió en su tiempo lo que el Señor les dijo a su pueblo: “Como son más altos
los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y
mis pensamientos más que vuestros pensamientos”… (Isa 55:9).
Y
el apóstol Pablo escribió: “Nosotros
tenemos la mente de Cristo” (1Cor: 2:16b)
Si
tenemos la mente de Cristo, tenemos sus pensamientos… Se supone entonces que
actuamos y hablamos de acuerdo a lo que pensemos… “Porque cuál es su
pensamiento en su corazón, tal es él” (Prov: 23:7).
4) En Actitud:
Si
alguien conoce nuestro corazón, es Dios mismo… Y la actitud con la que
recibimos su palabra, es Dios mismo; si
entendemos o no, lo que nos ha dado por el Espíritu para que lo vivamos, es
Dios mismo; si estamos o no, dispuestos para servirle en el ministerio, el
único que lo sabe, es Dios mismo; si en verdad hemos entendido la bendición de
sembrar en buena tierra para que su palabra corra y sea glorificada, es Dios
mismo; si lo hacemos o no de corazón, en amor y en libertad, es Dios mismo el
único que lo sabe… Solo el Señor conoce si nuestro sí, es sí; y si nuestro no,
es no…
¡Dios
conoce la actitud con la que hacemos todas las cosas! Aun en medio de nuestra
debilidad… Como sucedió con muchos de sus instrumentos a lo largo de la
historia.
Moisés era tartamudo, Jeremías era impuro de labios, y del Rey David dijo el Señor que era “Un varón conforme a su corazón, con todo y que fue el asesino intelectual de la muerte de Urías el esposo de Betsabe, o de la canción que le cantaban los de su pueblo “Saúl mato a mil y David, a sus diez mil” (1Sam: 13:14) como está escrito: “todos los llamados de mi nombre; para gloria mía los he creado, los formé y los hice” (Isa: 43:7).
Moisés era tartamudo, Jeremías era impuro de labios, y del Rey David dijo el Señor que era “Un varón conforme a su corazón, con todo y que fue el asesino intelectual de la muerte de Urías el esposo de Betsabe, o de la canción que le cantaban los de su pueblo “Saúl mato a mil y David, a sus diez mil” (1Sam: 13:14) como está escrito: “todos los llamados de mi nombre; para gloria mía los he creado, los formé y los hice” (Isa: 43:7).
Aun
aquí, en todas estas cosas que no nos gustan, o no nos parecen; tenemos que
crecer y entender que Dios es soberano y él hace las cosas como él quiere…
¿Qué,
pues, diremos? ¿Que hay injusticia en Dios? (Rom: 9:14) ¿Dirá el vaso de barro al que lo formó: ¿Por
qué me has hecho así? (Rom: 9: 20b).
En conclusión:
Desde
el mismo momento en que fueron abiertos los ojos de nuestro entendimiento por el Espíritu, no podemos
negar que hemos crecido; y que día a día se cumple su palabra de llevarnos
siempre de gloria en gloria, de un conocimiento, aun conocimiento superior
(1Cor: 13: 9-10) y que esas inescrutables riquezas de Cristo hoy son nuestro
deleite cuando las compartimos y somos en sus manos, instrumentos útiles para
que muchos sean despertados a esta gloria y bendición en él.
“Porque
de él, y por él, y para él, son todas las cosas. A él sea la gloria por los
siglos.” (Rom: 11: 36).
Somos
su misma bendicion, su imagen, su reflejo, su gloria y su misma vida.
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