“Y la multitud de los que habían creído era
de un corazón y un alma; y ninguno decía ser suyo propio nada de lo que poseía,
sino que tenían todas las cosas en común…”
(Hech: 4:32-35) (Hech: 2:42-44).
Común: es un
adjetivo que quiere decir que cualquier cosa
es compartida por dos o más personas o cosas. Que es habitual, abundante o normal… Y en común: quiere decir que es entre dos o más
personas, conjuntamente. También quiere decir, compartir dos o más personas una
misma cualidad o circunstancia. Ejemplo: después de la obra perfecta de Jesús
en la cruz podemos estár completamente seguros de que “Como él es, así somos
nosotros en este mundo” (1 Juan: 4: 17b) y todos somos UNO (1Cor: 15: 28, 48b).
Tener todas las cosas en común es una práctica de vida en la que humanamente encontraremos todos los peros, todos los porqués, y todos los para qués posibles, para no entrar en ella; pues el hombre en sí, está aferrado y muy apegado naturalmente a todo lo físico, emocional y mental, mientras se encuentre viviendo su experiencia terrenal. ¡Es su seguridad! … Y cuanto más, si en esa experiencia ha tenido que esforzarse un poco más, para conseguir lo que tiene, olvidándose por completo de que humanamente, solo somos administradores de las posesiones que hayamos adquirido y que el verdadero dueño de todas las cosas… ¡Es Dios!
Tener todas las cosas en común es una práctica de vida en la que humanamente encontraremos todos los peros, todos los porqués, y todos los para qués posibles, para no entrar en ella; pues el hombre en sí, está aferrado y muy apegado naturalmente a todo lo físico, emocional y mental, mientras se encuentre viviendo su experiencia terrenal. ¡Es su seguridad! … Y cuanto más, si en esa experiencia ha tenido que esforzarse un poco más, para conseguir lo que tiene, olvidándose por completo de que humanamente, solo somos administradores de las posesiones que hayamos adquirido y que el verdadero dueño de todas las cosas… ¡Es Dios!
1) Un corazón y un alma: ese fue el resultado de la manifestación de
Dios por Su espíritu en ese momento a todos los que se encontraban orando
unánimes, cuando fueron llenos del Espíritu de Dios… ¡Es la obra de Dios en el
hombre! … Y es a esta obra, a la que Él mismo, irá despertando al hombre para
entre, practique, disfrute y viva al Dios que comparte y sirve a su prójimo a
través de él.
Dice en este pasaje bíblico escrito por
Lucas, que Los que habían creído eran de un corazón y un alma… Cuando en la
biblia se habla de corazón, a lo que se refiere es al espíritu; y cuando se
habla del alma, se está hablando es de la mente, de las emociones y de la
voluntad. Ahora, regidas yá, en ese tiempo y momento por Su espíritu.
¡El fundamento de Dios está firme! (2Tim:
2:19) Dios conoce nuestro corazón y todo nuestro ser… Y solo Él es el único que
sabe, de los pensamientos que cruzan por nuestra mente cuando nos encontramos
con esta clase de verdades, como la de saber “Tener todas las cosas en común”; tal y como fueron
dirigidos ellos a entender en ese tiempo, al punto en el que…
2) ¡Ninguno decía ser suyo propio nada
de lo que poseía! De seguro que
HOY, estas palabras reñirán en nuestro interior, pero debemos comprender que así
como Dios conoce nuestro corazón y la actitúd con la que las recibimos, también
nos ha capacitado con Su espíritu para poder hacerlo cuando llegue el momento…
(2Tim: 1:7). “Porque ¿quién te distingue? ¿o qué tienes que no hayas recibido?
Y si lo recibiste, ¿por qué te glorías como si no lo hubieras recibido?” (1Cor: 4:7).
Oración:
Que la verdad de Dios resplandezca en nuestro
corazón y que por Su espíritu el cual es, en cada uno de nosotros, entendamos
el propósito desde antes establecido para vivir en este mundo como debemos… “Sirviendo
con gozo”… “Reinando en vida”… Siendo y viviendo como lo que somos ¡UNO!
Recordemos el famoso juramento de unión y
auxilio mutuo, entre Athos, Portos y Aramis cuando declaran solemnemente lealtad
al joven D`Artagnan en la exitosa novela del francés Alejandro Dumas padre
(1802-1870), titulada Los Tres Mosqueteros. ¡TODOS PARA UNO Y UNO PARA TODOS!
Despertemos ya en conciencia, porque… ¡Todo en este mundo le pertenece a Dios!… “Lo que
vemos y lo que no vemos”, está puesto en
sincronicidad, por Él, quien es el dueño absoluto de todas las cosas.
Todo en Él, está puesto para cumplir un fin
específico, un propósito especial, para “Servicio”, para “Gozo” y para “Vida.” Todo fue creado en la mente
Dios, pues Él, es la mente suprema... “Todo fue creado en Él, por Él y para Él (Rom:
11:34-36) y todas las cosas en Él subsisten”
(Col: 1:16).
¡Nada sucede en este mundo por coincidencia o
por casualidad, por más adversa y descabellada que nos parezca la experiencia
que vivamos; todo sucede por causalidad! Para que el que se vea obrando, sea Él
y no nosotros. El médico y científico Hindú Deepak Chopra, escribió: “Todo es
casual mientras no se comprende.” (Rom: 8: 28).
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Todas las cosas, cuando son puestas en
evidencia por la luz, son hechas manifiestas; porque la luz es lo que
manifiesta todo. Por lo cual dice: Despiértate, tú que duermes, y levántate de
los muertos, y te alumbrará Cristo. Mirad, pues, con diligencia cómo andéis, no
como necios sino como sabios, aprovechando bien el tiempo, porque los días son
malos. Por tanto, no seáis insensatos, sino entendidos de cuál sea la voluntad
del Señor. (Efe: 5: 13-17). Pues como reza el refrán popular, ¡El que no vive
para servir, no sirve para vivir!
Recordemos el llamado de atención que el
Señor hizo en alguna ocasión a su pueblo, diciendo: “Oye, pueblo mío, y
hablaré; escucha, Israel, y testificaré contra ti: Yo soy Dios, el Dios tuyo.
No tomaré de tu casa becerros, ni machos cabríos de tus apriscos.
* Porque mía
es toda bestia del bosque, y los millares de animales en los collados.
* Conozco a
todas las aves de los montes, y todo lo que se mueve en los campos me
pertenece.
* Si yo
tuviese hambre, no te lo diría a ti; porque mío es el mundo y su plenitud (Sal: 50:7-15).
3) Tenían todas las cosas en común… Si “Dios es
el que produce en nosotros el querer como el hacer, por su buena voluntad”
(Fil: 2:13). ¿Qué nos impide entonces a nosotros
poner en práctica el “Despojarnos”, y tener como ellos, todas las cosas en
común, siendo esta una obra del Espíritu?
La falta de un convencimiento real en el
corazón del hombre respecto de la obra de Dios, le impide vivir esa bendición. El
Señor dijo por medio de Salomón: “Dame, hijo mío, tu corazón, y miren tus ojos
por mis caminos (Prov: 23:26). ¿Cómo puede algo tan simple como soltar, ser tan
difícil de ser comprendido? El desapego ha sido una de las leyes universales
más difíciles de comprender.
- ¿Cómo puede una pequeña ley ser la causa principal para muchos de nuestros lamentos y padecimientos? Porque… ¡Nada trajimos al mundo y de cierto, nada nos hemos de llevar!
- ¿Cómo podemos lograr entonces vencer el estar apegados, amarrados o acostumbrados a las (cosas, personas, vicios, pensamientos, etc?). Solo por el conocimiento de la verdad... ¡Creyéndola!
“Dijo entonces Jesús a los judíos que habían
creído en él: Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente
mis discípulos; y conoceréis la verdad,
y la verdad os hará libres.” (Juan: 8: 31-32). Solo cuando se es dirigido por
Dios, se puede gozar y reinar en vida sobre lo que sea, viviendo al Dios que
obra y que vive a través nuestro por siempre! (Rom: 5:17b).
Leamos lo que Jesús dijo a un joven rico al
respecto… Si quieres ser perfecto, anda, vende lo que tienes, y dalo a los
pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven y sígueme. El joven rico, oyendo
esta palabra, se fue triste, porque tenía muchas posesiones.
Entonces Jesús
dijo a sus discípulos: De cierto os digo, que difícilmente entrará un rico en
el reino de los cielos. Otra vez os digo, que es más fácil pasar un camello por
el ojo de una aguja, que entrar un rico en el reino de Dios (Mat: 19:21-24).
HOY nosotros no tenemos que buscar perfección
como le tocó a los que vivieron antes de la cruz, sino manifestar la perfección
que somos… “Y saber tener todas las cosas en común, es una buena forma de
demostrarlo.” Solo se puede manejar esta situación cuando se es dirigido por el
corazón de Dios y no por el pensamiento
del hombre… Ej: en ¡La parábola del hijo pródigo! El padre “No se aferró a lo
que era suyo” (Luc: 15: 11-31).
En ésta historia el hijo menor le pidió a su
padre, estando en vida, “la parte de los bienes que según a él, le correspondían”
o sea “Su herencia.” Pero preguntémonos…
ü ¿Por qué le
correspondían? ¿Qué méritos había hecho para esto? ¿Habría hecho él alguna
inversión a su padre para reclamarla de ese modo? Has reflexionado en ¿Cuál fue
el mensaje que el hijo menor le transmitió a su padre con esta petición, antes
de tiempo? Porque reclamar una herencia es algo que se debe hacer solo cuando
el padre o el testador han muerto… “A no ser de que ese hubiera sido en verdad su
deseo”
¡Las cosas tienen solo “el valor”, que el
hombre mismo les haya dado! (Relativo).
ü Pero el
padre, “les repartió los bienes… (A los dos)” en libre conciencia, valorando la
presencia de Dios en cada uno de ellos. ¡Se desapegó, se despojó de todo!
Desapego quiere decir: soltar,
despegar, dejar ir… ¡Sin afecto!… ¡Sin interés!
… El
apego se basa en el miedo y en la inseguridad, y la necesidad de seguridad, se
basa en la falta de conocimiento de nuestra verdadera identidad (Cristo). Tener
todas las cosas en común, es el resultado de vivir conscientemente lo que
somos… ¡En Conciencia y en Presencia!
En conclusión:
¿Qué es lo que impide al hombre poner en
práctica el “Despojarse” para poder tener todas las cosas en común? Veamos
algunos puntos, y escribe adicionalmente los que Dios te muestre a ti
personalmente…
- No haber entendido todavía quien es él en el mundo, y desconocer su verdadera identidad.
- Pensar que lo que posee es solo suyo, por haber tenido de Dios la gracia de conseguirlo…
- Tener su seguridad en las posesiones y no en Dios (Prov: 23:5).
- No valorar en todo y en todos, la manifestación de ¡La Presencia de Dios! (Col: 3: 11).
- No haber ¡Vuelto en sí! como le sucedió al hijo menor...
- La envidia, el enojo, el resentimiento, la falta de honra, etc. del hijo mayor…
- No haber muerto para poder llevar mucho fruto (Juan: 12:24).
- No haber despertado en conciencia, en Espíritu, en Dios, a esta verdad.
- No hay convencimiento real en el corazón del hombre respecto de la obra de Dios.
El padre dijo a su hijo mayor: “Hijo, tú
siempre estás conmigo, y todas mis cosas son tuyas.”… HOY Dios es, a través
nuestro, igual que Jesús en su tiempo dijo: “Yo y el Padre uno somos… (Juan:
10:30) El que me ha visto a mí, ha visto
al Padre (Juan: 14:8-10).
Todos somos UNO en Dios y lo que a Dios le
pertenece, es nuestro… Somos su gloria, bendición, reflejo, imagen, esencia y
vida de Dios en el mundo. ¡Toda esta gloria la tenemos en común para que la
disfrutemos, ¡Sirviendo!
1 comentarios:
Excelente!!
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