Pablo, prisionero de Jesucristo, y el hermano Timoteo, al
amado Filemón, colaborador nuestro, y a la amada hermana Apia, y a Arquipo
nuestro compañero de milicia, y a la iglesia que está en tu casa: Gracia y paz
a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo.
Doy gracias a mi Dios, haciendo siempre memoria de ti en
mis oraciones, porque oigo del amor y de
la fe que tienes hacia el Señor Jesús, y para con todos los santos; para que la
participación de tu fe sea eficaz en el conocimiento de todo el bien que está
en vosotros por Cristo Jesús.
Fue dicho… ¡Todo el
bien de Dios está en…!
¿Qué es el Bien de Dios? ¿Por qué fue dado? ¿Para
qué fue dado? ¿Para quién fue dado?
1)
¿Qué es el Bien de Dios? El Bien de
Dios es esa forma especial como Él se manifiesta, como se hace notar, como se
nos presenta para que nuestro obrar o proceder vaya en línea con nuestra
esencia, la cual es “El Amor”.
Ejemplo:
por eso el
Señor dio a conocer el misterio de su voluntad, “Su Bien ya establecido” como
fue escrito: y lo hizo “Según su beneplácito, el cual se había propuesto en sí
mismo”, de reunir todas las cosas en Cristo, en la dispensación del
cumplimiento de los tiempos, así las que están en los cielos, como las que
están en la tierra (Efe: 1:9-10), lo
consumó (Juan: 19:30).
Sant@s en Dios, esta es una verdad que
debemos tener en cuenta siempre para poder caminar en línea con lo que el Señor
ha hecho para bendición del hombre, y para que nuestro gozarnos en este mundo
por el conocimiento sea más fácil… “Todo su Bien fue establecido en esa cruz. Nada
quedó por hacerse, todo fue consumado”…
El hombre fue trasladado de muerte a Vida
eterna, de maldición a bendición, de tinieblas a luz, de enfermedad a salúd, de
pobreza a riqueza, del siglo malo al siglo bueno, de la ley a la gracia, de la
esclavitud a la libertad, de la sombra a la verdad, de la condición natural de
hombre pecador a la posición espiritual de Santo. Así a muchos les suene a
herejía, error, blasfemia o anatema. ¡Lo que Dios tuvo hacer en Su soberanía
para gloria de Su nombre, lo hizo!
Su palabra fue cumplida:
ü Fue dicho
desde el principio y después de “la caída de Adán” que “La simiente Cristo; heriría en la cabeza, a la serpiente (Gén: 3:15). “En
aquel día (La cruz), el Señor castigará con su espada dura, grande y fuerte (Su
palabra) al leviatán serpiente veloz, y al leviatán serpiente tortuosa; y matará al dragón que está en el mar.” (Isa: 27:1). El
gran dragón, la serpiente antigua, que se llama diablo y Satanás, el cual
engaña al mundo entero. (Apoc: 12:9).
ü “Dios
mismo participó de carne, para destruir por medio de la muerte al que tenía el
imperio de la muerte, esto es, al diablo, y librar a todos los que por el temor
de la muerte estaban durante toda la vida sujetos a servidumbre. (Heb:
2:14-15). “Fue echado fuera” (Juan 12:31).
¡Su bien fue establecido en la tierra!
Pablo si entendió esta palabra “Consumado
es”, dicha por Jesús en la cruz. El sí recibió ese Bien de Dios en él, y empezó
a predicarlo. (Rom: 1:1-32). “Así fuera locura para muchos y lo sea aún.” pues está
escrito:
Destruiré la sabiduría de los sabios, desecharé el entendimiento de los entendidos.
¿Dónde está el sabio? ¿Dónde está el escriba? ¿Dónde está el disputador de este
siglo? “Destruido” ¿No ha enloquecido Dios la
sabiduría del mundo? Sant@s en Dios… Es salvando a los creyentes de tanta
ignorancia, de tanta religiosidad, de tantos temores, miedos y de tanta mentira
(Ose: 4: 6), por la locura de la predicación (1Cor: 1: 18-21).
El Bien de Dios es lo perfecto, es Su
perfección conforme a lo establecido por Él, es Su voluntad, es Su soberanía, y
hoy en este tiempo (D-C), el Bien de Dios es él mismo obrando a través nuestro.
¡¡¡Es haciendo Él en nosotros lo que es agradable delante de Él!!! (Heb:
13:21), por ese motivo… Sométanse unos a otros en el temor de Dios. (Efe:
5:21).
El Bien de Dios es TODO el engranaje
universal que está unido en perfección y que obra bajo leyes irrefutables, ¡En
todo y en todos! (Col: 3:11).
2)
¿Por qué fue dado el Bien de Dios? porque en
ese tiempo (A-C), la maldad de los hombres era mucha en la tierra, y todo el designio
de sus pensamientos era de continuo al mal…
Todo esto empezó en el huerto del Edén, donde
le fue dado por Dios al hombre un mandato en especial, y que el hombre
desobedeció, diciendo: “De todo árbol del huerto podrás comer; mas del árbol de
la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres,
ciertamente morirás” (Gén: 2:16-17).
La transgresión a esta palabra trajo como
consecuencia al hombre que fueran separados o destituidos de la gloria de Dios;
perdiendo así su comunión con Él. Lo que se conoce como “Muerte espiritual”
(Rom: 3:23). Esta transgresión o desobediencia también un conocimiento
especial… “Sus ojos fueron abiertos y alcanzaron el conocimiento de la
sabiduría. “Ser como Dios” sabiendo el bien y el mal. (Gén: 3:5). De ahí en
adelante por causa del pecado, la maldad de los hombres fue mucha en la tierra,
y todo el designio de los pensamientos del corazón de ellos fue de continuo
solamente el mal (Gén: 6:5).
Dios dijo por medio del profeta Isaías que
Sus pensamientos no eran los pensamientos del hombre, ni Sus caminos sus
caminos. Que como eran más altos los cielos que la tierra, así son Sus caminos
eran más altos que los caminos del hombre, y Sus pensamientos más que los
pensamientos del hombre. (Isa: 55:8-9). Y dijo: “Porque yo sé los pensamientos
que tengo acerca de Uds, dice el Señor, pensamientos de paz, y no de mal, para
darles el fin que esperan (Jer: 29:11), por eso “A lo suyo vino”, así los suyos
no le hubieran recibido. (Juan: 1:11).
Dios estableció en el hombre “Todo Su bien”,
lo salvó y lo llamó con llamamiento santo, no conforme a sus obras, sino según
el propósito suyo y la gracia que le fue dada en Cristo Jesús desde antes de
los tiempos de los siglos.
Le quitó la muerte que lo separaba de Él,
dándole Vida Eterna (Juan: 10: 10b).
Sacó a luz la vida y la inmortalidad por medio del evangelio (2Tim:
1:9-10), para que el hombre viviera en libertad por la verdad establecida
(Juan: 8:32) (Gál: 5:1).
3)
¿Para qué fue dado el Bien de Dios?
para que lo
manifestemos; y para que lo que se vea de Dios en este mundo a través nuestro
sea “Solo Él.” Que solo Él sea quien se note por nuestro obrar y proceder… Que
todo lo que pensemos, digamos y hagamos vaya en línea con nuestra verdadera esencia,
“El Amor”. (1Cor: 13: 4-8). ¡En todo y en todos! (Col: 3:11).
Ejemplos:
En (Col: 3:13-24) encontramos un buen ejemplo
para que nos ejercitemos y podamos manifestar ese Bien de Dios, diciendo: “Sopórtense
y perdónense unos a otros, si alguno tuviere queja contra otro. De la manera
que Cristo perdonó, así también deben hacerlo. Y sobre todas estas cosas
vístanse de amor, que es el vínculo perfecto. Y que la paz de Dios gobierne en su
corazón, a la que asimismo fueron llamados en un solo cuerpo; y sean agradecidos”
La palabra de Cristo mora en abundancia en Uds,
enséñense y exhórtense entre Uds mismos, en toda sabiduría, canten con gracia
en su corazón al Señor, con salmos e himnos y cánticos espirituales. Y todo lo
que hagan, sea de palabra o de hecho, háganlo todo en el Señor Jesús, y dando
gracias.
Casadas, estén sujetas a sus maridos, como
conviene en el Señor. Maridos, amen a su mujer, y no sean ásperos con ella.
Hijos, obedezcan a sus padres en todo, porque esto agrada al Señor. Padre, no
exasperes a tus hijos, para que no se desalienten. Obedezcan a sus amos
terrenales, no sirvan al ojo, como los que quieren agradar a los hombres, sino
con corazón sincero, temiendo a Dios. Y todo lo que hagan, háganlo de corazón
para el Señor y no para los hombres; sabiendo que del Señor recibirán la
recompensa, porque a Cristo el Señor servimos.
Y en (Filemón: 1:1-25) también hay otro
ejercicio de vida que nos ayudará a manifestar ese Bien de Dios “Su amor”. En
este caso Pablo le escribe una carta a su hermano Filemón, quien es un colaborador
suyo en la obra del ministerio, y le hace una petición diciendo, que para que
la participación de su fe o creer fuera eficaz en el conocimiento de todo el
bien que está en él por Cristo Jesús. Y como sabe que por su amor, han sido confortados
los corazones de los santos.
Y además como tiene mucha libertad en Cristo
para mandarle lo que le conviene, más bien le ruega por amor, por Onésimo, un
hermano a quien llama su hijo, por haberle engendrado en la prisión, el cual en
otro tiempo le fue inútil a Filemón de carga, pero que en ese momento a él y a Pablo
les era útil en el ministerio; por eso se lo volvió a enviar, diciéndole,
recíbele como a mí mismo, pues nada quise hacer sin tu consentimiento, para que
tu favor no fuese como de necesidad, sino voluntario.
Porque quizás para esto se apartó de ti por
algún tiempo, para que le recibieses para siempre; no ya como esclavo, sino
como más que esclavo, como hermano amado, mayormente para mí, pero cuánto más
para ti, tanto en la carne como en el Señor. Así que, si me tienes por
compañero, recíbele como a mí mismo. Y si en algo te dañó, o te debe, ponlo a
mi cuenta. Yo Pablo lo escribo de mi mano, yo lo pagaré; por no decirte que aun
tú mismo te me debes también. Sí, hermano, tenga yo algún provecho de ti en el
Señor; conforta mi corazón en el Señor. Te he escrito confiando en tu
obediencia, sabiendo que harás aun más de lo que te digo.
4)
¿Para quién fue dado? Esta declaración
escrita por el apóstol Pablo a su discípulo Filemón, hoy es para nosotros y es
verdad en nosotros… pero Su bien no está en… (Nosotros) porque estaríamos
haciendo división, entre Dios y Su manifestación hoy en muchos cuerpos (Col:3:
11), sino que “TODO EL BIEN DE DIOS, ES” en nosotros, pues el único que vive es
Cristo y todos Somos UNO (Gál: 3:28).
Nosotros Somos Su bien manifestado. Y es Aquí donde la mente natural
empieza a cuestionar, a razonar, y nuestro falso yo o (EGO), empieza a sugerir
cosas, porque no puede aceptar lo perfecto y nos pregunta… ¿Por qué si nosotros
somos Su bien, no actuamos como somos? ¿Por qué nuestras obras no están yendo
en línea con todo su Bien? ¿Por qué si tenemos un conocimiento especial no
hacemos como se espera? Porque creemos solo lo razonal, creemos todo lo que
esté conforme y vaya en línea con las enseñanzas recibidas, creemos solo lo que
nos hace sentir bien y lo que nos parece… ¡Solo lo que no nos haga caer en
ridículo!
Ejemplo: Jesús le dijo al padre de un muchacho
que decía que su hijo estaba poseído: “Si puedes creer, al que cree todo le es posible.” E inmediatamente el padre del
muchacho clamó y dijo: Creo; ayuda mi incredulidad. (Mar: 9:23-24). Jesús le dijo a Martha la hermana de Lázaro
después de haber muerto y haber sido enterrado después de cuatro días: ¿No te he
dicho que si crees, verás la gloria de Dios? y
Lázaro se levantó (Juan: 11:40).
El Ego nos sugiere ver lo que se ve, oír lo
que se oye, sentir lo que se siente, etc. Lo temporal, lo efímero… “Lo que no
es” y no lo eterno. (2Cor: 4:18). Fuimos mentalizados a morir a lo que NUNCA
hemos sido (Zarx – Carne – Mal), por eso nos ha sido tan difícil VIVIR lo que
Somos… ¡Su bien, Su gloria, Su esencia, Su vida misma! (1Juan: 4:17b).
Todo el bien de Dios es “Su justicia” manifestada
en unicidad con lo preestablecido por Él… (No es bueno ni malo, correcto o
incorrecto, no es derecho ni izquierdo)… El Centro Universal del Amor en Cristo
es lo perfecto… Su perfección… Es que manifestemos ¡Su Bien!
El apóstol Pedro en su primer discurso a sus
hermanos los Judíos, después de muerto y resucitado Jesús, en el día de
pentecostés, y aclarándoles que era lo que había sucedido en ese momento donde
todos fueron llenos del Espíritu Santo, y donde fueron convertidos a Jesús en
un solo día como tres mil personas, también les expuso la razón, el cómo y el
cuándo debía de manifestarse Su Bien, para bendición de los hijos, diciendo:
ü Varones
israelitas, oíd estas palabras: Jesús nazareno, varón aprobado por Dios entre
vosotros con las maravillas, prodigios y señales que Dios hizo entre vosotros
por medio de él, como vosotros mismos sabéis; a éste, entregado por el determinado consejo y anticipado conocimiento de Dios,
prendisteis y matasteis por manos de inicuos, crucificándole; al cual Dios
levantó, sueltos los dolores de la muerte, por cuanto era imposible que fuese
retenido por ella. (Hech: 2:22-24).
En conclusión…
Es aquí donde surgen varias preguntas; pero
vamos a tener en cuenta solo estas:
1)
¿Cuál es el bien de Dios?
Es él mismo,
él como el Amor manifestado cumpliendo en sí, su propósito establecido para su
gloria. “Él fue inmolado desde el principio del mundo.” Y se hizo efectivo en
la cruz. ¡Si alguno tiene oído, oiga! (Apoc: 13: 8b-9). A Dios nadie le podía quitar la vida… “Nadie
me la quita, sino que yo de mí mismo la pongo. Tengo poder para ponerla, y
tengo poder para volverla a tomar.” (Juan: 10:18).
2)
¿En todos ese bien se manifiesta?
Recordemos,
después de la cruz… TODOS somos UNO (Él) (Gál: 3:28) y Él es el todo y en TODOS
Col: 3:11).
3)
¿Todos somos el bien de Dios?
Solo uno
vive en este mundo y ese es Cristo… Nosotros en cuerpo somos solo “Un espejismo
del Espíritu” porque: Toda carne es como hierba, y toda la gloria del hombre
como flor de la hierba. La hierba se seca, y la flor se cae; Mas la palabra del
Señor permanece para siempre. Y esta es la palabra que por el evangelio os ha
sido anunciada. (1Ped: 1:24-25).
4)
¿Cómo podemos vivir ese bien de
Dios?
Muriendo al
engaño de creer que nosotros vivimos…
A Dios mismo
antes de la cruz, vestido de una carne llamada Jesús le tocó vivir esa
experiencia y dijo: Ha llegado la hora para que el Hijo del Hombre sea
glorificado. ¡Le llegó la hora de vivir Su Bien, ser levantado en gloria! … De
cierto, de cierto os digo, que si el grano de trigo no cae en la tierra y
muere, queda solo; pero si muere, lleva mucho fruto. El que ama su vida, la
perderá; y el que aborrece su vida en este mundo, para vida eterna la guardará.
(Juan: 12:23-25).
Somos Su bien
manifestado. Su gloria, Su imagen, Su plenitud, Su esencia y Su vida en
esta tierra de bendición.