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“El Bien de Dios”

(File: 1: 1-6).


Pablo, prisionero de Jesucristo, y el hermano Timoteo, al amado Filemón, colaborador nuestro, y a la amada hermana Apia, y a Arquipo nuestro compañero de milicia, y a la iglesia que está en tu casa: Gracia y paz a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo.

Doy gracias a mi Dios, haciendo siempre memoria de ti en mis oraciones,  porque oigo del amor y de la fe que tienes hacia el Señor Jesús, y para con todos los santos; para que la participación de tu fe sea eficaz en el conocimiento de todo el bien que está en vosotros por Cristo Jesús.

Fue dicho… ¡Todo el bien de Dios está en…! 

¿Qué es el Bien de Dios? ¿Por qué fue dado? ¿Para qué fue dado? ¿Para quién fue dado? 

1)     ¿Qué es el Bien de Dios? El Bien de Dios es esa forma especial como Él se manifiesta, como se hace notar, como se nos presenta para que nuestro obrar o proceder vaya en línea con nuestra esencia, la cual es “El Amor”.

Ejemplo: por eso el Señor dio a conocer el misterio de su voluntad, “Su Bien ya establecido” como fue escrito: y lo hizo “Según su beneplácito, el cual se había propuesto en sí mismo”, de reunir todas las cosas en Cristo, en la dispensación del cumplimiento de los tiempos, así las que están en los cielos, como las que están en la tierra  (Efe: 1:9-10), lo consumó (Juan: 19:30).

Sant@s en Dios, esta es una verdad que debemos tener en cuenta siempre para poder caminar en línea con lo que el Señor ha hecho para bendición del hombre, y para que nuestro gozarnos en este mundo por el conocimiento sea más fácil… “Todo su Bien fue establecido en esa cruz. Nada quedó por hacerse, todo fue consumado”…

El hombre fue trasladado de muerte a Vida eterna, de maldición a bendición, de tinieblas a luz, de enfermedad a salúd, de pobreza a riqueza, del siglo malo al siglo bueno, de la ley a la gracia, de la esclavitud a la libertad, de la sombra a la verdad, de la condición natural de hombre pecador a la posición espiritual de Santo. Así a muchos les suene a herejía, error, blasfemia o anatema. ¡Lo que Dios tuvo hacer en Su soberanía para gloria de Su nombre, lo hizo!

Su palabra fue cumplida:
ü  Fue dicho desde el principio y después de “la caída de Adán” que “La simiente Cristo; heriría en la cabeza, a la serpiente (Gén: 3:15). “En aquel día (La cruz), el Señor castigará con su espada dura, grande y fuerte (Su palabra) al leviatán serpiente veloz, y al leviatán serpiente tortuosa; y matará al dragón que está en el mar.” (Isa: 27:1). El gran dragón, la serpiente antigua, que se llama diablo y Satanás, el cual engaña al mundo entero. (Apoc: 12:9). 

ü  “Dios mismo  participó de carne, para destruir por medio de la muerte al que tenía el imperio de la muerte, esto es, al diablo, y librar a todos los que por el temor de la muerte estaban durante toda la vida sujetos a servidumbre. (Heb: 2:14-15). “Fue echado fuera” (Juan 12:31).  ¡Su bien fue establecido en la tierra!

Pablo si entendió esta palabra “Consumado es”, dicha por Jesús en la cruz. El sí recibió ese Bien de Dios en él, y empezó a predicarlo. (Rom: 1:1-32). “Así fuera  locura para muchos y lo sea aún.” pues está escrito:

Destruiré la sabiduría de los sabios,  desecharé el entendimiento de los entendidos. ¿Dónde está el sabio? ¿Dónde está el escriba? ¿Dónde está el disputador de este siglo? “Destruido” ¿No ha enloquecido Dios la sabiduría del mundo? Sant@s en Dios… Es salvando a los creyentes de tanta ignorancia, de tanta religiosidad, de tantos temores, miedos y de tanta mentira (Ose: 4: 6), por la locura de la predicación (1Cor: 1: 18-21).

El Bien de Dios es lo perfecto, es Su perfección conforme a lo establecido por Él, es Su voluntad, es Su soberanía, y hoy en este tiempo (D-C), el Bien de Dios es él mismo obrando a través nuestro. ¡¡¡Es haciendo Él en nosotros lo que es agradable delante de Él!!! (Heb: 13:21), por ese motivo… Sométanse unos a otros en el temor de Dios. (Efe: 5:21). 

El Bien de Dios es TODO el engranaje universal que está unido en perfección y que obra bajo leyes irrefutables, ¡En todo y en todos! (Col: 3:11). 

2)     ¿Por qué fue dado el Bien de Dios? porque en ese tiempo (A-C), la maldad de los hombres era mucha en la tierra, y todo el designio de sus pensamientos era de continuo al mal…

Todo esto empezó en el huerto del Edén, donde le fue dado por Dios al hombre un mandato en especial, y que el hombre desobedeció, diciendo: “De todo árbol del huerto podrás comer; mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás” (Gén: 2:16-17). 

La transgresión a esta palabra trajo como consecuencia al hombre que fueran separados o destituidos de la gloria de Dios; perdiendo así su comunión con Él. Lo que se conoce como “Muerte espiritual” (Rom: 3:23). Esta transgresión o desobediencia también un conocimiento especial… “Sus ojos fueron abiertos y alcanzaron el conocimiento de la sabiduría. “Ser como Dios” sabiendo el bien y el mal. (Gén: 3:5). De ahí en adelante por causa del pecado, la maldad de los hombres fue mucha en la tierra, y todo el designio de los pensamientos del corazón de ellos fue de continuo solamente el mal (Gén: 6:5).

Dios dijo por medio del profeta Isaías que Sus pensamientos no eran los pensamientos del hombre, ni Sus caminos sus caminos. Que como eran más altos los cielos que la tierra, así son Sus caminos eran más altos que los caminos del hombre, y Sus pensamientos más que los pensamientos del hombre. (Isa: 55:8-9). Y dijo: “Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de Uds, dice el Señor, pensamientos de paz, y no de mal, para darles el fin que esperan (Jer: 29:11), por eso “A lo suyo vino”, así los suyos no le hubieran recibido. (Juan: 1:11).

Dios estableció en el hombre “Todo Su bien”, lo salvó y lo llamó con llamamiento santo, no conforme a sus obras, sino según el propósito suyo y la gracia que le fue dada en Cristo Jesús desde antes de los tiempos de los siglos.

Le quitó la muerte que lo separaba de Él, dándole Vida Eterna (Juan: 10: 10b).  Sacó a luz la vida y la inmortalidad por medio del evangelio (2Tim: 1:9-10), para que el hombre viviera en libertad por la verdad establecida (Juan: 8:32) (Gál: 5:1). 

3)     ¿Para qué fue dado el Bien de Dios? para que lo manifestemos; y para que lo que se vea de Dios en este mundo a través nuestro sea “Solo Él.” Que solo Él sea quien se note por nuestro obrar y proceder… Que todo lo que pensemos, digamos y hagamos vaya en línea con nuestra verdadera esencia, “El Amor”. (1Cor: 13: 4-8). ¡En todo y en todos! (Col: 3:11).

Ejemplos:
En (Col: 3:13-24) encontramos un buen ejemplo para que nos ejercitemos y podamos manifestar ese Bien de Dios, diciendo: “Sopórtense y perdónense unos a otros, si alguno tuviere queja contra otro. De la manera que Cristo perdonó, así también deben hacerlo. Y sobre todas estas cosas vístanse de amor, que es el vínculo perfecto. Y que la paz de Dios gobierne en su corazón, a la que asimismo fueron llamados en un solo cuerpo; y sean agradecidos”

La palabra de Cristo mora en abundancia en Uds, enséñense y exhórtense entre Uds mismos, en toda sabiduría, canten con gracia en su corazón al Señor, con salmos e himnos y cánticos espirituales. Y todo lo que hagan, sea de palabra o de hecho, háganlo todo en el Señor Jesús, y dando gracias.

Casadas, estén sujetas a sus maridos, como conviene en el Señor. Maridos, amen a su mujer, y no sean ásperos con ella. Hijos, obedezcan a sus padres en todo, porque esto agrada al Señor. Padre, no exasperes a tus hijos, para que no se desalienten. Obedezcan a sus amos terrenales, no sirvan al ojo, como los que quieren agradar a los hombres, sino con corazón sincero, temiendo a Dios. Y todo lo que hagan, háganlo de corazón para el Señor y no para los hombres; sabiendo que del Señor recibirán la recompensa, porque a Cristo el Señor servimos.

Y en (Filemón: 1:1-25) también hay otro ejercicio de vida que nos ayudará a manifestar ese Bien de Dios “Su amor”. En este caso Pablo le escribe una carta a su hermano Filemón, quien es un colaborador suyo en la obra del ministerio, y le hace una petición diciendo, que para que la participación de su fe o creer fuera eficaz en el conocimiento de todo el bien que está en él por Cristo Jesús. Y como sabe que por su amor, han sido confortados los corazones de los santos.

Y además como tiene mucha libertad en Cristo para mandarle lo que le conviene, más bien le ruega por amor, por Onésimo, un hermano a quien llama su hijo, por haberle engendrado en la prisión, el cual en otro tiempo le fue inútil a Filemón de carga, pero que en ese momento a él y a Pablo les era útil en el ministerio; por eso se lo volvió a enviar, diciéndole, recíbele como a mí mismo, pues nada quise hacer sin tu consentimiento, para que tu favor no fuese como de necesidad, sino voluntario.

Porque quizás para esto se apartó de ti por algún tiempo, para que le recibieses para siempre; no ya como esclavo, sino como más que esclavo, como hermano amado, mayormente para mí, pero cuánto más para ti, tanto en la carne como en el Señor. Así que, si me tienes por compañero, recíbele como a mí mismo. Y si en algo te dañó, o te debe, ponlo a mi cuenta. Yo Pablo lo escribo de mi mano, yo lo pagaré; por no decirte que aun tú mismo te me debes también. Sí, hermano, tenga yo algún provecho de ti en el Señor; conforta mi corazón en el Señor. Te he escrito confiando en tu obediencia, sabiendo que harás aun más de lo que te digo. 

4)     ¿Para quién fue dado? Esta declaración escrita por el apóstol Pablo a su discípulo Filemón, hoy es para nosotros y es verdad en nosotros… pero Su bien no está en… (Nosotros) porque estaríamos haciendo división, entre Dios y Su manifestación hoy en muchos cuerpos (Col:3: 11), sino que “TODO EL BIEN DE DIOS, ES” en nosotros, pues el único que vive es Cristo y todos Somos UNO (Gál: 3:28).

Nosotros Somos Su bien  manifestado. Y es Aquí donde la mente natural empieza a cuestionar, a razonar, y nuestro falso yo o (EGO), empieza a sugerir cosas, porque no puede aceptar lo perfecto y nos pregunta… ¿Por qué si nosotros somos Su bien, no actuamos como somos? ¿Por qué nuestras obras no están yendo en línea con todo su Bien? ¿Por qué si tenemos un conocimiento especial no hacemos como se espera? Porque creemos solo lo razonal, creemos todo lo que esté conforme y vaya en línea con las enseñanzas recibidas, creemos solo lo que nos hace sentir bien y lo que nos parece… ¡Solo lo que no nos haga caer en ridículo!

Ejemplo: Jesús le dijo al padre de un muchacho que decía que su hijo estaba poseído: “Si puedes creer, al que cree todo le es posible.” E inmediatamente el padre del muchacho clamó y dijo: Creo; ayuda mi incredulidad. (Mar: 9:23-24).  Jesús le dijo a Martha la hermana de Lázaro después de haber muerto y haber sido enterrado después de cuatro días: ¿No te he dicho que si crees, verás la gloria de Dios? y Lázaro se levantó (Juan: 11:40).

El Ego nos sugiere ver lo que se ve, oír lo que se oye, sentir lo que se siente, etc. Lo temporal, lo efímero… “Lo que no es” y no lo eterno. (2Cor: 4:18). Fuimos mentalizados a morir a lo que NUNCA hemos sido (Zarx – Carne – Mal), por eso nos ha sido tan difícil VIVIR lo que Somos… ¡Su bien, Su gloria, Su esencia, Su vida misma! (1Juan: 4:17b).
Todo el bien de Dios es “Su justicia” manifestada en unicidad con lo preestablecido por Él… (No es bueno ni malo, correcto o incorrecto, no es derecho ni izquierdo)… El Centro Universal del Amor en Cristo es lo perfecto… Su perfección… Es que manifestemos ¡Su Bien!

El apóstol Pedro en su primer discurso a sus hermanos los Judíos, después de muerto y resucitado Jesús, en el día de pentecostés, y aclarándoles que era lo que había sucedido en ese momento donde todos fueron llenos del Espíritu Santo, y donde fueron convertidos a Jesús en un solo día como tres mil personas, también les expuso la razón, el cómo y el cuándo debía de manifestarse Su Bien, para bendición de los hijos, diciendo:

ü  Varones israelitas, oíd estas palabras: Jesús nazareno, varón aprobado por Dios entre vosotros con las maravillas, prodigios y señales que Dios hizo entre vosotros por medio de él, como vosotros mismos sabéis; a éste, entregado por el determinado consejo y anticipado conocimiento de Dios, prendisteis y matasteis por manos de inicuos, crucificándole; al cual Dios levantó, sueltos los dolores de la muerte, por cuanto era imposible que fuese retenido por ella. (Hech: 2:22-24). 

En conclusión…
Es aquí donde surgen varias preguntas; pero vamos a tener en cuenta solo estas: 

1)     ¿Cuál es el bien de Dios?
Es él mismo, él como el Amor manifestado cumpliendo en sí, su propósito establecido para su gloria. “Él fue inmolado desde el principio del mundo.” Y se hizo efectivo en la cruz. ¡Si alguno tiene oído, oiga! (Apoc: 13: 8b-9).  A Dios nadie le podía quitar la vida… “Nadie me la quita, sino que yo de mí mismo la pongo. Tengo poder para ponerla, y tengo poder para volverla a tomar.” (Juan: 10:18). 

2)     ¿En todos ese bien se manifiesta?
Recordemos, después de la cruz… TODOS somos UNO (Él) (Gál: 3:28) y Él es el todo y en TODOS Col: 3:11). 

3)     ¿Todos somos el bien de Dios?
Solo uno vive en este mundo y ese es Cristo… Nosotros en cuerpo somos solo “Un espejismo del Espíritu” porque: Toda carne es como hierba, y toda la gloria del hombre como flor de la hierba. La hierba se seca, y la flor se cae; Mas la palabra del Señor permanece para siempre. Y esta es la palabra que por el evangelio os ha sido anunciada. (1Ped: 1:24-25). 

4)     ¿Cómo podemos vivir ese bien de Dios?
Muriendo al engaño de creer que nosotros vivimos…
A Dios mismo antes de la cruz, vestido de una carne llamada Jesús le tocó vivir esa experiencia y dijo: Ha llegado la hora para que el Hijo del Hombre sea glorificado. ¡Le llegó la hora de vivir Su Bien, ser levantado en gloria! … De cierto, de cierto os digo, que si el grano de trigo no cae en la tierra y muere, queda solo; pero si muere, lleva mucho fruto. El que ama su vida, la perderá; y el que aborrece su vida en este mundo, para vida eterna la guardará. (Juan: 12:23-25). 

Somos Su bien  manifestado. Su gloria, Su imagen, Su plenitud, Su esencia y Su vida en esta tierra de bendición.







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Nota:

Puedes depositar tu ofrenda en cualquiera de las oficinas de Western Unión a nivel nacional, a nombre de William Daniel Muñoz Molano, con CC # 16680415, en Cualquier corresponsal bancario al número de celular 3157786249 por NEKI o haciendo transferencia directamente desde cualquier cuenta bancaria.

El apóstol Pablo escribió en (2Cor: 9:1-15) “Cuanto a la ministración para los santos, es por demás que yo os escriba”; pues conozco vuestra buena voluntad y generosidad, y no como de exigencia nuestra. Pero esto digo:

1) El que siembra escasamente, también segará escasamente; y el que siembra generosamente, generosamente también segará.

2) Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre. Y poderoso es Dios para hacer que abunde en vosotros toda gracia, a fin de que, teniendo siempre en todas las cosas todo lo suficiente, abundéis para toda buena obra;

3) Y el que da semilla al que siembra, y pan al que come, proveerá y multiplicará vuestra sementera, y aumentará los frutos de vuestra justicia, para que estéis enriquecidos en todo para toda liberalidad, la cual produce por medio de nosotros acción de gracias a Dios.

Porque la ministración de este servicio no solamente suple lo que a los santos falta, sino que también abunda en muchas acciones de gracias a Dios; pues por la experiencia de esta ministración glorifican a Dios por la obediencia que profesáis al evangelio de Cristo, y por la liberalidad de vuestra contribución para ellos y para todos; asimismo en la oración de ellos por vosotros, a quienes aman a causa de la superabundante gracia de Dios en vosotros.

¡Gracias a Dios por su don inefable!