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Yendo más allá…

Del “Bien y del Mal”
Ver video: “Tu mirada”
https://www.youtube.com/watch?v=_RYuJjX4rSM


El objetivo que queremos alcanzar a través de esta palabra que hoy compartimos, esta de IR MAS ALLÁ… del bien y del mal, es que entendamos que como que somos todos y cada uno de nosotros en este mundo (Col: 3:11), y teniendo presente que después de la cruz no deben haber diferencias de ninguna clase entre los que hemos despertado al conocimiento de la verdad en Dios (Gál: 3:28); podamos gozarnos de esas situaciones adversas y difíciles por las que todos pasamos, aun estando en nuestro cuerpo mortal; llámense dolencias, infidelidades, quiebras económicas, desamor, traumas, venganzas, debilidades, flaquezas, errores, quebrantos de salud, muerte, etc… ¡¡¡Sin que ellas tomen el control de nuestro proceder.!!!

Un buen ejemplo de esto lo tenemos en el apóstol Pablo, quien después de haber rogado al Señor,  tres veces para que le quitara un mal que tenía en su cuerpo, recibió la respuesta de Dios diciendo: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Fue MAS ALLÁ de su situación física y cambiando su actitud respecto del problema exclamo diciendo: Ahora, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo. Por lo cual, por amor a Cristo me gozo en las debilidades, en afrentas, en necesidades, en persecuciones, en angustias; porque cuando soy débil, entonces soy fuerte (2Cor: 12 7- 10).

En lo que si debemos estar claros, es que mientras estemos vivos en este mundo, todas y cada una de estas situaciones se levantarán a sugerirnos pensamientos que generarán en nosotros actitudes contrarias a la imagen, reflejo, bendición, plenitud, esencia y vida del Dios que es, a través nuestro.


Introducción:
Todo esto del bien y del mal empezó, cuando desde el principio de los tiempos mandó Dios al hombre, diciendo: “De todo árbol del huerto podrás comer; más del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás.” (Gén: 2:16-17). Esta es la primera vez que en la biblia nos encontramos con estas dos palabras “El bien y el mal” y si leemos detenidamente, entenderemos que el bien y el mal son una ciencia... ¡Un conocimiento dado por Dios, servido por Dios, puesto a la mesa, por Dios!

Entonces debemos entender primero estos dos términos “Bien y Mal” para que podamos deleitarnos en ese, “Ir más allá”, términos estos que de alguna manera cuando no los entendemos en Dios y conforme al tiempo en que vivimos, serán un dolor de cabeza, porque no pasarán de ser mas, de lo que nosotros creemos, pensemos o hayamos aprendido. “Conocimiento logos o Natural”

¿Qué es el bien? Es un Adverbio

Y quiere decir... Del mejor modo posible o de un modo correcto de acuerdo con una norma implícita, una convención sobreentendida// Lo que se supone o espera que debería ser u ocurrir, etc.

El bien es el valor otorgado a una acción de un individuo, es una inclinación natural a fomentar lo deseable, motivado por una comprensión del entorno, de las personas (por ejemplo a través de un profundo ejercicio de la empatía) y/o de uno mismo.  El bien es un conjunto de buenas acciones (acciones bien ejecutadas) que propugnan lo bueno para el propio individuo.

El pensamiento humano ha seguido estos dos caminos divergentes: lo absoluto y lo relativo. Entre los pensadores contemporáneos se mantienen aún ambos puntos de vista, aunque tiene más adeptos el relativo. Para el hombre moderno, que mira a la ciencia y a la razón con gran respeto, es difícil encontrar argumentos adecuados que justifiquen la teoría absoluta del bien y del mal.

Algunas religiones, como la judía y la cristiana, contemplan la historia del mundo como una lucha histórica entre el Bien y el Mal (como una lucha entre Dios y Satanás). De ahí que se promueve la virtud, como camino del Bien, y se combate al pecado, como camino del Mal. Incluso las profecías bíblicas predicen para el futuro, el triunfo definitivo del Bien sobre el Mal.

Desde el principio de los tiempos y en inocencia, el hombre escuchó de Dios estas dos palabras “El bien y el mal” como una ciencia, pero... ¿Qué es la ciencia? Humanamente se define como la búsqueda del conocimiento de nosotros mismos y de todo lo que nos rodea, la ciencia plantea y demuestra mediante la observación y la experimentación nuestra naturaleza y las leyes que gobiernan el universo que nos rodea.

Espiritualmente es un abrir los ojos, es un despertar, es una revelación, es ser alumbrado o iluminado en verdades que para el hombre no son fáciles de aceptar... En (Gén: 3:1-5) dice: “Pero la serpiente era astuta, más que todos los animales del campo que  Dios había hecho; la cual dijo a la mujer: ¿Conque Dios os ha dicho: No comáis de todo árbol del huerto? Y la mujer respondió a la serpiente: Del fruto de los árboles del huerto podemos comer; pero del fruto del árbol que está en medio del huerto dijo Dios: No comeréis de él, ni le tocaréis, para que no muráis.”

Entonces la serpiente dijo a la mujer: No moriréis; sino que sabe Dios que el día que comáis de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal.

¿Qué es el mal? Adverbio

Y quiere decir... De un modo que no se considera correcto o adecuado de acuerdo con una norma sobreentendida.// De forma total o parcialmente contraria a lo que se supone o espera que debería ser u ocurrir.// De manera incompleta, insatisfactoria o imperfecta.
Meditemos:

El bien y el mal tienen su esencia en Dios, y solo en Dios, tienen su fin o su propósito… Abiertos los ojos del entendimiento, “Ser como Él”… ¡Sabiendo!

Ir más allá es, si lo podemos decir de alguna manera, para que lo entendamos mejor...
Recordar como Espíritu que somos, que no somos lo que vemos, como para que las circunstancias que se nos presentan en la vida nos esclavicen y nos bajen de la posición que tenemos en Dios. En (2Cor: 4:16-18) dice:

“Por tanto, no desmayamos; antes aunque este nuestro hombre exterior se va desgastando, el interior no obstante se renueva de día en día.  Porque esta leve tribulación momentánea, produce en nosotros un cada vez más excelente y eterno peso de gloria; no mirando nosotros a las cosas que se ven, sino a las que no se ven; porque las cosas que se ven son temporales, más las que no se ven son eternas.”

 Ir más allá es... “Pasar por alto, no ver, no sentir, no oír, no reaccionar a nada de lo natural que nos suceda...” Es llegar a disfrutar del “Ser Inconmovible” que Somos. ¡Espíritu y no carne!

Una cosa es cuando decimos… Aquí, otra cosa es cuando decimos, acá; otra es cuando decimos, allá; pero una cosa MUY diferente es cuando decimos… ¡Más allá! 

*  Ir más allá... es… ¡¡¡Trascender

En cierta ocasión el apóstol Pablo explicaba a sus discípulos en su carta a los Romanos, para que ellos entendieran la obra preciosa que Dios en su cuerpo Jesús había hecho y como Él en ese cuerpo  había pasado por alto en su paciencia, los pecados de todos, y como Él por Su amor los había justificado. (Rom: 3: 25-26), dejándolo aún más claro en (Rom: 5:1). Bases estas que para ellos y para todos los que trascendieron la cruz serían su roca fuerte. 

*  Ir más allá, significa morir…
Morir a realidades, a conceptos, a doctrinas aprendidas, a lógicas, a razonamientos, a sentimientos, a costumbres, a tradiciones, a deseos, a personas… etc. 

*  Ir más allá es y será nuestro ejercicio de Vida… ¡Mientras estemos en el mundo!
Recordemos… “Es él obrando y no nosotros”, pues en Él todo está bajo control. ¡Todo es posible!

Como aplicación para nosotros veamos la vida de Dios obrando en estos ejemplos: El buen Samaritano, El Hijo Pródigo, La mujer adúltera y ésta palabra que dijo Jesús  a sus discípulos “Vamos más allá”

1.- En (Luc: 10:22-37) tenemos la historia de El buen Samaritano.
E igual que Jesús en su tiempo “Todas las cosas nos han sido entregadas por el conocimiento”, y nadie más sabe que lo entendemos, sino nosotros y Dios; y todo aquel a quien el Señor lo quisiere revelar…

Jesús en su tiempo volviéndose a sus discípulos, les dijo en privado: Bienaventurados los ojos que ven lo que vosotros veis: Porque os digo que muchos profetas y reyes desearon ver lo que vosotros veis, y no lo vieron; y oír lo que oís, y no lo oyeron. Estas mismas palabras son para nosotros hoy. Y de la misma manera como en el tiempo de Jesús se levantarán doctores de la ley para probarnos respecto del conocimiento, del Amor al Señor, al prójimo y a nosotros mismos que debemos tener; pues es la vida de Dios la que debemos reflejar, pasando por alto, yendo más allá, trascendiendo a todo, con todo nuestro corazón…  Como bien lo dijo el Señor “haz esto, y vivirás”

2.- En (Luc 15:11-32) tenemos la historia del Hijo Pródigo.
Donde el menor de ellos, el más joven e inmaduro dijo a su padre que le diera la parte de los bienes que “le pertenecía”… preguntémonos: mientras nuestros padres viven, ¿Qué nos pertenece de Sus bienes? NADA, lo único que nos podía pertenecer es lo que hayamos conseguido por nuestros propios medios.

Pedir los bienes o herencia en vida de los padres, es como si de alguna manera uno estuviera deseando la muerte de ellos antes de tiempo, para poder disfrutarlos. (Es mi pensamiento). Con todo el padre les repartió sus bienes. Y el hijo menor desperdició los bienes recibidos viviendo perdidamente. Y cuando todo lo hubo malgastado y se vió en necesidad, por su necedad… Pidió ayuda, deseando así fuera, apacentando puercos. “Y deseaba llenar su vientre de las algarrobas que comían los puercos; mas nadie le daba.” pero  volviendo en sí, dijo: ¡Cuántos jornaleros en casa de mi padre tienen abundancia de pan, y yo aquí perezco de hambre!

Me levantaré e iré a mi padre, y le diré: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti;  ya no soy digno de ser llamado tu hijo; hazme como a uno de tus jornaleros. Y levantándose, vino a su padre, el cual pasó por alto, fue más allá de la inmadurez de su hijo, y trascendió el momento de dolor y de pena que le había ocasionado e hizo fiesta porque su hijo  había vuelto en sí de su error y lo perdonó.

Pero como como en todas las historias, siempre van a haber algunos a los que no les gustarán las decisiones de amor que se tomen para mantener la “Unidad en Dios”, como fue el caso del hermano “Mayor” quien teniéndolo todo, no supo disfrutar de lo que siempre había sido suyo. Recordemos entonces que TODO nos fue dado en Dios para que lo disfrutemos. ¡Vamos más allá! De las circunstancias adversas; pasemos por alto la ofensa, cualquiera sea; muramos a nuestro modo de actuar de pensar, de hablar y trascendamos… Dios tiene sus medios y sus métodos para que hagamos lo que debemos hacer… Leer la carta de Pablo a Filemón.

Nadie se engañe a sí mismo; si alguno entre vosotros se cree ser sabio en este mundo, hágase ignorante, para que llegue a ser sabio. Porque la sabiduría de este mundo insensatez es para con Dios; pues escrito está: Él prende a los sabios en la astucia de ellos. Y otra vez: El Señor conoce los pensamientos de los sabios, que son vanos. Así que, ninguno se gloríe en los hombres; porque todo es vuestro,  ya sean las personas, el mundo, la vida, la muerte, lo presente, lo por venir; todo es nuestro en Cristo el Señor (1Cor: 3: 18-23).

3.- En (Juan: 8:2-11) tenemos la historia de la mujer adúltera.
Cuenta la historia, que Jesús fue otra vez al templo en la mañana, y todo el pueblo vino a Él; y sentándose, les enseñaba, pero viniendo unos escribas y unos fariseos le trajeron a una mujer la cual había sido  tomada en adulterio; y poniéndola en medio, le dijeron: Maestro, esta mujer fue hallada en el acto mismo de adulterio; y en la ley Moisés nos mandó apedrear a las tales: ¿Tú, pues, qué dices? Esto lo decían para tentarle, para buscar como poder acusarle. Pero Jesús, inclinado hacia el suelo, escribía en tierra con el dedo, como si no les oyera. Y como persistían en preguntarle, se enderezó y les dijo: El que de vosotros esté sin pecado, sea el primero en arrojar la piedra contra ella.  Y volviéndose a inclinar hacia el suelo, escribía en tierra. Y oyéndolo ellos, redargüidos por su conciencia, salieron uno a uno, comenzando desde los más viejos hasta los postreros; y quedó solo Jesús, y la mujer que estaba en medio. Y enderezándose Jesús, y no viendo a nadie sino a la mujer, le dijo: ¿Dónde están los que te acusaban? ¿Ninguno te condenó? Y ella dijo: Ninguno, Señor. Entonces Jesús le dijo: Ni yo te condeno; vete, y no peques más.

Reflexionemos en esto…
Para que la mujer haya sido tomada en el acto mismo del adulterio y juzgada conforme a la Ley de Moisés, debieron haberle presentado también a Jesús al hombre con el cual fue encontrada en el acto mismo, pero ellos no lo hicieron así… “El juicio del hombre, del religioso, del sabio en su propia opinión” no va en línea con el Amor de Dios…

*  Ir más allá es... “Pasar por alto, no ver, no sentir, no oír, no reaccionar a nada de lo natural que suceda...” Es trascender, es morir, es disfrutar del “Ser Inconmovible” que Somos. ¡Espíritu y no carne!

4.- En (Luc: 5: 1-5) el Señor Jesús le da a sus discípulos, igual que en todos las enseñanzas que vemos en su ministerio terrenal la llave para que todas las cosas les fueran fáciles” de conseguir a ellos, en medio de las dificultades, de las debilidades, del cansancio, del trabajo, del saber, de la experiencia, etc. Una de las mejores enseñanzas, y que hoy después de haber pasado ya 20 siglos, no podemos desconocer… y es ¡Vamos más allá!

 Aconteció que estando Jesús junto al lago de Genesaret, el gentío se agolpaba sobre él para oír la palabra de Dios. Y vio dos barcas que estaban cerca de la orilla del lago; y los pescadores, habiendo descendido de ellas, lavaban sus redes.  Y entrando en una de aquellas barcas, la cual era de Simón, le rogó que la apartase de tierra un poco; y sentándose, enseñaba desde la barca a la multitud.

Cuando terminó de hablar, dijo a Simón: Boga mar adentro, “Vamos más allá…”  y echad vuestras redes para pescar. Respondiendo Simón, le dijo: Maestro, toda la noche hemos estado trabajando, y nada hemos pescado; mas en tu palabra echaré la red. Y habiéndolo hecho, encerraron gran cantidad de peces, y su red se rompía.

En conclusión Jesús dijo a Pedro: “Vamos más allá…” (Mat: 4.18-22) (Mar: 1.16-20). Y esta es la palabra de Dios hoy para nosotros… No nos limitemos, no nos encerremos en pensamientos, creencias, lógicas o razonamientos que lo único que lograrán es exaltar más ese EGO (falso yo) que se duele cuando no le damos el primer lugar, en pensamientos, emociones o voluntad…  

Vamos más allá de ese bien y mal aprendido del hombre, y no del Dios que es, en nosotros, el cual nos permite disfrutar solo de lo necesario, de lo perfecto, de lo que es para nuestra bendición (Rom: 8: 28). Debemos morir, trascender e ir más allá de todas las cosas para poder ver el fruto de la tremenda bendición que SOMOS (Juan: 12: 24). ¡¡¡CRISTO!!! (Col: 3: 11).

Nosotros Somos la misma gloria, esencia, bendición, reflejo, plenitud y Vida de Dios en este mundo. Como Él es… ¡Así somos nosotros! (1 Juan: 4: 17b).

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Nota:

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El apóstol Pablo escribió en (2Cor: 9:1-15) “Cuanto a la ministración para los santos, es por demás que yo os escriba”; pues conozco vuestra buena voluntad y generosidad, y no como de exigencia nuestra. Pero esto digo:

1) El que siembra escasamente, también segará escasamente; y el que siembra generosamente, generosamente también segará.

2) Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre. Y poderoso es Dios para hacer que abunde en vosotros toda gracia, a fin de que, teniendo siempre en todas las cosas todo lo suficiente, abundéis para toda buena obra;

3) Y el que da semilla al que siembra, y pan al que come, proveerá y multiplicará vuestra sementera, y aumentará los frutos de vuestra justicia, para que estéis enriquecidos en todo para toda liberalidad, la cual produce por medio de nosotros acción de gracias a Dios.

Porque la ministración de este servicio no solamente suple lo que a los santos falta, sino que también abunda en muchas acciones de gracias a Dios; pues por la experiencia de esta ministración glorifican a Dios por la obediencia que profesáis al evangelio de Cristo, y por la liberalidad de vuestra contribución para ellos y para todos; asimismo en la oración de ellos por vosotros, a quienes aman a causa de la superabundante gracia de Dios en vosotros.

¡Gracias a Dios por su don inefable!