Y el AMOR, es lo único que en este tiempo se debe estar manifestando en todos y en cada uno de nosotros; y cuanto más, cuando el conocimiento de nuestra verdadera identidad ha sido alumbrado en nuestro Espíritu...
Santos y Eternos en Dios, recordemos que ¡Somos Su esencia!
Por tal motivo nuestros ojos deben “Mirar” siempre,
que:
·
Ninguno paguemos a otro mal por mal; antes
bien, que sigamos siempre lo bueno unos para con otros, y para con todos.”
(1Tes: 5:17). Que siempre procuremos lo bueno delante de todos los hombres; y
que si es posible, en cuanto dependa de nosotros, estemos en paz con todos… (Rom:
12:17-18), pues todos somos UNO… ¡ÉL!
·
Todos somos el AMOR –
DIOS manifestado… “Todos somos por decirlo de alguna manera, Su extensión aquí
en la tierra.” Y esto es lo único que debemos vernos, los unos a los otros...
Pues estas fueron las palabras de Jesús a sus
discípulos antes de terminar su
ministerio terrenal, diciendo: “Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos
a otros; como yo os he amado, que también os améis unos a otros.” (Juan:
13:34-35).
En (1Jn: 2:5-11) el apóstol escribió así: “El
que guarda su palabra, en éste verdaderamente el amor de Dios se ha perfeccionado;
por esto sabemos que estamos en él.”
· Guardar Su palabra y ponerla por obra, es no
pasar por alto su dirección; esto nos permitirá gozarnos al ver como Su amor perfecto
se va reflejando en, y a través nuestro, y va fluyendo cada vez más de esa
misma manera en la vida de nuestro hermano; pues él también es Su bendición, plenitud,
esencia y vida en este mundo. “Amados, amémonos unos a otros; porque “Dios es amor.” (1Jn: 4:7-8).
Jesús dijo: “Estas cosas os he hablado, para
que mi gozo esté en vosotros, y vuestro gozo sea cumplido.” Este es mi
mandamiento: Que os améis unos a otros, como yo os
he amado. “Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus
amigos.” Y dijo también… Esto os mando: ¡Que os améis unos a otros! (Juan:
15:11-13, 16-17).
Y como bien sabemos la manifestación de Su
amor se hizo visible y palpable delante de todos en la cruz, cuando puso su
vida en rescate por muchos (Mat: 20:28) (Juan: 10:18). “Dios no es hombre, para
que mienta, ni hijo de hombre para que se arrepienta. Él dijo, he hizo; Habló, y
ejecutó” (Núm: 23:19).
Recordemos:
En el tema anterior dijimos que si algo
debíamos tener siempre en cuenta, era que “No debíamos amar de palabra ni de
lengua, sino de hecho y en verdad.” (1Jn: 3:18), porque “No hay más (AMOR = DIOS),
que EL UNO… ÉL es quien después de la cruz vive en TODOS, y a través de TODOS
se manifiesta sin distingos de ninguna clase (Col: 3: 11).
Por ese motivo
debemos tener siempre presente, que si algo hacemos o no por nuestro prójimo
(Próximo), o por nuestro hermano, es a “Dios mismo” a
quien lo hacemos (Mat: 25:35-40). “Porque en Dios, no hay acepción de personas.” (Rom: 2:11).
En Él todos somos UNO.
Sant@s en Dios, es a esta verdad a la que debemos
despertar para no contender mas con nadie, ni criticar, ni juzgar, ni condenar,
ni ser infieles, y mucho menos maltratar a nadie; ya sea de palabra o de hecho,
pues mientras existamos aquí en la tierra, en este lugar de bendición que es el
Reino de Dios, ¡El UNO – EL AMOR! este será nuestro ejercicio de vida a
manifestar, pero despertemos ya, porque… No somos
nosotros los que vivimos, sino Él…
Así veamos que nuestro cuerpo se mueve, siente,
piensa y habla; el que vive es Él y no nosotros. “No atendamos más a esa voz
que se levanta y sugiere a nuestra mente, que nosotros somos el centro de todas
las cosas”, para no reconocer en nuestro hermano, la misma esencia, plenitud y
vida de Dios.
· Como dijo el apóstol Juan… ¡Armémonos unos a
otros; porque el amor es de Dios, es nacido de Dios, y conoce a Dios; porque
Dios es amor! (1Jn: 4:7-8). “Dios es amor; y el que permanece en amor,
permanece en Dios, y Dios en él.” (1Jn: 4:16b).
Preguntémonos entonces… ¿Quién puede estar y
permanecer en este tiempo fuera del amor de Dios? ¡Nadie! “Porque en él
vivimos, y nos movemos, y somos” (Hech: 17:28). “¿Quién nos separará del amor
de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o
peligro, o espada?” ¡NADA NI NADIE! Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores…
Pablo dijo: por lo cual estoy seguro de que
ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo
presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa
creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor
nuestro. (Rom: 8:35-39). ¿Por qué?
Porque… Todo fue
reunido en Él - en el “UNO” – en Cristo – en Dios – En el Yo Soy – En ese que todo
lo llena, en todo. Es por esto que entendemos ahora sí, que Dios ES el
todo y es en todos. Él no fue excluyente con nadie, sino incluyente. Ese fue el
misterio de su voluntad, “Reunir todo y a todos en Su AMOR, en El UNO, en Dios, en Él mismo según su beneplácito”, ese
que se Él se había propuesto en sí mismo cumplir en esa cruz, y en ella lo hizo
todo; reunió todas las cosas en Cristo, así las
que estaban en los cielos, como las que estaban en la tierra y todo esto, en la
dispensación del cumplimiento de los tiempos… (Efe: 1:9-10).
Cuando el apóstol Pablo lo entendió, dijo totalmente
convencido: “Porque el amor de Cristo nos constriñe, pensando esto: que si uno murió por todos, luego todos
murieron; y por todos murió, para que los que viven, ya no vivan para
sí, sino para aquel UNO que murió y resucitó por ellos. De manera que nosotros
de aquí en adelante A NADIE
conocemos según la carne”; pues en ella solo lograremos ver el error, la falta,
la debilidad, la flaqueza, lo negativo, el punto negro y nada más; y no AL UNO, que es el Espíritu (2Cor:
5:14-16ª).
* Todos los que vivieron antes de la cruz fueron encerrados en Su amor y nosotros los que vivimos después de ella, SOMOS la manifestación del AMOR – de DIOS – del SER – del UNO...
Esta verdad está bien clara en nuestro Espíritu, no así cuando la tratamos de entender humana y religiosamente con una mente egotista, porque no hay forma de entenderla, o más bien de aceptarla. Porque… “El hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente.” (1Cor: 2:14).
* Todos los que vivieron antes de la cruz fueron encerrados en Su amor y nosotros los que vivimos después de ella, SOMOS la manifestación del AMOR – de DIOS – del SER – del UNO...
Esta verdad está bien clara en nuestro Espíritu, no así cuando la tratamos de entender humana y religiosamente con una mente egotista, porque no hay forma de entenderla, o más bien de aceptarla. Porque… “El hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente.” (1Cor: 2:14).
Al Espíritu no hay necesidad de convencerlo
de nada, y nosotros somos Espíritu; pero la mente del hombre manipulada siempre
por el ego o falso dios, estará esperando como de costumbre razones lógicas que
la convenzan de lo espiritual, pero eso no es posible. ¡NO podemos entender y
aceptar lo espiritual, con una mente natural!
Recordemos que no somos seres naturales
teniendo experiencias espirituales, sino al contrario. Somos Espíritu teniendo
experiencias terrenales…
En cierta ocasión compartiendo con una
hermana muy especial de la Ciudad de Culiacán - Sinaloa en México, me llamaron
mucho la atención las palabras que me dijo cuándo al compartirle apartes de la
palabra que hoy estamos tratando, dijo: “hay cosas que no se pueden explicar
porque solo se sienten y se creen; porque al quererlas explicar se pierden...”
Veamos y Oigamos más allá de lo
natural, para que vivamos conforme al UNO – Espíritu
“No miremos las cosas que se ven, sino las
que no se ven; pues las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven
son eternas” (2Cor: 4:18).
Santos y Eternos en Dios…
·
“Nosotros no hemos recibido el espíritu del
mundo, sino el Espíritu que proviene de Dios, para que sepamos lo que Dios nos
ha concedido.
·
Lo que hablamos, no lo hacemos con palabras
enseñadas por sabiduría humana, sino con las que enseña el Espíritu. Él es
quien acomoda lo espiritual a lo espiritual…” por encima de la tinta y del
papel, por encima del tiempo, por encima de toda religión, por encima de todo
estrato social, por encima de lo que llamamos bueno o malo, de lo que nos
parece o no nos parece, por encima de los llamados pactos, por encima de todo
texto y contesto, etc. (1Cor: 2:12-14).
· Entender esta verdad, no es del que quiera,
ni del que corra, sino de Dios… (Rom: 9:16).
El UNO – EL SER sin límites, el YO SOY -
Cristo – Dios; sin nombre, sin nacionalidad, sin cultura, sin religión y sin
sexo, es UNO solo, no hay más; es el todo y EN TODOS.
Y esta verdad, es la que el Espíritu está alumbrando en el corazón de muchos en
el mundo entero para que no haya más división, para que ya no haya más
razonamientos, ni malos entendidos, ni guerras, sino que Su paz, esa que
sobrepasa todo entendimiento sea la que guarde nuestro corazón y nuestros
pensamientos en Él…
Tal y como fue dicho al pueblo de Israel hace
ya mucho tiempo por medio de Moisés, diciendo: “Oye, Israel: el Señor nuestro
Dios, solo uno es.” Así mismo lo decimos hoy (Deut:
6:4). El Señor nuestro Dios es “EL AMOR”, el cual debemos reflejar en todo
tiempo, sin importar la persona y la situación que vivamos, porque “Todas las
cosas nos muestran Su gloria y todas las circunstancias cual quiera sean nos ayudan
para bien” (Rom: 8: 28), y todas las personas no somos más que el reflejo, la
imagen, la bendición, la plenitud, la esencia y la vida de Dios mismo en este
mundo.
Nuestro mirar debe estar siempre en
lo alto… ¡En el UNO!
En su tiempo el apóstol Pablo dijo a los llamados
gentiles que trascendieron la cruz, así…
·
“Si han resucitado con Cristo, busquen las
cosas de arriba…”
·
“Pongan la mira en las cosas de arriba, y no
en las de la tierra.”
·
“Su vida está escondida con Cristo en Dios”
·
“Cuando Cristo, Su vida, se manifieste,
entonces Uds también serán manifestados con él en gloria.” (Col: 3:1-4).
El engaño y la incredulidad, endurecen…
Quienes no logran ver más allá de lo natural las
verdades de Dios, así les suene a locura, blasfemia y apostasía y se encierran
todavía más en sus creencias religiosas y no renuevan su mente (Efe: 4: 23), seguirán
viviendo hoy lo mismo que vivieron los hijos de Israel en su tiempo cuando les
fue dicho en (Heb: 3:12-19).
· “Miren, hermanos, que no haya en ninguno de Uds
corazón malo de incredulidad para apartarse del Dios vivo; antes exhórtense los
unos a los otros cada día, entre tanto que se dice: Hoy; para que ninguno de Uds
se endurezca por el engaño...
· “Uds fueron hechos participantes de Cristo,
con tal que retengan firme hasta el fin la confianza del principio, entre tanto
que se dice: “Si oyeren hoy su voz, no endurezcan su corazón, como en la
provocación”
¿Quiénes fueron los que, habiendo oído, le
provocaron? ¿No fueron todos los que salieron de Egipto por mano de Moisés? ¿Y
con quiénes estuvo él disgustado cuarenta años? ¿No fue con los que pecaron,
cuyos cuerpos cayeron en el desierto? ¿Y a quiénes juró que no entrarían en su
reposo, sino a aquellos que desobedecieron? Y vemos que no pudieron entrar a
causa de incredulidad…
Mi herman@ si Ud está siendo ministrado en
Dios con esta palabra… ¡Despierte! Conozca la verdad porque ella lo hace libre.
(Jn: 8: 32).
El UNO es Dios – el Amor - el Yo Soy – el SER
sin límites - Cristo – el todo y en TODOS; y es Él el que se está mostrando hoy
en todos y en cada uno de nosotros.
Recordemos las palabras del apóstol Pablo
cuando dijo que: “Todas las cosas, cuando son puestas en evidencia por la luz,
son hechas manifiestas; porque la luz es lo que manifiesta todo. Por lo cual
dice: “Despiértate, tú que duermes, y levántate de los muertos, y te alumbrará
Cristo.” Mirad, pues, con diligencia cómo andéis, no como necios sino como
sabios, aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos. Por tanto, no
seáis insensatos, sino entendidos de cuál sea la voluntad del Señor” (Efe: 5:13-17)
(Rom: 12: 2).
El UNO es en todos y cada uno de nosotros. NO
hay más Dios que UNO = El AMOR. Y TODOS somos Su manifestación real, Su
bendición, Su reflejo, Su imagen, Su gloria, Su olor fragante, Su plenitud, Su
esencia y Su misma vida en este mundo.
Continúa…
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