Existe un refrán popular que dice que: “el
que no sabe, es como el que no ve...”
Meditemos por el Espíritu en esta palabra que
dice que: “Para recordar quien eres, necesitas olvidar lo que los otros dijeron
que eras…” Estas palabras tienen mucho peso y nos pueden ayudar para que
podamos despertar a estas verdades que solo están dispuestos para unas
personas, y en un tiempo especial. ¡No es para todos! por eso confieso en Dios
que tú eres uno de ellos, y que tus sentidos espirituales despiertan para ser
ejercitados, conforme a Su perfecta voluntad (Rom: 9:16).
El apóstol Pablo respecto del desconocimiento
de las cosas, y como ellas afectan a las personas que las ignoran, dijo a sus
discípulos en su tiempo que: “Entre tanto que el heredero es niño, en nada
difiere del esclavo, aunque ES señor de todo;
sino que está bajo tutores y curadores HASTA el
tiempo señalado por el padre. Y les hizo la aclaración diciéndoles, así… “Cuando
éramos niños, hablábamos como niños, pensábamos como niños, CREÍAMOS como niños
y actuábamos como niños; esto lo dijo dándoles a entender que en esa edad, eran
dependientes de muchas cosas y personas.
Cuando el apóstol Pablo les habla a ellos, y
les dijo niños, se refería a la inmadurez que todavía tenían, tanto en el plano
físico, como en el espiritual, pues por el desconocimiento de la verdad de las
cosas, estaban todavía en esclavitud bajo los rudimentos del mundo. Y les dijo:
“Pero, cuando vino el cumplimiento del tiempo…” (Gál: 4:1-4ª).
¿Qué sucede cuando viene el
cumplimiento del tiempo?
Se deja de ser niño para entrar en la MADUREZ
DEL CONOCIMIENTO. Por eso les dijo también… “Hablamos sabiduría entre los que
han alcanzado madurez; y sabiduría, no de este siglo, ni de los príncipes de
este siglo, que perecen. Mas hablamos sabiduría de Dios en misterio, la
sabiduría oculta, la cual Dios predestinó antes de los siglos para nuestra
gloria.” (1Cor: 2:6-7).
Rescatemos de este texto que acabamos de
compartir de (Gál: 4:1-4ª), las siguientes palabras, para que las tengamos en cuenta, pues ellas
nos van a permitir ser despertados al conocimiento del Reinar en vida, desde
nuestra verdadera Yo Soy…. (Heredero – Niño – Es Señor – Hasta – Tiempo señalado y Padre). Con esto
lo único que quiero dar a entender es que:
1)
Había un plan establecido por Dios. ¿Para qué?
para poder ¡Conocerse en la posición de
Señor!
2)
Había un tiempo en el que debía cumplirse
dicho plan… todo esto conforme a ¡Su soberanía!
3)
Solo unas personas lo entenderían, no todas… pues
no es de todos el CREER, y
4)
Hay un tiempo para poder verse como… ¡Dueños
de TODO!
Hoy en día sucede lo mismo con todos nosotros
cuando llega el cumplimiento del propósito establecido por Dios, para ser
despertados al conocimiento Suyo, de Su palabra, y de todos aquellos misterios que
estuvieron escondidos en Él. Porque por decirlo de alguna manera… “estamos
siendo renovados en nuestra manera de pensar”, y todo esto… ¡Hasta el
conocimiento pleno!
¿Para qué fueron establecidas las cosas en
este orden?
Para entender…
1.
¿Quién somos? y
2.
Cuál es el propósito de esta manifestación en
un cuerpo de carne.
Hubo un tiempo en el que fue dicho de parte
de Dios al pueblo de Israel así: “Mi pueblo fue destruido porque le faltó
conocimiento.” (Ose: 4: 6), esto, con el fin de que ellos entendieran la importancia
de salir de la ignorancia que lleva al hombre a pensar, a razonar, a hablar, a hacer
y vivir muchas cosas fuera del diseño establecido por Él. Y de la misma manera Jesús
en su tiempo dijo a sus discípulos unas palabras que hoy valen la pena recordar;
porque éstas nos darán el piso necesario para seguir despertando en esta
verdad. Les dijo: “Un ciego no puede guiar a otro ciego, porque los dos se irán
al hoyo.”
Ahora… debemos
tener en cuenta que cuando se ha despertado al conocimiento de Dios y de Su
palabra; está luz se debe Anunciar y Aclarar a
todos aquellos que conforme a lo establecido por Dios en Su propósito eterno, van
saliendo al paso en nuestra vida; pues como fue dicho también: es ¡Dios mismo
quien va añadiendo a este despertar de vida, los que son. Tal y como le sucedió
al apóstol Pablo cuando compartía el evangelio de la gracia, donde fue escrito
que los gentiles al oírlo, se regocijaban y glorificaban la palabra del Señor,
y que “Creyeron todos los que estaban ordenados para
vida eterna.”, pues no todos lo podían entender (Hech: 13:48).
Y es precisamente lo que nosotros hoy estamos
haciendo a través de nuestro Ministerio de Gracia y Revelación, “Anunciar y
Aclarar”; y de seguro despertarán los que estén ordenados para esta gloria,
conforme a Su tiempo y Su voluntad. (Efe: 3: 8-10).
A que ellos entendieran que NO habían
recibido cualquier espíritu, sino el Espíritu que provenía de Dios, y que supieran
lo que él les había concedido para señorear y reinar en vida.
Nosotros hoy estamos despertando a esta
tremenda verdad de entender, que lo que nos fue concedido, no es nada más, ni
nada menos, que ser “La manifestación visible de Dios en este mundo”, pues el
único que vive y reina es Él mismo a través nuestro. ¡Es su Espíritu el que nos
habita!!!
Por eso hablamos de esta manera, no con
palabras enseñadas por sabiduría humana, sino con las que enseña el Espíritu,
acomodando lo espiritual a lo espiritual. Pero cuando estas palabras se reciben
desde “el hombre natural” no se perciben en su verdadera dimensión, porque son
cosas del Espíritu de Dios, y obviamente
van a ser locura para él, y no las va poder entender, porque se han de
discernir espiritualmente.
A los romanos les dijo que podrían “Reinar en
vida” todos aquellos que recibieran la abundancia de la gracia y el don de la
justicia. (Rom: 5:17). Esto se los dijo
para que despertaran al conocimiento de la posición “Señor”
que YA tenían en Dios.
- La
gracia y la justicia fueron dones o regalos dados por Dios al hombre del
primer siglo, “El siglo malo”, pues así se lo conocía antes de la cruz. Nosotros
en la voluntad de Dios y en Su propósito eterno vinimos al mundo en “El
siglo bueno”, el que ellos llamaban en su tiempo, (El siglo venidero).
Ahora bien, si nosotros queremos reinar en
vida por el conocimiento, debemos ser despertados en conciencia y conocer de
igual manera todas las cosas en línea con la Palabra en este, “El siglo bueno” para
no entrar en contienda, ni con nosotros mismos pensando que “No somos lo que
Dios dice que somos”; y mucho menos con nuestros hermanos, juzgándoles conforme
a nuestra manera de ver y pensar las cosas, siendo que ellos también “Son la
misma gloria, bendición, plenitud, esencia y vida Suya en este mundo.” (1Juan:
4: 17b). y también debemos entender que en Dios hay diferentes formas de
sabiduría, pasos, clases o niveles de gloria o conocimientos, o como quieras
llamarlos… ¿Cuáles?
a) La
ignorancia o desconocimiento de las cosas, es una
gloria. Esto de alguna manera es una bendición porque
se vive sin preocupaciones, y el mejor ejemplo lo tenemos en los niños. ¡Ellos
solamente viven y disfrutan de todo lo que tienen a mano!
b) El
conocimiento de La ley de Moisés, es otra
gloria. Y esta fue reservada solo para el pueblo de
Israel, pero hoy casi el mundo entero ha sido mentalizado con esta clase de
doctrina, esclavista, religiosa, de maldición, terror y de muerte; tal y como
escrito en (2Cor: 3:7).
c) El
conocimiento de La gracia como favor de Dios dada
en la cruz para todos los que vivieron (A-C), es otra gloria; pues ellos habían
sido separados de la Gloria de Dios por el pecado de adán (Rom: 3: 23).
d) El conocimiento de La gracia como evangelio o revelación dada al apóstol Pablo a los gentiles, es otra gloria; pues de alguna manera ellos que vivían sin Ley, por querer formar parte del pueblo de Israel debían aceptar como suya la Ley de Moisés, y obviamente también debían ser rescatados de esa manera de pensar, renovando su entendimiento, y…
e) El conocimiento de La Gracia sobre la gracia; esa de la cual tomamos todos, que no es nada más que el conocimiento de “Dios – del Espíritu – del Yo Soy – del Amor – de la Esencia – de la Plenitud que nos habita.” ¡De Nuestra verdadera identidad! es otra gloria; pues ésta no es nada más que Él mismo obrando a través nuestro… es Su Vida manifestándose en todo y en todos como UNO solo (Gál: 3: 28) (1Cor: 15: 28).
d) El conocimiento de La gracia como evangelio o revelación dada al apóstol Pablo a los gentiles, es otra gloria; pues de alguna manera ellos que vivían sin Ley, por querer formar parte del pueblo de Israel debían aceptar como suya la Ley de Moisés, y obviamente también debían ser rescatados de esa manera de pensar, renovando su entendimiento, y…
e) El conocimiento de La Gracia sobre la gracia; esa de la cual tomamos todos, que no es nada más que el conocimiento de “Dios – del Espíritu – del Yo Soy – del Amor – de la Esencia – de la Plenitud que nos habita.” ¡De Nuestra verdadera identidad! es otra gloria; pues ésta no es nada más que Él mismo obrando a través nuestro… es Su Vida manifestándose en todo y en todos como UNO solo (Gál: 3: 28) (1Cor: 15: 28).
Esta verdad de despertar al conocimiento de
lo que verdaderamente SOMOS, nos lleva a mantener el control, la paz, la
armonía y la manifestación del Amor de Dios, aún por encima de todo desacuerdo
espiritual, porque… “Cuando nos bajamos a responder una crítica, lo que
realmente estamos haciendo es, bajarnos al mismo nivel del necio” ¡El Rey no contiende – La autoridad y soberanía no se
defiende!
Ahora,
el don de la justicia, no es nada más que lo ya establecido por Dios en la
cruz, como Su perfecta voluntad. Por esto el apóstol les dijo: que YA
habían sido “Justificados pues por la fe; y que por ese acto en la cruz,
tenían paz para con Dios” (Rom: 5:1).
Esta palabra de verdad del “Reinar en Vida”
ya fue establecida en la cruz para bendición de todos; y mucho más, para los
que hemos venido siendo despertados en ella; pues todos veníamos caminando en
cualquiera de estas glorias antes escritas. En ignorancia, o de un conocimiento
de ley, o de la gracia como favor de Dios, o máximo de un conocimiento de la
gracia revelación dada al apóstol Pablo.
¿Por qué entonces hoy después de 21 siglos,
esta tremenda verdad que debemos, o más bien, que tenemos que estar
experimentando todos acerca del “Reinar en vida” en todas y en cada una de las áreas de nuestra
vida, todavía se ve muy lejos?
La respuesta es “Porque hemos sido levantados
con un conocimiento aprendido, religioso, caduco y antiguo testamentario, que
tenemos que renovar para poder confirmar por nosotros mismos, cual fue esa
buena voluntad de Dios, agradable y perfecta”
Nota:
Tengamos presente que cuando esta verdad esté
bien clara en nosotros, podremos sin temor a equivocarnos, empezar este caminar
de gloria y de bendición para el cuál fuimos creados, el cual es… ¡Reinar!, sin juzgarnos, ni juzgar; sin señalamientos
de ningún tipo, sin mirar al ojo; sino, viendo lo que no se vé…. EL ESPÍRITU…
¡Lo eterno – La esencia! (2Cor: 4: 18).
Y cuando decimos “Reinar”, lo decimos con la
plena certeza y convicción, de que ese reinar debe ser aquí en esta tierra de
bendición. Es aquí donde debemos tener el control de todas las cosas, incluidas
la (mente, emociones y voluntad). No es esperar como muchos dicen, que esto
será después de nuestra partida de este mundo; porque en la eternidad NO
necesitamos reinar para nada… pues habremos sido “vueltos” a nuestra verdadera
esencia celestial.
Reinar es salir adelante en todas y cada una
de las circunstancias que se presentan en nuestro diario vivir. Sea cual sea la
forma como se presenten. Es tomar el control y no dejar que NADA NI NADIE nos
afecte. Ser… ¡INCONMOVIBLES!
Entender y Conocer = es… ¡DESPERTAR!
1.- ¿Qué es entender? es “Percibir y tener
una idea clara de lo que se dice, se hace o sucede; o descubrir el sentido
profundo de algo.”
2.- ¿Qué es conocer? es tener idea o captar
por medio de las facultades intelectuales la naturaleza, cualidades y
circunstancias de las personas o las cosas. Es reconocer, percibir una cosa o
una persona como distinta de todo lo demás. Por eso fue dicho: ¡Conócete y
Conocerás la Verdad que hay en ti!
“Despiértate tú que duermes, y
levántate… y te alumbrará Cristo (Efe: 5:14).”
Despertemos y entendamos que “Todas las
cosas” ya fueron dadas al hombre para reinar. Tanto las cosas que pertenecen a
la vida, como las que pertenecen a la piedad. Todo lo terrenal, y todo lo
espiritual (2Ped: 1: 3), por eso es que de alguna manera podemos decir que
“Tenemos que ordenar, u obligar a la razón a que haga realidad nuestros sueños
y anhelos.”
Así dijo el Señor: “Al sabio, al valiente, al
rico, al que se alaba… ENTIENDAME Y CONOZCANME,
que yo soy el Señor” (Jer: 9: 23-24). Y aquí sí quiero usar las mismas palabras
que en cierta ocasión dijo Felipe al etíope cuando leía al profeta Isaías, así…
le dijo: pero ¿entiendes lo que lees? A lo que
el etíope le contestó: cómo podré, si alguno no me enseñare? Y rogó a Felipe
que subiese y se sentara con él (Hech: 8:30-31).
Este es nuestro ministerio… “Anunciar y Aclarar a todos” dijo el apóstol (Efe: 3:
8-10).
Hay muchas cosas todavía a las que debemos
despertar en Dios, y de igual manera que en ese tiempo, el Señor hoy se manifiesta
a través de las personas para encaminar el conocimiento… Él mismo está obrando
en cada uno de nosotros para alumbrar como faro, a todos aquellos que deban
despertar al conocimiento de la verdad, y salir de las tinieblas. Pero debe
estar claro en cada uno de nosotros que… Hoy en día es Dios mismo por Su
espíritu quien nos guía a toda verdad. Porque así fue dicho: “Y ninguno
enseñará a su prójimo, ni ninguno a su hermano, diciendo: Conoce al Señor;
porque todos me conocerán, desde el menor hasta el mayor de ellos.” (Heb:
8:11).
Podríamos pensar que de alguna manera NO
entendemos la palabra Reinar, por desconocimiento, o por un conocimiento errado
de la misma, o porque en verdad en la soberanía de Dios no hemos sido puestos
por él para entenderla, porque no es de todos el CREER.
Ahora… Si tratamos
de entenderla naturalmente nos sería imposible, porque el hombre natural no
percibe las cosas que son del Espíritu, porque para él son locura y no las
puede entender, porque se han de discernir espiritualmente… y es más,
entenderla, no es del que quiera, ni del que corra, sino de Dios… y lo mejor es
que hoy entendemos que, nosotros NO somos naturales. ¡Somos Espíritu viviendo
en un cuerpo, experiencias terrenales!
Con todo y las reflexiones naturales que nos
podamos hacer en este mismo momento, y para que nos demos cuenta que sí se
puede reinar sobre todas las cosas, y de igual manera sobre las circunstancias
adversas. Dios mismo nos ha permitido ser testigos de que hay muchas personas
en el mundo, que si están disfrutando de esta bendición del Reinar en vida. Que
sin conocimiento alguno de la palabra que para ellos pueda ser verdad,
cualquiera sea la que tengan, (Biblia, Toráh, Bhagavad gita, Tao te King, etc),
obviamente dependiendo del sitio en el que hayan nacido; viven mejor que muchos
de los que decimos que entendemos esa palabra…
¿Por qué? “Porque no son los oidores de la palabra,
sino los hacedores de ella…” ¡Los que viven la guía del Espíritu! son los que
están reinando en todas estas áreas de su vida. Así lo expresó el apóstol Pablo
en su tiempo, diciendo: “Porque cuando los gentiles que no tienen ley, hacen
por naturaleza lo que es de la ley, éstos, aunque no tengan ley, son ley para
sí mismos, mostrando la obra de la ley escrita en sus corazones, dando
testimonio su conciencia, y acusándoles o defendiéndoles sus
razonamientos” (Rom: 2:13-15).
Meditemos…
Si
fuimos puestos en este mundo dotados de todo el bien de Dios, del poder,
del amor y del dominio propio (2Tim: 1:7). Si “La abundancia de la gracia y el
don de la justicia” es precisamente con lo que vinimos al mundo, y todo esto
para RE – Crearnos; que no es más que CREAR todo lo mejor para nosotros por lo
que creemos, confesamos y hacemos. Ya sea en lo personal, familiar, académica,
económica, laboral, social, emocionalmente, etc. pues todo nos fue dado ya, por
Su divino poder… Y fuera de eso estamos convencidos que entendemos por el
Espíritu esta palabra en cada uno de sus puntos.
De seguro estos nos permitirán caminar y
gozarnos en este conocimiento del propósito establecido por Dios, el cual es…
que “Reinemos en vida” mientras estemos en este
mundo. Por eso como la esencia, plenitud y vida que somos de Dios; tenemos que
manifestarlo SIEMPRE.
¿Por qué entonces no reinamos?
Recordemos…
1)
Para poder reinar, se necesita un reino, un
rey, y una vida.
2)
Cuál es el reino? ¿Cuál es el Rey? y Cual es
la vida?
Un Reino: que no es
más que esta tierra de bendición donde vivimos; porque… Aquí fue establecido el Reino de los cielos;
o sea ¡Su voluntad perfecta! tal y como lo dijo Jesús: “Venga tu reino. Hágase
tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra.” Y lo estableció
cuando dijo: ¡Consumado es! (Mat: 6:10).
Una cosa es el Reino de los Cielos, donde Su voluntad perfecta ERA desde la
eternidad; y otra cosa muy diferente es el Reino de Dios, donde Su voluntad
perfecta FUE ESTABLECIDA.
Un Rey… no puede
haber más “reyes” porque solo hay un reino para poder reinar… y el Rey es Él.
Dios mismo. El Yo Soy, pero se está manifestando en “todos” y cada uno en
particular; y lo hace, como UNO solo, sin acepción de personas. ¡Sin
diferencias de ningún tipo! (Gál: 3: 28) (1Cor: 15: 28) (Col: 3: 11).
Una vida… Integral –
Incluyente = (Lo natural y el Espíritu). En lo natural tenemos de Dios un
cuerpo de carne, donde el (Yo Soy – Espíritu – Vida) despierta, y se reconoce
en Su esencia. Por eso decimos que somos Espíritu teniendo experiencias
terrenales, y no que somos un cuerpo teniendo experiencias espirituales. Y en
lo Espiritual, empezamos a ser ejercitados en todo el “bien de Dios” que fue
puesto en cada uno de nosotros, porque el Yo, de mi Yo Soy es eterno, es el
gran ¡YO SOY! (1Cor: 15: 28).
En conclusión:
Somos el REY… Confío en Dios que hemos sido alumbrados
en esta verdad para reinar en este mundo conforme a Su propósito eterno, de vernos
como SEÑOR; y señorear sobre todas las cosas, y de saber que el tiempo de ser
despertados a entender que en este mundo
todo es nuestro, y que podemos hacer realidad cualquiera sea el sueño, anhelo,
deseo o propósito que queramos conseguir… pues reinamos en vida desde nuestra
verdadera esencia, Yo Soy.