(Isa: 42: 1 - 9)
He aquí mi siervo, yo le
sostendré; mi escogido, en quien mi alma tiene contentamiento; he puesto sobre
él mi Espíritu; él traerá justicia a las naciones. No gritará, ni alzará su voz,
ni la hará oír en las calles. No quebrará la caña cascada, ni
apagará el pábilo que humeare; por medio de la verdad traerá justicia. No se
cansará ni desmayará, hasta que establezca en la tierra justicia… (Isa: 42: 1 -4).
¿Quién sería aquel que podría
establecer justicia en la tierra?
Para el tiempo en el que fue escrita esta palabra por
medio del Profeta Isaías, se refería a Jesus; quien sería el único que podría
traer justicia a la tierra.
El pueblo de
Israel estaba sumido totalmente en el pecado, pues este fue imputado a todo
hombre desde la caída de Adan (Rom: 5: 12) y como consecuencia de esto, la
creación y el mismo hombre caerían en maldición y muerte apartados de la gloria
de Dios (Gén: 3:17 -18) (Rom: 3: 23).
Gracias
a Dios, que lo que fue dicho en un tiempo como profecía a cumplirse, hoy es una
realidad, la verdad de Dios se cumplió; ya todo fue consumado (Juan: 19: 28-30)…
El velo del templo se rasgó en dos, de arriba abajo (Mar: 15:38) indicando que
el único que podría dar acceso al lugar santísimo por la justicia adquirida,
era Dios mismo. La justicia que se
esperaba fue hecha una realidad en la cruz del calvario para ser disfrutada
(D.C) en este tiempo o dispensación de
gracia (Rom: 5:1-2).
Hoy no hay intermediarios para disfrutar de su presencia (Heb: 10:20)… Hoy somos su lugar santísimo, hoy somos su misma presencia manifestada, hoy somos su justicia viva habitando en todos y en cada uno en particular (Efe: 4:24, 5: 9) (Col: 3: 11).
Hoy no hay intermediarios para disfrutar de su presencia (Heb: 10:20)… Hoy somos su lugar santísimo, hoy somos su misma presencia manifestada, hoy somos su justicia viva habitando en todos y en cada uno en particular (Efe: 4:24, 5: 9) (Col: 3: 11).
¿Qué es justicia?
Significado:
Justicia es hacer lo correcto, es la acción o poder de reconocer y dar a cada uno lo que le pertenece. “Derecho, razón, equidad, pena o castigo público.” Es el organismo oficial que se encarga de juzgar y de aplicar las leyes.
Tecnológicamente es la virtud cardinal que inclina
a dar a cada uno lo suyo, “Lo que le pertenece o corresponde, es aquello que
debe hacerse de acuerdo con el derecho o la razón.
Espiritualmente es “Reconocer” el lugar que nos
pertenece en Dios… “Somos UNO en él.”
Humanamente:
La justicia funciona aplicando
las normas de derecho, dadas por el poder jurisdiccional del Estado, la cual le
permite declarar y proteger los derechos subjetivos cuando son desconocidos, y
se aplica para sancionar la vulneración de las mismas.
Espiritualmente:
¿Para quién fue la justicia?
La justicia se aplica conforme
a lo dicho y hecho por el creador de todas las cosas; y mucho más cuando por el
conocimiento de Dios y su palabra disfrutamos de ver a todos los hermanos, como
el Señor nos ve… “No en la carne, sino en el Espíritu” (2Cor: 5:16).
Conforme al ministerio dado
para este tiempo de bendición. Presentando a todo
hombre “Perfectos en Cristo” (Heb: 10: 4) (Col: 1:28). Esta debe ser siempre nuestra
confesión por todos los hermanos, sin distingos de religión, sexo, cultura, dinero,
apellido, etc.
hombre “Perfectos en Cristo” (Heb: 10: 4) (Col: 1:28). Esta debe ser siempre nuestra
confesión por todos los hermanos, sin distingos de religión, sexo, cultura, dinero,
apellido, etc.
¿Cuándo se manifestó la justicia?
En la cruz del calvario… Allí se le dio a todo, y a
todos; el lugar que corresponde. Y no
solo se manifestó la justicia, sino también su perdón, su bondad y su amor
efectuándose así la salvación para los
suyos, hace ya 2011 años (Tito: 3:4-7). “Para que justificados por su gracia, viniesen
a ser herederos conforme a la esperanza de la vida eterna y disfrutar así de la
paz con Dios” que no tenían. (Rom: 5: 2).
¿Para quién fue la justicia?
Para
todo aquel que tenía pecado, para el que había perdido la gloria de Dios, para
el que había sido muerto como consecuencia de la caída de Adan, para el que
había sido predestinado para salvación (2Tes 2:13)… Para el hijo de Dios (Rom:
3: 23) (Tito: 2:11).
Tengamos
claro entonces que (A-C) el hombre era el pecador, en la cruz fue declarado
justo por el Señor, pero después de la cruz fuimos llamados o traídos en
justicia.
¿Por qué fue necesaria la justicia?
Porque el hombre antes de la Cruz estaba
muerto; vivía en maldición, en esclavitud, en enfermedad, en tinieblas,
extraviado de la presencia de Dios, etc.
El hombre por sus propios medios nunca
habría podido conseguir la justicia… Jesus se los había dicho desde antes… “Porque os digo que si vuestra justicia no
fuere mayor que la de los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los
cielos” (Mat: 5:20).
Clases de justicia:
Existen dos clases de justicia, La Natural y La Divina.
Natural: Impartida por jueces especializados en el ramo del Derecho; ya sea penal, laboral, de familia, administrativo, civil, constitucional. “Cojea pero llega.”
Divina: Impartida por Dios mismo y conforme a su plan perfecto. Está escrito… “la ira del hombre no obra la justicia de Dios” (Stgo: 1:19-20).
Porque ignorando la justicia de Dios, y
procurando establecer la suya propia, no se han sujetado a la justicia de Dios;
porque el fin de la ley es Cristo, para justicia a todo aquel que cree (Rom:
10:3-4).
Natural: Impartida por jueces especializados en el ramo del Derecho; ya sea penal, laboral, de familia, administrativo, civil, constitucional. “Cojea pero llega.”
Divina: Impartida por Dios mismo y conforme a su plan perfecto. Está escrito… “la ira del hombre no obra la justicia de Dios” (Stgo: 1:19-20).
Es
mejor depender de la justicia divina, que de la justicia del hombre. Desde
tiempos atrás a las personas mayores, se les escuchaba decir este refrán… “Dios no castiga ni con palo ni con rejo, sino
con su propio pellejo”
Ahora
por el Espíritu entendemos que cada uno de nosotros, “siembra y recoge lo que
así mismo sembró.” Cada uno es responsable de sus actos
porque del Señor tenemos el conocimiento y la sabiduría (Gál: 6:7).
Recordemos…
Somos espirituales; y el espiritual juzga todas las cosas pero él, no juzgado
de nadie (1Cor: 2:15).
Meditar por el Espíritu…
Desde ese mismo momento en el que el hombre “Cayó”
le fue dada la promesa de la justicia de Dios (Gen: 3: 15)…
El hombre sería librado de esa situación y quien
mas, que el mismo Jesus podría hacerlo (Jn: 1: 14) “La semilla de la mujer”
pisando y destruyendo la cabeza del mal que había en su tiempo (Heb: 2: 14).
Es por esto que el apóstol Pablo explico acerca de
lo que se efectuó en la cruz; que no fue otra cosa mas, que en La consumación
de los siglos, “El mismo” impartiría su justicia; habiéndose presentado una vez
y para siempre por el sacrificio de sí mismo, para quitar de en medio el pecado”
(Heb 9:26b)… Y esto YA se efectuó hace más de 2011 años.
Aunque muchos viven aún en esclavitud, muerte,
pecado y maldición por falta de conocimiento (Ose: 4: 6) siendo destruidos en
su manera de pensar, la cual es necesario “Renovar” por la palabra (Rom: 12: 2)
(Efe: 4:23).
De igual manera el apóstol Pablo aclaro también
acerca de la Justificación que se había obtenido y la paz que deberían empezar
a disfrutar con Dios, los que trascendieron la Cruz, por la manifestación de su
gracia en la cual estaban firmes, para gloria de Dios. (Rom: 5:1-2).
HOY el pacto y la promesa de justicia dadas al
pueblo en ese tiempo son una verdad para nosotros que debe ser una realidad;
por el Creer…
En conclusión:
Tengamos
claro entonces que (A-C) el hombre era el pecador, en la cruz fue declarado
justo por el Señor, pero después de la cruz fuimos llamados o traídos en
justicia.
Todo fue un plan pensado, ejecutado y
consumado conforme a lo establecido por Dios; sin dejar al hombre ninguna oportunidad para poder lograrlo, así suene a locura “Sin
libre albedrío” de la misma manera como el libretista lo hace cuando escribe
una novela…
Él sabe de antemano las funciones, y los
propósitos; el conoce el pasado, presente y futuro por el que cada uno de los
actores tendrá que vivir; él sabe cuál es el malo y el bueno; ¡él lo sabe todo!
… Ahora… ¿Cuánto mas Dios? “Nada se sale de Su soberanía y de Su control (Rom:
11:32).
Los tiempos en Dios “YA fueron cumplidos”… El
impartió Su justicia (Núm: 23:19) sin que el hombre tuviera algo que aportar.
Él es Señor y luz de las naciones, no siervo y
mucho menos cordero; vino en carne, con un cuerpo de siervo para poner por obra
dicha promesa conforme a su propósito, así los suyos no lo hubieran conocido y
no lo conozcan aun (Jn: 1: 14, 11) pues todavía tienen en su corazón el velo
puesto del que hablo hace 2011 años (2Cor: 3:14-17). El Señor cumplió lo que
prometió… Impartió su justicia.
Por esta causa escribió Pablo a los Colosenses, que
Cristo en ellos, era la esperanza de gloria; era a quien anunciaban amonestando a todo hombre,
y enseñando a todo hombre en toda sabiduría, a fin de presentar perfecto en
Cristo Jesús a todo hombre. “Los veía en justicia siempre” (Col: 1:28).
Y de la misma manera lo estamos confesando ahora;
pues somos su misma manifestación y reflejo en la tierra, abriendo los ojos de
los ciegos, sacando de la cárcel a los presos, y de casas de prisión a los que
moran en tinieblas religiosas, doctrinales y culturales.
Juzgar es dar el lugar que
corresponde a las cosas;
Y mucho más al hombre… (Gál: 2:6).
Reflexión:
No puede ser posible que todavía en este SIGLO XXI en
el que nos encontramos, en este año 2012 después de la Cruz… se esté predicando a los Santos de Dios a
través de los púlpitos que necesitan salvación, perdón, justificación y vida
eterna, cuando TODO ESTO fue lo que el Señor Jesús impartió por su amor a todo
hombre… ¡Su justicia!
Nosotros somos la justicia de Dios reflejándose en
el mundo entero por el conocimiento; y reconocemos toda la gloria, la honra y
el honor que el merece, por lo que dijo desde antes, por lo que hizo en la cruz
y por lo que sigue manifestando en cada uno de nosotros por su palabra.
“Solo entenderemos la vida de Dios y su justicia, cuando no busquemos mas explicaciones; solo así podremos disfrutarla, Seamos humildes y aprenderemos a vivirla” (1Cor: 13: 9-10).
“Solo entenderemos la vida de Dios y su justicia, cuando no busquemos mas explicaciones; solo así podremos disfrutarla, Seamos humildes y aprenderemos a vivirla” (1Cor: 13: 9-10).
El espiritual juzga todas las cosas; pero él no es
juzgado de nadie (1Cor: 2:15)
Es por esto que declaramos
conforme a la Palabra que: Somos Su misma gloria, reflejo, bendición… Su misma
justicia y vida en donde quiera que nos encontremos, porque como Él es, así somos nosotros. (1Juan: 4: 17b).
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