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¡Aquello a que hemos llegado!

¡En Dios! (Fil: 3: 1-17).

Cuando hablamos de Llegar:
A lo que nos referimos es a alcanzar el fin o el término de un desplazamiento // A alcanzar cierta altura o extenderse hasta cierto punto //  A pasar a estar en un lugar al cual se va desde otro lugar // A alcanzar el final de un recorrido //  Denota también tiempo y distancia en un espacio cronológico… Ya sea en “Segundos, minutos, horas, días, semanas, meses, años, lustros, siglos, etc.”


En este mundo la historia del hombre toma un curso muy fuerte de progreso después de la invención de la rueda… Siendo mejorada por la cultura Egipcia y por la cultura de Andronovo de forma independiente, quienes inventaron la rueda con radios en torno al año 2.000 a.C. Pocos años después, en torno al año 1.400 a.C. el uso de la rueda se extendería hasta Europa y la India, aunque no hay evidencia de que fuera una transmisión de conocimiento, y existen varias teorías que defienden que su invención fue totalmente independiente en otras culturas.

La rueda probablemente sea uno de los inventos más importantes de la historia... Prácticamente cualquier máquina construida desde el comienzo de la revolución industrial posee en mayor o menor medida la presencia de la rueda, por lo que es difícil imaginar un sistema mecanizado sin la presencia de la rueda o un componente simétrico moviéndose de forma circular alrededor de un eje. Ejemplo: (La carreta, la bicicleta, la motocicleta, el automóvil, el tren, el avión, los cohetes, el transbordador y mucho más) ¡A todo esto ha llegado el hombre en la historia!

Y de igual manera hablando del conocimiento de Dios y Su palabra, en este tiempo es el Señor mismo quien sigue alumbrando los ojos del entendimiento; en muchas ocasiones de forma independiente, de una manera “personal” y en otras transmitiendo el conocimiento por medio de sus siervos, por comunicación y no por  revelación, pues esta le fue dada solo a Pablo… (Efe: 3:1-5).



Después de la cruz, el apóstol Pablo hizo unas cuantas recomendaciones y exhortaciones a sus discípulos en Filipos y les habló claro respecto a lo que cada uno de ellos como llamados o escogidos de Dios, para cumplir esa tarea especial de Gracia que no a todos les es encomendada,  les dijo… “Así que, todos los que somos perfectos, esto mismo sintamos; y si otra cosa sentís, esto también os lo revelará Dios.”  ¡Pero en aquello a que hemos llegado, sigamos una misma regla, sintamos una misma cosa!
  
¿A que habían llegado ellos?...

Podríamos decir que…

A entender que era el Señor mismo quien había levantado para ellos un hombre especial llamado Pablo el cual estaba dispuesto a darlo todo por el evangelio que le había sido entregado para anunciar y aclarar a todos aquellos que demandaran esa razón de vida que él tenía (1Ped: 3:15b).

A entender que mientras los judíos se mofaban delante de los pueblos de ser el “pueblo escogido por Dios” y como señal debían circuncidarse, ellos  en cambio, eran la  misma circuncisión de Dios, pues  ellos habían sido cortados o separados por Dios mismo para una labor especial, la cual era “disfrutar de la gracia de Dios” a la que habían sido llamados, para que en NADA tuvieran que gloriarse en la carne como la hacían los judíos (Rom: 11: 13-24).

A entender que ellos vivían conforme a la justicia dada por Dios mismo y que no vivían por una justicia otorgada por el cumplimiento parcial de normas, mandamientos, ordenanzas, costumbres y tradiciones de la ley de Moisés,  y que nadie pudo cumplir; cosas estas que no eran necesarias para ellos que eran guiados por el mismo Espíritu de Dios que habitaba en su corazón… (Rom: 5: 1-2).

Preguntémonos:

¿A qué hemos llegado nosotros?…


¿A la perfección?... No puede ser, porque después de la cruz llegamos perfectos… Solo que seguimos creciendo en ese conocimiento para poder vivir la perfección que tenemos.

¿A la santidad?... Es el caminar o ejercicio del santo. La santidad es la que debemos manifestar en todo momento, en todo lugar y cualquiera sea la circunstancia… ¡Es la vida de Dios, es nuestra naturaleza!

¿A una madurez espiritual?... Esta se alcanza cuando damos el paso de dejar totalmente los rudimentos de la doctrina del Cristo carne (Jesús) y eso no es de nosotros dejarla… Sino que es… ¡Si Dios en verdad lo permite! (Heb: 6:1-3).

¿A un conocimiento superior o diferente?... “Probablemente” si dependiera de nosotros darle al conocimiento un lugar de posición, pero en Dios todos somos iguales, y en este camino de gloria muchos estamos siendo despertados… Por eso está escrito: “Si alguno se imagina que sabe algo, aún no sabe nada como debe saberlo” (1Cor: 8:2). ¡Seguimos creciendo!

¿Al conocimiento de Dios y su palabra?… Entendamos que “Toda nuestra vida terrenal” es muy corta para conocer a Dios y Su palabra pues… En Dios siempre habrá algo más por ¡Recordar!

¿A entender al fin el tiempo que vivimos, la posición que tenemos en Dios y a disfrutar de nuestra verdadera identidad? o ya llegamos a vivir lo que somos en Dios… “Cuando Cristo, vuestra vida, se manifieste, entonces vosotros también seréis manifestados con él en gloria (Col: 3:4).

Cualquiera sea nuestra respuesta… Es “personal  y respetable” pero como dijo el apóstol… ¡Sigamos una misma regla, sintamos una misma cosa!

¿Cuál es regla que debemos seguir y que cosa es la que debemos sentir?

Nuestra regla de vida en este ministerio es… ¡Cristo!

Hoy hemos entendido por Su espíritu que el único que vive y ha vivido después de la cruz, es Él y no nosotros… ¡Es Dios en mí!... (Es haciendo Él por Su espíritu y no yo…) esto debe quedar bien claro en este caminar de vida “Para que tu fe o CREER no esté fundado en la sabiduría de los hombres, sino en el poder de Dios (1Cor: 2:5).

Y nuestro sentir, debe ser el mismo que hubo en ese cuerpo preparado al Señor Jesús,  en el que “No escatimó el ser IGUAL a Dios” sino que se despojó a sí mismo, viviendo como siervo,  y ahí, se humilló, haciéndose obediente hasta la muerte (Fil: 2: 5-8).

Igual que Jesús o Dios vestido de carne, cada uno de los que hemos sido escogidos en Él para vivir su misma experiencia, reflejándole y siendo su imagen; debemos caminar en esa verdad en la que estamos siendo guiados, pues Él mismo irá manifestando “Su propósito” en nosotros, para que los disfrutemos… El cuál no es otro más que “ Vivirlo a él en consciencia”;  y esto no es de nosotros, no es por estudio, ni por el mucho tiempo que tengamos en la vida cristiana, ni por la cantidad de versículos que nos sepamos de la biblia; sino que es un don de Dios por Su amor (Rom: 11:29).

Es una gloria especial que solo por el conocimiento y su palabra, muchos podemos hoy estar siendo ejercitados… Dios es fiel y no pasará ningún día de nuestra vida, en la que no haya una oportunidad de parte suya para que podamos manifestarlo. “Cuando Cristo, vuestra vida, se manifieste, entonces vosotros también seréis manifestados con él en gloria” (Col: 3: 4) (Rom: 8: 28-29).

Pablo les dijo:

Fiel es Dios, por el cual fuisteis llamados…” ¡Aún por encima de nuestra infidelidad! Si fuéremos infieles, él permanece fiel; Él no puede negarse a sí mismo (2Tim: 2:13). 

Hablen todos una misma cosa, que no hayan divisiones, sino que estén perfectamente unidos en una misma mente y en un mismo parecer… (2Tim: 2:14) No contiendan sobre palabras, lo cual para nada aprovechan, sino que son para perdición de los oyentes.

Nosotros hemos venido siendo formados, llevados de la mano por el Señor, al paso en el que podemos andar,  y según su voluntad; pues como dice la palabra “El no pondrá sobre nuestros hombros una carga, que no podamos sobrellevar” (Mat: 11:28-30).

Gócense en el Señor... A mí no me es molesto escribirles siempre las mismas cosas, y para Uds. es seguro (1Cor: 1: 9-10) pero cuando pasamos por cualquier ejercicio de vida, nos olvidamos del conocimiento al que hemos llegado en Dios, y no disfrutamos el que “Todas las cosas nos ayudan a bien” (Rom: 8: 28-29).

Se han hecho tardos para oír... “Porque debiendo ser ya maestros”, tienen necesidad de que se les vuelva a enseñar cuáles son los primeros rudimentos de las palabras de Dios; y han llegado a ser tales que tienen necesidad de leche, y no de alimento sólido el cual es (La palabra de justicia) ¡Cristo es esa palabra! Y la disfrutaremos todos los que hallamos alcanzado madurez, los que por el uso tenemos los sentidos ejercitados en el discernimiento del bien y del mal (Heb: 5: 11-14).

El reino de Dios no consiste en palabras, sino en poder… “Hoy sabemos y conocemos mucho… pero vivimos poco”… Pablo les dijo: ¿Qué queréis? ¿Iré a vosotros con vara, “ley” o con amor y espíritu de mansedumbre? ¡Gracia! (1Cor: 4: 20-21).

Sujétense a sus gobernantes y autoridades, obedezcan, y estén dispuestos a toda buena obra (Tito: 3: 1-2) pero… ¿Lo estamos haciendo? ¡Estemos  prontos para castigar toda desobediencia, solo cuando nuestra obediencia sea perfecta! (2Cor: 10:6). 


En conclusión:

¿A que hemos llegado nosotros con este conocimiento de gloria? ¿A entender que somos su misma presencia, su gloria, Su imagen, su reflejo y su misma vida en esta tierra? Si es así… Entonces… ¡Seamos hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores…! (Stgo: 1:20-25).

Soportemos las flaquezas de los débiles, y dejemos de agradarnos a nosotros mismos... Cada uno agrade a su prójimo en lo que es bueno, para edificación. Y que el Dios de la paciencia y de la consolación se vea entre nosotros en un mismo sentir según Cristo Jesús, para que unánimes, a una voz, le glorifiquemos a Él en nuestro buen proceder (Rom: 15: 1, 5-8).

A esto es a lo que hemos llegado en Dios; sigamos todos, esta misma regla de amor y manifestemos todos “Su mismo sentir…”

Entendamos que solo Él es quien nos permite disfrutar de esta gloria de bendición a la que hemos llegado por el conocimiento de Dios y Su palabra… ¡Somos cabeza y no cola,  estamos delante y no atrás, encima y no debajo. Somos en Dios, por Dios y para Dios Su bendición, Su gloria, Su extensión y Su misma vida. ¡Honrémosle a él en todas las cosas!  (Col 3:23-24).





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Nota:

Puedes depositar tu ofrenda en cualquiera de las oficinas de Western Unión a nivel nacional, a nombre de William Daniel Muñoz Molano, con CC # 16680415, en Cualquier corresponsal bancario al número de celular 3157786249 por NEKI o haciendo transferencia directamente desde cualquier cuenta bancaria.

El apóstol Pablo escribió en (2Cor: 9:1-15) “Cuanto a la ministración para los santos, es por demás que yo os escriba”; pues conozco vuestra buena voluntad y generosidad, y no como de exigencia nuestra. Pero esto digo:

1) El que siembra escasamente, también segará escasamente; y el que siembra generosamente, generosamente también segará.

2) Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre. Y poderoso es Dios para hacer que abunde en vosotros toda gracia, a fin de que, teniendo siempre en todas las cosas todo lo suficiente, abundéis para toda buena obra;

3) Y el que da semilla al que siembra, y pan al que come, proveerá y multiplicará vuestra sementera, y aumentará los frutos de vuestra justicia, para que estéis enriquecidos en todo para toda liberalidad, la cual produce por medio de nosotros acción de gracias a Dios.

Porque la ministración de este servicio no solamente suple lo que a los santos falta, sino que también abunda en muchas acciones de gracias a Dios; pues por la experiencia de esta ministración glorifican a Dios por la obediencia que profesáis al evangelio de Cristo, y por la liberalidad de vuestra contribución para ellos y para todos; asimismo en la oración de ellos por vosotros, a quienes aman a causa de la superabundante gracia de Dios en vosotros.

¡Gracias a Dios por su don inefable!