Empecemos esta predicación
de la palabra de Dios con esta pregunta, para que tengamos de antemano la
seguridad, el enfoque de lo que el Señor quiere recordarnos HOY por Su
espíritu.
¿Quién es el otro? (Rom: 7:4b) “Cristo es el otro, el que resucito de
los muertos” Ahora si... ¿En qué ministerio debemos servir? ¡En Cristo, en el fuimos llamados a servir! ¡NO en el hombre!
Es verdad que todos
sabemos en Dios, que somos parte de su cuerpo; que somos miembros de su cuerpo,
de su carne y de sus huesos (Efe: 5:30), pero también es verdad que somos muy
dados a olvidar esta posición muy fácilmente, cuando en nuestro vivir diario
hacemos lo que no debemos.
Ahora… ¿Servir? Cuando
lo que siempre esperamos es que nos sirvan; que todo nos lo hagan, o en su
defecto, que todo ya este hecho para que nosotros no tengamos que hacer nada. Y
¿Servir a otro? ¿Por qué? ¿Porque no mas bien, el otro no nos sirve a nosotros?
Pero el señor tiene un orden ya establecido para que cuando lo hagamos; de, el
fruto esperado. Ej. Jesus de Nazaret (Mar: 10: 35-45) “Porque el Hijo del
Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y dar su vida en rescate por
muchos.” “A lo suyo vino” (Juan: 1: 11) y su propósito fue cumplido tal y como
el mismo lo había establecido. “Consumado es” (Juan: 19:28) (Hech: 13:29).
No sirviendo al ojo,
como los que quieren agradar a los hombres, sino como siervos de Cristo, de
corazón haciendo la voluntad de Dios; sirviendo de buena voluntad, como
al Señor y no a los hombres, sabiendo que el bien que cada uno hiciere,
ése recibirá del Señor, sea siervo o sea libre. (Efe: 6:6-8)
Meditemos por el espíritu de Dios en esta palabra…
“Mira pues, que
la luz que en ti hay, no sea tinieblas.” (Luc: 11:35)
Introducción:
Primero que todo enfoquémonos en estos tres puntos “Servicio,
Ministerio y Otro” que son esenciales para poder desarrollar este tema guiados
por el único que puede convencernos y llevarnos a disfrutar en consciencia, de
toda verdad, el Espíritu Santo de Dios.
El, está obrando desde siempre a través de cada uno
de sus hijos, sus instrumentos; Su cuerpo, “La Iglesia” “Su esposa amada” Tú y
Yo; cada uno en particular como lo declaro el Apóstol Pablo “Nosotros somos
colaboradores de Dios” estamos a su servicio... (1Cor: 3: 9a).
El Servicio…
“Es el
corazón de la vida cristiana.”
Jesús vino a servir y a dar; y esos
dos verbos definen nuestra vida en la tierra. “Servir y Dar”, es el propósito que
Dios estableció desde antes para que se
manifestaran en nuestra vida… “Como su esposa” igual que el Amor y el Perdón.
¿Qué es servir? Es sembrar semillas buenas.
Es atender a cualquiera
que nos llame. Es sembrar siempre sin
descanso, aunque solo sean otros quienes recojan y saboreen las cosechas. Es
dar más de lo que recibimos en la vida y de la vida.
Es mucho mas que dar con las manos algo que
tienes, es dar con el corazón lo que nos fue dado para ese día especial, sin
dejarlo pasar.
Es distribuir afecto, bondad, cordialidad,
apoyo moral, amor por sí mismo, por los demás y a veces también ayuda material.
Es repartir alegría, es infundir nuestro creer, estima, admiración, respeto,
gratitud, sinceridad, honestidad, libertad, optimismo, confianza y esperanza.
"SERVIR ES SER COMO
EL ÁRBOL DEL SÁNDALO, QUE PERFUMA EL HACHA QUE EN OCASIONES LE HIERE".
¿Cuándo servimos?
¡Siempre estamos sirviendo!… Somos recipientes en
Dios.
Vasos útiles en sus manos; Fuimos puestos en la
tierra con un propósito especial: “Servir”… Servir a Dios y a los demás, así en
ocasiones pensemos que no servimos porque nos encontramos quietos.
Pero como
dice el refrán para que lo tengamos presente… “El que no vive para servir, no
sirve para vivir.” Y cuanto mas, cuando entendemos que fuimos escogidos por
Dios para manifestarlo.
“Pues si anuncio el evangelio, no tengo por qué
gloriarme; porque me es impuesta necesidad; y ¡ay de mí si no anunciare el
evangelio! Por lo cual, si lo hago de buena voluntad, recompensa tendré; pero si de mala
voluntad, la comisión me ha sido encomendada.” (1Cor: 9:16-17).
Siempre que sirves a otros de cualquier manera,
verdaderamente estás sirviendo a Dios y cumpliendo uno de sus propósitos porque
en este mundo para todo hay tiempo, sea dar o sea tropezar (Mar: 9:41-42)
(Ecle: 3:2-8). Todos servimos en Dios, aun propósito establecido por él.
Ejemplo:
¿Qué, pues, es Pablo, y qué es Apolos? Servidores por medio de los cuales
habéis creído; y eso según lo que a cada uno concedió el Señor. (1Cor: 3:5)
¿Cómo servimos?
“De muchas maneras”… No estamos en la
tierra solo para respirar, comer, ocupar un espacio y divertirnos. Dios nos
formó individualmente para que hiciéramos un aporte singular y de bendicion con
nuestra vida.
Como está escrito en la palabra “Porque somos hechura de Dios,
creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios dispuso, preparo de
antemano a fin de que las pongamos en práctica” (Efe: 2:10) (NVI).
El asunto está en que
todavía hay muchos que siguen pensando que nuestro creer del bien y del mal
según la mente natural para poder servir, es lo mismo para Dios; y están
totalmente equivocados, pues para el Señor solo existe lo perfecto, no lo bueno
y lo malo… (Lam: 3: 37-38). Ej. Morir, perder el empleo, fracturarse cualquier
parte del cuerpo, etc. Puede ser lo peor
según el hombre, pero el Señor no se mueve según nuestra escala de valores (Isa:
5:20-23).
Para los cristianos y mucho mas para la Esposa de
Cristo; el servicio NO es opcional; es algo que debe incluirse en nuestros
horarios, en nuestro diario vivir, en nuestro caminar, pues el Señor Jesucristo
nos ha dado todo para que lo disfrutemos.
Tomemos consciencia de lo siguiente… “Ssssí, disponemos de
tiempo para servir.” Todos los 365 días del año tenemos de Dios, 24 horas, 1440
minutos y 8640 segundos… ¡No tenemos disculpa alguna! Dios es bueno.
¿Dónde servimos?
En cualquier lugar, en cualquier congregación, con
cualquiera de las enseñanzas que hayamos recibido; Dios es el todo y en todos
(Col: 3: 11b) Ej. Pedro sirvió al Señor predicando la circuncisión y Pablo lo
hizo predicando la incircuncisión (Gal: 2:7-9).
Lo hacemos en muchas
ocasiones como vasos honrosos y otros como vasos viles (2 Tim: 2:20-21), pero
todos cumpliendo su propósito; no el nuestro… ¿Y qué, si Dios, queriendo mostrar
su ira y hacer notorio su poder, soportó con mucha paciencia los vasos de ira
preparados para destrucción, y para hacer notorias las riquezas de su
gloria, las mostró para con los vasos de misericordia que él preparó de
antemano para gloria… (Rom: 9:22-23).
Servimos, en Dios…
Todo lo hacemos en él, por él y para él; “es el, quien sustenta todas las cosas con la
palabra de su poder” (Heb: 1:3) esto es una gloria que pocos tenemos, y “Entender
esta gloria”, ¡mucho mas! (Isa: 5:21) ¡Ay de los sabios en sus propios ojos, y
de los que son prudentes delante de sí mismos!... Por eso; “Nada hagáis por
contienda o por vanagloria; antes bien con humildad, estimando cada uno a los
demás como superiores a él mismo;
no mirando cada uno por lo suyo propio, sino cada cual también por lo de los otros” (Fil: 2:3-4).
no mirando cada uno por lo suyo propio, sino cada cual también por lo de los otros” (Fil: 2:3-4).
Nuestra preparación para
servir al Señor Jesucristo (El Otro), empieza sirviendo en el ministerio de
otro; que como tú, ha sido escogido para que lo que se manifieste a través
nuestro, sea Cristo (Col: 3:4). Él, es nuestro verdadero ministerio, por eso es
que declaramos que somos Su bendicion YA manifestada en la tierra, Su gloria, Su imagen, Su reflejo, Su esposa
amada, Su misma vida.
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